sábado, 15 de diciembre de 2012

BASHAR AL-ASSAD, SIRIA Y LA VERDAD SOBRE LAS ARMAS QUÍMICAS

Robert Fisk
The Independent, 08/12/2012

Traducido por Silvia Arana para Rebelión.




El padre de Bashar, Hafez al-Assad fue brutal pero nunca usó armas químicas. ¿Saben cuál fue el primer ejército que usó gases tóxicos en el Medio Oriente?

Cuanto más grande sea una mentira, más gente la creerá. Todos sabemos quien dijo esta frase -y sin embargo sigue funcionando. Bashar al-Assad tiene armas químicas. Las podría usar contra su propio pueblo. Si lo hace, el Occidente responderá. Escuchamos esto el año pasado -y el régimen de Assad dijo una y otra vez que, en caso que las tuviera, jamás las usaría en su propio país.

Pero ahora Washington está repitiendo el mismo cántico de las armas químicas una vez más. Bashar tiene armas químicas. Las podría usar contra su propio pueblo. Y si lo hace...

Bueno, si lo hace, Obama y Madame Clinton y la OTAN van a enojarse muchísimo. Durante la semana pasada, todos los seudo expertos de siempre, quienes ni siquiera son capaces de localizar Siria en un mapa, nos han alertado sobre las armas químicas, biológicas y gas mostaza que Siria posee -y que podría usar. ¿Cuáles son las fuentes informativas? Los mismos especialistas de fantasía que no dieron ningún alerta sobre el 11 de septiembre pero que en el 2003 dijeron insistentemente que Saddam tenía armas de destrucción masiva: "Fuentes de Inteligencia Militar Anónimas", cuyo acrónimo sería FIMA.

Efecto teatral

Y ahora, el efecto teatral. Una persona de Canadian Broadcasting Corporation (Corporación Canadiense de Radiodifusión) me llamó esta semana para hablar sobre Hafez al-Assad y el uso de armas químicas en Hama durante la revuelta sunnita de 1982. Las fuentes eran las mismas y viejas conocidas FIMA. Pero como yo había estado en Hama en febrero de 1982 -razón por la cual me llamaron- y aunque el ejército sirio de Hafez hizo una carnicería contra gente de su propio pueblo (quienes a su vez, habían asesinado a funcionarios del régimen y a sus familiares), nadie usó armas químicas.

Ni un solo soldado sirio llevaba máscaras antigas. Ni un solo civil. No había aquel aire peligrosamente perfumado, que yo y mis colegas percibimos cuando nuestro aliado de esa época, Saddam, usó armas químicas contra los soldados iraníes en los ochenta. Ni nadie, entre las docenas de sobrevivientes civiles a los que entrevisté a lo largo de 30 años después de los eventos, mencionó el uso de gases tóxicos.

Pero ahora debemos creer que sí las usaron. Y ha comenzado el pueril cuento de hadas: Hafez al-Assad usó gases tóxicos contra su propio pueblo hace 30 años en Hama. Por lo tanto, su hijo Bashar podría hacer lo mismo. ¿No fue esa una de las razones por la que invadimos Irak en 2003; porque Saddam usó armas químicas contra su propio pueblo y lo podría volver a hacer?

Patraña

Sí, cuanto más grande sea la mentira, mejor. Ciertamente que nosotros, los periodistas, hemos cumplido con nuestro deber de diseminar esta patraña. Y Bashar -cuyas fuerzas son responsables de muchas inequidades- está a punto de ser acusado de un crimen que no cometió y que su padre tampoco cometió. Las armas químicas no anuncian nada bueno, amigos. Es por eso que EE.UU. junto con Alemania (por supuesto) le proporcionaron a Saddam los componentes para hacerlas.

Es por eso que, cuando Saddam las usó por primera vez en Halabja, las FIMA les informaron a los agentes de la CIA que debían acusar a Irán. Y sí, es probable que Bashar tenga algunos químicos en contenedores oxidados en alguna parte de Siria. Madame Clinton está preocupada de que estos puedan "caer en manos equivocadas" -como si en la actualidad estuvieran en "manos correctas". Pero si los rusos le han dicho a Bashar que no las use, ¿por qué este se pondría en contra del único superpoder aliado que tiene?

Y ya que estamos en el tema, ¿quiénes fueron los primeros en usar gases tóxicos en el Medio Oriente? ¿Fue Saddam? No. Fueron, por supuesto, los británicos, bajo el mando del General Allenby, contra los turcos en Sinaí en 1917. Y esa es la verdad.



El General Edmund Allenby entrando
victorioso en Jerusalem en 1917