martes, 28 de mayo de 2019

ROGER WATERS DENUNCIA EL SILENCIO MEDIÁTICO TRAS LA REVELACIÓN DE INFORMES QUE DESMONTAN LOS ATAQUES QUÍMICOS EN SIRIA

Daniel Bellaco
Digital Sevilla, 22/05/2019



El músico Roger Waters, cofundador de Pink Floyd, ha lamentado el silencio mediático de los principales medios por no contar que el ‘ataque químico’ que tuvo lugar en Duma fue al parecer una ‘fake new’ difundida mundialmente en la mayoría de los informativos de Occidente y que fue un montaje.

Hace días se ha filtrado un comprometedor informe al respecto de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) que afirma que las supuestas bombas fueron probablemente colocadas allí por alguien y que no fueron lanzadas.

El legendario cantante y activista, que destapó las mentiras de los Cascos Blancos, ha recordado que el 7 de abril de 2018, el Frente Al Nusra o los Cascos Blancos —"quienquiera"— representaron para las cámaras un supuesto ataque con armas químicas en la ciudad siria de Duma. "No tenías que ser un sabueso para oler la rata", aseguró Waters en Facebook.

Roger Waters condena que EE.UU., Reino Unido y Francia "ignoraron el hedor a rata" y, a modo de represalia, tras la difusión de la mentira, bombardearon el país árabe mucho antes de que surgiera un reporte oficial de la OPAQ sobre lo que había realmente ocurrido en el lugar.

El documento que se publicó entonces descartó el uso de gas sarín y solo insinuó que cilindros con cloro, hallados en el lugar, pudieron haber sido arrojados desde helicópteros del Gobierno de Bashar al Assad. "[Esto] nos pareció muy falso a nosotros, los que olemos las ratas", señaló el músico.

El nuevo informe que ha sido filtrado de la OPAQ, afirma que estos cilindros probablemente no fueron lanzados sino colocados manualmente en el sitio.

Ante la falta de difusión de esta noticia falsa, otra más sobre Siria, ha expresado su indignación con los medios de comunicación: “¿Dónde están los titulares?”

Waters asevera que el tema probablemente será ignorado por los medios. "Estamos viviendo en una pesadilla distópica en la que el 'hermano mayor' escribe la narrativa, y la única responsabilidad de los pueblos es permanecer cómodamente adormecidos, o incómodamente adormecidos, y sordos y jodidamente tontos", lamentó Waters.

Los Cascos Blancos, a los que Rusia llama "estafadores mediáticos", es una organización a la que dan credibilidad Hollywood, la OTAN y los medios del mainstream de Occidente. Han sido cazados en imágenes en varias ocasiones con sus burdos rodajes, maquillando a sus actores, con supuestos muertos que luego ayudan a cargar heridos o gritando que era un ataque químico mientras lo grababan con sus cámaras sin ningún tipo de prueba ni protección.

Sin embargo, los Cascos Blancos, que fueron evacuados curiosamente por Israel, han recibido un Óscar y Netflix distribuye un documental sobre ellos a pesar de su oscura financiación y las pruebas que señalan que fabrican ‘fake news’ en favor supuestamente de la OTAN.

Todavía no se ha montado un especial en laSexta o TVE para hablar del tema, la casualidad. Jordi Évole ya dio la versión de la OTAN de la guerra de Siria en un desastroso programa.

jueves, 9 de mayo de 2019

EL GOBIERNO DE VENEZUELA DESMONTA LA ENÉSIMA MENTIRA DE OKDIARIO

Digital Sevilla, 08/05/2019

A la izquireda el periodista mercenario Joan Guirado, 
ayer 'indepe' y hoy a las órdenes del facha Eduardo Inda.



El Gobierno de Venezuela ha desmontado las mentiras del periodista de OkDiario Joan Guirado, que afirmó en su perfil oficial en Twitter que había sido "unas horas retenido por el Sebin (Servicio de Inteligencia del Estado) de Maduro".


El ministro de Comunicación e Información de Venezuela, Jorge Rodríguez, publicó en también en la misma red social las pruebas que desmentían la última mentira del panfleto de Eduardo Inda, que por supuesto ha sido compartida por todos los medios "mainstream".

Rodríguez publicó una captura de los movimientos migratorios del periodista confirmando que salió del país, pero "en condiciones normales".

