martes, 31 de julio de 2012

LA CONTRA-REVOLUCIÓN SIRIA EN DESBANDADA: TESTIMONIOS DE SOLDADOS SIRIOS Y DE TERRORISTAS ARREPENTIDOS


No a la guerra imperialista, 30/07/2012


Reportaje de Alalam TV "Un día en Homs" difundido en español por Hispan TV:



Entrevista a un terrorista arrepentido para la Radio La Voz de Rusia (traducido al alemán por Mein Parteibuch Zweitblog y del alemán al español por Pedro):

- Díganos, por favor: ¿cómo se llama Usted y de donde viene?

- Mi nombre es Youssef Naami y combatí en la zona de Hama.

- ¿Cómo sucedió que Usted acabara siendo un combatiente de la irreconciliable oposición siria militante?

- Entre los hombre jóvenes con los que crecí se encontraba el jeque Ayman Al-Khalid. Habló con nosotros, nos dijo que para el bienestar de la patria, en interés de la fe, estábamos llamados para una importante misión que incluía luchar contra los pecaminosos detentadores del poder, etc. Bien, ahora entiendo que se nos lavó el cerebro. Sí, y como resultado de estas charlas tuvimos la idea de que había que hacer algo, dar a conocer alto nuestra insatisfacción, realizar manifestaciones para decir a toda la gente que no necesitábamos un poder así y que el país tenía que ser salvado. Así pensábamos y lo creíamos firmemente.

- Perdone, ¿cuántos años tiene Usted?

- 27

- ¿Ha combatido Usted?

- Inicialmente (en ese momento) no se hablaba de armas. Simplemente íbamos a las manifestaciones. Entonces se nos dijo que se nos darían armas y que nuestro deber era combatir a los soldados gubernamentales. Dijeron que las fuerzas de seguridad, con el consentimiento de las autoridades, mataban a nuestros hermanos y hermanas, así que teníamos que pagarles con la misma moneda. Yo ahora voy a contar la historia en un minuto, pero duró bastante tiempo. Se nos dijo que era necesario marchar a la batalla. Con mucha frecuencia conversamos con el jeque Ayman. Reconozco que no sólo se habló de nuestro deber de cara al país y a la gente. Se nos había prometido que seríamos bien pagados por ello y que había dinero. ¿Quién puede sustraerse a eso? Sí, y así sucedió.

- ¿Se le pagó? ¿Nos puede decir cuánto?

- El jeque Ayman nos presentó a un determinado hombre, que nos prometió 2.000 libraspor cabeza por tomar parte en una manifestación (escasamente 30 dólares norteamericanos, nota de la redacción). Para ello no sólo teníamos que situarnos en la multitud, sino participar activamente y gritar consignas. Por cierto que no obtuvimos 2.000 libras. Como máximo, 500 (8 dólares norteamericanos), y a veces no se nos daba nada; entonces se decía: más adelante. A nosotros no nos gustó especialmente, eso de decir algo y luego actuar de forma distinta.

Y entonces se nos dijo que sí que obtendríamos el dinero, y mucho más, si íbamos a las manifestaciones con un arma y combatíamos a los militares y a la policía. Aceptamos. Fuimos llevados a un campamento de instrucción y se nos enseñó a manejar las armas. Después de la preparación participamos en escaramuzas con el ejército. Y no sólo eso, secuestramos a personas que – según nos dijeron – eran partidarios del régimen. Asesinar también tuvo lugar. Era algo así como una prueba de valor, o algo parecido. Por todo eso nos prometieron de 5.000 a 10.000 libras (80…160 Dólares USA). Per en realidad se pagaron 1.000 a 1.500 libras, y con frecuencia también nada.

- Youssef, Usted dice todo el rato “nosotros”. ¿En qué ha tomado parte personalmente?

- He visto como, delante de mis ojos, eran asesinadas personas. A menudo mis amigos y yo hemos hecho guardia mientras otros irrumpían en las casas y mataban. Una vez yo también violé a una mujer en una de esas casas. Ahora me avergüenzo por ello. Es difícil pensar en ello. Y por aquel entonces no parecía que fuera yo mismo. Temeridad o algo así. Ahora creo que todo eso fue por las drogas.

- ¿Drogas?

- Sí.

- Sí, ahora me resulta difícil acordarme cuando empezó aquello. Bebimos té con algunas hierbas – algo para animarnos. Y después, pastillas.

Cuando íbamos de operaciones, tomábamos pastillas, se nos decía que para calmar los nervios, para el valor y para no tener miedo. Y es cierto, tragarlas y uno está dispuesto a acribillar a todo el mundo. Ahora quiero olvidarlo.

- ¿Por qué se entregó?

- En una operación pillaron a mi amigo. En su móvil se encontraba mi número, y un tiempo después recibí una llamada de un hombre – no recuerdo su nombre – que decía que era de la Unión de la Juventud Siria, y decía que sólo quería hablar. Empezó a plantear preguntas como “¿Por qué lo hace? Es Usted joven, podría levantar este país” y cosas parecidas. Al principio le maldecía después de colgar. Pero siguieron llamando, hablaban educadamente. Gradualmente empecé a pensar sobre lo que se me decía. Un día hablamos por teléfono y quedamos en encontrarnos en las inmediaciones de Hama. Fui sólo, tenía miedo de que alguien lo supiera. Allí me encontré con los chicos de la Unión de la Juventud Siria y con su presidente Mohammed al-Deri. Conversamos largo tiempo, mutuamente nos planteamos preguntas y me contaron algunas cosas de ellos mismos. Me dijeron que si tenía buenos amigos entre los insurrectos, ¡podría [a los amigos] ayudarles! Después de este encuentro ya no quería ser rebelde. Regresé a Ham, hablé con con algunos chicos. Decidimos conjuntamente dejarlo y entregarnos. Yo empecé a buscar excusas para no ir a las operaciones. Dije que no me encontraba bien, o que era necesario visitar a mi madre enferma. Empezamos a impedir ataques armados. Después de algún tiempo pudimos hacer acopio de valor y largarnos. Fuimos a la zona de Mherbi (en las inmediaciones de Hama). Allí quedamos con los chicos de la “Unión”. Nos volvieron a decir que nos habíamos equivocado, pero que no era nada que no pudiera ser reparado. Entregamos nuestras armas y Muhammed al-Deri intercedió personalmente por nosotros y obtuvo gracia para todos nosotros y que no tuviéramos que responder ante un tribunal. Garantizó nuestra seguridad. El presidente dijo que todo aquel que no hubiera matado ni perpetrado actos terroristas sería indultado si mostraba arrepentimiento y entregaba las armas. Entregamos nuestra armas y, en el plazo de 24 horas, nuestros nombres estaban borrados de la lista de buscados. Hoy me siento como si hubiera vuelto a nacer. Voy a terapia de desintoxicación [de drogas]. Las autoridades locales me han conseguido, tal como prometieron, un trabajo, y actualmente trabajo en una empresa que se ocupa del suministro de aguas. Y algunos de mis amigos también han conseguido obtener un trabajo normal. Entre los que nos entregamos se encontraba gente que tenía vidas humanas sobre su conciencia. Los de la “Unión de la Juventud Siria” intercedieron por ellos. Fueron llevados a juicio, pero obtuvieron una reducción de condena. Hoy veo que hice muchas cosas equivocadamente. »

viernes, 27 de julio de 2012

DAMASCO: EL VOCÁN HA SIDO APAGADO

Red Voltaire, 23/07/2012

INJERENCIA Y DESTRUCCIÓN DE LOS SINDICATOS. Segunda y última parte

Red Voltaire, 19/01/2005


1962-1979: LA AFL-CIO Y LA CONTRAINSURGENCIA SINDICAL

Para defender los intereses de sus grandes compañías en América Latina frente a los gobiernos socialistas, los Estados Unidos no se limitan a infiltrar sus ejércitos. También reclutan a camorristas en la sociedad civil bajo la cobertura de la formación de sindicalistas. Un instituto especializado de la AFL-CIO, creado por el Pentágono y la CIA, dirigido por importantes figuras, participa directamente en la desestabilización de Guyana, Brasil o Chile. A continuación la segunda parte de nuestra investigación sobre la injerencia sindical.

