jueves, 29 de diciembre de 2022

LEGISLADORA DE UCRANIA PRESENTA LA FOTO FALSA DE UN "NIÑO UCRANIANO" SOBREVIVIENTE DE UN BOMBARDEO DE RUSIA

Front News, 28/12/2022

La diputada de Ucrania Lesia Vasilenko publicó una foto de un niño de la portada de un libro de 2013 de una autora irlandesa




Una legisladora ucraniana ha publicado una foto de un niño de aspecto triste y cubierto de suciedad, afirmando que es un niño de ocho años llamado Mark, que “acaba de sobrevivir” a un ataque de artillería rusa. Sin embargo, el reclamo no se sostuvo, ya que la misma imagen se había utilizado en la portada de un libro en 2013, como señalaron rápidamente las personas.

La afirmación falsa provino de Lesia Vasilenko, una parlamentaria ucraniana del relativamente pequeño Partido Golos (Voz), que tiene experiencia en leyes y campañas de derechos humanos. Compartió la foto y la supuesta historia de “Marc, 8 años” con sus 330.000 seguidores en su cuenta de Twitter en inglés el martes.

La foto está lejos de ser nueva y no parece tener ninguna relación con Ucrania. La edición en español de 2013 del libro “The Misremembered Man” de la novelista irlandesa Christina McKenna presentaba la misma imagen en la portada, señalaron los escépticos. Al momento de escribir este artículo, el tuit permanecía en la plataforma, aunque Twitter agregó un aviso sobre su veracidad cuestionable.

La parlamentaria ucraniana, que afirma haber estudiado en el University College London, es invitada regularmente por los principales medios de comunicación occidentales, como BFM TV de Francia o la BBC, para comentar sobre asuntos ucranianos.

El último informe de víctimas de la ONU para Ucrania el martes dijo que su misión había registrado 429 muertes de niños desde que comenzaron las hostilidades con Rusia a fines de febrero. Un organismo de control que opera en las repúblicas populares rusas de Donetsk y Lugansk informó a principios de este mes que 154 menores habían muerto en ataques que atribuyó a las tropas ucranianas durante aproximadamente el mismo período de tiempo. La ONU considera a Donbass como parte de Ucrania y cuenta las muertes de civiles que ocurren allí como ucranianas.

Entre 2014, cuando Kiev desplegó tropas contra las repúblicas rebeldes en Donbass, tras un golpe armado en la capital ucraniana, y el inicio de la operación de Rusia este año, unos 150 niños fueron asesinados en la región, según estimaciones de la ONU.

martes, 27 de diciembre de 2022

UCRANIA HA PERDIDO LA GUERRA

Juanlu González

Bits Rojiverdes26/12/202

Sí, Ucrania ha perdido la guerra. De hecho, es algo que sucedió hace meses de manera irreversible. Quizá pueda sonar excesivamente categórico, pero no cabe ninguna duda de que es así. Claro que si nos atenemos a las informaciones que vierten los mass media occidentales, Zelensky, tras liberar San Petersburgo, debe estar a punto de tomar Moscú, pero cualquier observador que esté atento a la evolución de los frentes de guerra, sabe que ese es el escenario del teatro de operaciones.

Después de la retirada táctica de Kherson y situar las fuerzas rusas más allá del río Dnieper, Kiev ha perdido completamente la iniciativa. Su ejército está anclado en posiciones defensivas prácticamente imposibles de mantener, a no ser con un costo humano y material inasumible para un ejército o un gobierno sensato. Sólo la defensa de Bakhmut está costando decenas de miles de bajas, a razón de 400 o 500 víctimas diarias (entre muertos y heridos de consideración), según informan corresponsales occidentales desplazados a la región.

Es cierto que a Rusia y sus aliados, los ejércitos populares de Dontesk y Lugansk, les está costando avanzar pero, por el mismo principio, van a poder mantener fácilmente las posiciones tomadas. Para atacar un territorio hace falta contar con una fuerza tres o cuatro veces mayor que la que lo defiende. Si Ucrania se convierte en atacante de terrenos fortificados, la situación se le va a complicar y mucho. Y eso en igualdad de condiciones, si tenemos en cuenta que el dominio de los cielos por parte de Rusia es absoluto y que la superioridad artillera es de tres a uno, la proporción de fuerzas ofensivas todavía debería ser mayor, algo de lo que ya no disponen tan alegremente como antes.

Los generales ucranianos avisaron de que debían recuperar el Donbass y Novorrosia antes de la llegada del invierno para evitar que Rusia fortificara sus posiciones. Pues bien, el general invierno ya está aquí y Ucrania no ha recuperado un milímetro de terreno en las últimas semanas. Muy al contrario, las derrotas y las pérdidas territoriales de Kiev se suceden día tras día. Los nuevos refuerzos de la maquinaria bélica y de la mano de obra rusa están a punto de llegar al teatro de operaciones, por lo que es muy probable que se lance a primeros de año una gran ofensiva que acabe con la toma completa de Donetsk y Lugansk.

La destrucción de la infraestructura eléctrica del país está complicando la llegada de fuerzas ucranianas a los frentes de batalla. El ferrocarril eléctrico es poco menos que inservible. Los restos de la industria de montaje, mantenimiento y reparación de armas, apenas si pueden desarrollar su función entre problemas estructurales de suministro energético. Carreteras, puentes y nudos ferroviarios están muy deteriorados o son casi inservibles. Por mucha ayuda que llegue desde occidente, la situación humanitaria de la población ucraniana se va deteriorar aún más sin agua y sin luz y va a provocar nuevas olas de inmigración hacia Europa en números insoportables. 

El ejército ucraniano está destruido, la dependencia de mercenarios extranjeros es cada vez mayor. Los contraataques, hace unos meses multitudinarios, ahora se ejecutan con unas pocas decenas de soldados y medios exiguos. La fatiga militar ucraniana es más que evidente. El punto de inflexión del que tanto habla Zelensky va a llegar, pero lo va a sufrir en sus propias carnes. Están cazando a reclutas en las calles, en los centros comerciales, en países limítrofes. No queda de dónde sacar más soldadesca tras casi una decena de levas obligatorias e impopulares. La dependencia de mercenarios y militares de la OTAN infiltrados sin distintivos es cada vez mayor. Nadie puede pensar que los modernos lanzamisiles HIMARS son operados por ucranianos, algo que sucederá de igual manera con los Patriots cuando lleguen en 2023.

La guerra podría haber terminado hace meses. Pero Rusia está luchando contra EEUU y contra toda la OTAN en Ucrania. Kiev solo pone el terreno de juego y los muertos. La frase de que Occidente luchará contra Rusia “hasta el último ucraniano” toma ahora un trágico sentido. Ucrania no sólo va a perder el 20% de su suelo, va a perder a varias generaciones de población. A este ritmo se convertirá en poco menos que un estado fallido. Cuando tengan que devolver los préstamos y pagar las armas que le están llegando a espuertas, quedarán hipotecados por décadas, sin apenas infraestructura y sin población que pueda levantar el país.

Es hora de apostar realmente por la paz. La prórroga de la hegemonía de Estados Unidos no vale la vida de ni un solo ucraniano. Pero una cosa sí que se ha de tener en cuenta. La Ucrania integradora de Yanukovich ya es el pasado. Es imposible que la población rusa viva en la Ucrania del futuro. Centenares de miles de muertos en una guerra civil entre el oeste contra el este, entre el norte contra el sur es una losa demasiado inestable sobre la que asentar ninguna convivencia a largo plazo. El empeño de Zelensky por recuperar unas tierras en las que habita una población que lo odia profundamente, tanto a su persona física, como a la imagen del régimen que encarna, implantado por la fuerza de las armas neonazis tras el Maidan, es una quimera, pura ilusión. Crimea, el Donbass y Novorussia hace tiempo que ya no son Ucrania. Sus pueblos soberanos hablaron en los 90, en 2014-15 y lo han vuelto a hacer meses atrás con resultados más que homogéneos y coherentes con los referéndums previos. 

En cualquier caso, si se precisa de repetirlos una vez más bajo el paraguas de la ONU como clave de un acuerdo de paz con reconocimiento internacional, podría organizarse un referéndum vinculante. Esa es la solución por la que han apostado personalidades como el incombustible Henry Kissinger o el advenedizo Elon Musk, un generoso donante a Ucrania desde el inicio de la guerra a través de su empresa Starlink. 

La tierra es, o debe ser, de quien la trabaja. Al menos de quienes la habitan. Conquistar las zonas independizadas de Ucrania contra el deseo de sus habitantes, equivale a cometer un genocidio. Ese era, desde un principio el plan de Kiev, apoyado por EEUU y la OTAN. Se inventaron unos acuerdos de paz para engañar a Rusia mientras llenaban Ucrania de armas para la sangrienta toma definitiva del Donbass y Crimea. El expresidente Poroshenko llegó a manifestar a las claras que la idea de su régimen era matar o deportar a la población rusa de Ucrania usando el mismo término que empleaba Hitler contra los judíos: la «solución final». Esas eran las intenciones ocultas de la civilizada Europa, la del jardín del Edén acosado por bárbaros, que glosaba el inútil y traidor de Borrell. Y eso es lo que defiende nuestro gobierno, el más progresista de la historia. 