"Claro, si hay un imbécil que se autoproclama, ¿por qué no va a haber un idiota que se autodeporta?", escribió el ministro, en tono de sarcasmo, con referencia a la autojuramentación como "presidente encargado" del diputado venezolano Juan Guaidó y a la inconsistencia entre las fechas de entrada y salida del comunicador.

miércoles, 8 de mayo de 2019

JIMÉNEZ LOSANTOS, CONDENADO POR DECIR QUE EL BEBÉ DE BESCANSA “DEBE ESTAR EN ALGÚN CONTENEDOR”

La Vanguardia, 07/05/2019

El periodista y Libertad Digital deberán indemnizar a la política con 10.000 euros

Apoquina, cara culo.


Federico Jiménez Losantos y el medio de comunicación Libertad Digital deberán indemnizar con 10.000 euros a Carolina Bescansa. Así lo ha dictaminado la Audiencia Provincial de Madrid al confirmar la condena por la vía civil al periodista por sus ataques a Podemos y al bebé de la que fuera diputada por Madrid, según adelanta la Cadena Ser.

Jiménez Losantos hizo sus polémicas declaraciones a principios de 2016, primero en su programa de radio matinal de EsRadio y después en su videoblog oficial. Primero afirmó que de tener una escopeta recortada dispararía a Errejón, Bescansa y Rita Maestre si se los encontrara por el monte.

Bromeó con que ya no se veía a Bescansa con su bebé como en el día de la investidura

El vídeoblog más polémico es el que recibió el nombre de ‘La Guerra Civil en Podemos’. Ahí el periodista hizo una broma de muy mal gusto relacionada con el episodio en el que Bescansa acudió a la investidura de 2016 con su hijo a cuestas: “Pobre bebé de la Bescansa, debe de estar en algún contenedor porque ya no lo han vuelto a sacar, no sé qué habrán hecho con él, lo habrán dado en adopción”.

Tras esas palabras de Jiménez Losantos, Bescansa puso una denuncia en la Audiencia de Madrid. Finalmente la justicia ha acabado dando la razón a la política y condena al locutor de radio a una sanción económica por “una intromisión ilegítima al derecho al honor”. El juez también ha ordenado suprimir estos contenidos en Internet. La sentencia todavía se puede recurrir ante el Tribunal Supremo.

lunes, 6 de mayo de 2019

EL REVELADOR DISCURSO SOBRE VENEZUELA DE UNA PERIODISTA DESDE EL CORAZÓN DE LA DERECHA MEDIÁTICA DE EEUU

Por Tremending  
Público, 02.05.2019

[Este extraordinario suceso ocurre en el corazón del imperio pero nunca ocurrirá en su país satélite España, donde la clase mediática es servil al poder como pocas.]



“Los medios de comunicación están mintiendo sobre la situación en Venezuela”. La que habla así de claro es la periodista freelance Anya Parampil, y lo hace en Fox News, nada más y nada menos que el corazón de la derecha mediática en EEUU, la cadena de televisión favorita de Donald Trump.

En el vídeo, que se ha hecho viral en las redes sociales, Parampil denuncia el daño de las sanciones económicas de EEUU a los venezolanos y advierte de que Trump está de camino hacia otra guerra por petróleo.

“Imagina que Hillary Clinton se hubiera negado a aceptar su derrota después de perder contra el presidente Trump en 2016 y agrupa a 24 soldados americanos para intentar tomar la Casa Blanca por la fuerza. No creo que ella pudiera caminar libremente por las calles como lo está haciendo ahora Guaidó en Caracas”, asegura.

Además sostiene que la oposición en Venezuela no tiene suficiente apoyo popular: “Juan Guaidó ha demostrado nuevamente que sólo llegará al poder sobre un tanque de Estados Unidos”, concluye.

ESPAÑA, AL SERVICIO DEL IMPERIALISMO ESTADOUNIDENSE

Lidia Falcón
Público, 04/05/2019

Antoñito y su voraz apetito por la manipulación mediática


Nuestro gobierno es el más fiel servidor del Departamento de Estado de EEUU. Reconocer al golpista venezolano Guaidó como el legítimo presidente de Venezuela, aceptar a un enviado de éste como su representante diplomático y ahora alojar a Leopoldo López y a su familia en la embajada española en Caracas, supera con mucho de lo que yo creía capaz a Pedro Sánchez y su gobierno para cumplir las órdenes de Donald Trump.

Nunca en la historia de nuestras relaciones internacionales, especialmente con América Latina, los gobiernos españoles, ni siquiera los de la dictadura, mostraron un servilismo, una entrega tan absoluta a los deseos y los mandatos del imperio norteamericano.