Para defender los intereses de sus grandes compañías en América Latina frente a los gobiernos socialistas, los Estados Unidos no se limitan a infiltrar sus ejércitos. También reclutan a camorristas en la sociedad civil bajo la cobertura de la formación de sindicalistas. Un instituto especializado de la AFL-CIO, creado por el Pentágono y la CIA, dirigido por importantes figuras, participa directamente en la desestabilización de Guyana, Brasil o Chile. A continuación la segunda parte de nuestra investigación sobre la injerencia sindical.

Luego de haber participado en la política de manipulación de las fuerzas de izquierda contra el comunismo llevada a cabo por Washington, la AFL-CIO se reorganiza en 1962 cuando el presidente John F. Kennedy crea la La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) [1]. Las actividades internacionales del sindicato son confiadas a tres organismos diferentes que se distribuyen zonas geográficas.

La AIFLD: «contrainsurgencia» sindical en América Latina

El primero es el American Institute for Free Labor Development (AIFLD), dedicado al control de los movimientos sindicales en América Latina. George Meany, presidente de la AFL-CIO, asume la dirección administrativa. Delega la dirección ejecutiva en Willliam C. Doherty Jr, cuya experiencia profesional se limita a algunos meses de trabajo en el Plan Marshall, lo que podría parecer insuficiente para un «líder sindical» [2].

Un consejo de administración compuesto por grandes empresarios con intereses en América Latina determina las prioridades de acción de la AIFLD. En el mismo se encuentran personalidades famosas por sus posiciones antisociales como David Rockfeller; la presidencia es asumida por el director general del gigante químico W.R. Grace Corporation y presidente del Capítulo Norteamericano de la Orden de Malta, J. Peter Grace [3]. Este casting refleja la realidad de la AFL-CIO, organización que promueve la colaboración de clases y une de forma vertical sindicatos obreros y patronales según un modelo cercano al de las corporaciones fascistas.

Después de la Segunda Guerra Mundial y antes de la fusión con la CIO, la AFL ya había instalado una organización sindical en América Latina llamada Inter-American Regional Organization of Workers (ORIT). Este antecedente de la AIFLD estaba dirigido por Serafino Romualdi, exiliado italiano. Aunque hizo maravillas en Guatemala en 1953 durante el derrocamiento del presidente Jacobo Arbens, cuya política social amenazaba los intereses de la United Fruit Company, se mostró incapaz frente a la revolución cubana; de ahí que Washington decidiera dar más medios a la AFL-CIO, es decir, a la AIFLD.

La decisión de crear la AIFLD no fue objeto de discusión en el seno del movimiento obrero norteamericano. Fue tomada por los directivos de la red stay-behind, de injerencia de los Estados Unidos en los países de su zona de influencia y que formaba parte entonces de la Dirección de Planificación de la CIA, aunque vinculada al Pentágono [4]. Los estatutos son elaborados entre 1959 y 1962, y redactados por dos de los principales especialistas de las acciones secretas: el general Richard G. Stilwell y el coronel Edward G. Lansdale. Este último era en aquella época director de la NSA y el diseñador de las operaciones Mangoose y Northwood dirigidas contra Cuba [5].

El proyecto es aprobado por el Consejo de Relaciones Exteriores (Council on Foreign Relations - CFR), la asociación de la élite de Washington. «Eso se convirtió en el inicio de la contrainsurgencia», comenta el coronel retirado de la US Air Force L. Fletcher Prouty [6]. En efecto, ambos eran «agentes de campo [para quienes] había llegado el momento de (...) formar una fuerza internacional paramilitar masiva, bajo un mando paracivil y [disimulada tras] un tupido velo de seguridad» [7].

El programa está inspirado especialmente en el desarrollado por Joseph A. Beirne a finales de los años 50 cuando era presidente de Communications Workers of America (CWA). Entonces había invitado al centro de formación del CWA, en Front Royal, a líderes de los sindicatos vinculados a los servicios postales, telegráficos y telefónicos de América Latina para un seminario de tres meses sobre el «sindicalismo democrático».

Mientras que los militares de América Latina se forman durante todo el período en la Escuela de las Américas, en Panamá, o en la Academia de Cuadros de la Guerra Política, en Taiwán [8], la AIFLD garantizaría, durante cuarenta años, la formación de más de 200 000 personas procedentes de todas las ramas, principalmente de la prensa, en Front Royal, Virginia [9]. La ideología impartida la resume William Blum de la siguiente forma: «Todos los problemas de los trabajadores serán resueltos por un sistema de libre empresa, de cooperación de clases y de negociación colectiva, así como por la colaboración con los patronos y el gobierno en la lucha anticomunista» [10].

La AIFLD realiza actividades de propaganda y diplomacia paralela contra la URSS en este período de guerra fría. Su papel es entonces desconocido por el gran público e incluso por la mayor parte de los miembros de la AFL-CIO. Las primeras revelaciones tienen lugar en 1967 durante una reunión de 520 dirigentes sindicales de alto nivel organizada en Chicago por iniciativa del Labor Leadership Assembly for Peace, un grupo de trabajadores opuestos a la guerra de Vietnam. Uno de los líderes presentes, Victor Reuther, relata cómo la AFL-CIO en realidad sirve de cobertura para las actividades del Departamento de Estado norteamericano y de la CIA.

La central sindical, entonces dirigida por George Meany, habría, según Reuther, «participado [con la CIA] en el golpe de Estado de 1964 que derrocó al gobierno liberal electo de Joao Goulart en Brasil y, al mismo tiempo, ayudado a debilitar a los sindicalistas del sector automovilístico brasileño. La obediencia ciega de la AFL-CIO al Departamento de Estado y su alianza con la CIA hacen difícil para la UAW (International Union, United Automobile, Aerospace and Agricultural Implement Workers of America), afiliada a la AFL-CIO, mantener la confianza de sindicalistas confirmados del otro lado del Atlántico [11].

En sus memorias, Victor Reuther explica que «los lugartenientes de Meany en la esfera de las intrigas internacionales habían creado una red mundial financiada con enormes sumas. A veces utilizaban estructuras sindicales títeres, internacionales o regionales. En otros momentos penetraban las secretarías internacionales de sindicatos, aunque de buena fe. Las sumas de dinero que estos últimos manipulaban los hacían vulnerables al control del donante». Se trataba de una estrategia especial por parte de una central sindical, tanto más cuanto que «la política exterior de la AFL-CIO era elaborada en la atmósfera acallada de Washington, generalmente con el Departamento de Estado y otras agencias. Raramente había una discusión anterior ante los miembros del Consejo Ejecutivo; no había ni siquiera una imitación de proceso democrático» [12].