Anclar las fronteras de un estado artificial y extremadamente reciente, por encima de los deseos de sus propios habitantes en peligro de exterminio físico por un estado fascista surgido de un golpe de estado, es un crimen contra la Humanidad que EEUU, la OTAN y la UE han apoyado en aras a reforzar sus intereses geoestratégicos. Es sumarse al genocidio o a la deportación de un cuarto de la población ucraniana de unas tierras en las ellos y sus antepasados han vivido siempre, otra sueño que pulula por las mentes huecas de Zelensky o Poroshenko. O quizá se trate de ambas cosas a la vez. En cualquier caso, planes macabros que nos convierten en cómplices de una estrategia neonazi de exterminio de un pueblo, que intentan disfrazar de apoyo a la democracia y la libertad y que, para colmo de males, nos está empobreciendo a los europeos para mayor gloria de Estados Unidos.

PERÚ, UN CAMPO DE ENSAYO PARA LOS GOLPES DE ESTADO

Telma Luzzani

El Destape, 26/12/2022

Nunca los golpes de Estado en América Latina tuvieron objetivos puramente locales. Ni los dictadores del siglo XX, entrenados en la Escuela de las Américas de la base norteamericana en Panamá, ni los golpes híbridos del siglo XXI, en los que se combinan complejísimas acciones de los poderes Legislativo y/o Judicial; los medios de comunicación; sectores empresariales capaces de dar golpes de mercado y las tradicionales fuerzas policiales o militares. Desde Pinochet y Videla hasta las destituciones de Dilma Roussef, Fernando Lugo, Manuel Zelaya o Evo Morales, todos tienen el sello inconfundible de los intereses geopolíticos y geoeconómicos de Washington. Pedro Castillo no es la excepción.

El 6 de diciembre, un día antes del derrocamiento de Castillo, la embajadora de EEUU en Lima, Lisa Kenna, se reunió con el general (R) Emilio Gustavo Bobbio Rosas, designado como ministro de Defensa el día anterior, 5 de diciembre. Bobbio estuvo solo 3 días en el cargo, lo suficiente para ayudar a destituir a Castillo y ordenar a las Fuerzas Armadas no apoyar al legítimo presidente de Perú. Bobbio renunció el 7 de diciembre y lo sucedió Alberto Otárola el máximo responsable de la feroz represión contra quienes protestaban en contra del golpe y de las casi 30 muertes de manifestantes (hasta ahora).

La embajadora Lisa Kennan tiene un prontuario que habla por sí solo: fue nueve años agente de la CIA y es veterana del Pentágono. Cuando se reunió con Bobbio, se sabía que el Congreso, como hace meses, buscaba una vez más destituir a Castillo por supuesta “incapacidad moral” (algo contemplado en la Constitución peruana). Se sabía también, como hace meses, que no juntaban los votos suficientes para voltearlo “legalmente”. ¿Cómo se consiguieron los votos? Una versión no comprobada aún pero verosímil es que Castillo, con poca experiencia en los oscuros laberintos de la política, fue inducido a cometer un error, no una ilegalidad.

Según esa versión no comprobada, el presidente del Congreso, general (R) William Zapata, hombre de los servicios de inteligencia y ex comandante general de ejército, fue uno de los autores intelectuales del plan que involucró a la Contraloría y la Fiscalía de la Nación, a las FFAA, a la policía, a sectores de extrema derecha del Congreso y a la vicepresidenta y sucesora de Castillo, Dina Boluarte. La noche anterior al golpe Castillo participó de una reunión de Consejo de Ministro. Dada la crisis continuada en Perú y el permanente acoso del Congreso contra el presidente (una de las muchas provocaciones humillantes de la Legislatura fue no permitirle salir del país para participar de la asunción de Petro como presidente de Colombia), se le recomienda la aplicación del artículo 134 de la Constitución que permite, “en casos de obstruccionismo” la disolución de Congreso y el llamado inmediato a nuevas elecciones legislativas. Se le aseguró a Castillo que contaba con el apoyo del pueblo y de las FFAA para aplicar este artículo.

Esto fue lo que hizo Castillo a la mañana siguiente, 7 de diciembre. Pero el apoyo prometido no apareció y, en cambio, fue rápidamente acusado de “intento golpista” y destituido. Ahí sí el Congreso tuvo los votos necesarios. La embajadora Kenna tuiteó de inmediato: “Estados Unidos rechaza categóricamente cualquier acto extraconstitucional del presidente Castillo para impedir que el Congreso cumpla con su mandato” sin mencionar que el artículo 134 –citado por Castillo esa mañana- faculta al presidente a hacer lo que hizo.

Al día siguiente, 8 de diciembre, mientras el presidente de Bolivia, Luis Arce, denuncia que “la derecha peruana intentó derrocar a un gobierno democráticamente electo por el pueblo” y sus pares de Colombia, Gustavo Petro y de México, Andrés Manuel López Obrador, reconocen como legítimo presidente a Castillo, Brian Nichols, subsecretario del Departamento de Estado informa que “EEUU da la bienvenida a la presidenta Dina Boluarte y espera trabajar con su administración para lograr una región más democrática, próspera y segura.” En el colmo del cinismo, mientras los manifestantes peruanos eran atacados con violencia por la policía, Nichols termina su nota diciendo: “Aplaudimos a los peruanos mientras se unen en apoyo a su democracia”.

A pesar de que Perú es una democracia de las “buenas”, como dice irónicamente el politólogo español Manolo Monereo, “una de esas que respeta la economía de mercado, da seguridad a las inversiones extranjeras y beneficia a las grandes empresas con poco control y pocos gravámenes”, se debe tener en cuenta que “el orden neoliberal no surge espontáneamente de la naturaleza sino que hay que imponerlo”. Perú es demasiado pródigo en recursos naturales como para dejar que su riqueza quede librada al juego democrático.

La Cordillera de los Andes es la principal fuente de depósitos minerales del mundo. Según el Instituto Geológico de EEUU (US Geolological Survey), Perú es el segundo productor de plata, cobre y zinc del mundo y el primero de oro, zinc, estaño, plomo y molibdeno en América Latina. Es además rico en piedras preciosas, tierras raras, petróleo, gas, litio y uranio.

La conocida activista y ex legisladora por el partido Podemos Perú, Cecilia García, denunció la relación entre el golpe de Estado contra Castillo y la renovación de las concesiones mineras, petroleras y de la energía eléctrica en ese país. “El 2023 es un año clave porque vencen y hay que reevaluar al menos 37 proyectos mineros. Hay que aprobar concesiones de lotes petroleros en el norte además de contratos para la explotación de litio. Necesitaban sacar al presidente del poder durante el año 2023. Por eso a pesar de los reclamos populares y la presiones, Dina Boluarte llamó a elecciones para el 2024 y se niega a adelantarlas”.

Otro punto de análisis para entender este golpe de Estado es la guerra geoeconómica entre Washington y Beijing y la creciente bronca de EEUU al ver que la pérdida de su liderazgo es inversamente proporcional al imparable avance de China. Cosco Shipping Ports, una de las gigantes chinas, está construyendo la Terminal Portuario Multipropósito de Chancay, un megapuerto de 992 hectáreas, capaz de enviar 1.500.000 de contenedores y 6 millones de toneladas de carga al año de América del Sur a China y a toda Asia. El negocio es gigantesco y los mutuos beneficios de nuestra región y China, enormes. Si a esto se suma la incorporación de Perú al gran proyecto chino de “la franja y la ruta” (Nueva Ruta de la Seda) y la carretera bioceánica entre Perú y Brasil, que conecta los océanos Atlántico y Pacífico, se entiende la obsesión de Washington por tener a Lima bajo control.

El caso peruano y su supuesto caos permanente (aunque estable en cuanto a las concesiones para la explotación minera, petrolera y pesquera) debe observarse detenidamente. Nuestra región es, una vez más, laboratorio de ensayo para la desestabilización democrática. Como Bolivia, Argentina o Brasil, Perú es en este momento uno de esos experimentos.

lunes, 26 de diciembre de 2022

¿POR QUÉ VACARON A CASTILLO?

Dr. Maximo Grillo Annunziata

enfoquesperu.com, 24/12/2022



1.-Castillo estaba a días de firmar el contrato con los chinos para la construcción del tren sudamericano, que yendo de Tumbes llegaría hasta Tacna, de allí hasta Cuzco y Puno, y desde Puno hasta Argentina y Brasil.

Esta red de trenes estaba directamente enchufada con el gran puerto que los chinos están construyendo en Chancay, todo lo cual le daba a los chinos una presencia geopolítica y estratégica en toda América del Sur, desplazando definitivamente a los Estados Unidos de la región.

Eso no lo iban a permitir los yanquis, y la vacancia fue diseñada por la embajada norteamericana, y eso explica porque la embajadora norteamericana, Lina Kenna, fue de inmediato a entrevistarse con la Boluarte al día siguiente de haber subido al poder.