Y no solamente Sánchez ha aceptado a ese fantoche de Guaidó que se autoproclama presidente de Venezuela, para lo que nadie le ha elegido ni existe legislación ni nacional ni internacional que lo avale, sino que la propaganda oficial, expresada en declaraciones repetidas del presidente del gobierno español y de su ínclito ministro de Exteriores, Josep Borrell –el que nos explicaba que los misiles que enviamos a Arabia Saudí son tan inteligentes que sólo matan a quien tienen que matar-, se dedica a engañar al pueblo español.

A Nicolás Maduro lo ha elegido el pueblo venezolano en elecciones libres, absolutamente legales y legítimas. El gobierno bolivariano ha ganado las elecciones 19! veces de 20. Los observadores internacionales que han asistido a los numerosos comicios celebrados en el país, han explicado que el sistema de votaciones, reparto de colegios y recuento de votos tiene todas las garantías, con una seguridad muy por encima de la que existe en EEUU, cuyas sospechas de pucherazos varios se han hecho famosas.

La afirmación repetida de que el régimen venezolano es una dictadura quedará escrita para la historia como una de las grandes infamias de la propaganda política española. En Venezuela existen toda clase de partidos políticos, desde el Partido Comunista a los de extrema derecha como el que alberga a Guaidó y Leopoldo López,  que tienen locales abiertos y hacen su propaganda cotidianamente, se presentan a elecciones que se convocan cumpliendo los plazos de la Constitución, y realizan las campañas sin obstáculo alguno. En el país se publican decenas de periódicos, revistas, panfletos y libros, se emiten programas de radio y de televisión, se celebran conferencias, coloquios, debates, de la oposición –fragmentada en varios partidos-, en los que se critica acerbamente el régimen bolivariano sin que nadie se lo impida.          Cuando en el día de hoy, 3 de mayo, Día Internacional de la Libertad de Prensa las asociaciones de periodistas nos explican que en México han sido asesinados cien profesionales desde 2006,  cuatro este año, ayer el último.  Que incluso en Europa: Eslovaquia y Malta, han sido víctimas de tiroteos dos, un hombre y una mujer, sin que se hayan aclarado los crímenes, en España los grandes medios de comunicación al servicio del Capital, únicamente balbucean que en Venezuela se persigue la libre información, sin que ninguno ofrezca datos ni cifras concretas de tal persecución.

Para los españoles debería resultar insultante que se afirme que el régimen de Maduro es una dictadura, cuando todos los días la Televisión Española nos obsequia con las imágenes de los mítines, las manifestaciones, las ruedas de prensa, pública y multitudinariamente en las calles,  que monta la oposición, que  se ha alzado en sublevación pretendiendo usurpar la presidencia a Maduro. Para un país como España que ha sufrido una de las más crueles dictaduras del mundo durante cuarenta años, debería ser motivo de indignación oír declarar a su presidente del gobierno, elegido democráticamente, y a sus ministros, que en Venezuela se vive una dictadura.

El gobierno venezolano muestra una permisividad impensable en Francia o en Alemania ante las proclamas de los políticos de la oposición que exhortan a sublevarse a la población civil y, lo más peligroso de todo, al Ejército. En esos países, como en tantos otros democráticos, tales llamamientos   serían reprimidos inmediatamente y encarcelados quienes lo hicieran.

Leopoldo López fue condenado a quince años de prisión por incitar, ordenar y organizar, con otros secuaces de los partidos de derecha, las “guarimbas”, disturbios, que desencadenaron turbas de delincuentes y mercenarios en 2014, durante varios meses, y que ocasionaron decenas de muertos, destrozos de mobiliario público, incendios de colegios y hospitales, asaltos y lesiones a la población civil y a las fuerzas de orden público.

La oligarquía venezolana, con la complicidad de la burguesía y la clase media reaccionarias, ha estado saboteando el régimen socialista bolivariano desde que se implantó. Ninguna de ellas quiere abandonar los privilegios de ser los lacayos de EEUU y dejar de recibir los beneficios de las coimas y comisiones que perciben por la entrega del petróleo a las grandes corporaciones norteamericanas, mientras el pueblo venezolano vivía en los ranchitos de cartón de las colinas, sin agua, descalzo, hambriento e infestado de parásitos.