Experiencia de desestabilización sindical en Guyana

El golpe brasileño de 1964 no es el primero. El American Institute for Free Labor Development había activado ya la maquinaria dos años atrás en el marco de la desestabilización política llevada a efecto por el Departamento de Estado en Guyana. La pequeña colonia británica, miembro del Commonwealth, es dirigida entonces por el Dr Cheddi Jagan, presidente fundador del Partido Progresista del Pueblo (PPP). Su apoyo a los obreros de las plantaciones azucareras amenaza los intereses de la firma Brooker Bros McConnell. Antes de conceder la independencia a Guyana, Londres decide su derrocamiento para instalar un gobierno títere en su lugar.

La AFL-CIO es activa en Guyana a cuenta de la red stay-behind en el marco de los acuerdos anglo-estadounidenses. Al respecto, escribe Serafino Romualdi: «Desde mi primera visita a la Guyana Británica hice todo lo posible para fortalecer las fuerzas sindicales democráticas opuestas a Jagan» [13]. Como lo escribe William Blum, «fue una de las raras ocasiones en que la Agencia fue oficialmente autorizada a operar en zona británica». La estrategia de la CIA es simple: se trata de fortalecer a los sindicatos cercanos a Forbes Burnham, principal opositor político de Jagan. La Agencia se apoya en el Public Services International (PSI), «una asociación de sindicatos internacionales de funcionarios, con base en Londres, cuya misión era exportar la experiencia sindical de los países industrializados hacia los países menos desarrollados».

El dispositivo se hace especialmente eficaz tras la llegada al poder de John F. Kennedy y la creación de la AIFLD: en febrero de 1962, la CIA organiza y financia manifestaciones de oposición a Jagan, huelgas y revueltas. Gracias a la penetración de las organizaciones sindicales, Langley logra fomentar, en abril de 1963, la huelga general más prolongada de la historia: 80 días. El llamamiento a la huelga había sido lanzado por el Trade Union Council (TUC) [14] cuyo presidente, Richard Ishmael, «había sido formado, como tantos otros dirigentes sindicales guyaneses, en los Estados Unidos, más exactamente por la CIA, en el American Institute for Free Labor Development» [15]. A través suyo, y con el concurso del PSI y otras organizaciones sindicales en la órbita de la AIFLD, la CIA apoya la huelga con un millón de dólares.

Por «solidaridad con los huelguistas», las compañías petroleras norteamericanas dejan de suministrar petróleo al país, lo que obliga a Jagan a solicitar la ayuda de Cuba y viene a justificar la tesis de Washington según la cual «es un peligroso comunista». Esta intensa campaña de desestabilización conduce, en diciembre de 1964, a la obtención de una simple mayoría relativa por parte del PPP de Jagan, que rápidamente es obligado a renunciar. Forbes Burnham, quien queda en segundo lugar, se hace cargo del gobierno. Si bien en aquel momento este episodio tiene éxito, no es menos cierto que constituyó un fracaso a largo plazo. Veintiocho años más tarde los guyaneses llevan a Cheddi Jagan al poder al elegirlo presidente. Inflexible, el presidente Clinton llama a William Doherty Jr a quien nombra embajador en Guyana, pero ante la protesta por la decisión, termina renunciando a la misma. Mal jugador, prohíbe entonces la desclasificación de los documentos de la CIA referentes al golpe de 1964 cuyo secreto llegaba a los treinta años estipulados [16].

Se repite la historia en Chile

El escenario se repite casi idénticamente en Chile a partir de 1970, año en que se invierten más de mil millones de dólares por parte de diferentes empresas norteamericanas en el país. La mayor internacional representada es la International Telephone and Telegraph (IT & T). El proceso de desestabilización comprende, según las audiencias celebradas por la Cámara de Representantes de los Estados Unidos en 1975, «importantes manipulaciones electorales, el financiamiento de los medios de comunicación con fines propagandísticos y de desinformación, conspiraciones políticas, conexiones militares, la penetración de los sindicatos (...)». Es iniciado ante la decisión del gobierno de Salvador Allende de nacionalizar la IT&T y compañías de explotación del cobre. Robert O’Neill es entonces del director del programa de la AIFLD en Chile. De 1970 a 1973 la central sindical multiplica la formación de dirigentes sindicales, de los que unos cien viajan cada año a los Estados Unidos [17].

Como en Guyana, Washington no opta por la intervención militar, sino por la desestabilización. Precisamente antes de la investidura del presidente Allende, el embajador norteamericano, Edward Korry, había advertido que «ni un tornillo ni una tuerca llegarían a Chile durante el gobierno de Allende». De 1970 a 1973 los Estados Unidos suspendieron la casi totalidad de sus programas de ayuda a Chile, el Export-Import Bank dejó de conceder préstamos, así como el Banco Interamericano de Desarrollo. Tampoco el Banco Mundial concedió ningún nuevo préstamo a Chile entre 1971 y 1973. La idea desarrollada por la IT&T en un memorando era que «entre los que quieren impedir la actuación de Allende, algunos, más realistas, esperan que el deterioro de la economía desencadenará una ola de violencia que conducirá a un golpe de Estado» [18].

Sindicalismo planetario

La AFL-CIO instaura otros dos organismos con carácter internacional, algunos años después de la AIFLD, siempre gracias a un financiamiento de la USAID. Para Asia, se trata del Asian American Free Labor Institute (AAFLI), fundado en 1968.

En realidad la zona asiática era desde hacía largo tiempo blanco de la atención de Washington. Ya en Indonesia, en 1965, la AFL-CIO había apoyado a los sindicatos no comunistas a fin de socavar la gran figura de la independencia, el general Sukarno, considerado demasiado cercano a las ideas socialistas [19]. Por otra parte, la AFL-CIO se oponía reiteradamente a la Confederación Internacional de los Sindicatos Libres (CISL/ICFTU), que sin embargo había creado, debido a la orientación demasiado socialista y socialdemócrata de algunos de sus miembros, y a que algunos de los sindicatos de la confederación militaban contra la guerra en Vietnam.

Según los documentos internos de la AFFLI, su creación está relacionada con el fracaso de la ofensiva del Tet, realizada por las tropas norteamericanas en Vietnam. La organización se habría introducido con un pretexto humanitario, encaminando la ayuda de CARE a los soldados, para desviarse a continuación hacia la formación de camorristas obreros anticomunistas. Habría beneficiado principalmente a Tran Quoc Buu, dirigente corrupto y anticomunista de la Confederación Vietnamita de los Trabajadores (CVT), quien se alía al régimen de Nguyen Van Thieu, apoyado por la CIA, para garantizar que los puertos del país permanecieran abiertos para el suministro a las tropas norteamericanas [20].

La influencia de la AAFLI se hace sentir por largo tiempo en la región. Según Dave Spooner, analista en el Asia Monitor Resource Center, «las estructuras, las prácticas sindicalistas y los códigos laborales de países como Corea del Sur. Taiwán, Filipinas, Malasia, India y otros son el resultado del apoyo, la imposición o la manipulación de los gobiernos, partidos políticos y sindicatos de Europa y los Estados Unidos, más que de las acciones de los trabajadores [locales]». En Filipinas, la AAFLI apoyó ampliamente la cruzada anticomunista del dictador Ferdinando Marcos mediante la subversión a los sindicatos cercanos al poder.

El tercer instituto, el African Labor College, tiene como terreno predilecto el África recientemente descolonizada. Se encuentra bajo la dirección de Irving Brown, ex emisario de la AFL-CIO en Europa y miembro eminente del stay-behind. En ese entonces los países francófonos deben enfrentar la multiplicación de los «golpes torcidos» orquestados por el responsable para África del general De Gaulle y luego de Georges Pompidou, Jacques Foccart, cercano a Irving Brown [21]. La ausencia de documentación sobre las actividades de Irving Brown en África impide lamentablemente, en estos momentos, saber cómo se organizó la actividad conjunta entre Estados Unidos y Francia para mantener al conjunto de los países recién independizados fuera de la órbita soviética.