Cuando la administración de Donald Trump nominó a Lisa Kenna para ser embajadora en Perú en 2020, el Departamento de Estado emitió un “certificado de competencia” que reveló que “antes de unirse al Servicio Exterior, se desempeñó durante nueve años como oficial de la Agencia Central de Inteligencia” (CIA).

Existe por consiguiente un factor de carácter estratégico de primer orden en la vacancia de Castillo, y es un episodio más de la actual guerra geopolítica entre los imperialistas yanquis y la China, incluso en este mes de diciembre en los Estados Unidos se ha prohibido el uso del TIK TOK chino en el territorio norteamericano y en este mismo mes se ha prohibió la venta de los celulares chinos.

2.- En el 2023 caducan las concesiones mineras los contrato para la extracción del gas, además la concesión para Telefónica y estas grandes empresas están buscando la renovación de los contratos y concesiones para los próximos 40 años, de forma de seguir explotando, saqueando nuestros recursos naturales sin pagar impuestos, además de que con los nuevos métodos de explotación minera, dentro de 40 años solo quedarán rocas peladas totalmente estériles, sin mineral alguno, y el país no se habrá beneficiado en nada.

Veamos algunos casos:

Según la ley minería que dio Fujimori, todos los gastos que las mineras realicen ya sea en insumos, maquinarias etc, les serán devueltas por el ESTADO PERUANO; esto quiere decir que si una minera gasta 120 millones de dólares en insumos y maquinarias, y deben de pagar 100 millones de impuestos, estos serán descontados de los 120 que gastaron y además el ESTADO les debe de otorgar (regalar) 20 millones más, de forma de que en el Perú las mineras no solo no pagan impuestos, sino que más encima les regalan millones.

Este hecho insólito solo ocurre en el Perú y en ningún otro lugar del mundo, y no puede ser cambiado, porque la actual constitución lo prohíbe, y es por eso que no quieren cambiar la constitución y no ningún otra razón, ni defensa de la democracia alguna.

Esta semana salió en canal 8 el presidente de la sociedad peruana de minería, y expuso que ya era tiempo de reactivar los yacimientos mineros, lo que incluye la entrega a las grandes empresas extranjeras de las tierras de los comuneros campesinos. Es evidente que ante el despojo de sus tierras los campesinos se van a rebelar, y serán sometidos a sangre y fuego, habrán matanzas espantosas, porque esa es la única forma de quitarles sus tierras a las comunidades. En tiempos de hambruna que se vienen, la expropiación de las tierras comuneras es condenar a los campesinos a morir de hambre.

En el enfrentamiento de la minera de Tia María de la Southern Copper Corporation con los comuneros campesinos, los que atacaron, palearon y balearon a los comuneros fueron sicarios inmigrantes venezolanos, matones que actuaban en coordinación con la policía.

La policía misma tiene contratos con empresas mineras que les pagan por realizar resguardo de sus instalaciones.

Las mineras exigen que se les entregue los yacimientos de Litio, antes de que lo exploten los chinos, e incluso, los yacimientos de uranio tampoco pagan impuestos y el kilo de uranio, que es 2000 veces más caro que el kilo de oro, tampoco paga impuestos.

Esto es tan cierto que los congresista han presentado 37 proyectos de ley para otorgar los yacimientos mineros y petroleros del Norte, además de prolongar las concesiones de Energía Eléctrica también por 40 años, y la de Telefonica. Para ello modificaron el artículo 113 de la constitución para disminuir a 67 votos la suspensión temporal y suspender por 12 meses a castillo, porque no lo querían en el 2023 en el gobierno para otorgar todos los recursos el capital extranjero, y claro eso no va a ser gratis, sino que por el contrario la COIMA SERÁ GIGANTE, y no serán cambiados los contratos porque la actual constitución lo prohíbe, de forma de que el saqueo será toda la eternidad y solo acabarán cuando ya no haya nada qué saquear.

De eso se trata la vacancia del Castillo

Lo mismo es en relación al Gas, veamos que dicen los contratos de concesión:

Articulo 5.6:

El inversionista tendrá la libre disponibilidad del GNL obtenido de la planta procesamiento de gas natural y podrá exportarlo inafecto de todo tributo, incluyendo aquellos que requieren mención expresa.

Articulo 5.8

Los gastos e inversiones que realice el inversionista hasta el inicio de la producción comercial serán acumulados en una cuenta cuyo monto será amortizado linealmente, deduciéndolo en porciones iguales durante un periodo de cinco (5) años

En otras palabras tampoco pagan impuestos y más encima el estado les regala dinero.

Es lo que denuncia Antauro: el libre saqueo de nuestros recursos.

3.- Se había planificado que para el 2023, se declararía el ingreso libre a las universidades del Estado, pero la derecha no quiere que el pueblo estudie, y con el golpe lo van a impedir.

El mayor riesgo es el triunfo de Antauro, que tiene más capacidad y decisión que Castillo para llevar a cabo la gran transformación, y ahora trataran de prohibir su postulación.

Todo estuvo planificado con precisión, y el plan lo diseñó y aplicó la embajada norteamericana, William Zapata no tiene la capacidad intelectual ni cognitiva para planear una conjura de este tipo.

Pero, el saqueo de los recursos será de tal magnitud, las matanzas serán tan enormes, el hambre tan grande, la desesperación de tal magnitud , que es probable que finalmente salte una guerra civil de larga duración, y que será feroz, porque será una guerra étnica, y las guerras étnicas son guerras de exterminio.

He analizado el famoso análisis del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas fujimoristas, que fueron publicados por la revista “OIGA” donde se explica el plan de control y exterminio de la población y su sometimiento, y se expone el concepto estratégico del “EXCEDENTE POBLACIONAL NOCIVO”, DEL Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas durante el gobierno de Fujimori.

El director de dicha revista tuvo que huir para salvar su vida.

¿Quiénes eran ese excedente poblacional nocivo?, muy sencillo eran los indios, los cholos, los serranos, los que no debieran existir, y deberían ser reemplazados por una inmigración japonesa masiva, tal y cual lo había diseñado el genial estratega y ministro Tojo en su plan geopolítico, y el mismo Fujimori lo dijo y explicó durante su campaña para congresista en Japón.

Parte de ese plan fue la esterilizaciones forzadas masivas de las mujeres quechua hablantes realizado por el ese entonces ministro de salud de Fujimori, Aguinaga y actual congresista fujimorista, que votó por la vacancia.

A juzgar por los últimos hechos, se puede observar que esa doctrina del EXCEDENTE POBLACIONAR NOCIVO, ha sido nuevamente reactivada por el Comando Conjunto de las Fuerza Armadas, porque los muertos no son solos los 34 que dicen los periódicos, sino muchos más y eso no sale en ningún periódico y canal de televisión.

Ojala me equivoque, pero hasta ahora todos mis análisis se han cumplido, si fallar ni una vez, pero ,por lo que veo y observo y analizo, todo se está yendo a una guerra civil.

viernes, 23 de diciembre de 2022

PERÚ. EL GOLPE DENTRO DEL GOLPE

Carlos Aznárez

Resumen Latinoamericano, 21 de diciembre de 2022.

La usurpadora “presidenta” Dina Boluarte sigue adelante con sus planes de permanencia prolongada en un gobierno que asaltó como parte de un plan de la derecha. A la vez, pone énfasis en la idea de que la mejor receta es una brutal represión para los que ella denomina “vándalos”, que no son otro que el pueblo peruano descontento con el golpe fujimorista. Ya van alrededor de 30 muertos, centenares de heridos y detenidos, y además la implantación de un estado de militarización que no se veía desde los tiempos del dictador Alberto Fujimori. Esa es el verdadero rostro de quienes, por la fuerza, desalojaron del gobierno al presidente legítimo Pedro Castillo. 

Por otro lado está el Congreso corrupto, copado abiertamente por la derecha fiel a Keiko Fujimori y que cuenta con la anuencia, por no haber tenido una mínima vergüenza para renunciar a sus cargos, de congresistas llamados de “izquierda”. Esos son los que le dan “legalidad” a una institución que es el buque insignia de cualquier democracia burguesa que se precie. Son, además, parte del “golpe dentro del golpe», al insistir en votar un adelanto de las elecciones para seguir desconociendo que el único presidente que el pueblo respalda está secuestrado en una cárcel de Lima. Así es que esos “izquierdistas” dieron quórum y algunos de ellos votaron con las dos manos para que los comicios se celebren en abril de 2024. 

Pero es importante insistir que una parte de ese discurso de “adelantar elecciones”, impuesto a sectores de la población como “una solución”, es parte del mismo entramado golpista. Veamos: La primera pregunta que hay que hacerse es: ¿por qué razón hay que adelantar elecciones si el mandato de Pedro Castillo vence recién en 2026?. Eso que tan bien han comenzado a ver amplios sectores del pueblo que se movilizan en todas las regiones contra el golpe,  y que exigen “restitución de Castillo, asamblea constituyente y cierre del Congreso”, parecen no quererlo entenderlo algunos políticos «progresistas». 

