domingo, 30 de noviembre de 2014

NACE EN PORTUGAL "JUNTOS PODEMOS", UN MOVIMIENTO INSPIRADO EN EL PODEMOS ESPAÑOL

La Voz de Galicia27/11/2014

Serán los propios ciudadanos los que decidan si este movimiento desemboca en la constitución de un nuevo partido a través de una asamblea ciudadana



Un nuevo movimiento ciudadano que persigue una democracia más justa fue presentado este jueves en Lisboa bajo el nombre de Juntos Podemos y, aunque no mantiene una afiliación directa con el partido español Podemos, sí se inspira en su actividad. «No somos una franquicia de Podemos», dijo a la prensa Paula Gil, una de las encargadas de presentar este nuevo movimiento, que mantiene una «colaboración estrecha» con el partido español y quiere «aprender» de su experiencia.

Los impulsores de Juntos Podemos defienden que no se sienten representados por las actuales fuerzas políticas y por ello buscan dar voz a los ciudadanos, para decidir «en conjunto» cómo es la democracia en la que quieren vivir. Serán los propios ciudadanos los que decidan si este movimiento desembocará en la constitución de un nuevo partido político, puesto que el destino de Juntos Podemos se resolverá en una asamblea ciudadana los próximos 13 y 14 de diciembre. «Si las personas que participen deciden que constituirse como partido es una forma concreta para la acción, entonces se hará, pero si prefieren utilizar otros medios de acción el resultado será diferente», explicó otra de las portavoces, Rita Merêncio.

La presentación de Juntos Podemos se produce apenas seis días después de la visita a Lisboa del líder del español Podemos, Pablo Iglesias, que participó en un mitin organizado por el marxista Bloque de Izquierda (BE, por su siglas en portugués).

Pero la idea de crear este movimiento se originó en una conferencia el pasado julio -a la que también acudieron algunos representantes de Podemos-, si bien los últimos escándalos surgidos en Portugal reforzaron la necesidad de lanzar el proyecto. «Asistimos a esta sucesión de acontecimientos extremadamente nefastos y tóxicos para la democracia y decidimos que era necesario devolver la voz a los ciudadanos», afirmó la tercera portavoz del movimiento, Joana Amaral Dias.

El desplome del Banco Espírito Santo (BES), la trama de corrupción ligada a la concesión de visados especiales a extranjeros y la reciente detención y encarcelamiento del ex primer ministro José Sócrates, sospechoso de fraude fiscal, blanqueo de capitales y corrupción, fueron algunos de los casos mencionados por la portavoz. La corrupción es precisamente una de las principales preocupaciones de los que conforman este nuevo movimiento, que eligió presentarse ante los medios frente a las dependencias del Consejo de Prevención de la Corrupción.

Amaral Dias adelantó que la asamblea de diciembre contará con la participación de conferenciantes nacionales e internacionales, así como de otros movimientos y asociaciones civiles, entre los que se incluyen representantes de Podemos. «Con la asamblea se inicia un proceso democrático para construir un sujeto político, donde todos los ciudadanos, las organizaciones de la sociedad civil e incluso los partidos políticos puedan decidir lo que quieren», explicó Amaral.

CANCILLER SIRIO A RT: "EL TERRORISMO ES UN INSTRUMENTO EN MANOS DE OCCIDENTE"

RT, 30/11/2014



La prioridad para Siria es hacer frente al terrorismo, que es “simplemente un instrumento en manos de la coalición internacional y los países vecinos”, señaló en una entrevista a RT en inglés el ministro de Asuntos Exteriores sirio, Walid al Muallem.

“Si a los sirios los hubieran dejado en paz habrían solucionado ellos mismos sus propios problemas internos. Tanto la injerencia externa como la regional en los asuntos de Siria impidieron un acuerdo político. Es precisamente esta intervención lo que ayudó a fortalecer el terrorismo dirigido contra Siria”, dijo a RT el canciller sirio.

Muallem informó que el problema de Siria es una “conspiración de sus países vecinos” y nombró a “Turquía, Arabia Saudita, Catar, Jordania y algunos Estados de fuera de la región” como participantes en esta conspiración.

“Mientras continúa la interferencia externa Siria el terrorismo está desgarrando [el país]”, afirmó, y explicó que la interferencia exterior “se refleja en las acciones de la coalición internacional y en el flujo de terroristas que cruzan” las fronteras sirias.

“Los ataques aéreos no bastan para derrotar al Estado Islámico”

Durante la entrevista el canciller sirio subrayó en repetidas ocasiones el peligro que representa el Estado Islámico (EI) tanto para Siria como para otros países de la región.

En este contexto sostuvo que el violento grupo se hace “cada día más fuerte, pese a los ataques aéreos de la coalición”.

“Los que piensan que la coalición conseguirá acabar con el EI solo con ataques aéreos se equivoca totalmente”, cree Muallem.

Para el canciller la razón del aumento del número de terroristas “es simple: Turquía, un aliado de EE.UU., no cumple con las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU relativas a los canales de abastecimiento a los terroristas […] Según los datos de la ONU, cada mes a través de la frontera entre Turquía y Siria entran [a Siria] mil terroristas de 80 países”, dijo.

“Planes maliciosos de EE.UU.”

En cuanto a EE.UU. y sus intentos de combatir el terrorismo, como suelen anunciar desde Washington, el político sirio dijo que las intenciones de la parte estadounidense “hacen dudar”.

“Si EE.UU. fuera sincero en sus intenciones de luchar contra el terrorismo, habrían llamado al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para obtener la autoridad internacional para esta lucha, y no habría excluido de este proceso a importantes países de la región, como Siria, que ha estado luchando contra el Estado Islámico en tierra y desde el aire. No habría excluido de esta lucha a Irán y a Rusia”, explicó Muallem, que también dijo que “siempre persisten los planes maliciosos” de los estadounidenses.

“Además, EE.UU. está tratando de influir en la voluntad del pueblo sirio”, liderando un lucha “obscena” contra el presidente Al Assad, constató.

sábado, 22 de noviembre de 2014

EL CONFLICTO QUE OCCIDENTE HA PROVOCADO EN UCRANIA

Rafael Poch
La Vanguardia, 20/11/2014

Víktor Yushchenko pone flores en la estatua de Bandera


No son las fracturas y diversidades regionales de Ucrania, sino la geopolítica lo que explica el actual conflicto. Veinticinco años de incumplimiento del espíritu que acabó con la guerra fría y el avasallamiento hacia Rusia practicado desde entonces, provocaron una reacción defensiva e irreversible de Moscú que se presenta como ofensiva y esquizofrénica. Esa reacción supone un precedente de desafío intolerable para Occidente y es lo que suscita y motiva las sanciones contra Moscú, cuyo efecto va a ser, a la vez, dañino y estimulante de cambios para el sistema ruso. En esta partida Rusia no tiene marcha atrás sin arriesgarse a un derrumbe de su régimen de consecuencias incalculables. La torpe política exterior alemana, cuyo papel en los Balcanes ya fue nefasto hace una década, tiene una gran responsabilidad.

I) Pueblos hermanos

Se dice que rusos y ucranianos son “pueblos hermanos”, y es verdad. Siglos de vida en común, dos lenguas bien parecidas y una geografía sin obstáculos físicos, de llanuras surcadas por ríos mansos, que complica y difumina todo concepto de frontera. Al mismo tiempo, el parentesco fraternal no es incompatible con fuertes diferencias de carácter. Cuando una abuela dice sobre sus nietos, “¡Qué diferentes son, parece mentira que sean hermanos!” está formulando un tópico familiar de los más recurrentes. Veamos algunas de esas diferencias.

Como tantos otros países, Ucrania contiene una considerable diversidad regional entre el Oeste y el Este. Simplificando: cuanto más hacia Rusia, más ruso se habla, mayor influencia del cristianismo oriental adscrito al Patriarcado (ortodoxo) de Moscú y menos perceptible se hacen las diferencias fraternales. Cuanto más al Oeste mas fuerte es la identidad nacional ucraniana, el carácter mixto (oriental-occidental) del cristianismo, etc., etc.

A lo largo de su historia, Ucrania vivió varios procesos de integración, bien en la órbita rusa, bien en la polaca. Al colisionar con el poder superior ruso, el nacionalismo burgués ucraniano se vio condenado a colocarse bajo patronazgo extranjero. En el siglo XX sus efímeros gobiernos se afirmaron bajo la protección militar alemana (el del atamán Skoropadski) o polaca (Petliura). El nacionalismo popular ucraniano fue más antipolaco y antijudío que anti ruso. Políticamente fue frecuentemente socialista o social-revolucionario y al final, en un contexto de grandes convulsiones como los de la guerra civil rusa, tuvo que decantarse entre blancos y rojos en beneficio de los segundos.