El gobierno bolivariano ha montado la sanidad y la educación públicas, que no existían; ha creado una decena de Universidades populares; ha construido miles de viviendas, con los servicios de electricidad y agua corriente, para los trabajadores, y ha facilitado a las mujeres la posibilidad de organizar un Movimiento Feminista que se extiende a lo largo y lo ancho de todo el país. Y todo eso no puede consentirlo la burguesía que ha reinado en Venezuela durante doscientos años, apropiándose de los recursos naturales del país y hundiendo al pueblo en la miseria.

Para colofón de la tolerancia que está mostrando el Presidente Maduro y sus ministros, el Fiscal General del Estado y la policía encargada de reprimir los disturbios, el criminal Leopoldo López, que ha quebrantado su arresto domiciliario en el que cómodamente cumplía su condena, se presenta ante la prensa en la entrada de la embajada española y se dedica durante más de media hora a hacer declaraciones subversivas que pretenden exaltar los ánimos de la población y lograr que el Ejército se subleve contra el Presidente legítimo, sin que fuera detenido inmediatamente. Sería bueno recordar el encierro que Julian Assange ha soportado durante siete años por no poder salir ni a la puerta de la embajada ecuatoriana en Londres, y cómo ha sido detenido y encarcelado recientemente por actuaciones muchísimo menos peligrosas de las que están cometiendo desde hace años los políticos de la derecha venezolana.

El embargo de los recursos financieros y de los productos de primera necesidad, así como la bajada de los precios del petróleo, organizados por EEUU, han llevado al país a la situación de carestía económica que ahora denuncian Guaidó y sus conmilitones, cuando son los principales instigadores y cómplices de semejante situación. Porque la derecha venezolana, como la de todo el mundo, antes hundirá en la miseria a su pueblo y lo llevará a una confrontación armada en la que será masacrado, que aceptar que en su país se construya el socialismo.

Y no solo la conducta de EEUU en Venezuela debería ser motivo de una condena internacional, en vez de las miserables genuflexiones que los gobiernos europeos realizan para ponerse al servicio del imperio, sino que la actuación del gobierno de ese país durante casi doscientos años tendría que servir de repudio de cualquier político decente.

Desde 1846 el Ejército estadounidense ha invadido casi todos los países al sur de Río de Grande, comenzando por una infame guerra arrebató a México el norte de su territorio, incluidos los Estados de California y Texas. En 1898 el gobierno de EEUU provocó la guerra contra España en Cuba y a su derrota nuestro país tuvo que ceder Puerto Rico, Hawai, Guam y Filipinas. A partir de ese momento Panamá, República Dominicana, Honduras, Granada, El Salvador, Cuba , Guatemala, Brasil, Chile, Uruguay, Argentina, Colombia, Venezuela, han sido ocupadas militarmente, bombardeadas, saqueadas, intervenidas económicamente, impuestos sus gobernantes y falsificadas sus elecciones por el Departamento de Estado de EEUU y la CIA.

Estos acontecimientos forman parte de la historia de Latinoamérica, no será nuestro gobierno quien pueda fingir desconocimiento. Los recursos naturales de las naciones al sur de Río Grande han sido y son víctimas del ansia depredadora e imperialista de su vecino del Norte, que todos temen. Solamente unos lacayos al servicio de la industria militar estadounidense y  del Capital pueden posicionarse de acuerdo con los dictados de Trump, como están haciendo los gobiernos europeos y el nuestro, que están obedeciendo las órdenes recibidas de Washington.  

Ciertamente las genuflexiones que el gobierno español realiza ante Marruecos y Arabia Saudí, aliados fervientes de EEUU, para apoyar sus desmanes, no permitían esperar de este PSOE, tan socialista, una postura de dignidad e independencia frente al imperio norteamericano, pero lo que está realizando con Venezuela supera con mucho lo que el pueblo español se merece y debe aguantar. Porque el régimen bolivariano ha intentado durante veinte años construir una sociedad más justa y solidaria en paz, sin que las fuerzas de la oligarquía lo hayan consentido. Para eso tienen el enorme apoyo del gobierno de EEUU.

Si de esta operación se deriva una intervención militar estadounidense en Venezuela, que todos los días reclama el golpista Guaidó y que Trump parece encantado de llevar a cabo, y se producen miles de víctimas y la derrota del pueblo, el gobierno de Pedro Sánchez será tan culpable como Trump, y España escribirá una de las más vergonzosas páginas de su historia.

sábado, 4 de mayo de 2019

POR QUÉ RECHAZAMOS EL FEMINISMO

Nuevo curso, 04/05/2019



Las reacciones adversas a nuestra crítica del feminismo han variado entre airadas acusaciones de sexismo y el reproche de «escribir demasiado» sobre el tema, desacuerdos que casi siempre confesaban el miedo a perder «la oportunidad» de «conectar» con un movimiento masivo e instalado en los medios… como corresponde a toda ideología de estado en implantación.