Esto no ocurre por casualidad, ya que recordemos que la llamada “izquierda caviar”, claramente socialdemócrata, fue con candidatura propia a la primera vuelta de la elección que ganó Castillo. Luego de una estruendosa derrota, obligados por las circunstancias, metieron violín en bolsa y se sumaron a darle apoyo a Castillo, que se impuso en la segunda vuelta. A partir de ese momento, la izquierda light trató de mil maneras de acercarse a Castillo para influenciarlo a fin de que rompa amarras con el partido Perú Libre -ese sí, de izquierda real, marxista-leninista- que fue el que le brindó la estructura partidaria para concurrir a las elecciones. Tanto insistieron que finalmente lo lograron: en un de esos permanentes cambios de gabinete que hizo Castillo, le tocó el turno de treparse al gobierno a los “caviares”, pero claro, duraron poco, porque del embate del fujimorismo no se salvan ni los más radicales ni los tibios. A todos por igual los «terruquea» esa ultraderecha fascista que son los que aplicaron el Terrorismo de Estado, cuando gobernaron Fujimori-Montesinos, para asesinar a decenas de miles de campesinos, indígenas, obreros y estudiantes.

Ahora, que ya está consumado el último eslabón de la trama golpista, ahora que la “Dina asesina” (como la denominan los de abajo) sueña con llegar con sus secuaces hasta el 2026, y que los militares y las fuerzas policiales campan a sus anchas, allanando, torturando, matando, mientras el Congreso de la infamia, con todos los políticos entreverados en su propia suciedad, se prepara para seguir dictando leyes represivas e imaginando alguna estratagema para liberar a Fujimori, sacan de la galera un nuevo llamado a comicios donde participarán los mismos de siempre, los políticos a lo que la calle les grita “que se vayan todos”. Ellos amasarán la torta y después se la comerán.

Por allí no viene ninguna solución, sino todo lo contrario, se seguirá anudando la dependencia con Estados Unidos, cuya embajadora le da instrucciones a la Boluarte  y a varios de sus ministros. No se trata de seguir perdiendo el tiempo con falsas promesas, es la hora de defender adentro de Perú, la táctica del levantamiento popular y la desobediencia civil, para liberar y restituir a Castillo en el cargo y cumplir con lo que él dispuso antes de ser apresado: disolver el Congreso y convocar a la Constituyente.  Y a nivel  internacional ejercer la solidaridad concreta con los que luchan, dejando al descubierto a esos vendedores de “espejitos de colores” que son los que quieren nuevas elecciones. Por acción u omisión son cómplices del golpismo fujimorista.

Posdata: Si el gobierno golpista rompe relaciones con México por la dignidad solidaria que demostró su cancillería, sería bueno que los gobiernos del continente, o por lo menos los que condenan el golpe, rompan relaciones con Perú. No se puede permitir que una usurpadora ambiciosa de poder meta una cuña para dividir a la Patria Grande.

miércoles, 21 de diciembre de 2022

REVELAN LA ASISTENCIA SECRETA DE EE.UU. Y REINO UNIDO A HITLER EN VÍSPERAS DE LA GUERRA

RT, 20/12/2022

En Rusia, se publicó una serie de documentos desclasificados por el Servicio de Inteligencia Exterior que arroja luz sobre los intentos de Londres y Washington de ocultar los préstamos multimillonarios a la Alemania nazi.

EE.UU. y Reino Unido negociaron al menos un préstamo a la Alemania nazi por miles de millones de dólares poco antes de que se iniciara la Segunda Guerra Mundial, según un informe de 1939 desclasificado y sus anexos.

El documento interno del servicio de inteligencia soviético, fechado el 24 de julio de ese año, fue subido recientemente a los archivos en línea de la Biblioteca Presidencial B. N. Yeltsin. Allí, se registran los intentos de ocultar los hechos en ambos países. En particular, se señala al expresidente estadounidense Herbert Hoover (1929-1933) como alguien "directamente involucrado e interesado" en los preparativos del préstamo y que podría "ejercer un considerable apoyo a las negociaciones con los alemanes" que llevó a cabo otro protagonista, el secretario del Comercio Exterior británico, Robert Hudson.

El punto de partida para ocultar la verdad fue la revelación en los medios de que Hudson había negociado el crédito con un asesor del Gobierno nazi. El informe apunta a la abundante correspondencia sobre el tema entre este ministro y otras personas interesadas, en la cual se detalló que "Inglaterra" no podría prestar toda la suma solicitada desde Berlín —5.000 millones de libras esterlinas— y esperaba que los banqueros de Wall Street hicieran su aportación.

La participación de Hoover era imprescindible para la cobertura de riesgos. Wall Street apostaba por él como experto en política exterior e interior estadounidense afirmó el autor del informe, cuyo nombre se mantiene en secreto, como el de uno de los participantes en las negociaciones que se repite varias veces en el texto original.

La inteligencia soviética destaca que el expresidente tenía miedo de que la prensa lo mencionara en relación con los preparativos para financiar al Tercer Reich. El golpe reputacional, en este caso, no sería solo personal, sino que también afectaría al Partido Republicano. Para evitarlo, se tomaron algunas "medidas de emergencia" con el fin de retirar las carpetas concernientes a su participación.

La guerra comenzó semanas después de los acontecimientos que se mencionan en el informe, el 1 de septiembre de 1939, con la invasión a Polonia de las tropas alemanas.

Planes para colonizar Bielorrusia

El Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia desclasificó también una página en la que un agente desde Alemania informa sobre los planes que Adolf Hitler tenía para Bielorrusia en 1933, cuando apenas había llegado al poder.

El canciller germano había tramado un golpe de Estado en la URSS, del que una de las consecuencias sería la separación gradual de esta república fundadora de la Unión Soviética. Bielorrusia sería primero "industrializada por Alemania", luego incluida en una alianza aduanera con Berlín a título de territorio autónomo y finalmente anexionada. Todos los alemanes de la región del Volga deberían mudarse a Bielorrusia.

Otro documento desclasificado también menciona a Bielorrusia, pero como un área de interés especial para el Vaticano. Este informe revela que el papa Pío XII estaba al tanto de los planes de Hitler para invadir la URSS con al menos dos meses de antelación. El 23 de abril de 1941 el pontífice convocó a unos 400 jesuitas para instarlos a aumentar sus actividades en las repúblicas bálticas, al oeste de Ucrania y de Bielorrusia. Deberían "concentrarse más cerca de la frontera" bajo el pretexto de ayuda a la población contra el hambre.

jueves, 15 de diciembre de 2022

LA GEOLOGÍA VERSUS EL DOGMA CLIMÁTICO (1ª PARTE)

Enrique Ortega Gironés, geólogo.

Tierra y Tecnología, 30/11/2022

RESUMEN

Los medios de comunicación, de forma sesgada, suelen presentar ante la opinión pública al fenómeno del calentamiento global como un proceso exclusivamente atribuible a las actividades antrópicas, y sobre el que la Humanidad tiene capacidad para detenerlo e incluso revertirlo. Sin embargo, el registro geológico del planeta indica todo lo contrario, que a lo largo de la historia de la Tierra han existido espontáneamente muchos cambios climáticos similares e incluso mayores que el actual, dirigidos por procesos naturales que siguen activos en la actualidad y que, por lo tanto, modificarlos está fuera de nuestro alcance.

ABSTRACT

The global warming phenomenon is often portrayed in the media, in a most of the cases in a biased way, as a process exclusively attributable to anthropogenic activities, and consequently mankind would have the capacity to halt or even reverse. However, the geological record of the planet indicates the opposite, that many climate changes similar  to the present or even stronger have occurred spontaneously throughout the earth’s history, driven by natural processes that are still active today, and consequently to modify them is beyond our capacities.

INTRODUCCIÓN

La ciencia en general y la geología especialmente, se vieron obligadas a mantener enconados enfrentamientos con inamovibles dogmas religiosos y probablemente, una de las más crudas batallas que debieron librarse tuvo que ver con la edad de la Tierra, ya que hasta bien avanzado el siglo XIX, la Biblia constreñía los conocimientos y las interpretaciones sobre nuestro planeta. En 1650, el arzobispo irlandés James Usser, estudiando con detalle los textos bíblicos, determinó con encomiable precisión que la Tierra y el universo fueron creados la noche anterior al 23 de octubre del año 4004 antes de Jesucristo. Aproximadamente un siglo después, el conde de Buffon calculó que la edad del planeta debía estar dentro de una horquilla que situó entre los 75.000 y 168.000 años, y del mismo modo que le ocurrió a Galileo, se vio obligado a retractarse inmediatamente para no ser excomulgado (Bryson, 2003). Cuando en los albores del siglo XIX, Hutton introdujo las primeras nociones del actualismo geológico, posteriormente confirmadas por Lyell, se hizo necesario ampliar la duración de la historia de nuestro planeta, era imprescindible proporcionar el margen temporal suficiente para que se desarrollasen los procesos (sedimentación, plegamiento, erosión, etc.) cuyo rastro había quedado registrado en las rocas. La evolución de los seres vivos propuesta por Darwin también requería periodos de tiempo más prolongados.