Las diferentes operaciones realizadas por las filiales internacionales de la AFL-CIO revelan, cuando son analizadas en su conjunto, una nueva forma de actuar de la diplomacia norteamericana en sus estrategias de injerencia. Los golpes de Estado han sido objeto de una importante literatura y son los más inmediatamente reconocibles. Los mecanismos de propaganda tendentes a construir «un enemigo en el interior», ya sea a partir de criterios étnicos, religiosos, políticos e incluso mediante la combinación de todos, han sido igualmente estudiados en trabajos más recientes.

En comparación, el proceso de «desestabilización social» que aparece aquí como otra técnica de contrainsurgencia permanece bastante desconocido. Se trata, sin embargo, de una alternativa totalmente pertinente, de un punto de vista estratégico para la política llamada «de cañoneras», cuando los países focalizados no son objetivos diplomáticamente aceptables para la comunidad internacional. Esta política no ha sido abandonada desde la renuncia de George Meany, en 1979. Su sustituto, Lane Kirkland, por el contrario, continuó por esta vía. Las instituciones de «injerencia sindical» fueron incluso fortalecidas y articuladas en un dispositivo más amplio, en 1983, al ser integradas a la National Endowement for Democracy, creada por Ronald Reagan [22].

NOTAS:

[1] Ver la primera parte de esta investigación: «¿AFL-CIO o AFL-CIA?», por Paul Labarique, Voltaire, 20 de enero de 2005.

[2] El padre de William Doherty Jr. era agente de la CIA y fue embajador de los Estados Unidos en Jamaica.

[3] J. Peter Grace es conocido por haber captado al químico nazi Otto Ambrose, ex director del IG Farben. Por otra parte cristiano fundamentalista, Grace da empleo al reverendo Pat Robertson y bautiza a sus hijos.

[4] Ver: «Stay-behind, Las redes estadounidenses de desestabilización y de injerencia», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 20 de julio de 2001.

[5] Ver: «Opération Northwoods: Cuando el estado mayor estadounidense planificaba atentados terroristas contra su población», par Thierry Meyssan, Red Voltaire, 5 de noviembre de 2001.

[6] The Secret Team: The CIA and Its Allies in Control of the United States and the World, por L. Fletcher Prouty, Ballantine Books, 1974.

[7] Ibid.

[8] Ver: «La Liga Anticomunista Mundial, internacional del crimen», que será publicado el 21 de enero 2005 en la Red Voltaire, por Thierry Meyssan.

[9] The Rise and Decline of the CIA, por John Ranelagh, Simon & Schuster Editores, 1987.

[10] Les guerres scélérates, libro en francés de William Blum, Editorial Parangon, 2004, Francia.

[11] Estas revelaciones han sido citadas nuevamente por Fred Halstead, activista antibélico socialista, en su libro Out Now dedicado a los movimientos de oposición a la guerra de Vietnam. Ver: «Victor Reuther’s Revelations About U.S. Labor and the CIA», por Charles Walker, IWW-News, 23 de marzo de 2003.

[12] Ibid. Lo paradójico es que Victor Reuther fue anteriormente el emisario del sindicato CIO en Europa, antes de la fusión con la AFL en 1955. En aquel entonces era el alter ego de Irving Brown, responsable de la AFL para Europa.

[13] Les guerres scélérates, libro en francés de William Blum, Editorial Parangon, 2004, Francia.

[14] William Blum define el Trade Union Council como «la mafia sindical internacional de la CIA». Libro: Les Guerres scélérates, op.cit.

[15] Idem: Les guerres scélérates, op.cit.

[16] «A Kennedy-C.I.A. Plot Returns to Haunt Clinton», por Tim Weiner, diario estadounidense New York Times, 30 de octubre de 1994.

[17] «CIA, AFL-CIO and Pinochet» texto en inglés, por Kim Scipes, 2 de diciembre de 1998.

[18] Citado por William Blum, en el libro: Les guerres scélérates, op.cit.

[19] Ver: «1965: Indonésie, laboratoire de la contre-insurrection», texto en francés, por Paul Labarique, Voltaire, 25 de mayo de 2004.

[20] «Inside the AFL-CIO’s International Program», tomado de Workers of the World Undermined, de Beth Sims, South End Press, 1992.

[21] Jacques Foccart es miembro del stay-behind. En 1968, cuando decide crear un sindicato estudiantil para contrarrestar el movimiento estudiantil de mayo 1968, la UNI, hace que la operación sea financiada por Irving Brown.

[22] Ver: «Las redes de la injerencia «democrática», por Thierry Meyssan, Voltaire, 22 de enero de 2004.

jueves, 26 de julio de 2012

INJERENCIA Y DESTRUCCIÓN DE LOS SINDICATOS. Primera parte

¿AFL-CIO o AFL-CIA?

por Paul Labarique
Red Voltaire, 19/01/2005



Desde el inicio de la Guerra Fría los Estados Unidos se dedicaron a tratar de neutralizar la influencia soviética en el movimiento sindical europeo. Apoyándose en la AFL-CIO, una organización que tiene más de corporación ramal que de sindicato de clase, la CIA hizo dividir el CGT, gran sindicato francés y financió la disidencia de un nuevo movimiento sindical, la Fuerza Obrera. Por otra parte la CIA ha reagrupado a las centrales atlantistas europeas en el seno de una Confederación de Sindicatos Libres, sistema que ha sido posteriormente extendido a África y Asia. La operación ha sido dirigida por Irving Brown, responsable de la red stay-behind en Europa.

Luego de haberse aliado para luchar contra las fuerzas del Eje durante la Segunda Guerra Mundial, a partir de 1945 los Estados Unidos y la URSS entran en una lucha de influencia mundial calificada, a partir de 1948, como «Guerra Fría». Ambas superpotencias evitan cuidadosamente el enfrentamiento militar directo, pero desarrollan un combate ideológico en sus zonas de influencia, así como guerras periféricas.

Desde el desmoronamiento de la URSS, las redes pro soviéticas pertenecen a la historia y son cada vez más conocidas gracias especialmente a la desclasificación de los archivos. Por el contrario, las redes atlantistas no desaparecieron con la Guerra Fría. Permanecieron dormidas durante la administración Bush padre, para ser reactivadas por la administración Bush hijo.

Hemos tratado de describirlas en estas columnas no como cosa del pasado, sino como elementos explicativos de la crisis política mundial actual. Así, hemos reportado la instauración de redes de injerencia, la de los stay-behind [1] y la del soft-power, de la Fundación Nacional para la Democracia (NED/CIA) [2], y hemos analizado grandes operaciones sectoriales como el financiamiento a los intelectuales europeos por parte de la CIA [3]. En esta ocasión nos referiremos a la manipulación de los sindicatos.

Los Estados Unidos, convencidos de que las democracias occidentales están amenazadas por el «peligro comunista», uno de cuyos pilares sería naturalmente el sindicalismo, implementan, en el marco del Plan Marshall, una red de confederaciones sindicales internacionales encargadas de detener la influencia comunista en el mundo laboral.

En febrero de 1945 se celebra en Londres, con la participación de 53 organizaciones, una conferencia mundial tendente a la unificación del sindicalismo internacional por iniciativa del Trades Union Congress (TUC) británico. La American Federation of Labor (AFL), primer sindicato estadounidense, boicotea la reunión para protestar contra la presencia de representantes soviéticos.