El espacio ucraniano ha sido frecuente campo de batalla. En el siglo XVII conoció la revuelta de Bogdan Jmenitski contra la unión polaco-lituana, en el XVIII el zar Pedro I se impuso a los suecos en Poltava, y en el siglo XX fue uno de los principales escenarios bélicos tanto de la guerra civil rusa como de la Segunda Guerra Mundial.

El periodo 1917-1922 contiene en Ucrania un sinfín de conflictos. Parte de los nacionalistas ucranianos lucharon junto con los alemanes y austro-húngaros y otra parte contra ellos. La población ucraniana pro rusa se dividió en su lucha a favor de una Rusia unida, unos con los rojos y otros con los blancos. Otras fuerzas, como la del ejército campesino de Nestor Majno, con un gran componente social libertario y nacional ucraniano, lucharon tanto contra los rojos como contra los blancos.

Para comprender el actual mapa de Ucrania es ineludible hablar de tres regiones. En primer lugar Galitzia, zona occidental de claro dominio de la lengua ucraniana, con influencia católica mestiza (greco-católicos o “uniatas”), que en su mayoría nunca formó parte del resto de Ucrania ni estuvo sometida a Rusia hasta Stalin en los años cuarenta, después de dos siglos de  sometimiento a regímenes polacos o austro-húngaros opresivos. De Galitzia partió en el siglo XIX el más fuerte impulso nacionalista. Ya en la época postsoviética desde allí se ha irradiado hacia el resto del país la ideología nacionalista más fuerte, con su particular narrativa histórica sobre la URSS: la revolución bolchevique como asunto “ruso” o “judío” (ignorando la larga lista de ucranianos presente en la dirección bolchevique), la mortífera hambruna de los años treinta con varios millones de muertos como “genocidio comunista-ruso contra el pueblo ucraniano” (ignorando que la misma hambruna de esos años devastó igualmente zonas rusas en el Don, Kubán,Volga, etc. y que esas mismas hambrunas eran crónicas en la época zarista), todo ello aspectos de la nueva historia adecuada a la nueva estatalidad adquirida en 1991 que debía enmendar la historia oficial soviética, igualmente repleta de omisiones y manipulaciones.

Desde sus orígenes a principios de siglo XX, las organizaciones armadas del nacionalismo ucraniano en Galitzia (que entonces actuaban contra el dominio polaco) estuvieron financiadas y teledirigidas por el Abwehr, el espionaje alemán. Durante la Segunda Guerra Mundial los invasores alemanes fueron recibidos como libertadores por muchos ucranianos occidentales que habían sufrido la cruda represión estalinista y las hambrunas. Una vez más, la invasión hitleriana dividió a los ucranianos en dos bandos; el mayoritario que luchó con el ejército soviético contra el fascismo, y el minoritario de nacionalistas de Ucrania Occidental que fue utilizado por los nazis como fuerza de choque, creó una división SS específica y actuó frecuentemente de una forma aún más cruel que sus amos contra judíos y comunistas, empuñando la bandera de la liberación nacional ucraniana.

La Iglesia Católica Ucraniana da misa 
para la Dicvisión de las SS Galitzia

Hay que decir que los ucranianos occidentales no fueron los únicos “colaboracionistas”: también los rusos del ejército de Vlasov, tártaros, chechenos, cosacos, etc. tuvieron representantes en el ejército alemán.

A los colaboracionistas de Ucrania Occidental, cuya relación con los nazis no fue fluida e incluyó episodios de enfrentamientos armados, se les conoce como “banderovski” por el nombre de su principal líder, Stepan Bandera. Con la victoria soviética y la incorporación definitiva de Galitzia a la URSS en 1945, los banderovski mantuvieron una guerrilla muy brava contra el NKVD de Stalin, recibiendo apoyo de la CIA en armas y lanzamiento de paracaidistas. Su cuartel general en Europa estaba en Munich, donde Bandera fue eliminado por un agente de Stalin en 1959…

Esta corriente, con la que en la época de la Perestroika solo se identificaba un sector minoritario del nacionalismo ucraniano, es reconocida hoy por un sector mucho más amplio como símbolo de la liberación nacional, o por lo menos como inspiradora de su principal ideología y narrativa nacionalista.

En el sur y el Este de Ucrania, la llamada Novorossia, siempre se rechazó con toda claridad cualquier glorificación de los fascistas banderovski. Se trata de un arco que va desde Járkov, en el norte, hasta la región de Odesa en el sur-oeste, mayoritariamente ruso parlante y con gran población que se define como “rusa”. Ese arco no formó parte de Ucrania hasta la guerra civil de los años veinte (era la parte más industrial y a los bolcheviques les interesaba tener una base obrera en el gran universo campesino que era Ucrania), conserva una fuerte memoria soviética de la Segunda Guerra Mundial, y, al mismo tiempo, desde la nueva independencia de 1991 tendía hacia una cierta lenta ucrainización, o, por lo menos, a acentuar sus diferencias sutiles y difusas con Rusia. A grandes rasgos, Novorossia (la “Rusia nueva”) fue objeto de la reconquista imperial rusa en los siglos XVII y XVIII.

Mención especial merece la península de Crimea, tierra ancestral rusa, poblada por rusos y rusoparlante en un 80%, por donde llegó el primer cristianismo a la Rus de Kiev (¿el primer estado ruso fue ucraniano, o es el primer estado ucraniano se llamaba Rusia?, eh aquí un interesante objeto de disputa entre besugos), reconquistada por Catalina II a los tártaros del janato Crimea -el último vestigio de la Horda de Oro heredero del imperio de Chingiz Jan, para entonces un satélite del Imperio Otomano. Crimea fue escenario de glorias militares rusas y soviéticas, tanto durante la guerra de Crimea del XIX (todos contra Rusia) como durante la Segunda Guerra Mundial, con heroicas batallas en Sebastopol, Kerch y Odesa. La caprichosa entrega de Crimea a Ucrania por Jruschov en 1954, desgajándola de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia (RSFSR) en una época en la que las diferencias entre repúblicas era completamente irrelevante, tuvo un carácter simbólico. A partir de la disolución de la URSS eso se convirtió en un problema.

Otra diferencia entre rusos y ucranianos tiene que ver con su tradición política, con las formas, símbolos y héroes en los que unos y otros se sienten identificados. Aquí el contraste entre los hermanos es importante. Ucrania fue un país situado geográficamente en el límite y la confluencia de grandes imperios (turcos, polacos, rusos). Su propio nombre, “U-kraine”, significa algo así como “junto al límite”, “en la frontera”, un espacio al que la autoridad imperial de unos y otros, y sus relaciones de servidumbre, apenas llegan o se perciben como algo lejano y difuminado. Esa posición determinó cierta holgura y libertad, un “arréglatelas tu mismo como puedas y sin gobierno” que asociamos al espíritu de frontera del “Far West”.

Los héroes de esa tradición política son líderes cosacos “libres” que luchan; ahora contra los turcos, ahora contra los polacos o contra los rusos, absorbiendo rasgos de unos y otros (Maidán -plaza- es una palabra turca). Todo eso es muy diferente de la tradición rusa, que es una galería llena de cuadros de grandes zares y caudillos absolutistas tanto más grandes cuanto más Estado e Imperio construyen.

Esa diferencia ha influido en la diferente evolución que ha tenido la formación de los estados postcomunistas pese a su común régimen oligárquico.

Mientras en Rusia tras una época turbulenta se ha recuperado la “vertical de poder” con su vector tradicional autocrático con considerable facilidad (eso es lo que representa Putin), en Ucrania el Estado ha sido mucho más débil. Eso ha hecho que la sociedad haya sido mucho más suelta, incontrolada e independiente hacia el poder que en Rusia, lo que ha tenido ciertas ventajas para la autonomía social y también serios inconvenientes para estabilizar un gobierno efectivo independiente de intereses externos…

Dicho todo esto y situados ya un poco ante el mapa, hay que decir que por más que esas semejanzas y diferencias sean importantes para comprender el universo ruso-ucraniano y para entender la diversidad interna de Ucrania, apenas aportan una explicación concreta a lo que tenemos hoy encima de la mesa: una verdadera fractura que explota en una guerra civil. ¿Cómo ha podido podrirse tanto la situación para que los hermanos se tiroteen y bombardeen?