La Iglesia opuso una férrea resistencia a los heréticos avances científicos que dejaban descolocados a los textos bíblicos y a mediados del siglo XIX, haciendo uso del poder mediático del que disponía, fueron apareciendo multitud de ensayos dirigidos a demostrar científicamente la validez de sus dogmas. Así, por ejemplo, pueden citarse, entre muchos otros La Cosmogonía de Moisés comparada con los hechos geológicos, de Marcel de Serres, o La Teoría bíblica de la cosmogonía y de la geología, de P. J. C. De Breyne (Figura 1). La lectura de estos textos (donde se intentan demostrar hasta los más pequeños detalles de las descripciones bíblicas, buscando explicaciones inverosímiles para fenómenos como la separación de las aguas del Mar Rojo que permitió el paso de Moisés en su huida de Egipto) resulta curiosísima, y pone de manifiesto los esfuerzos desesperados por defender posturas científicamente insostenibles.


Figura 1.- Portada de la obra “La Teoría bíblica de la cosmogonía y de la geología”, de P. J. C. De Breyne, traducida del francés y publicada en castellano en 1854.

El debate entre la geología y la Biblia continuó hasta que la ciencia proporcionó argumentos suficientes para descartar definitivamente la cronología bíblica sobre el origen de nuestro planeta. A finales del siglo XIX, el científico más prestigioso de aquel momento, Lord Kelvin, estableció que la Tierra tenía la escandalosa cifra de 400 millones de años de antigüedad, aunque luego fue rebajando sus cálculos hasta dejarla en 24 millones de años, los conocimientos físicos de la época no permitían explicar que un cuerpo del tamaño del Sol permaneciese incandescente durante tanto tiempo. Unas décadas más tarde, Arthur Holmes, uno de los precursores de la Deriva Continental y la Tectónica de Placas, estiró la edad de la Tierra hasta los 3.300 millones de años, que fue aún ampliada poco después por Clair Patterson hasta los 4.550 millones de años, edad que, con mínimas variaciones, aún es considerada como válida en la actualidad.

Afortunadamente, esas batallas quedaron atrás y actualmente, el progreso de la Ciencia no necesita vencer barreras ideológicas, sino simplemente demostrar la validez de sus hipótesis. Sin embargo, curiosamente, en torno a una temática de absoluta actualidad que preocupa a todo el mundo, el calentamiento globa y el cambio climático por él inducido, se ha instalado un debate científico distorsionado que recuerda mucho al que tuvo lugar a mediados del siglo XIX en relación con la edad de la Tierra. En efecto, la interpretación sobre el origen antrópico del calentamiento global parece ser considerado por algunos estamentos políticos, sociales y científicos como un dogma inamovible que no se puede rebatir, y al que se quiere proteger a toda costa ante la opinión pública bajo el manto de una supuesta unanimidad científica que está muy lejos de ser cierta.

Hace algunos siglos, un método muy eficiente para inhibir las ideas indeseables era la excomunión, por las consecuencias sociales y económicas que implicaban para el condenado, si es que el castigo no llegaba más lejos, a morir en la hoguera como le ocurrió a Giordano Bruno, a Miguel Servet y estuvo a punto de pasarle a Galileo. Los tiempos han cambiado y afortunadamente, al menos en los países de nuestro entorno, nadie se juega la vida por defender sus ideas, pero hay otros métodos, no por menos agresivos menos eficaces, de evitar que se socaven los dogmas. El primero de todos es filtrar la información en los medios de comunicación de forma que sólo una parte de la realidad llegue al gran público. El segundo es incentivar selectivamente las investigaciones dirigidas a confirmar la verdad inamovible, y el tercero es desprestigiar a los disidentes.

Estas tres metodologías han sido aplicadas durante las últimas décadas al calentamiento global. Las informaciones que aparecen sistemáticamente en los medios de comunicación de gran difusión, los que generan opinión pública, son monolíticas, nunca informan del debate que realmente existe al respecto entre los científicos. También, existe una financiación preferente hacia los proyectos que se planteen demostrar el origen antrópico del cambio climático y sus catastróficas consecuencias. Y por último, a los investigadores que disienten del dogma climático, además de calificarles despectivamente como negacionistas, se les dificulta la difusión de sus investigaciones intentando someterles a una especie de ostracismo, intentando evitar la publicación de sus ideas en las revistas de máxima difusión.

Esta situación ha obligado a muchos profesionales y científicos a formularse preguntas cuyas respuestas no son accesibles si se atiende tan sólo a las informaciones disponibles en la prensa, la radio y la televisión. ¿Es el hombre el responsable del calentamiento que está experimentando el planeta? ¿Tiene el ser humano la capacidad de detener y revertir el calentamiento global? ¿Existe un consenso unánime entre los científicos sobre las causas de dicho calentamiento?

Como es lógico, cada colectivo científico, según su formación técnica y la visión de la naturaleza que le proporcionan sus conocimientos, tiende a elaborar hipótesis e interpretaciones basadas en los parámetros específicos de su especialidad. En la temática del cambio climático, las investigaciones y las publicaciones están cuantitativamente dominadas por una mayoría abrumadora integrada por meteorólogos, climatólogos, oceanógrafos y físicos de la atmósfera, que durante los últimos años han realizado un formidable esfuerzo por entender y parametrizar lo que está ocurriendo con la temperatura de la Tierra. Sin embargo, una gran mayoría de esas investigaciones y las interpretaciones que de ella se derivan tienen un fallo sistemático en su enfoque, ya que están centradas en un periodo reciente de la historia de la Tierra, insuficiente para que pueda ser considerado representativo, ya que ignoran lo ocurrido en el pasado geológico anterior a los últimos milenios.

Para muchos geólogos, interpretar la situación climática actual a partir de un intervalo de tiempo tan corto, haciendo caso omiso de la historia del Planeta, es como si se pretendiese analizar e interpretar lo que está ocurriendo con la Humanidad en estos mismos momentos, considerando sólo lo que aparece en los periódicos de los últimos días e ignorando toda la información almacenada en las bibliotecas sobre la historia desde los orígenes del hombre. Si se consultase adecuadamente esa biblioteca, si se tuviese en cuenta la información registrada en el hielo, en los sedimentos y en las rocas, se podría entender mejor la realidad que estamos presenciando.  

En este contexto, los objetivos que se pretenden con este artículo y su continuación, consisten en presentar, a la luz de los conocimientos hoy disponibles sobre la historia de nuestro planeta, explicaciones alternativas a las comúnmente admitidas sobre los fenómenos, los procesos y los parámetros que controlan el calentamiento global.

LOS CONTROLES A LARGO PLAZO EN LA EVOLUCIÓN CLIMÁTICA DE LA TIERRA

La Figura 2, basada en Pedraza (1996), muestra la evolución estimativa de la temperatura media del planeta a lo largo del tiempo, aunque no desde la formación de su primera corteza sólida, sino desde el momento en que los restos fósiles nos proporcionan información sobre la climatología reinante durante su depósito. En la gráfica, la línea negra horizontal representa la temperatura actual y la línea en zigzag la variación de la temperatura a lo largo del tiempo. Un simple vistazo a esa gráfica permite afirmar que durante los últimos 2.800 millones de años la temperatura de la Tierra ha sufrido variaciones constantes, alcanzando valores mucho más extremos, más fríos y más cálidos, que los actuales. Ante esta evidencia, es inevitable plantearse que, si verdaderamente queremos comprender lo que está ocurriendo ahora con el clima, es imprescindible conocer cuáles han sido los parámetros que han controlado la evolución reflejada en la Figura 2, y cuál puede ser su influencia en calentamiento actual.


Figura 2.- Evolución estimativa de la temperatura media del planeta a lo largo del tiempo, a partir del momento en que los restos fósiles proporcionan información sobre condiciones atmosféricas.

Como es bien sabido, el factor fundamental del que depende la temperatura de nuestro planeta es la radiación que llega del exterior, la luz del Sol, y cualquier modificación en la iluminación que alcanza la superficie terrestre, afectará sensiblemente a dicha temperatura. Uno de los fenómenos que puede ocasionar esas consecuencias son las erupciones volcánicas, ya que además de los efectos a corto y medio plazo de las cenizas volcánicas, que dificultan la irradiación solar mientras están en suspensión, los volcanes expulsan gases y vapores de diferente composición, entre los cuales se encuentra el dióxido de azufre (SO2). Este gas, al llegar a la estratosfera, reacciona con el vapor de agua y forma pequeñas gotas de ácido sulfúrico, generándose una capa de aerosol de esta sustancia a una altura, situada entre 15 y 20 kilómetros de altura, impidiendo que una parte de la radiación solar llegue a la superficie terrestre, constituyendo así una especie de parasol responsable de un ligero enfriamiento. En los años siguientes a las erupciones de gran envergadura, como la de Tambora en 1815, Krakatoa en 1883, Agung en 1963 la de Pinatubo (Filipinas) en 1991, puede detectarse una ligera disminución de las temperaturas (Cano Sánchez, 1994). Algo similar debe estar ocurriendo como consecuencia de la reciente erupción del archipiélago de Tonga (2022).