El Congress of Industrial Organizations (CIO), su gran rival en el escenario sindical de los Estados Unidos, trata por su parte de desempeñar un papel de mediador entre los miembros de la Internacional Sindical Roja (ISR), cercana a Moscú, y la Federación Sindical Internacional (FSI), creada en Ámsterdam en 1919 y que rechaza a los sindicalistas soviéticos. Ambas corrientes deberían reunirse en una Federación Sindical Mundial (FSM), que nace efectivamente en París en 1945. Sin embargo el acercamiento fracasa.

La Confederación Internacional de Sindicatos Cristianos (CISR) rechaza unirse a la nueva estructura, al igual que la AFL, que en octubre de 1946 decide reunir a todos los sindicatos «libres» e instalar una oficina en Bruselas al frente de la cual se encuentra Irving Brown.

El Plan Marshall termina de dividir a la naciente FSM: el secretariado de la Federación denuncia un plan «que atenta contra la independencia de los Estados europeos», mientras que los sindicatos británicos organizan una conferencia que reúne a partidarios del proyecto. Rápidamente la FSM se encuentra ampliamente dominada por las centrales sindicales de los países socialistas: la CGT francesa y la CGIL italiana serán las dos únicas organizaciones occidentales que forman parte de la misma.

Washington hace mayores esfuerzos por dividir a los sindicatos comunistas y ayudar a los que rechazan el anticapitalismo y la dominación de Moscú. Tres hombres van a supervisar el dispositivo: el primero es Jay Lovestone, entonces director de la sección internacional de la American Federation of Labor. Ex dirigente del Partido Comunista Estadounidense antes de la Segunda Guerra Mundial, Lovestone rompe con la URSS en 1929 tras un encuentro con Stalin, quien le sugiere que los Estados Unidos tenían una configuración política y social especial por lo que necesitaban una estrategia comunista adaptada.

Sintiéndose amenazado, abandona Moscú a toda prisa y, de regreso a Nueva York, se convierte en un anticomunista militante. Se alía entonces a la International Ladies Garment Workers Union, un importante sindicato estructurado por inmigrantes judíos e italianos que trata igualmente de limitar la influencia de sus militantes comunistas. Estos últimos son finalmente alejados gracias a los esfuerzos de los «moderados», dirigidos por David Dubinsky.

En la misma época Jay Lovestone establece una relación de amistad con el dirigente de la AFL, George Meany, igualmente anticomunista convencido. Durante la Segunda Guerra Mundial, Lovestone trabaja en estrecha colaboración con el Buró de Trabajadores del Office of Strategic Services (OSS, ancestro de la CIA), dirigido por Arthur Goldberg, futuro secretario del Trabajo de Kennedy y miembro de la Suprema Corte. Es especialmente encargado de organizar la resistencia de los obreros en la Alemania nazi, Europa y África del Norte. Al concluir la guerra prosigue sus actividades en Europa.

Es secundado en ello por Irving Brown, miembro de la AFL y adjunto para Europa de Lovestone a partir de 1944. Nacido en 1911, Irving Brown se convierte en un miembro importante de la AFL en la década de 1930, época en que su esposa es secretaria de Jay Lovestone [4].

Su primera acción importante está relacionada con Francia, país aliado estratégico de Washington por su poderío económico y demográfico, pero también por su situación geográfica (su frontera con Alemania, una parte de la cual está ocupada por las tropas soviéticas, hace de Francia un aliado privilegiado en caso de ofensiva de la URSS).

En Francia se producen importantes turbulencias sociales una vez desaparecido el estado de gracia de la liberación. Las huelgas de Renault de abril-mayo de 1947 hacen estallar el acuerdo de gobierno entre el Partido Comunista Francés, la SFIO y el MRP. Paul Ramadier revoca los ministros comunistas y hunde la vida política en una inestabilidad amenazadora. Por otra parte se acumulan las dificultades económicas: la penuria de carbón y de renglones alimenticios, y el alza de los precios provocan importantes movimientos sociales en todo el país. La CGT, primer sindicato del país, es sacudida por disensiones internas entre los que aceptan «el papel dirigente del PCF en el movimiento obrero y los que se oponen al mismo» [5].

Washington se aprovecha de la situación: en ocasión de su viaje a la ONU, la CIA aborda al secretario general de la CGT, Léon Jouhaux, quien acepta provocar la escisión que hará surgir Fuerza Obrera en 1948 y debilitará el sindicalismo en Francia por largo tiempo. Una vez terminada la operación, George Meany declara al Press Club de Washington: «Estoy orgulloso de decirles, porque podemos permitirnos el revelarlo ahora, que fue con el dinero de los obreros de Detroit y de otros lugares que nos fue posible la escisión, muy importante para nosotros en la CGT, que dio lugar al sindicato amigo Fuerza Obrera» [6].

Sin embargo, en 1967, Thomas W. Braden, ex director de la división internacional de la CIA, revela sin ambages [7] que en realidad los fondos fueron suministrados por la International Ladies Garnment Union de David Dubinsky y luego, «cuando les faltó el dinero, se dirigieron a la CIA. Así comenzaron las transferencias de fondos a los sindicatos libres que, muy pronto, se extendieron a Italia. Sin estas transferencias la historia de la posguerra hubiera sido diferente» [8].

Un grupo de militantes antisoviéticos desempeña un papel fundamental en la escisión: se trata de trotskistas recuperados por el stay-behind. Durante la Segunda Guerra Mundial, tras la ruptura del pacto Germano-Soviético, escogieron luchar contra Stalin, alrededor de Henri Molinier, al incorporarse al ultracolaborador Movimiento Social Revolucionario (MASR), de Eugène Deloncle y Eugène Schueller [9].

Impulsados por Irwing Brown, crean en 1953 un nuevo partido, el le MPPT, alrededor de Pierre Boussel-Lambert. Rápidamente estos militantes obtienen empleo en las Cajas del Seguro por Enfermedad y se dedican a la estructuración de FO.

En la misma época «la SFIO marsellesa se aprovechó también de los dólares de la CIA que, por ejemplo, sacan a flote al diario socialista Le Populaire, de alcance nacional» [10]. Las actividades de Irving Brown son particularmente visibles en la región de Marsella, entonces el corazón de la French connection que por aquella época manejaba lo esencial del tráfico mundial de heroína. En general su financiamiento procede directamente de la CIA, ya sea por medio del agregado de la embajada de los Estados Unidos en París para las cuestiones sindicales, John Phillipsborn, o mediante una cuenta bancaria en Zurich a nombre del presidente del Comité Mediterráneo, Pierre Ferri-Pisani [11].

Paralelamente a estas operaciones puntuales, Irving Brown lanza a finales de 1949 la Confederación Internacional de los Sindicatos Libres (CISL / FTUC), que rechaza todo contacto con la Federación Sindical Mundial, considerada demasiado cercana a Moscú. La CISL reagrupa a unas sesenta centrales de 53 países representantes de 50 millones de trabajadores.

Por otra parte reconstituye una estructura en el seno de la AFL, la Confederación de los Sindicatos Libres, financiada con 35 000 dólares por la casa matriz. El presidente de esta organización es Matthew Woll, mientras que David Dubinsky hace las veces de tesorero y George Meany, secretario de tesorería de la AFL, se encarga de la coordinación entre la joven estructura y la casa matriz [12].