Para comprender eso, no hay más remedio que fijarse en los regímenes políticos -igualmente emparentados- de Rusia y Ucrania.

II) Privatización y regímenes

En los años noventa, Rusia y Ucrania sufrieron el mismo proceso de saqueo de su economía, sus recursos, su patrimonio material nacional, a manos del mismo estrato administrativo-burocrático-oligárquico del antiguo régimen comunistoide, la Estadocracia (Cheskov). Eso que se conoce como “privatización” dio lugar al mismo tipo de sistema de capitalismo oligárquico. La diferencia con Rusia ha sido “el factor Putin”.

Si en Rusia con el cambio de siglo acabó emergiendo un poder político que restableció la vertical de poder y sometió a los magnates de la privatización a unas reglas de juego en las que era obligatorio reconocer la primacía del Estado, en Ucrania eso no ocurrió. Después de los años noventa, la política ucraniana continuó siendo la lucha entre, fundamentalmente, dos grupos de magnates. Unos vinculados industrialmente a Rusia y por tanto que tendían geopolíticamente hacia ella, y otros mucho más en la órbita occidental.

Esos grupos apenas  se diferenciaban internamente en su programa socio-económico, maltrataban exactamente igual la aparición de cualquier manifestación social o de izquierda, y mantenían una cruda lucha subterránea por el poder. Ambos grupos se disputaron ese poder y alternaron en él, con incidentes pero sin llegar a un enfrentamiento abierto y militar como el de octubre de 1993 en Moscú.

Cada uno de los dos bandos de este sistema clánico-oligárquico con fuertes anclajes en la descrita diversidad regional ucraniana, era demasiado débil para imponerse definitivamente a sus adversarios. Esa debilidad hizo que cada uno de ellos aumentara la conexión y dependencia clientelista hacia el elemento geopolítico exterior. Los intereses de los grandes vecinos se mezclaron cada vez más en una amalgama, junto con los intereses económicos, industriales e ideologicos, “orientales” u “occidentales”  de cada bando. Sobre esa lógica de poder actuaron tanto subvenciones rusas al suministro de gas, como la compra y financiación de ONG, medios de comunicación e instituciones con los 5000 millones de $ reconocidos por la señora Nuland, vicesecretaria de Estado norteamericana, o por su vector correspondiente alemán, polaco y europeo en general.

Diferencia fundamental entre esos dos vectores externos era que si Moscú era desde el principio consciente de la diversidad interna de Ucrania y de la imposibilidad de imponer por completo sus intereses allá sin romper el país, en Washington, Bruselas y Berlín se buscaba, cada vez más, una victoria total y definitiva, ignorando los peligros de una fractura.

Ese sentido común acerca de la necesidad de cierto equilibrio interno había regido la política ucraniana de los dos bandos oligárquicos enfrentados desde 1991 hasta 2014. Siempre que uno u otro bando llegaba al poder en Kiev, ambos gobernando sobre el mismo fondo de corrupción y parasitismo (muy superior al de Rusia), había conciencia de que el país sería ingobernable y se rompería si se ignoraban por completo los intereses del otro. La propia población, socialmente muy descontenta con el poder tanto en el Este como en el Oeste del país, dependía de la apertura y el acceso a los grandes vecinos orientales y occidentales. De los 45 millones de ucranianos, unos seis millones respondieron a la pobreza emigrando a trabajar en el extranjero, unos 3 millones hacia Rusia (ucranianos de Novorossia) y otros tres hacia Polonia y la Unión Europea, mayormente ucranianos occidentales.

III) La revuelta del Maidán y su secuestro.

En este contexto de debilidad del poder ucraniano que acentúa el recurso de los dos grupos oligárquicos enfrentados a padrinazgos geopolíticos exteriores, apareció la provocativa y desestabilizadora oferta de la Unión Europea de un acuerdo de “Asociación oriental” con Ucrania. Hay que decir que a diferencia de la Unión Aduanera propuesta por Moscú, esa oferta europea se planteó desde el principio como excluyente, no compatible y no negociable con cualquier interés ucraniano vinculado a Rusia. Dada la permeabilidad existente entre los mercados ruso y ucraniano, abrir el segundo a la UE significaba perjudicar directamente la economía rusa. En materia de seguridad, la Unión Europea dejaba claro en aquel tratado que Ucrania debía ponerse en sintonía con “Europa” en su política exterior y de seguridad, fundamentalmente adversa a la de Moscú.

Mientras Moscú y Kíev pedían a la Unión Europea una negociación a tres bandas para solucionar el entuerto, la canciller Merkel se negó rotundamente a admitir a Rusia en cualquier negociación con Ucrania. Eso hizo que la jugada de la adhesión a “Europa” se convirtiera en una bomba desestabilizadora que transformaba equilibrios y diferencias, territoriales y de intereses, hasta ahora gobernables en una verdadera fractura.

Esa circunstancia, unida a las improvisadas contraofertas y fuertes presiones de Moscú, alimentó las más que razonables vacilaciones del Presidente Viktor Yanukovich. El no de Yanukovich al tratado con la UE hizo estallar el descontento social contra la corrupción, la oligarquía, contra el gobierno inefectivo, opaco y socialmente injusto, aspectos que el polo popular occidentalista ucraniano asocia con el modelo ruso.

El primer Maidán fue un movimiento surgido de un impulso genuinamente popular que expresaba elementales deseos de regeneración democrática, civil y nacional. Pero a diferencia de, digamos, el 15-M, tenía detrás a uno de los dos bandos oligárquicos y a los socios exteriores americanos y europeos (particularmente polacos y alemanes), con apoyo de medios de comunicación locales e internacionales, por lo que desde el principio estaba bien cargado de ambigüedad social y geopolítica.

El gobierno de Yanukovich respondió  a ese desafío con gran inseguridad, represión y juego sucio: movilizando bandas de lumpen que apalizaban a activistas, etc., lo que aún indignó más a la gente.

Por si solo, el sujeto que formaba la infantería de este Maidan (la intelligentsia creativa, los grandes y pequeños hombres de negocios del sector servicios, estudiantes, profesiones liberales y funcionarios apoyados por los clanes oligárquicos “alternativos”), no era capaz de tomar el poder y tumbar al desprestigiado régimen -por otra parte electo y completamente legítimo desde el punto de vista formal. Para derribarlo se necesitaba una fuerza de choque, disciplinada, y dispuesta a jugarse el físico. Una caballería pesada. Esa fuerza fue la extrema derecha armada con la ideología nacionalista de tradición banderovski, apoyada por los oligarcas y los padrinos geopolíticos occidentales. Si la trama subterránea de complicidades, financiación, asesoramientos y adiestramiento de servicios secretos occidentales (americanos, polacos y alemanes) apenas ha trascendido, cuarenta políticos occidentales de primera fila, entre ellos primeras figuras de Estados Unidos y los ministros de exteriores de Alemania, Polonia, países bálticos, etc. pasaron por la plaza de Kiev repartiendo solidaridades y pastelitos. Fue ese segundo Maidán el que ejecutó el cambio de régimen en las jornadas de febrero en un contexto de batallas campales con incendio y toma de sedes ministeriales en medio de una masacre indiscriminada de manifestantes y policías (en total un centenar, además de más de una decena de policías) a cargo de tiradores de precisión el 20 de febrero, lo que precipitó la caída del gobierno y la huida del presidente.

El único estudio académico sobre aquella masacre, obra del profesor Ivan Katchanovski, de la School of Political Studies de la Universidad de Otawa concluye lo siguiente:

“The evidence indicates that an alliance of elements of the Maidan opposition and the far right was involved in the mass killing of both protesters and the police, while the involvement of the special police units in killings of some of the protesters cannot be entirely ruled out based on publicly available evidence. The new government that came to power largely as a result of the massacre falsified its investigation, while the Ukrainian media helped to misrepresent the mass killing of the protesters and the  police. The evidence indicates that the far right played a key role in the violent overthrow of the government in Ukraine.”

