lunes, 31 de diciembre de 2012

GOLPE A LA IMPUNIDAD, JUICIO CONTRA LOS ASESINOS DE VÍCTOR JARA




Un día antes, Augusto Pinochet había abierto la herida más grande en la historia reciente de Chile al propinar un violento golpe de Estado contra el gobierno socialista de Salvador Allende.

Jara, mas no su arte revolucionario, estuvo entre las primeras víctimas de la dictadura. A 39 años de aquellos acontecimientos, la justicia parece finalmente destinada a derrocar la impunidad.

Un magistrado de la Corte de Apelaciones de Santiago, Miguel Vázquez, encausó este viernes a siete exoficiales chilenos por ser autores y cómplices en el asesinato del cantautor, muerto cinco días después del golpe de Estado.

En declaraciones a PL, el abogado querellante en el caso, Nelson Caucoto, quien representa a la familia de la víctima, afirmó que el gran desafío es llegar a la condena y dijo estar consciente de los obstáculos que se avecinan.

"Hay evidencias suficientes para que sean condenados", expresó el letrado, quien a nombre de la familia de Jara manifestó satisfacción porque luego de casi 40 años se pueda llegar a desenmascarar toda la verdad de los hechos y los responsables sean enjuiciados.

Caucoto calificó de paso trascendental las órdenes de arresto emitidas, luego de una pesquisa que definió como muy compleja, ya que se investigaron sucesos de hace más de tres décadas.

Los acusados como autores del crimen son: Hugo Sánchez y Pedro Barrientos, en tanto Roberto Souper, Raúl Jofré, Edwin Dimter Bianchi, Nelson Hasse Mazzei y Luis Bethke Wulf son los cómplices. El juez dictaminó el arresto internacional de Barrientos, por encontrarse fuera de Chile, y la conducción del resto del grupo al Primer Batallón de Policía Militar.

El proceso judicial que se avecina abordará uno de los capítulos más oscuros del pasado chileno, sobre el cual todavía existen muchas interrogantes.

Tras la asonada golpista del 11 de septiembre, la entonces Universidad Técnica del Estado fue cercada por tropas del Ejército, que ocuparon el recinto y apresaron a estudiantes y profesores —entre ellos Jara—, quienes fueron conducidos al Estadio Chile, que fue convertido en un centro de la muerte.

Antes de morir, el cantante y militante comunista fue sometido a torturas por varios días. Testigos contaron cómo un subteniente comenzó a jugar a la ruleta rusa con su revólver apoyado en la sien de Jara. De esa manera salió el primer tiro mortal que impactó en su cráneo. Luego, oficiales del Ejército le dispararon 34 balazos y botaron su cuerpo a la calle.

Su cadáver fue hallado junto a otros tres cuerpos en las cercanías del Cementerio Metropolitano días después, víctima de diversos impactos de bala, según los exámenes médicos realizados.

En mayo del 2009, la Corte de Apelaciones de Santiago ratificó el encarcelamiento de José Adolfo Paredes, un soldado que participó en la tortura y asesinato del artista.

Paredes, quien tenía 18 años de edad cuando ocurrió el crimen, confesó su participación en los hechos y confirmó que al cantautor le cortaron las manos antes de asesinarlo, hecho con el cual intentaron hacer ver que silenciaban su música.

La figura de Víctor Jara es un referente latinoamericano de la canción protesta, de fuerte compromiso político y social.