La iniciativa dirigida a los sindicatos europeos no comunistas hará que la organización adquiera una nueva dimensión. Se producen nuevos aportes: a partir de 1950 la CIA financia la CISL con 170 000 dólares anuales. Con semejante presupuesto, la central sindical puede financiar ampliamente el Centro Internacional de Sindicalistas Libres en el Exilio (CISLE / ICFTUE), que celebra su primer congreso en París en octubre de 1948 en los locales de Fuerza Obrera, apenas restablecida de su escisión de la CGT.

La organización, presidida por F. Bialas et A. Skorodzki, se encarga oficialmente de recibir a los trabajadores emigrados y de las organizaciones socialistas de Europa Oriental. En realidad, permite sobre todo apoyar a los grupos disidentes establecidos del oto lado de la cortina de hierro. Algunos de ellos, no alemanes, se habían unido a las fuerzas armadas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial, incluso a las Waffen SS, y no podían regresar a sus países de origen una vez terminado el conflicto. Por lo tanto constituyen un sólido baluarte anticomunista en los países en que se encuentran refugiados.

Que hayan logrado o no cruzar a tiempo la cortina de hierro, de todas formas son acogidos con los brazos abiertos en el Centro Internacional de los Sindicalistas Libres en el Exilio [13]. La organización edita la revista Le Syndicaliste Exilé [14] y tiene acceso a las ondas de Radio Free Europe y Radio Liberty, ambas abiertamente financiadas por la CIA. En la misma época, la CISL ayuda a la organización y al financiamiento de la reunión fundadora del Congreso para la Libertad de la Cultura, en Berlín, en 1950.

La CIA acaba por considerar demasiado costosas las actividades de Lovestone y Brown. De 1950 a 1955 reduce su financiamiento y los presiona a ambos para que reorganicen sus actividades de forma más eficaz. Esto ocurrirá en 1955 cuando los dos principales sindicatos estadounidenses activos en Europa, la AFL (representada por Irving Brown) y el CIO (representado por Victor Reuther) se fusionan para dar lugar a la AFL-CIO con la bendición de Averell Harriman, nuevo administrador del Plan Marshall y de su emisario en Europa, Milton Katz.

George Meany ocupa la presidencia de la nueva organización. Cesan las actividades de la Confederación de los Sindicatos Libres para ser sustituidas por operaciones de mayor envergadura por parte de la nueva central sindical unificada. Esta aprovecha para multiplicar sus esfuerzos de «injerencia sindical» a escala planetaria. Irving Brown se dedica al Africa poscolonial, mientras que otros militantes como Richard Deverall y Harry Goldberg hacen de Asia su terreno predilecto. Serafino Romualdi, un socialista de origen italiano, actúa en América Latina [15].

Las actividades de injerencia se detienen entonces en Europa. Todo el departamento es reorganizado en 1962 cuando el presidente Kennedy crea la US Agency for International Development (USAID), que casi exclusivamente financia esta rama de actividad de la AFL-CIO.

Se trata de una estrategia defendida ante el presidente Kennedy por Cord Myer, Arthur Goldberg, George Meany y Jay Lovestone, entre otros. La central sindical estadounidense crea entonces tres subestructuras semiindependientes. La principal es la American Institute for Free Labor Development [16], cuyo objetivo es retomar el control de los movimientos sindicales en América Latina. Se trata de una iniciativa lanzada desde finales de la década de 1950 por Cord Meyer y que garantizó la formación de más de 200 000 sindicalistas procedentes de América Latina en el centro de Front Royal, en Virginia [17].

Los otros dos organismos son el African Labor College, dirigido por Irving Brown, y el Asian-American-Free Labor Institute, surgido en 1968 durante la guerra de Vietnam. La reorganización aleja por lo tanto de Europa la actividad de la AFL-CIO y por el contrario permite la aparición de un nuevo instrumento de injerencia en los países del Tercer Mundo que veremos actuar rápidamente con el derrocamiento de Sukarno en Indonesia, de Joao Goulart en Brasil y de Salvador Allende en Chile.


Notas:              

[1] Ver la serie de investigaciones sobre el stay-behind en la Red Voltaire.

[2] Ver «Las redes de la injerencia democrática», Red Voltaire, 21 noviembre de 2004.

[3] Ver «Quand la CIA finançait les intellectuels européens» (Cuando la CIA financiaba a los intelectuales europeos) texto en francés, por Denis Boneau, Voltaire, 27 de noviembre de 2003.

[4] Según The Point Man: Irving Brown and the deadly post-1945 struggle for Europe and Africa, por Ben Rathbun, Minerva Press, 1996.

[5] «CGT-FO, le grand schisme», por René Mouriaux, diario francés Le Monde, 13 de abril de 1998.

[6] Citado en E como espionaje por Nicolas Fournier y Edmond Legrand, Editorial Alain Moreau, 1978, Francia.

[7] «I’am Glad the CIA is Immoral», por Thomas W. Braden, Saturday Evening Post, 20 de mayo de 1967.

[8] Citado en D como Droga, por Alain Jaubert, Editorial Alain Moreau, 1973, Francia.

[9] El MSR es entonces un partido en el seno del RNP de Marcel Déat con el cual se acaba de fusionar. Ver «L’histoire secrète de L’Oréal» (La historia secreta de Oreal), texto en francés, por Thierry Meyssan, Voltaire, 3 de marzo de 2004.

[10] Ibid.

[11] El comité Mediterráneo es el organismo en el cual Irving Brown realiza sus actividades alrededor de la región de Marsella. Financia, por ejemplo, a los piquetes rompehuelgas durante la huelga de los estibadores de Marsella que trataban de impedir el desembarco de material militar destinado a las topas norteamericanas estacionadas en Francia.

[12] «The Origins of CIA Financing of AFL Programs», por Anthony Carew, CovertAction Quaterly, verano de 1999.

[13] «The International Centre of Free Trade Unionists in Exile», por Peter E. Newell, Lobster, junio de 1996.

[14] En enero de 1964, Roger Louet, presidente de Fuerza Obrera, acepta la dirección del diario. «The International Centre of Free Trade Unionists in Exile», op.cit.

[15] «Plumbers and Presidents: Labor Sources for Diplomatic Historians», texto en inglés, por Edmund F. Wehre, at College Park.

[16] El American Institute for Free Labor Development estaba financiado por un amplio panel que incluía a las más importantes empresas norteamericanas como Rockefeller, ITT, Kennecott, Coca Cola, IBM, Pfizer International, Standard Oil, Shell Petroleum y Pan American World Airways. Según el presidente de la AIFLD, George Meany, «constituía un deber de los Estados Unidos contribuir al desarrollo de los sindicatos libres en América Latina». El presidente del Consejo de Administración no es otro que J. Peter Grace, igualmente presidente de la W.R. Grace Corporation.

[17] Libro: The Rise and Decline of the CIA, por John Ranelagh, Simon & Schuster, Editores, 1987.

miércoles, 25 de julio de 2012

¡SÍ QUE HAY DINERO!

Vicenç Navarro
El Plural, 21 de julio de 2012




Este artículo cuestiona la postura expresada por el presidente Rajoy y su ministro Cristóbal Montoro de que España no tiene el dinero que necesita para pagar los servicios y transferencias públicas, justificando así los recortes que está llevando a cabo. El artículo presenta alternativas que el gobierno ni siquiera está considerando.