Obviamente si todo eso hubiera ocurrido con los vectores y escenarios invertidos -un gobierno favorable a los intereses occidentales, en México o Canadá, con políticos rusos, chinos y venezolanos de primera fila repartiendo pastelitos entre los manifestantes- no se habría celebrado como progreso democrático, sino como escandaloso y sangriento golpe de estado, terrorismo y demás…

El cambio de régimen en Kiev precipitó la revuelta del Este de Ucrania con padrinazgo ruso. Primero en Crimea, donde las declaración de soberanía y el posterior ingreso del territorio en Rusia, fue fácil por el amplio apoyo de la población y la presencia de la flota rusa, y luego en las regiones de Lugansk y Donetsk, con movimientos menores en todo el arco de Novorossia. Todas esas regiones, temerosas de las primeras disposiciones de un gobierno con participación de banderovski en materia de lengua, etc., y ante la evidencia de que sus derechos e intereses iban a ser atropellados, pidieron federalismo en pequeños antimaidanes prorusos, sin el menor apoyo de oligarcas locales (todos se pasaron a Kiev), que expresaban el mismo genuino descontento social y temor popular que el de Kíev desde un vector identitario y geopolítico distinto. La respuesta del nuevo gobierno de Kiev fue el envío del ejército en misión antiterrorista -lo que el presidente Yanukovich no se había atrevido a hacer- y que dio paso a la militarización y al actual escenario de guerra civil con 3700 muertos y decenas, sino centenares de miles de refugiados y desplazados. El horizonte más optimista sería una congelación del conflicto, y la creación de nuevos limbos jurídicos como ha ocurrido en Abjazia o en Transnistria.

Una vez más: si cambiamos las fichas, toda esta utilización de aviación y artillería contra ciudades habría sido valorado en Occidente como intolerable crimen contra la humanidad, etc., etc.

Dicho esto, se impone la evidencia de que todo lo que hubo y hay de genuinamente popular y liberador, tanto en el primer Maidán de Kiev como en la revuelta de Novorossia, importa muy poco a fin de cuentas en este conflicto en el que lo determinante es su dimensión geopolítica. Nada se entiende sin poner el zoom de nuestra observación en posición de gran angular.

IV) El Imperio del caos y la “arquitectura de la seguridad europea”.

La propaganda occidental achaca el conflicto de Ucrania a la maldad de Putin, al nuevo expansionismo ruso y propone cronologías tan descaradas como la película que comienza con la invasión rusa de Crimea. (Lamentablemente esa versión se lee también en órganos alternativos españoles manifiestamente desinteresados por la política internacional: 

Vamos a explicar que Rusia no ha desencadenado este conflicto y  que su actitud ha sido claramente defensiva y reactiva. Antes déjenme aclarar un aspecto:

El régimen oligárquico ruso tiene intereses correspondientes (aunque mucho más legítimos, desde el punto de vista de la historia y de la geografía) a los occidentales por: 1- Mantener su control y acceso a buena parte de los recursos naturales e industriales de Ucrania, 2- Ampliar su influencia geopolítica y 3- Por consolidar el régimen autocrático de Putin y la unión autoritaria de burócratas y magnates que lo sustenta, con medidas de tanta carga patriótica como el regreso de Crimea a Rusia.

Desde ese punto de vista, tal como afirma el profesor Mijaíl Buzgalin, la recuperación de Crimea es tan progresista como el intento de los militares de Argentina por hacerse con las Islas Malvinas ante Inglaterra.  

Todo esto hay que tenerlo en cuenta -sobre todo a efectos de la imprevisible evolución interna de Rusia en los próximos años- pero es bastante secundario e irrelevante al lado del hecho principal: por primera vez en un cuarto de siglo una gran potencia regional,  como es Rusia ahora,  le ha parado los pies a la superpotencia hegemónica del conglomerado imperial Estados Unidos-OTAN-Unión Europea. Es este desafío que crea un precedente, lo que es visto como intolerable y es contestado con sanciones y escenarios de nueva guerra fría.

La situación lanza señales a la correlación de fuerzas global y a la recomposición de las alianzas del mundo multipolar en formación. El siempre interesante Pepe Escobar se lanza a la piscina y ya anuncia un eje euroasiático Pekín-Moscú-Berlín para dentro de 20 o 30 años. Personalmente soy bastante escéptico no ya en este tipo de construcciones, sino sobre algo mucho más básico: sobre la mera posibilidad de pronosticar cualquier cosa de esa envergadura a 20 años vista en el actual mundo revuelto. Por eso, antes que perderse en inciertas proyecciones futuras más vale repasar la película que ha conducido hasta el conflicto ucraniano.

Durante la Perestroika, el pacto que Gorbachov acabó ofreciendo a Occidente fue el de cancelar la guerra fría a cambio de una arquitectura europea de seguridad integrada. Esa fue la oferta implícita de Moscú a Alemania y así fue entendida y aceptada por todos los actores. A nivel contractual todo eso quedó reflejado en la Carta de París de la OSCE para una nueva Europa, firmada en el Elíseo en noviembre de 1990, es decir aún en vida de la URSS. Las implicaciones de tal esquema eran enormes. La integración soviética en Europa habría dado lugar a un gran conglomerado político-económico, con un gran mercado, una enorme potencia energética y cierto eje político París-Berlín-Moscú. Por mal que se jugase, aquella partida acababa con la hegemonía de Estados Unidos en Europa, a todas luces innecesaria una vez disuelto el enemigo. Todo esto no funcionó por varias razones.

Sin duda Washington lo percibió enseguida como una amenaza a sus intereses generales y actuó en consecuencia. Gorbachov pecó también de ingenuidad al no amarrar aquellos pactos en acuerdos y contratos sólidos, confiándose en acuerdos entre caballeros. Pero en Moscú sucedieron también cosas que facilitaron mucho que este escenario fracasara.

En agosto de 1991 se produjo el golpe de estado de quienes consideraron que se había ido demasiado lejos. El golpe fracasó, porque sus autores no dispararon contra la gente, como luego haría en octubre de 1993 Boris Yeltsin con el aplauso de Occidente, y sobre todo porque la estadocracia ya estaba muy metida en la perspectiva de una entrada en el mercado global con privatización etc. Con todo, el proyecto de Gorbachov para Europa, lo que llamaba la “Casa común europea”, podría haber sobrevivido a aquello. Pero en diciembre la emancipación y degeneración de la estadocracia rusa liderada por Yeltsin, disolvió la URSS. Ya sin Gorbachov siguieron diez años de juerga en la que las energías de los dirigentes de Moscú se centraron en el saqueo del patrimonio nacional (privatización), renunciando a toda política exterior autónoma. Eso hizo que Occidente le perdiera por completo el respeto a Rusia y se convenciera de que podía tratar con ella como con un vasallo. En cualquier caso, Rusia ya no daba miedo: recordemos que era la época en la que 5000 guerrilleros chechenos batían al ejército ruso en el Cáucaso del Norte.

En ese contexto las actitudes cambiaron radicalmente. Si Rusia era tan débil podía hacerse con ella cualquier cosa. Un conocido estratega americano -hoy asustado por lo que se ha visto en Ucrania y partidario de la “finlandización”- propuso en aquella época desmembrar Rusia en cuatro o cinco estados, con una república de Extremo Oriente, otra siberiana, una Rusia europea, una confederación caucásica, etc., etc.

Esa fiesta se acabó cuando, una vez concluido el asalto al supermercado, en Moscú decidieron poner orden. Putin ha sido eso: el restablecedor de un orden elemental.

En 2001, mientras los americanos se deshacían de algunos de los acuerdos de desarme más importante de la guerra fría (PRO- ABM) y descafeinaban otros, y mientras tras la caída de Milosevic en una de esas revoluciones de colores el Washington Post editorializaba anunciando que la siguiente jugada sería en Bielorusia y Ucrania, Putin propuso su colaboración a Bush en el esfuerzo “antiterrorista” posterior al 11-S. Cedió acceso a Afganistán por la puerta trasera de Asia Central ex soviética y cooperó en logística e inteligencia todo lo que pudo. Todo eso no sirvió para nada. En Europa las cosas siguieron igual.

Mientras las bombas calientes de la OTAN caían sobre Yugoslavia, Javier Solana venía a Moscú a mediados de los noventa a convencer a los rusos de que la ampliación hacia el Este del bloque occidental, rompiendo todas las promesas, no tenía nada que ver con seguridad ni confrontación: “ya no estamos en los pulsos militares de la guerra fría”, decía. Evidentemente nadie le tomaba en serio. Fue así como, a partir de mediados de los noventa, se decide ampliar la OTAN.