Proveniente del radicalismo puritano y liberal inglés, el primer feminismo abundó en imágenes (juana de arco) y colores (violeta) que buscaban la asociación con la castidad y la moral pequeñoburguesa de la época.

Hay quien acepta que el feminismo es un movimiento burgués, pero teme rechazarlo como tal. Sostienen que «feminismo» es un término muy vago y que, por lo tanto, no tiene sentido rechazar el feminismo en su conjunto. Nos dicen que aunque existe el feminismo burgués, es decir, el feminismo de la mujer burguesa y pequeñoburguesa, también existen quienes afirman un feminismo «de clase» o «marxista». Argumentan como prueba de que puede ser «proletarizado» el hecho de que sea un «significante vacío», que pueda, por tanto, significar casi cualquier cosa. Y bajo el argumento, domina el miedo a que rechazarlo signifique «separarse de las mujeres jóvenes», o simplemente, «alejar» a «las mujeres» en general. Para ellos aceptar, siquiera teóricamente, ciertos «tipos» o «sabores» del feminismo es sencillamente una cuestión de «imagen» y «relaciones públicas».

No podemos más que rechazar la noción de que las trabajadoras, simplemente por el hecho de ser mujeres, sean de alguna manera menos maduras políticamente que sus compañeros masculinos, menos capaces de llegar a posiciones de clase y, por lo tanto, de descubrir que el feminismo va contra sus intereses. Y, desde luego, no es menos destructiva la idea de que, al ser un término nebuloso, podemos «recuperarlo» o utilizarlo de manera oportunista para nuestros objetivos.


Campaña según la cual el acceso al trabajo, la universidad o los libros se la debemos agradecer a feministas… irrelevantes cuando eso pasó. Ya puestos podríamos agradecerles la jornada de 8 horas y que haga calor en verano.

Aunque de cara a la galería y el mensaje masivo se identifique al feminismo con la «liberación de la mujer» y la «igualdad», feminismo tiene una historia y un significado material y concreto. Porque al final hay una idea fundamental que comparten todos los «feminismos»: la existencia de un sujeto histórico y político, «las mujeres», «la mujer», que trasciende a las clases sociales y que supuestamente crearía intereses propios y comunes entre las mujeres al margen de su clase social y diferenciados de los de sus compañeros de clase.

Por eso la esencia del feminismo es la imaginación de una supuesta «comunidad de mujeres» que sobre intereses comunes, independientes de los de clase, construiría una «sororidad», es decir, una fraternidad de sexo. Dicho de otro modo: una «unión sagrada» exclusivamente femenina de mujeres burguesas, pequeñoburguesas y trabajadoras. En una palabra: colaboracionismo. Y de hecho, colaboracionista es el relato que informa toda la «teoría feminista», incluida la supuestamente «de clase».

El feminismo «de clase»


La clave para el triunfo de una nueva ideología es que refleje las necesidades de distintos sectores del capitalismo de estado hasta elevar el consenso a ideología de estado.

No es de extrañar que la «teoría feminista», la «de clase» incluida, sea elaborada fundamentalmente en las universidades. La última vez que lo comprobamos las universidades eran una parte del aparato del capitalismo de estado encargadas -especialmente las facultades de ciencias sociales- de reproducir y producir ideología. El mismo número de teóricas e instituciones -desde másteres a cátedras y desde observatorios estatales a seminarios subvencionados- involucradas en el desarrollo del feminismo «de clase» implicaría que si la tal clase fuera la clase trabajadora tendría un papel poco menos que hegemónico en la sociedad, porque si no, no habría manera de explicar tamaña capacidad de «infiltración».

Esta supuesta aplicación del marxismo parte de la necesidad de justificar una contradicción. Si existe un sujeto político tal «las mujeres», con intereses propios al margen de las clases actuales, debió existir en anteriores modos de producción. Pero si se mantuvo constante una misma forma de opresión -supuestamente el patriarcado– del esclavismo al feudalismo y de éste al capitalismo es porque de alguna manera las mujeres constituyen «algo parecido a una clase». Es decir, sufren formas de explotación propias y exclusivas que trascienden no solo las fronteras entre las clases sociales a las que las mujeres concretas pertenecen, sino los modos de producción de las sociedades históricas. Si esto fuera así, no hace falta ni decirlo, el materialismo histórico se desmoronaría como visión de conjunto de la historia de nuestra especie: en realidad solo habría habido un modo de producción con pequeñas variantes y no habría existido desarrollo humano verdadero.