Algunos geólogos creen que durante algunos periodos de la historia del planeta, cuando hubo una actividad volcánica excepcionalmente activa (como por ejemplo, durante la transición del Pérmico al Triásico, hace aproximadamente 250 millones de años), o en el Mesozoico (meseta del Decán en la India o en la Columbia Británica) hace unos 100 millones de años, se produjo un aumento considerable de CO2 y SO2 en la atmósfera que, además de tener consecuencias climáticas, trajo consigo también la extinción de muchas especies. Pero sin descartar esa posibilidad y sin dudar de la evidente influencia a corto y medio plazo de los fenómenos volcánicos puntuales, esos procesos, por sí mismos, no permiten explicar satisfactoriamente la evolución climática a lo largo de ciclos de millones de año, y por lo tanto, hace falta alguna otra explicación satisfactoria.

Volviendo atrás y recordando de nuevo que la fuente de energía fundamental que controla la temperatura de la superficie terrestre es la radiación solar, hemos de fijar nuestra atención en los parámetros que puedan dificultar o favorecer la llegada de dicha radiación. . Es bien conocido que la energía que el Sol nos envía no es constante, cambia a lo largo del tiempo, y sus variaciones están relacionadas con una característica que intrigó a los aficionados a observar el cielo desde los inicios de la ciencia: las manchas solares. A finales del siglo XIX, el astrónomo inglés Maunder, estudiando observaciones astronómicas antiguas, estableció que hubo, entre 1645 y 1715, un periodo sin manchas solares, que se correspondió con una etapa muy fría, denominada la Pequeña Edad de Hielo.  Ya en el siglo XXI, científicos del Danish National Space Center, retrocedieron un poco más en el tiempo y analizaron sistemáticamente las observaciones realizadas sobre las manchas solares durante los últimos cuatro siglos y medio, detectando la existencia de una estrecha correlación (ver Figura 3, basada en Svensmark & Christensen, 1997) entre la temperatura y el índice de actividad solar, un parámetro numérico basado en el recuento de manchas solares observadas en un momento dado.

Figura 3.- Gráfica representativa de la evolución comparada entre la temperatura (línea roja) y la actividad solar (línea negra) durante los últimos cinco siglos.

Hoy sabemos que las manchas solares se corresponden con zonas donde tiene lugar una intensa actividad magnética, desde donde se lanzan intensas ráfagas de radiación, por lo que a mayor cantidad de manchas solares, más radiación y temperaturas más elevadas, justificando así la correlación de la Figura 3. Múltiples observaciones posteriores, realizadas en distintos lugares del planeta, han permitido comprobar esta sencilla explicación, como por ejemplo las efectuadas en la Antártida, tal y como se representan en la Figura 4, basada en datos del Harvard Smithsonian Center for Astrophisics (Soon, 2004, en Durkin, 2007), donde igualmente se observa una estrecha correlación entre la evolución de la temperatura (línea roja) y la radiación solar (línea negra).

Figura 4.- Gráfica representativa de la evolución comparada entre la temperatura (línea roja) y la radiación solar (línea negra).

Pero además de las emanaciones volcánicas y de las manchas solares, existe otro fenómeno, común y cotidiano, que dificulta de manera muy efectiva la llegada de la radiación solar: las nubes. Todos hemos experimentado alguna vez una sensación de ligero enfriamiento cuando, en un día soleado, se interpone una nube en la trayectoria de los rayos solares. Evidentemente, se trata de una situación efímera, de muy corta duración, que afecta a una pequeñísima porción de la superficie terrestre y por lo tanto, de efectos insignificantes. Pero, ¿qué ocurriría si existiese un proceso que, por su naturaleza, afectase de forma continua y sistemática a la cantidad de nubes que cubren el conjunto del planeta?

El mecanismo de formación de las nubes es elemental y bien conocido desde antiguo. Cuando el aire caliente se eleva hasta que llega a su punto de rocío, se condensa el vapor de agua en forma de gotas muy pequeñas o en cristales de hielo. La formación de nubes se ve también favorecida por la presencia de partículas en suspensión (como polvo o incluso sal), que actúan como núcleos para favorecer la condensación. Pero además, ese proceso puede verse estimulado por otro fenómeno adicional, por otro tipo de radiación diferente a la proveniente del Sol. Desde principio del Siglo XX se sabe que nuestro planeta está siendo constantemente bombardeado por partículas subatómicas, la radiación cósmica, así bautizada atendiendo a su origen en el espacio exterior. Esa radiación ioniza las partículas en suspensión en la atmósfera, proporcionando un estímulo complementario para favorecer la nucleación y la formación de nubes.

Pero el flujo de radiación cósmica no es constante a lo largo del tiempo, ya que los rayos solares, el denominado viento solar, interfiere con ella, dificultando su entrada en la atmósfera terrestre. Como sabemos, la intensidad del viento solar no es constante y aumenta con el número de manchas solares.  Es decir, que cuanto más activo sea el sol, menos radiación cósmica llegará a la tierra. Y con menor radiación cósmica, la formación de nubes será menor, aumentando la insolación, lo que producirá un aumento de temperatura.

El estudio sistemático de la composición de los meteoritos, que como objetos procedentes del espacio exterior han sufrido el bombardeo de la radiación cósmica, ha permitido obtener información correspondiente a las variaciones de radiación durante los últimos 500 millones de años. En paralelo, el análisis sistemático en los caparazones y conchas fósiles del isótopo O18 (cuya abundancia relativa es proporcional a la temperatura), ha permitido reconstruir la evolución de la temperatura durante ese mismo periodo.

Figura 5.- Gráfica representativa de la evolución comparada entre la temperatura (línea roja) y la radiación cósmica durante los últimos 500 millones de años.

Los datos obtenidos para ambos parámetros durante los últimos 500 millones de años, se han representado conjuntamente en la Figura 5 (basada en Shaviv y Veizer, 2003), donde la línea roja representa la evolución de la temperatura y la radiación cósmica aparece representada por la línea negra, mostrando claramente el carácter antitético de ambos parámetros. Las temperaturas tienden a ascender cuando disminuye la intensidad de la radiación cósmica, es decir, al debilitarse el proceso que favorece la formación de nubes. Pero además de los descritos anteriormente, aún existen otros procesos que afectan a la cantidad de radiación solar que llega a la superficie de la Tierra: las variaciones en la órbita terrestre. El astrofísico Milutin Milankovitch, durante el primer tercio del siglo XX, basándose en ideas previamente establecidas por James Croll (1868), calculó el ritmo y la periodicidad de las alteraciones que sufría el planeta (forma de la órbita y a la posición del eje de rotación) al girar alrededor del Sol, que afectaban también a la radiación solar que llegaban hasta la Tierra, y por lo tanto, al clima. En 1920 publicó un trabajo titulado Teoría matemática de los fenómenos térmicos producidos por la radiación solar, dónde se incluía unas gráficas que, décadas más tarde, se haría muy famosa, la curva de insolación sobre la superficie terrestre (Figura 6).


Figura 6.- Curva de insolación sobre la superficie terrestre, publicada por Milankovitch en 1920. Fuente: https://www.astrosafor.net/Huygens/2003/41/Glaciaciones.htm

En la Figura 6, la curva ondulada representa la variación de la temperatura media de la Tierra a partir del momento actual, señalado como una línea vertical en el centro del gráfico, el año cero. Hacia la izquierda, la curva representa la variación de la temperatura que ya ha ocurrido, la del tiempo ya transcurrido, mientras que la continuación hacia la derecha representa la evolución prevista hacia el futuro. La escala horizontal en la parte superior de la figura corresponde al tiempo, en intervalos de 10.000 años. En la escala vertical se representa el porcentaje de variación de la temperatura media terrestre, con aumentos o disminuciones que oscilan en torno al 3% respecto del valor medio de las oscilaciones registradas.


A pesar de la indudable importancia de los resultados obtenidos por Milankovitch, estos cayeron pronto en el olvido, hasta que fueron resucitados por las investigaciones realizadas mediante sondeos en el casquete glaciar de Groenlandia, donde el hielo acumulado y estratificado en pequeñas capas, cada una de ellas correspondiente a la precipitación de un año, alcanza varios miles de metros de espesor (Figura 7, obtenida de NSF, Ice Core Facility, Doug Clark, University of Washington).

Figura 7.- Sondeos en el casquete glaciar de Groenlandia.

La tecnología actual permite extraer y analizar el aire ocluido entre los cristales de hielo, y su estudio sistemático ha permitido obtener una valiosísima información sobre la evolución en la composición de la atmósfera terrestre en tiempos pasados. De estos análisis, resultan especialmente interesantes los resultados del contenido en el aire del O18, isótopo al que ya se ha hecho referencia anteriormente, que han permitido establecer con precisión la evolución térmica del planeta para los últimos 800.000 años, tal y como se representa en la Figura 8 (Jouzel et al., 2007). 

Figura 8.- Evolución de la temperatura del planeta durante los últimos 800.000 años, obtenida a partir de los sondeos en el hielo del casquete glaciar de Groenlandia.

La gráfica de la Figura 8 muestra cómo las variaciones de temperatura se ajustan a un ritmo cíclico cuya duración tiende a situarse en torno a los 100.000 años. La coincidencia de estos ciclos con las predicciones de Milankovitch es muy fuerte, como se puede apreciar con mayor detalle en la Figura 9, donde, utilizando la misma información de las figuras 6 y 8, se han representado conjuntamente los resultados correspondientes a los últimos 150.000 años obtenidos en los sondeos de Groenlandia (línea negra) y las predicciones de   Milankovitch (línea roja). El paralelismo entre ambas líneas es muy significativo, con una disposición muy similar de los máximos y los mínimos, así como de los periodos de ascenso y descenso.