En la primera etapa ingresaron, en 1999, Republica Checa, Polonia y Hungría. En la segunda, (2004) Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Rumanía, Eslovaquía y Eslovenia. Este proceso se hizo paralelamente a las intervenciones en Yugoslavia (1995 Bosnia, 1999 Kósovo), cuya lectura externa era anular el único espacio no sometido a la nueva disciplina continental tras la guerra fría, y entre sucesivas advertencias rusas sobre “líneas rojas” (avances del bloque que serían considerados inadmisibles en Moscú) que fueron ignoradas. En la cumbre de abril de 2008 en Bucarest la OTAN se plantea el ingreso de Ucrania y Georgia, con la oposición de Francia y Alemania. Sigue en agosto el ataque de Georgia a Osetia del Sur y la respuesta militar rusa. Pese a aquella señal la OTAN sigue sin renunciar a la integración de ambos países y prosigue su ampliación, en 2009, con Albania y Croacia.

A lo largo de todo el proceso, la Unión Europea ha sido un claro actor y comparsa de esta expansión, sugiriendo siempre que el ingreso en la OTAN es antesala al ingreso en la UE. En mayo de 2008 se da un paso cualitativo con la “Asociación Oriental”, un acuerdo económico diseñado para excluir a Rusia de su entorno más vital, cuyo rechazo desencadenará el cambio de régimen en Kiev.

A lo largo de 25 años, mientras se le iba avasallando, Moscú no ha dejado de insistir en el esquema de Gorbachov: reclamando un esquema de seguridad continental integrado. Entre 2008 y 2013 seguí esa situación desde la Conferencia de Seguridad de Munich, el foro atlantista más importante al que se invita a Rusia. El discurso ruso siempre fue muy claro en ese foro. (http://blogs.lavanguardia.com/berlin-poch/munich-el-occidente-autista)

En 2007 Putin denunció directamente el juego sin reglas en el que se había convertido el intervencionismo occidental. Dijo, “el hermano lobo no pide permiso a nadie y come donde quiere”, o algo así. En 2008 advirtió que “si Ucrania ingresa en la OTAN dejará de existir” porque se partirá. En 2009 el Presidente Dmitri Medvedev propuso celebrar en Berlín, “una cumbre paneuropea, abierta a Estados Unidos (fíjense en el detalle) para “preparar un acuerdo sobre seguridad europea jurídicamente vinculante” que ponga fin a las actuales tensiones. En lugar de globalizar la OTAN, usurpando el papel de la ONU, Europa debe  recrear la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa (aquella OSCE de la Carta de París de 1990), dijo. Todo eso se ha venido repitiendo hasta la saciedad pero nunca fue motivo de titular de prensa o de telediario en Europa Occidental. En la visión que se nos ofrecía, el “problema de Rusia” no era su exclusión, manifiesta y provocadora, del sistema europeo, sino la esquizofrenia de sus “percepciones de amenaza”, se nos decía en los raros momentos en que alguien se interesaba.


Con Ucrania toda esta arrolladora serie acumulada a lo largo de 25 años ha explotado y los motivos son claros. El alineamiento euroatlántico de Ucrania (en eso consistía el cambio de régimen inducido por Occidente en Kiev) significaba una amenaza directa a Rusia:

A- Se truncaba el proyecto de un gran mercado integrado y con ello un aspecto crucial de la consolidación de Rusia en su espacio.

B- La red de oleoductos y gaseoductos por las que Rusia exporta energía y genera el grueso de su ingreso -las venas de Rusia- pasan en una gran parte por Ucrania. Su privatización las ponía en manos de multinacionales americanas.

C- En las bases de Crimea (Sebastopol ciudad de glorias militares rusas y soviéticas), se habrían abierto bases de la OTAN.

D- Los 20 millones de rusos y rusófilos de Ucrania, se quedaban en una situación probablemente parecida a la de los rusos de Letonia: ciudadanos de segunda.

E- Naturalmente, todo eso se habría vivido en Rusia como una derrota enorme, una especie de 1905, y, por supuesto el régimen de Putin se habría tambaleado.

Así que la reacción rusa estaba cantada. Y solo a un imbécil le pudo sorprender: el mismo imbécil que ha estado sembrando el caos desde el fin de la guerra fría entre Afganistán, Irak, Libia, Siria, Yemen, Irak de nuevo, etc.: Ese imbécil peligroso es el Imperio del Caos.

Veamos ahora lo que tenemos sobre la mesa y lo que se vislumbra.

V) Conclusiones

1-Por ahora se constata el fracaso de Kiev en el intento de vencer militarmente a Novorossia. También la definitiva orientación hacia occidente del Estado ucraniano de Kíev, antes bicéfalo. El cambio de régimen se ha reducido a un cambio de figuras oligárquicas. Todo lo que podía haber de social y popular en el Maidán se ha perdido por el camino.

2- Partición irreversible de Ucrania y definitiva separación de Crimea de ese Estado, lo que, teóricamente, complica e impide que Ucrania entre en la OTAN (los documentos de la Alianza, exigen entrar sin pleitos territoriales).

3- Eso significa para Moscú la pérdida de Ucrania -menos parte de Novorossia- a cambio de ganar Crimea. Una victoria rusa más que relativa. Sin embargo lo que cuenta y determina sanciones occidentales, es el desafío y el precedente de respuesta que se ha establecido desde Moscú.

4-Depende como –en condiciones de fuerte desgobierno en Kiev con mas peso de los proamericanos de Yatseniuk y Parubi y menos de los alemanes Poroshenko/Klichkó- posibilidad de ampliar el ámbito separatista en Ucrania. (Poroshenko ha perdido mucho en las últimas elecciones, con solo un 40% de participación en Odesa, y alta participación en las elecciones separatistas del Este). Moscú no está interesado en tal ampliación que hoy equivaldría a meterse en un avispero.

5-Sobre las regiones rebeldes de Lugansk y Donetsk: dudas europeas e interés alemán en un alto el fuego y una congelación de la situación. Pésima gestión de Merkel de ese dubitativo interés alemán, mientras los medios de comunicación alemanes se suman a la personalización-denigración (“Putin”) y caricaturización del conflicto, ignorando sus verdaderos motivos, igual que el resto de los medios europeos.

6- Rusia ha acabado en Crimea con el monopolio americano-occidental a destruir el derecho internacional: “Cuando me acorralan, yo también me apunto a ese juego sin normas”, es el mensaje que lanza Moscú. Rusia afirma el principio de no consentir más intromisión en su territorio (la celebre “defensa de la taigá” practicada por el oso polar que no se siente a gusto en latitudes cálidas, la alegoría evocada por Putin en el foro de Valdai, el 24 de octubre aquí en inglés: http://www.voltairenet.org/article185864.html. En cualquier caso, clara voluntad de Moscú de no ceder posiciones.

7-Probable efecto múltiple, dañino y estimulante de cambios productivos y de línea política, de las sanciones occidentales contra Rusia. A este respecto hay que tener en cuenta que a lo largo del siglo XX, Rusia siempre estuvo sometida a sanciones. Que a diferencia de entonces, ahora está inserta en la red de la economía mundial y que por tanto puede sufrir más. Que Rusia es un país grande y muy autosuficiente y que el castigo podría contribuir a que modifique sustancialmente su modelo económico en dirección hacia algún tipo de nueva y exótica síntesis rusa, revitalizando su complejo industrial-militar, corrigiendo su política monetaria e incrementando el estatismo de su economía.

8- Abundancia de expertos americanos, desde halcones como Henry Kissinger y Zbigniew Brzezinski, hasta el ex embajador  John Matlock, partidarios de la “finlandización” de Ucrania, es decir de tener en cuenta los intereses de seguridad de Moscú configurando un estatuto de neutralidad geopolítica para Ucrania.

9- Europa en recesión (también algo tocada por las sanciones de respuesta rusa) y dividida sobre su apuesta geoestratégica fundamental: reformar o no la jugada tradicional de Estados Unidos por separar a la Unión Europea de Rusia, utilizando para ello a Inglaterra, Suecia, Polonia, Rumania y los países bálticos. Hay reticencias ante ese escenario, en Italia, Hungría, Chequia, y Eslovaquia, más abiertos hacia Moscú, con la torpe y fundamental Alemania pensando y con Francia ausente.

10- El precedente del desafío al Imperio del Caos, le da a Rusia cierta posición de liderazgo moral en todo ese mundo emergente “no occidental”, BRIC´s etc.

11-Improbabilidad de un bloque chino-ruso.