Durante el debate parlamentario que tuvo lugar en las Cortes españolas a raíz de la presentación del Presidente Rajoy de las medidas de recortes que su gobierno iba a realizar, el Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas del gobierno español, el Sr. Cristóbal Montoro, indicó que éstas eran necesarias porque “el Estado no tenía más dinero”, punto acentuado por el propio Presidente Rajoy cuando subrayó que el nivel de deuda pública en España había alcanzado niveles inaceptables que forzaron la toma de medidas excepcionales, considerando la bajada del déficit como la prioridad número uno de su gobierno. El Presidente Rajoy indicó también que tal bajada del déficit público era la condición indispensable para salir de la crisis, pues sólo con esta bajada se recuperaría la confianza de los mercados financieros y España podría volver a recibir prestado dinero a unos intereses más bajos.

Es sorprendente que la Administración Rajoy continúe repitiendo esta creencia (creencia basada más en la fe que en la evidencia) cuando todos los datos acumulados muestran lo erróneos que son los supuestos sobre los que se basa.

Pero antes de mostrar tales datos, es importante subrayar, una vez más, lo que tienen en común los países hoy intervenidos –España, Grecia, Portugal e Irlanda-. Todos ellos tienen Estados pobres (su gasto público, incluyendo el gasto público social por habitante, es de los más bajos de la Eurozona), con escasos ingresos al Estado (entre los más bajos de la Eurozona), poco redistributivos (entre los menos redistributivos de la Eurozona), y basados en una fiscalidad altamente regresiva (de los más regresivos de la Eurozona). La causa de que todos estos países tengan estos puntos en común es que todos ellos tienen un contexto político semejante. Durante su reciente historia (los últimos cincuenta años) las fuerzas conservadoras han tenido una enorme influencia sobre sus Estados. Fueron gobernados por muchas décadas por gobiernos ultraconservadores. El contraste con los países escandinavos (que tienen los Estados más desarrollados, con mayores políticas redistributivas y políticas fiscales más progresivas en la UE) se basa en que en aquellos países las fuerzas progresistas han sido las dominantes en su vida política, al revés que en los países intervenidos.

Se podría argumentar que España, como también aquellos países, tiene un Estado pobre porque es un país pobre. Pero los datos no confirman esta situación. El PIB per cápita es el 94% del promedio de la UE-15, y en cambio, el gasto público es sólo un 72% del promedio de la UE-15. En realidad, si fuera un 94%, España se gastaría 66.000 millones más en su sector público y en su subfinanciado Estado del Bienestar (tanto en sus transferencias como en sus servicios públicos). Pero no se los gasta, no porque no existan. Sí que existen. Lo que ocurre es que el Estado no los recoge. Y ahí está el punto clave que no se cita. La regresividad de la política fiscal que España tiene en común con todos los países intervenidos. Han tenido que pedir prestado dinero porque el Estado no recoge el suficiente.

Pero lo que es incluso peor es que durante la era de bonanza (estimulada por la burbuja inmobiliaria), el Estado español bajó más y más los impuestos, bajada que favoreció particularmente a las rentas superiores, que adquieren la mayoría de sus rentas de la propiedad de capital. Esta bajada de impuestos determinó –según ha indicado el Fondo Monetario Internacional- nada menos que la mitad del déficit estructural del Estado, déficit que permaneció oculto durante la expansión económica por el elevado crecimiento de ingresos al Estado, apareciendo, sin embargo, en toda su crudeza cuando el boom explotó. Y ahora el Estado tiene que pedir prestado el dinero a los bancos (donde los súper ricos depositan los ingresos que habían adquirido como consecuencia de la bajada de sus impuestos), teniendo que pagar intereses para conseguir el dinero, que podría haberse obtenido, si no hubieran bajado los impuestos.

Y ahí está el problema más silenciado en los medios y en los debates. Fue una lástima que ninguno de los que participaron en el debate en las Cortes Españolas hiciese las siguientes preguntas al Presidente Rajoy: ¿Por qué el Estado español decidió congelar las pensiones a fin de conseguir 1.200 millones de euros, en lugar de revertir la bajada del impuesto de sucesiones, con lo cual habría obtenido casi el doble de ingresos ( 2.552 millones). O, ¿por qué en lugar de recortar nada menos que 7.000 millones en sanidad, el gobierno no eliminó la reducción del Impuesto de Sociedades a las empresas que facturan más de 150 millones de euros al año, lo que significa menos del 0,12% de todas las empresas, con lo cual hubieran obtenido más de 5.600 millones de euros? O, ¿por qué quiere ahora establecer el copago sanitario en lugar de aumentar los impuestos de los fondos SICAV y las ganancias especulativas? O, ¿por qué quiere aumentar el IVA, en este momento de recesión, que afectará a las clases populares, en lugar de aumentar el impuesto de Sociedades al 35% para empresas que ganen más de un millón de euros al año, con lo cual ingresaría 14.000 millones de euros más? O, ¿por qué quiere destruir puestos de trabajo en los servicios públicos en lugar de establecer un impuesto a las transacciones financieras, con lo cual, tal como ha señalado el sindicato de técnicos del Ministerio de Hacienda, se conseguirían 5.000 millones de euros? O, ¿por qué en lugar de forzar reducciones de los Estados del Bienestar gestionados por las CCAA no reduce la economía sumergida diez puntos, con lo cual aumentaría 38.500 millones de euros?

Estas son las preguntas que deberían haberse hecho y no se hicieron. El señor Rajoy no las habría podido contestar y habría quedado en evidencia, mostrando, que en contra de lo que dice, sí que hay alternativas y sí que hay dinero.

martes, 24 de julio de 2012

VIDELA: "LA IGLESIA NOS ASESORÓ" CON LA SITUACIÓN DE LOS DESAPARECIDOS


Juan Ignacio Irigaray
El Mundo,22/07/2012



Jorge Rafael Videla, el ex dictador argentino de 1976 a 1981 que a los 86 años purga en la cárcel cuatro condenas a cadena perpetua, sigue confesando públicamente sus 'pecados' acaso porque ve extinguirse su vida entre rejas. Este domingo por primera vez destapó con todas las letras la colaboración abierta de la Iglesia católica en la 'guerra sucia' de su régimen contra la guerrilla y la oposición política.

El nuncio apostólico Pio Laghi, embajador del Vaticano en Argentina de 1974 a 1980, y los obispos, reveló el ex tirano, "nos asesoraron sobre la forma de manejar" la situación de los desaparecidos. E incluso, confió, "la Iglesia ofreció sus buenos oficios, y frente a familiares que se tenía la certeza de que no harían un uso político de la información, se les dijo que no busquen más a su hijo porque estaba muerto".

"La repregunta" de los deudos sobre quién lo mató y donde está enterrado -prosiguió, con toda lógica- "es un derecho que todas las familias tienen. Eso lo comprendió bien la Iglesia y también asumió los riesgos".

Videla, que comandó la etapa más sangrienta de la dictadura y es ultra catrólico, insistió con la suerte de 'mea culpa' que viene pronunciando últimamente, pero sin asumir responsabilidades: "La desaparición de personas fue una cosa lamentable en esta guerra. Hasta el día de hoy la seguimos discutiendo. En mi vida lo he hablado con muchas personas".

En efecto, el 10 de abril de 1978, poco antes del Mundial de Fútbol que aquel año ganó Argentina, los obispos de la Conferencia Episcopal Raúl Primatesta, Juan Carlos Aramburu, y Vicente Zazpe –todos ya fallecidos- acudieron a una comida a la Casa Rosada. Luego mecanografiaron un resumen del diálogo que sostuvieron con Videla y lo enviaron al Vaticano.

Allí se informaba al Papa Juan Pablo I que los desaparecidos ya no vivían recluidos en algún lugar secreto sino que eran exterminados por la dictadura, justo en momentos en que varios países de Europa -sobre todo Holanda y Alemania- quisieron plantar cara no enviando a sus seleccionados a jugar como boicot a la 'guerra sucia'.