Figura 9.- Comparación entre la evolución durante los últimos 150.000 años de la temperatura prevista por Milankovitch (línea roja) y la obtenida mediante los sondeos de hielo en Groenlandia (línea negra).

En un primer momento, algunos científicos fueron reacios a aceptar la representatividad de los resultados obtenidos, argumentando que debía tratarse de efectos locales, válidos tan sólo para Groenlandia y no extrapolables a la evolución climática del conjunto del planeta. Sin embargo, investigaciones similares realizadas posteriormente en otros lugares, donde también existen importantes acumulaciones de hielo (como por ejemplo en la Antártida), han confirmado que las tendencias detectadas corresponden a un fenómeno global, detectable en ambos hemisferios (Pedro et al., 2018).

RESPUESTAS A LAS PREGUNTAS

Tomando como base las informaciones anteriormente expuestas, es posible ya encontrar algunas repuestas para las preguntas formuladas en la introducción de este artículo. En primer lugar, ¿es el hombre responsable del calentamiento que está experimentando el planeta? Los datos presentados indican que no, que el cambio climático no se ha desencadenado como consecuencia de las actividades antrópicas y se trata de un proceso cíclico que viene repitiéndose desde tiempos muy remotos, desde muchísimo antes de que la Humanidad hiciese acto de presencia. Los ritmos de variación de la temperatura parecen ser constantes o aleatorios según la escala de observación elegida. Si atendemos al conjunto de la historia del planeta (Figura 1), no se aprecia ninguna secuencia rítmica. En cambio, si atendemos a lo que ha ocurrido durante los últimos 800.000 años y de acuerdo con las previsiones de Milankovitch, se trata de un proceso claramente cíclico.

Puede concluirse entonces que las causas de los sucesivos cambios climáticos que nuestro planeta viene experimentando desde sus remotos orígenes, no tiene un origen simple, y que la interacción entre todos ellos configura un complejo proceso, al cual, evidentemente, pueden estar contribuyendo las actividades humanas, que se superpondrían a la tendencia natural y por lo tanto representarían sólo una parte del proceso total del calentamiento. Determinar cuál es el porcentaje de esa contribución (es decir, saber si es importante o insignificante), constituye realmente el quid de la cuestión, el verdadero nudo gordiano, la cuestión clave en el debate sobre el calentamiento global y el cambio climático: ¿cuál es la importancia relativa de las emisiones producidas por el Hombre en comparación con los factores naturales? Podemos dejar de momento aparcada esta crucial cuestión, a la que se dedicará la segunda parte de este artículo. Mientras tanto, la información expuesta permite ya reformular la segunda de las preguntas pendientes: ¿tiene el ser humano la capacidad de detener y revertir el calentamiento global?

Durante millones de años, el cambio climático ha estado controlado por los fenómenos naturales anteriormente descritos: las erupciones volcánicas, las manchas solares, la radiación cósmica y las variaciones orbitales. Sea cual sea la contribución humana al cambio climático, las acciones que se emprendan para intentar corregir sus impactos, tendrían sólo un efecto parcial. Porque, hagamos lo que hagamos, los volcanes seguirán en actividad, la superficie del Sol continuará desarrollando manchas y variando la intensidad del calor que nos envía, la radiación cósmica seguirá llegando a la Tierra y la órbita de nuestro planeta seguirá variando, obedeciendo los dictados de la mecánica celeste.

Es decir, que por mucho que nos empeñemos, será totalmente imposible detener, y mucho menos revertir, el actual ciclo de calentamiento (el último de una larga serie), que se inició hace algo más de 18.000 años (ver figuras 8 y 9). Como mucho, suponiendo que nuestras actividades están modificando el clima de forma significativa, a lo máximo que podríamos aspirar es a devolver el proceso de calentamiento a su ritmo natural, esperando a que llegue el momento en que las leyes de la naturaleza decidan que el planeta debe volver a enfriarse. Sin embargo, a pesar de que los mecanismos naturales que han controlado el cambio climático de nuestro planeta son bien conocidos desde hace tiempo, de acuerdo con las observaciones, mediciones y datos contrastados obtenidos por cientos o miles de investigadores de todo el mundo, en la conciencia colectiva de la Humanidad se ha instalado el convencimiento de todo lo contrario.

Actualmente, un elevado porcentaje de la población cree que las actividades antrópicas son las únicas responsables del cambio climático y que la Humanidad tiene la capacidad de detener y revertir el proceso de calentamiento global. Además, esa creencia viene acompañada de una fuerte sensación de pesimismo, de miedo sobre el futuro del planeta, con el convencimiento incluso de que ya es demasiado tarde para reaccionar y el mundo se dirige hacia un catastrófico final. No parece descabellado afirmar que hay algo que no se ha hecho bien cuando a la opinión pública sólo se le ha transmitido una parte sesgada de los conocimientos científicos disponibles, con el agravante de que dicha información se presenta como el punto de vista unánime de todo el mundo de la ciencia. Lo cual nos lleva ya a intentar responder la última de las tres preguntas que se formulaban en la introducción de este artículo.

¿EXISTE UN CONSENSO UNÁNIME ENTRE LOS CIENTÍFICOS SOBRE LAS CAUSAS DEL CALENTAMIENTO GLOBAL?

A juzgar por las informaciones que aparecen en los medios de comunicación sobre el calentamiento global, podría considerarse que el debate sobre el origen y la dinámica del cambio climático ya está cerrado, no queda más que hablar porque los científicos han alcanzado un consenso, todos los investigadores están de acuerdo (así lo sugiere la abrumadora mayoría de publicaciones e informes) en que el planeta se halla ante una grave emergencia y nosotros tenemos la culpa de su rápido calentamiento. Como ejemplo, puede citarse una reciente noticia, publicada por diversos periódicos del mundo,  informando que se ha realizado una revisión de 88.125 estudios publicados entre 2012 y 2020 en revistas científicas, y que el 99,9% de los artículos coinciden en que el cambio climático está causado por actividades humanas.

La impresión de unanimidad que se ha implantado en la conciencia colectiva por abrumadora mayoría, se ve reforzada por los informes que periódicamente emite el IPCC (International Panel on Climatic Change), un grupo de estudio integrado por numerosísimos científicos de todo el mundo, promovido y financiado por la ONU. El nivel global de dicha institución, juntamente con el prestigio de los científicos que lo integran, hace que las conclusiones de sus informes tiendan a ser consideradas como verdades inamovibles, como auténticos dogmas (la validez y la representatividad de dichas conclusiones serán analizadas en la segunda parte de este artículo), aunque en realidad han existido y existen serias discrepancias sobre las conclusiones reflejadas en los informes del IPCC. El contenido de esas divergencias suele airearse muy poco en los medios de comunicación.

En 1996, al inicio de la andadura de ese comité de expertos, un prestigioso científico norteamericano (el profesor Federick Seitz, que llegó a ser presidente de la Academia Americana de Ciencias), publicó en el Wall Street Journal una carta denunciando que el primer informe del IPCC había sido manipulado a espaldas de sus autores, ya que algunos puntos importantes de las conclusiones habían sido suprimidos. La omisión más significativa, se refería a la falta de correlación entre el cambio climático y los gases de efecto invernadero, estableciendo que no podía atribuirse el calentamiento observado a las actividades humanas. El comité coordinador del IPCC se vio obligado a reconocer públicamente que, en efecto, se habían suprimido esas conclusiones atendiendo a los comentarios recibidos de algunos gobiernos, algunas ONGs y otros científicos.

También fue muy sonado el escándalo que estalló en 2009, cuando un pirata informático filtró a la prensa una serie de correos electrónicos entre miembros del IPCC, donde quedaba en evidencia la manipulación de datos, la destrucción de pruebas y la realización de fuertes presiones para acallar a los científicos escépticos. Esas informaciones llegaron a las páginas de los periódicos (en las televisiones tuvieron un impacto mucho menor) y permanecieron en ellas unos días, pero poco a poco fueron cayendo en el olvido. Para aclarar lo ocurrido, se realizaron varias investigaciones oficiales, pero ninguna de ellas, a pesar de las profundas dudas generadas, encontró evidencias de fraude o de mala praxis científica.  Las monolíticas y contundentes conclusiones de los informes posteriores emitidos por el IPCC, sugieren que todas las voces discrepantes han desaparecido.

No obstante, de forma aislada pero muy significativa, llegan de cuando en cuando a los medios de comunicación (aunque nunca a los informativos televisivos ni a las primeras páginas de los periódicos) las voces disidentes de personalidades científicas y medioambientalistas cuyo prestigio es, como mínimo, tan elevado como el de los integrantes del IPCC. Este es el caso, por ejemplo de Bjorn Lomborg, un profesor universitario de estadística en Dinamarca, vinculado durante años a organizaciones ecologistas de primer nivel, quien ha denunciado (Lomborg 2003) que muchos grupos ecologistas exageran su discurso catastrofista para infundir miedo, simplemente como método rentable para recaudar más fondos.