12-Probable consecuencia de toda la partida. La apuesta de Putin sigue siendo la de Gorbachov: la Casa común europea. En la hipótesis más optimista, el resultado del conflicto de Ucrania podría retrasar unos cuantos años más la integración de Rusia en un esquema europeo de seguridad. En la más pesimista, la guerra de Ucrania consolida y anticipa el escenario de un conflicto global de grandes proporciones.

viernes, 21 de noviembre de 2014

RESPUESTA A LA MANIPULACIÓN EN "ACTUALIDADES.ES", "ELECONOMISTA.ES" Y "EL SIGLO"

Vicenç Navarro
www.vnavarro.org, 21/11/2014

Vicenç Navarro manipulado 
por los mass "mierda"

Durante los años de mi largo exilio viví en varios países (Suecia, Reino Unido y EEUU), y pasé temporadas de mi vida asesorando a muchos gobiernos e impartiendo docencia en muchos otros países. Cuando pude integrarme de nuevo a España, me sorprendió ver la escasísima cultura democrática existente, tanto en las instituciones y debates políticos como en las prácticas mediáticas. En lugar de debates había un intercambio de insultos con una gran pobreza argumentativa. Y en los medios de información, la manipulación era constante. En ningún otro país he encontrado tan extensa insensibilidad democrática, en la que parece no haber límites en la destrucción del adversario. Ni que decir tiene que hay excepciones, y que la mayor parte de estas prácticas las realizan las derechas, herederas de las que dominaron el aparato dictatorial del Estado español. Pero, supongo que por contagio, tales prácticas aparecen con excesiva frecuencia entre algunas izquierdas también.

Cuando volví del exilio y me reincorporé de nuevo a la vida académica española, tuve que cambiar mis planes y añadir, como una responsabilidad más (además de realizar investigación y docencia), el intentar popularizar las áreas de conocimiento en las que trabajo, que son las políticas públicas, una mezcla de economía y ciencias políticas y sociales. En este proceso publico con gran frecuencia, presentando, por lo general, críticas a la sabiduría convencional que domina los mayores medios de información del país. Como era de esperar, recibo bastantes críticas, que serían bien recibidas si no fuera porque están, por lo general, acompañadas de insultos, sarcasmos y mala leche.

También decidí, al integrarme a España y Catalunya de nuevo, ayudar a las fuerzas políticas y movimientos sociales, incluyendo sindicatos, que me lo pidieron, asesorándoles en las áreas que creía podía ayudarles. Y el abanico de instituciones es amplio. Desde el Instituto de la Mujer del gobierno de CiU en un estudio de la prostitución en Catalunya, hasta el gobierno Tripartito en el tema sanitario, incluyendo el gobierno español durante la época presidida por el Sr. Felipe González, ayudando también a la candidatura del Sr. Josep Borrell. Durante los últimos años de la administración Zapatero, y más tarde durante el gobierno del PP, he sido muy crítico con las políticas de austeridad que se han impuesto a la población y que han dañado en gran medida el bienestar y la calidad de vida de las clases populares. Desde el inicio indiqué que, tal como ha ocurrido, dichas políticas harían un daño enorme sin que resolvieran el problema de fondo que tiene la economía española. También he criticado al gobierno del PP por su enorme insensibilidad hacia el carácter plurinacional del Estado español.

Recientemente, la dirección de Podemos me pidió que, con mi amigo Juan Torres, les asesoráramos en el desarrollo de sus propuestas económicas, invitación que acepté, pues simpatizo con su deseo de transformación del sistema político, que creo necesita cambios. Amigos y colegas míos me alertaron de que ello aumentaría mucho el nivel de hostilidad, y lo he podido ver en los pocos días que hace que se conoce que Juan Torres y yo estamos asesorándoles, preparándoles su programa económico. Ello no me ha sorprendido, pero lo que sí me ha cogido por sorpresa es que el grado de manipulación de algunos medios ha llegado a unos niveles que no había visto antes.

Se me ha presentado, casi única y exclusivamente, como asesor de Fidel Castro y de su gobierno, reduciendo todo mi currículum vitae a este dato, indicando además que he presentado el Estado de Bienestar cubano como el mejor del mundo. Un caso representativo es el de actualidades.es y elEconomista.es. Ambos ponen en titulares que “Vicenç Navarro, gurú económico de Podemos, asesoró a Fidel Castro en la Revolución”. El objetivo de esta manera de describirme es indicar que Podemos está copiando el modelo revolucionario cubano, y como prueba de ello me presentan a mí como asesor de ellos y de Fidel Castro, ¡todo un récord en la manipulación! He asesorado a muchísimos gobiernos, tanto en América Latina como en Europa, sin que se cite a ninguno de ellos. Fui, por ejemplo, asesor del gobierno de Unidad Popular del Presidente Allende en Chile, y fui asesor de la Sra. Clinton en el gobierno federal de EEUU, en la Casa Blanca, en la reforma sanitaria. He sido también asesor del gobierno sueco, así como del Parlamento Europeo, datos que, naturalmente, tales rotativos no han comunicado a sus lectores. De haberlo hecho no habrían alcanzado el objetivo que deseaban.

Es más, me alegra poder haber ayudado a la Revolución Cubana en sus primeros años, ayudándoles en sus reformas sanitarias, indicando también, en una entrevista hecha por estudiantes de la UPF, que Cuba tiene hoy el Estado del Bienestar más desarrollado “entre los países pobres de igual nivel de desarrollo”, frase que no aparece en la cita de tales rotativos. Y en la misma entrevista también indico que yo sería el primero en oponerme a la aplicación del sistema político cubano a España por su carencia de democracia representativa, criticando además tanto al gobierno federal de los EEUU como al gobierno de la derecha española por su hostilidad hacia el gobierno cubano, que dificulta la apertura de aquel Estado. Naturalmente que esta parte de la entrevista tampoco aparece en tales revistas. Y también aplaudía en mi entrevista la solidaridad mostrada por el gobierno cubano en su envío de ayuda a otros países, tal como aplaudió el Presidente Mandela de Sudáfrica, agradecido por el apoyo que Cuba ofreció para la liberación de Sudáfrica. Y más recientemente, la ayuda prestada por Cuba a los países con Ébola, hecho también aplaudido por el Ministro de Asuntos Exteriores de EEUU, el Sr. John Kerry. Ni que decir tiene que tales revistas no citan nada de ello.

Por último, lamento también que en una revista como El Siglo, que leo siempre con interés, su corresponsal haya escogido definirme también como consejero del gobierno cubano, mostrando con ello que incluso revistas más respetables que las anteriores se contaminan también de este tipo de comportamientos, que alcanzan niveles patológicos cuando se trata de Podemos. Agradecería a las personas demócratas en este país que protestaran frente a tanta canallada, la única manera de definir tales prácticas mediáticas en nuestro país.

jueves, 20 de noviembre de 2014

CASTILLOS EN GALICIA, LATIFUNDIOS EN ANDALUCÍA: EL FABULOSO PATRIMONIO DE LA CASA ALBA

eldiario.es, 20/11/2014



Tiziano, Velázquez, Goya, el primer mapa de América de Colón, el primer Quijote y la primera biblia en Castellano. Sólo en el palacio de Dueñas de Sevilla la Junta de Andalucía tiene catalogadas más de 1.500 obras de arte

La duquesa repartió su herencia en vida entre sus seis hijos y nueve nietos en 2011, pero será Carlos, el primogénito, el que gestione el patrimonio de la Casa de Alba a través de su Fundación

La siguiente generación pretende dejar atrás las viejas maneras y adentrarse en el nuevo siglo. Por eso ha creado la marca Casa D Alba


Muy pocos conocen la verdadera dimensión del patrimonio de la familia de la Casa de Alba de Tormes dentro y fuera de España. Se sabe, por ejemplo, que sus actuales titulares, los Fitz-James Stuart, son dueños de decenas de castillos y palacios, miles de hectáreas agrícolas, propiedades inmobiliarias, mobiliarias, una de las colecciones de arte más importante de España, y una espectacular biblioteca y archivo que conserva algunos de los documentos más importantes de la historia de España, acumulados a lo largo de los ya más de 540 años de historia de la familia.

Entre ellos, el testamento de Fernando el Católico, una de las primeras biblias en castellano (1429), la primera edición del Quijote (1605), o una veintena de documentos autógrafos de Cristóbal Colón. Buena parte de todo ello es gestionado a través de la Fundación Casa de Alba, y su valor, en realidad, es incalculable, ¿En cuánto podría cotizar el primer mapa de América levantado por la propia mano de Colón en una sala de subastas? En cualquier caso, el archivo está tasado en 41 millones de euros, y los 18.000 volúmenes de la biblioteca en más de 20.