El bien común

En ese texto el obispo Primatesta dejó aclarado que "la Iglesia quiere comprender, cooperar, que es consciente del estado caótico en que estaba el país" y que preveía "el daño que se le puede hacer al Gobierno con referencia al bien común si no se guarda la debida altura".

Pese a haber colaborado, la Iglesia también ofrendó algunos mártires. En la matanza de la parroquia de Santa Cruz, perpetrada por la dictadura el 4 de julio de 1976, fueron asesinados el seminarista gallego Salvador Barbeito Doval, de 29 años, y los sacerdotes Alfredo Leaden, de 57 años; Pedro Duffau, 65; Alfredo Kelly, 40; y Emilio Barletti, 25.

Y los monseñores Carlos Ponce De León y Enrique Angelelli, obispos de San Nicolás y La Rioja, respectivamente, murieron en sendos accidentes automovilísticos. En los últimos años, la Justicia destapó que esos oscuros hechos fortuitos en verdad fueron ejecuciones lisas y llanas de los servicios de inteligencia de la dictadura. También las monjas francesas Leonie Duquet y Alice Dumon fueron arrojadas vivas al mar desde los 'vuelos de la muerte'.

De todos modos, Videla confesó meses atrás que su "relación con la Iglesia Católica fue excelente, muy cordial, sincera y abierta". E incluso sostuvo que con Primatesta "llegamos a ser amigos".

Meses atrás, reconoció 'on the record', por primera vez después de 30 años, que él y sus uniformados eliminaron a "7.000 u 8.000 personas". Aunque la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep) documentó casi 9.000 casos y los organismos humanitarios hablan de 30.000 desaparecidos.

El robo de bebés

"Había que eliminar a un conjunto grande de personas que no podían ser llevadas a la Justicia ni tampoco fusiladas", explicó con toda naturalidad delante de la cámara de video. Y hasta confió que "para no provocar protestas dentro y fuera del país, sobre la marcha se llegó a la decisión de que esa gente desapareciera; cada desaparición puede ser entendida como el enmascaramiento, el disimulo de una muerte".

Para el ex dictador la matanza era inevitable: "No había otra solución; (en la cúpula militar) estábamos de acuerdo en que era el precio a pagar para ganar la guerra contra la subversión (guerrillera) y necesitábamos que no fuera evidente para que la sociedad no se diera cuenta".

"Nuestro objetivo era disciplinar a una sociedad anarquizada. Con respecto al peronismo, salir de una visión populista, demagógica. Con relación a la economía, ir a una economía de mercado, liberal. Queríamos también disciplinar al sindicalismo y al capitalismo prebendario", explicó Videla.

Lo que nunca Videla se animó a explicar ha sido el robo de bebés, unas 500 criaturas, a los secuestrados y desaparecidos. El pasado 5 de julio fue condenado a 50 años de cárcel por ese crimen.

Argentina es el único país de Latinoamérica que sigue juzgando a todos sus dictadores y represores. Hay 281 condenados y 785 procesados a la espera de juicio oral. Otras 16 personas fueron absueltas, según el conteo hecho por el Ministerio Público.

MIEMBRO ISLAMISTA DEL PARLAMENTO EGIPCIO PILLADO EN UN ACTO "INDECENTE"

AFP, El 09/06/2012 




El Cairo - Fiscales egipcios pidieron al Parlamento el sábado permiso para investigar a un miembro islamista del parlamento que la policía dice fue sorprendido realizando un acto "indecente" con una mujer en público, informaron medios oficiales.


La agencia oficial de noticias MENA citó un informe de la policía diciendo que Ali Wanis, un clérigo y diputado por el ultraconservador partido Al-Nur, se encontró involucrado en un acto "indecente" con una mujer de 22 años de edad en un coche aparcado en una carretera el jueves.

Wanis ha emitido una declaración pública negando la acusación y ha dicho en un video publicado en su página web que había estacionado en la cuneta de la carretera debido a su copiloto "se encontró indispuesto".

Fuentes judiciales dijeron a la AFP que la petición de la acusación en estos casos, cuando alguien es sorprendido en el acto, es una formalidad y la fiscalía ha convocado a Wanis para ser interrogado.

El partido Al-Nur, que representa la rama más conservadora del Islam salafista, ganó el segundo mayor número de escaños en las elecciones parlamentarias del pasado invierno.

Éste fue golpeado con un escándalo en marzo, cuando otro legislador se vio obligado a dimitir del Parlamento y de su partido después de afirmar que había resultado herido cuando le robaron el coche - para explicar los vendajes de su cara - cuando en realidad se había operado la nariz.

lunes, 23 de julio de 2012

CONGELAN ASISTENCIA PARA SOBREVIVIENTES DEL HOLOCAUSTO


A Israel también le afecta la crisis 
y también hay gente que protesta.

La Fundación para el Beneficio de Víctimas del Holocausto en Israel ha anunciado que congelará dos de sus programas principales.

Uno de estos programas apoya a los sobrevivientes que regresan de internaciones hospitalarias y necesitan ayuda médica en sus hogares. Durante el 2005 unos 5500 sobrevivientes fueron cuidados por la fundación. El otro programa ayuda a unos 20.000, proveyéndoles materiales medicinales como anteojos, dentaduras y pañales para adultos, así como también medicamentos que no reciben del sistema de salud israelí. La fundación necesitará unos 10 millones de dólares adicionales para poder restaurar dichos programas, según informaron funcionarios.

Más del 90 por ciento de las actividades de la fundación son subvencionadas por la Conferencia de Reclamos y los líderes de la fundación culpan a la organización por no aumentar sus fondos con relación a las crecientes necesidades del cada vez mayor numero de sobrevivientes ancianos, golpeados por la pobreza.

El resto del presupuesto proviene del Ministerio de Finanzas Israelí. Los funcionarios del ministerio dijeron que su aporte de dinero a la fundación continúa y señalaron que el ministerio incluso aumentó los fondos durante el año pasado en aproximadamente 1,2 millones de dólares.

No queda claro si el ministerio proveerá fondos adicionales este año también.

Mientras tanto, el costo de cuidar a estos sobrevivientes se ha disparado ya que su edad y estado general debe enfrentar serios problemas médicos, dijeron funcionarios de la fundación.

“Todos comprendemos que ayudar a los sobrevivientes del Holocausto no es un problema económico sino uno ético, un problema de prioridades poco éticas”, dijo Wolf Factor, presidente de la fundación. El mismo Factor es sobreviviente de Auschwitz.

Un estudio mencionado por la fundación concluyó que cerca del 40 por ciento de los sobrevivientes del Holocausto israelíes viven debajo o al borde de la línea de la pobreza.

La cantidad de candidatos que se acercan a la fundación ha aumentado en más de un 60 por ciento desde su establecimiento en 1994, pero los fondos no han crecido lo suficiente para cubrir las nuevas necesidades.

Factor cuestionó las prioridades de entrega de fondos de la Conferencia de Reclamos, sugiriendo que algunos proyectos que necesitan de fondos como la conmemoración del Holocausto y los viajes juveniles a Polonia, no son inmediatamente relevantes como ayudar a los sobrevivientes necesitados.

La Conferencia de Reclamos en una organización internacional que distribuye ayuda a los sobrevivientes. 

Dijo que esperaba que la Conferencia de Reclamos y el estado de Israel “tomen conciencia y comprendan que honrar la memoria del Holocausto no es sólo recordar a los muertos, sino esencialmente recordar a los vivos que aun nos necesitan”.