Algo similar puede decirse de Michael Shellenberger, un experto en energía y activista medioambiental de primera fila durante décadas, que se opone igualmente al tremendismo catastrofista. En un libro de reciente publicación (Shellenberger 2021) denuncia que no es cierto que miles de millones de personas vayan a morir en un futuro próximo, que el peligro por sobrecalentamiento del planeta es cada vez más bajo y que el ambientalismo apocalíptico está dirigido por poderosos intereses financieros. La misma opinión tiene Steven Koonin (2021), un físico teórico que fue asesor del presidente Obama en los Estados Unidos, quien ha denunciado la falta de objetividad con que se enfoca el problema del cambio climático, ya que no existen evidencias sólidas para afirmar que el mundo afronta una emergencia climática, añadiendo que además, las metas que se pretenden alcanzar para frenar el calentamiento, no son realistas. La misma opinión tiene el famoso físico italiano Antonino Zichichi, Presidente de la Sociedad Europea de Física y de la Federación Mundial de Científicos, quien recientemente ha declarado que “el calentamiento global depende del motor meteorológico dominado por la potencia del Sol, que controla el 95 % del proceso del cambio climático. Atribuir a las actividades humanas el calentamiento global, carece de fundamento científico”. Son también contundentes y expeditivas las opiniones de Ivar Giaever (2012), premio Nobel en Física y ex – integrante del IPCC (de donde salió voluntariamente),  quien además de coincidir en sus ideas con los investigadores antes mencionados, ha denunciado públicamente las presiones existentes para que no se publiquen en las revistas científicas más importantes, aquellos artículos cuyo contenido contradiga las conclusiones del grupo científico financiado por la ONU.

La lista de investigadores críticos sobre los trabajos del IPCC sería muy larga, ya que las voces disonantes no llegan tan sólo desde personalidades individuales. En 2006, treinta y dos científicos con prestigio internacional en el ámbito de la climatología, firmaron la Declaración de Hohenkammer, asegurando que no hay bases científicas para aseverar que el calentamiento global se deba a los llamados gases de efecto invernadero. En marzo de 2009, un centenar de científicos norteamericanos publicaron en diversos periódicos (previo pago, ya que los medios se negaban a publicarlo) un artículo con un expresivo título: Con el debido respeto, señor Presidente, eso no es cierto, refiriéndose a las tesis del IPCC sobre el cambio climático.

En junio de ese mismo año, 60 científicos alemanes publicaron una carta abierta a la canciller alemana Ángela Merkel, en la que se expresaban en el mismo sentido. Y en 2010, mil investigadores de diversos países y disciplinas científicas, firmaron un manifiesto similar y lo presentaron en la Conferencia sobre el Clima de ese mismo año. Más recientemente, en septiembre de 2019, la Fundación de Inteligencia Climática (CLINTEL), una entidad que agrupa a más de 500 científicos de todo el mundo, envió al secretario General de la ONU un documento negando el papel del dióxido de carbono en el calentamiento global, afirmando que no existe emergencia climática y por lo tanto, no hay motivo para el pánico y la alarma.

Por último, es imprescindible recordar por su rotundidad a Pascal Richet, investigador del Institut de Physique du Globe de Paris desde hace 35 años, quien ha recibido numerosos premios en su trayectoria científica, y que ha publicado recientemente un artículo con el ilustrativo título de Clima y CO2 : la evidencia frente al dogma, donde además de incidir en la falta de relaciones causa – efecto entre los datos y las conclusiones que se están publicando sobre el cambio climático, dice textualmente:

Que los efectos del CO2 sobre el clima son mínimos no es, ni mucho menos, una conclusión nueva, aunque los que ya lo han establecido sobre otras bases científicas chocan con el pretendido “consenso” sobre la cuestión. En realidad, esta noción de consenso no es pertinente aquí, porque la historia de la ciencia no es más que un largo paseo por el cementerio donde descansan en paz las ideas aceptadas sin discusión durante mucho tiempo. Más bien, sirve de justificación para desterrar del debate cualquier idea heterodoxa que cuestione el dogma. Como ha experimentado el autor de estas líneas, el rasgo más inquietante del debate sobre el clima es el deseo de descalificar de entrada al adversario arrastrándolo a otros campos no relacionados con el problema, en lugar de ofrecerle comentarios críticos a los que podría responder científicamente. Sorprendentemente, el libre debate en que se ha basado el progreso científico en la Historia ha sido sustituido por acciones propias del totalitarismo como la difamación, el intento de silenciamiento y la persecución del disidente bajo amenaza de ostracismo. Quizá Aristóteles, con su lógica, pensaría que esta violencia y esta imposición son en sí mismas un indicio de en qué lado del debate se encuentra la verdad.

Recientemente, también autores españoles se han posicionado claramente en contra de las falsas informaciones sobre el cambio climático. Este es el caso por ejemplo del geólogo Alejando Robador Moreno (2015), con abundantes datos sobre los cambios climáticos acaecidos en el pasado, y de Hugo Rubio (2021), quien aporta detalladas informaciones contradiciendo las noticias que aparecen habitualmente en la prensa.

CONCLUSIONES

Las informaciones climáticas registradas en las rocas, en los sedimentos, en los fósiles y en el hielo, permiten afirmar sin ningún género de dudas que a lo largo de miles de millones de años de historia de nuestro planeta, se han registrado múltiples cambios climáticos, similares o incluso más extremos que el calentamiento actual, que por lo tanto no ha sido iniciado por las actividades humanas.

La evolución de la temperatura media del planeta está estrechamente relacionada con la variación de la iluminación solar que recibe, controlada fundamentalmente por la actividad volcánica, la evolución de las manchas solares, la radiación cósmica y los cambios cíclicos en la órbita terrestre. Dichos procesos, espontáneos y naturales, están fuera del control antrópico, tan activos en la actualidad como lo estaban hace millones de años, y por lo tanto, es imposible que el hombre sea capaz de detener y revertir el cambio climático. Estas evidencias hacen que la opinión de los científicos sobre el origen y la causa del calentamiento global no sea unánime y esté muy lejos de existir un consenso al respecto. Sin embargo, mientras los medios de comunicación otorgan los grandes titulares a las hipótesis que atribuyen un origen antrópico al cambio climático, las informaciones científicas que contradicen los informes del IPCC tienen un escaso o prácticamente nulo eco mediático.

Además, el enfoque sesgado en la difusión de los datos sobre el calentamiento global no se restringe a los medios de comunicación, porque se está educando a las nuevas generaciones con esa realidad distorsionada, presentando como verdades absolutas lo que no son más que meras hipótesis, que están lejos de haber sido demostradas. En cualquiera de los libros de texto que se utilizan hoy en Enseñanza Primaria, se enseña a las nuevas generaciones que la Tierra está sufriendo un calentamiento provocado por las actividades humanas, y que es necesario detenerlo para salvaguardar la salud del planeta.  

La implantación en la conciencia colectiva de dónde está la verdad, ha sido tan eficiente que además del ostracismo científico (recuérdense las denuncias al respecto realizadas por Ivar Giaever o Pascal Richet), se ha instalado una presión social sobre las posiciones que, independientemente de criterios científicos, se consideran como políticamente incorrectas y peligrosas para el planeta.   A este respecto, es interesante recordar aquí las ideas de la politóloga alemana Elizabeth Noelle – Neumann, que en su obra La espiral del silencio (2010), establece que la opinión pública es una poderosa forma de control social en la que los individuos adaptan su comportamiento a las actitudes predominantes sobre lo que es aceptable y lo que no, tendiendo a asumir como buenas las posturas predominantes. Como consecuencia, la sociedad amenaza con el aislamiento a quienes adoptan las posturas contrarias haciéndolas enmudecer en una espiral de silencio.

Es difícil no recordar que hace casi cuatro siglos, un grupo de expertos cualificados, del máximo prestigio científico, alentados por la autoridad global del momento, evaluó las ideas de Galileo sobre la posición de la Tierra respecto del Sol, y decidió por abrumadora mayoría que Galileo estaba equivocado, que nuestro planeta estaba fijo en el centro del Universo. ¡E PUR SI MUOVE!

AGRADECIMIENTOS

El texto del presente trabajo ha sido extraído y refundido a partir de una serie de artículos sobre cambio climático y calentamiento global publicados entre 2021 y 2022 en la revista digital www.Entrevisttas.com. Mi agradecimiento a Carmen Nikol, promotora y directora de la misma, por su apoyo para la edición de las publicaciones mencionadas y también por las facilidades prestadas para la publicación del presente artículo.

También, mi más sincero agradecimiento para mis colegas (y sin embargo amigos) Miguel Arbizu Senosiáin, Fernando Bastida Ibáñez y Jose Antonio Sáenz de Santa María Benedet por sus aportaciones y sus comentarios constructivos para mejorar la claridad y el contenido de este artículo.

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[Y esta es la reacción inmediata que ha producido este artículo científico en los mass mierda. Un plumífero en La Vanguardia, infecto panfleto de la burguesía catalana, pide que se condene al ostracismo a geólogo que ha osado a cuestionar el dogma...



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