La fundación tiene su sede en el Palacio de Liria que, situado junto a la calle de la Princesa de Madrid, fue una de las dos residencias principales de la que fuera XVIII duquesa de Alba de Tormes, Cayetana Fitz-James. La otra, en la que falleció, es el también palacio de Dueñas, situado en la calle del mismo nombre de Sevilla.

Sólo en ese palacio (que ocupa diez hectáreas, y que ya heredó en vida de la duquesa su nieto Fernando, primogénito del a su vez primogénito de la duquesa, Carlos, y por tanto heredero del título nobiliario) la Junta de Andalucía tiene catalogadas más de 1,500 obras de arte en su Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz.

Pero hay más. Destacan el Palacio de Monterrey en Salamanca, que también gestiona la fundación, o, también en la provincia de Salamanca, el castillo de El Tejado, heredado por su hijo Alfonso. La mansión marbellí de Las Cañas fue para su hijo Fernando, y el palacio de Arbaizenea, de San Sebastián, para su hijo Cayetano. Por su parte, su única hija, Eugenia, heredó la mansión ibicenca Sa Aufabaguera. Y también las 600 hectáreas del sevillano Cortijo de la Pizarra, en Gerena.

De hecho, además de mansiones, todos los hijos han heredado fincas rústicas, como el latifundio sevillano de Las Arroyuelas, que fue a parar a Cayetano, o el también latifundio cordobés Hacienda Buena Vista de El Carpio, que fue a parar al primogénito Carlos. También ocho de sus nueve nietos han heredado fincas agrícolas. No el noveno, Fernando, que en cambio heredó el palacio de Dueñas.

Castillos en Galicia, palacios en Salamanca, tierras en Castilla La Mancha, Extremadura y Andalucía, propiedades inmobiliarias repartidas por toda la geografía … Este reparto lo hizo la duquesa de Alba en 2011, antes de casarse con su actual pareja, Alfonso Díez. Buena parte de él lo gestionó a través de empresas, como Inversiones Princesa, Euroexplotaciones Agrarias, Eurotécnica Agraria, Agrotecsa, Agralsa … Pero, el patrimonio que forma parte de la Fundación será gestionado ahora por Carlos, heredero del título y como tal nuevo jefe de la Casa de Alba de Torres. Eso sí, deberá respetar la condición de que no puede vender ninguno de los bienes de la fundación sin el permiso expreso del Ministerio de Cultura. Incluidos las tapices, joyas y pinturas de Giordano, Velázquez, Rubens, Goya …

La fundación no se limita a gestionar palacios, archivos y colecciones de arte. Desde ellas se dirigen también algunas de las fincas más productivas, y se comercializan sus productos ya transformados y elaborados. Bajo el paraguas de la marca Casa D Alba, se comercializan ya tres productos con el marchamo gourmet: carne de vacuno de Salamanca, aceite de oliva de Córdoba y naranjas de Sevilla.

En total, en una entrevista concedida por Cayetano Mártínez de Irujo al diario económico Expansión, el patrimonio familiar de los Alba se "estima en 2.500 millones de euros".

Queda una propiedad por enumerar, el panteón familiar, que acogerá soló la mitad de los restos de la duquesa, que será incinerada. Construido en 1909 por su padre, Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó, es una capilla del Monasterio de la Inmaculada Concepción de Loeches (Madrid). Un Bien de Interés Cultural y parte del Patrimonio Histórico de España, fundado en 1640 por Gaspar de Guzmán y Pimentel, I Conde Duque de Olivares y antepasado de la duquesa. En esa capilla, diseñada a imagen y semejanza de El Escorial, se guardan los restos de once miembros de la familia, incluídos los dos anteriores maridos de la duquesa, Luis Martínez de Irujo y Jesús Aguirre.

La otra mitad de sus cenizas serán custodiadas, por su expreso deseo, en la iglesía de su cofradría sevillana favorita, la de Los Gitanos, que cada Semana Santa hacía estación de penitencia ante la puerta de su palacio. El templo fue levantado de nueva planta, con la financiación de la propia duquesa, sobre los restos de otro derruído.

¿ES LIBRE EL TRATADO DE "LIBRE COMERCIO" ENTRE EE.UU. Y LA UE?

Vicenç Navarro
www.vnavarro.org, 20/11/2014



Una de las áreas de macroeconomía donde el lenguaje contradice más las realidades que intenta definir es la que se conoce como libre comercio (dentro de la cual se incluye el propuesto Tratado de Libre Comercio entre EEUU y la Unión Europea). Como en todos los tratados de libre comercio, este tratado es promocionado, por sus promotores, como un tratado que intenta liberalizar el comercio, eliminando barreras que obstaculicen el intercambio comercial. Los principales promotores de estos acuerdos son las grandes empresas transnacionales, definidas erróneamente como multinacionales.

Lo primero que debe aclararse es que de libre comercio estos tratados tienen muy poco. La situación actual a los dos lados del Atlántico Norte ya permite la libre circulación del comercio, habiendo prácticamente desaparecido los impuestos y aranceles que solían dificultar el libre movimiento de productos y servicios. En realidad, tales tratados tienen muy poco que ver con facilitar el libre comercio. Lo que en realidad está detrás de estos tratados es proteger los intereses de dichas empresas frente a las regulaciones de los Estados que intentan proteger a la ciudadanía frente a sus prácticas desleales y dañinas para la población, que afectan a la salud y el bienestar de los ciudadanos, bien como trabajadores, consumidores o como personas que pueden estar sujetas a ofensas ambientales. De ahí que un elemento clave de estos tratados haya sido disminuir estas intervenciones públicas que existen en defensa de los ciudadanos de los países, y establecer tribunales de justicia que tengan mayor potestad y responsabilidad jurídica que los tribunales de cada Estado. Su objetivo es, pues, desarrollar sistemas jurídicos paralelos y con más poder que los tribunales nacionales. De ahí que cuando el gobierno de un Estado firma el tratado cede soberanía a una instancia superior. Las decisiones de sus Tribunales de Justicia pasan a ser secundarias a un Tribunal superior, el Tribunal que establece tal Tratado, siempre bien conocido por sus simpatías hacia tales transnacionales.

Es interesante notar que, por regla general, los partidos que más favorecen estos tratados son partidos conservadores y liberales (las derechas) que siempre se autodefinen como las fuerzas más “patrióticas”, siendo las que casi siempre ceden más la soberanía de sus Estados a favor de las empresas transnacionales. El caso español (incluyendo el catalán) es un claro ejemplo de ello.

La reproducción de las prácticas monopolistas

Un caso claro de ello es lo que está ocurriendo con la altamente monopolizada industria farmacéutica. Esta industria, claramente a la defensiva en estos día de crisis (generada en parte por el Ébola, pues nunca dieron ninguna prioridad a desarrollar la vacuna contra esta enfermedad), desea mantener la cláusula de permanencia de los monopolios, permitiendo a la empresa Gilead Sciences vender su medicamento contra la hepatitis C por 84.000$ (unos 67.000€) en EEUU, cuando este medicamento puede conseguirse por un precio mucho, pero muchísimo, más bajo en otro país (900$, unos 700€). Parecería lógico que en un Tratado de Libre Comercio los productores del mismo fármaco pero a un precio menor pudieran venderlo en el país donde el precio es mucho, pero muchísimo, mayor. Pues bien, la situación es precisamente la opuesta. Se protege a las empresas farmacéuticas que lo venden a un precio mucho más caro, manteniendo su monopolio sobre el mercado. Y a esto lo llaman libre mercado.

En realidad, estos tratados de libre comercio protegen descaradamente a las empresas que venden en varios países, lo que explica que se les llame multinacionales. Ahora bien, este término parecería indicar que son propiedad de varios países, lo cual no son. Son empresas transnacionales, basadas en un país, que a través del Estado en el que están basadas (por regla general, un país de economía más avanzada) ejercen su poder sobre el comercio internacional. Y cuentan con la protección del tribunal que gobierna cada tratado de libre comercio en beneficio suyo. De ahí que acompañando a los tratados de libre comercio siempre haya cláusulas que debilitan la normativa laboral, ambiental y social de los países que forman parte del tratado. Legislación que ha sido aprobada por los parlamentos nacionales resultado de la presión de fuerzas laborales, como sindicatos, o de prácticas políticas progresistas y/o verdes, se dejan de lado por considerarse que limitan el poder de las transnacionales. Y a esto, repito, también lo llaman libre comercio.

En Europa, este Tratado de Libre Comercio representa también una amenaza a los servicios públicos, como los Servicios Nacionales de Salud, que puede considerarse que vulneran el libre comercio de servicios, forzando la privatización de tales servicios. Esta ha sido una de las causas que defensores del Servicio Nacional de Salud de Gran Bretaña hayan denunciado dicho tratado. Las compañías transnacionales son plenamente conscientes de que sus acciones pueden ser muy impopulares, lo cual explica la falta de transparencia y opacidad de los preparativos de tal tratado. De ahí la urgencia de que haya una población bien informada para que pueda frenar tales comportamientos en los países afectados y sujetos al tratado. Por desgracia, los mayores medios de información y persuasión no han estado informando sobre los preparativos de tal tratado, en parte debido a la gran influencia que tales transnacionales ejercen en las instituciones políticas y mediáticas de los países. Y a esto, le llaman libertad de prensa. Es característico del discurso y narrativa dominante que la palabra libertad siempre se utiliza para defender los intereses de unas minorías que dominan aquellas instituciones que se presentan como democráticas las primeras (las políticas) y como plurales y libres, las segundas (las mediáticas). La libertad es, pues, la libertad para defender sus intereses. Así de claro.

lunes, 17 de noviembre de 2014

EL "SHOW" DE LA CNN: LA MENTIRA EN GRANDE Y LA VERDAD EN CHIQUITICO

Karen Méndez
RT, 08/11/2014



Con una frialdad escalofriante, este 7 de noviembre, el Procurador General de México, le anunció al mundo que los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, que están siendo buscados por sus familiares, amigos y por gran parte de la sociedad mexicana desde el pasado 26 de septiembre, fueron asesinados, calcinados, triturados y echados a un río en bolsas de basura luego de que policías municipales, siguiendo instrucciones del alcalde de Iguala, José Luis Abarca, los entregara al grupo narcoparamilitar Guerreros Unidos para que los desapareciera y así evitar que estos jóvenes entorpecieran un acto público de su esposa, María de los Ángeles Pineda.   

Con la misma frialdad con la que el procurador mexicano dio la noticia al mundo han reaccionado las grandes corporaciones mediáticas y los funcionarios estadounidenses, que desde hace décadas se han tomado la libertad de señalar, criminalizar, bloquear o intervenir a cualquier país del mundo con la excusa de estar defendiendo los derechos humanos.   

Sobre la desaparición forzada de los 43 estudiantes mexicanos, grandes corporaciones mediáticas como CNN se han limitado a informar sobre este caso sin ahondar, sin contextualizar y mucho menos levantar críticas contra un gobierno amigo de la Casa Blanca, que desde 2006 hasta la fecha tiene más de 20.000 personas desaparecidas y decenas de fosas comunes a lo largo y ancho de ese país. En esta ocasión CNN en Español se ha ahorrado los calificativos, las denuncias, los pronunciamientos internacionales, el 'show' y el despliegue informativo. Se han limitado a informar sobre un crimen de estado de tal magnitud con un humilde corresponsal en el DF que poco sale de su oficina.

Este tratamiento mediático contrasta con el despliegue técnico e informativo que hicieron en Venezuela desde el pasado 12 de febrero, cuando el dirigente de la extrema derecha venezolana Leopoldo López llamó a toda su militancia a tomar las calles hasta salir del presidente Nicolás Maduro. Apenas López hizo este llamado y sus seguidores literalmente empezaron a incendiar el país, CNN no perdió tiempo ni escatimó recursos. Dedicó casi toda su programación a Venezuela denunciando, sin pruebas, que el Gobierno arremetía y torturaba a estudiantes indefensos que buscaban una mejor calidad de vida. Además, envió casi de manera inmediata a sus reporteros 'estrellas' para que acompañaran a estos manifestantes; tanto así que estos opositores convocaban a sus marchas y cortes de ruta con acciones violentas diciendo "está garantizada la cobertura en vivo de CNN en Español".   

Fue así como a Venezuela llegaron, entre otros, Patricia Janiot (confesa opositora al Gobierno Bolivariano) y el mexicano Federico del Rincón, conocido periodista de la prensa roja en México, quien se dedicó durante más de un mes a acompañar a los más radicales manifestantes opositores y a silenciar todos los actos vandálicos que cometían.   

La estrategia de CNN en español consistió en manipular y divulgar información falsa. Por ejemplo, decían insistentemente que los manifestantes eran estudiantes pacíficos, sabiendo que algunos de los estudiantes de las universidades privadas que protestaban solo lo hacían durante el día, pero que apenas caía el sol los grupos radicales de la extrema derecha (que no eran estudiantes) empezaban a quemar universidades, guarderías, unidades móviles de transporte, a colocar guayas de púas en las avenidas para que los motorizados se degollaran (tal como ocurrió con 3 personas), a destrozar espacios de la ciudad, sedes financieras públicas y privadas e incluso asesinar a miembros de la fuerzas de seguridad. Nada de esto dijeron estos reporteros 'estrellas' de CNN en Español sobre lo que se vivía en Venezuela durante aquellas semanas. 

Pero si denunciaron insistentemente, sin verificar nunca nada, que los detenidos por las fuerzas de seguridad eran torturados. Las autoridades de Venezuela, los tres países de la Unasur y el Vaticano, que sirvieron como garantes del diálogo entre las partes, aún están esperando las pruebas de esas supuestas torturas porque los opositores nunca quisieron presentarlas. No existen. Solo existieron por CNN y por las corporaciones mediáticas que replicaron estas falsas denuncias.    

Además, sin ningún pudor CNN divulgó fotografías sobre represión y muerte en otros países haciéndole creer al mundo que el Gobierno de Venezuela estaba reprimiendo a todo aquel que luchaba por encontrar un futuro mejor. Lo que nunca informó CNN es que de los 335 municipios que tiene Venezuela solo en 18 (en los más adinerados del país) se registraban estos hechos violentos, en el resto del territorio nacional todo estaba en calma.    

Sin la más mínima vergüenza aún siguen diciendo que las 43 víctimas de esos tristes días fueron producto de la represión del Gobierno a estudiantes opositores.  
El 'show' de CNN llegó a tal extremo que cinco meses después de ese intento de golpe de estado, como lo denunció el Gobierno, ya las calles estaban tranquilas, en calma y CNN seguía colocando su coletilla 'Tensión en Venezuela' y asegurando que continuaban las protestas en la calle. Nada más alejado de la realidad.   

Y sin la más mínima vergüenza aún siguen diciendo que las 43 víctimas de esos tristes días fueron producto de la represión del Gobierno a estudiantes opositores. La verdad es que de esas 43 vÍctimas solo seis murieron por disparos atribuidos a las fuerzas de seguridad (ya los responsables están presos) y el resto murieron víctimas de las acciones violentas de los opositores, de las barricadas, de las trampas colocadas por la oposición (como las guayas de púas), intentando llegar a centros asistenciales, por infartos provocados tras el acoso a sus casas y tres de forma accidental, como el caso del joven opositor Jimmy Vargas que cayó de un segundo piso cuando organizaba una barricada. Es decir, la mayoría de las víctimas murieron por las acciones violentas de los grupos radicales que ellos alentaban.   

Lo más curioso es que ese reportero 'estrella' de CNN, Fernando del Rincón, le dedicó casi de manera exclusiva su trabajo a Venezuela durante cinco meses. Pero siendo mexicano no ha querido ir a su tierra ni un solo día para informar sobre uno de los peores crímenes de estado que ha vivido América Latina en la última década.   

Ese micromundo de CNN en Español y los funcionarios del Gobierno estadounidense, que tanto presionaron para que la OEA aplicara la Carta Democrática Interamericana contra Venezuela, se sancionara al Gobierno por violación a los derechos humanos, se debatiera dentro de los organismos internacionales el abuso del Gobierno Bolivariano, son los mismos que hoy callan y se hacen la vista gorda ante la desaparición forzosa de 43 jóvenes, que si eran estudiantes y si luchaban por un país más digno y menos cruel. La lógica de ellos es sencilla: si en Venezuela mueren 43 personas, en su mayoría víctimas de las acciones violentas de la derecha, gritan por todo el mundo que son 43 estudiantes víctimas de la represión del Gobierno. Pero si son 43 estudiantes indígenas, pobres y de izquierda que son asesinados y desaparecidos por las fuerzas de seguridad de un país que sirve a los intereses de EE.UU., prefieren pasar agachados. Así son las corporaciones mediáticas, no el periodismo: la mentira la escriben bien grande y la gritan a viva voz, pero la verdad mejor en letra chiquitica y lo más bajito que se pueda.