Ni la evidencia ni la prudencia arredraron a nuestras valientes «marxistas» académicas. Abstrayeron una forma social constante -el trabajo doméstico- y un arquetipo ahistórico -el «ama de casa». La mujer trabajadora era un producto del capitalismo, aunque ahora supuestamente debamos a las feministas el acceso al trabajo asalariado. Les era ajena la mujer obrera que lucha con sus compañeros en el trabajo, que emigra, que contribuye a la historia de la Humanidad. Solo les interesaba el mundo de la mujer atrapada entre las cuatro paredes de su casa. Planteaban que la «cuestión de la mujer» se podía resolver analizando a las mujeres pequeñoburguesas -campesinas, tenderas, intelectuales- cuyo mundo era su hogar. Como apuntaba Rosa Luxemburgo, para la proletaria en cambio, parte de una clase universal, el mundo entero es su hogar.

El resultado del «feminismo de clase» no podía ser sino una serie de contradicciones grotescas:

-No solo necesita afirmar, sin base, que el trabajo doméstico es productivo, sino que también sostiene la noción errónea de que el precio de la fuerza de trabajo está determinado por él.

-Nos dice que una «huelga de mujeres», tendría sentido «de clase»

-Mira para otro lado cuando en España la reina «se une» a la «huelga» al mismo tiempo que en EEUU o Gran Bretaña redefine las huelgas que siempre han incluido a todos los trabajadores, como las de enseñanza o limpieza, como «huelgas de mujeres».

-Empeñadas en falsificar, desviar y dividir la lucha de clases, no tienen reparo en organizar la «huelga feminista» con los sindicatos, verdaderos expertos en el tema.

-Y si todo eso no bastara para que nos quedara claro que el «feminismo de clase» expresa los intereses de clase muy distintos de los de la clase trabajadora, consideran que el «trabajo sexual» es un trabajo como cualquier otro y batallan por su legalización.

Es difícil no darse cuenta de que todas estas posiciones están enraizadas en la «esencia» del feminismo, que no es «la lucha por la igualdad», sino el colaboracionismo de clase en el marco de la afirmación de una «comunidad» interclasista, «las mujeres», como sujeto político. ¿Hay feministas con otras posiciones? Sí, hay feministas con casi cualquier posición que podamos imaginar, pero siempre con al menos una en común: las mujeres trabajadoras tienen intereses propios y diferenciados de sus compañeros varones. La clase por tanto no sería realmente única y universal ni sería tampoco portadora de un proyecto universal, sino una especie de «confederación» o agregación de identidades.

La calculada «ambigüedad» feminista

En realidad, la ambigüedad del término «feminismo» es intencional, un blindaje retórico: el feminismo es «incriticable» porque, según nos dicen, estar en contra de él es estar contra de la abolición de la discriminación entre hombres y mujeres. Pero cuando la discusión se hace concreta, la colaboración de clases y la negación de la clase trabajadora como un único sujeto histórico y político se hacen evidentes. Y por si fuera poco, de las universidades y demás laboratorios ideológicos han salido tantas variantes que, llegadas a la discusión programática, se niega la posibilidad de la discusión porque el feminismo como tal ni siquiera existiría.

Pero el hecho de que cualquier cosa pueda ser feminista, es una expresión más del carácter burgués del feminismo. En el capitalismo de estado un movimiento tiene tanto valor como capacidad de encuadramiento sea capaz de desarrollar. Y como todos los movimientos pequeñoburgueses «de éxito», es decir, susceptibles de ser amparados y potenciados hasta la extenuación por el estado, es «flexible». Si el feminismo se consolida como ideología de estado es porque es capaz de convertir sin pudor los carteles del reclutamiento para las industrias de guerra y la carnicería imperialista en un símbolo «progresista»; la lucha de las pequeñoburguesas por ocupar puestos en la burguesía corporativa en «causa» universal por la igualdad y el «fin de la brecha salarial»; la prostitución y la gestación por encargo en intercambio igualitario, e incluso la misma palabra «igualdad» -que en la imaginación de los trabajadores significaba ausencia de pobreza y vejaciones- en «igualdad de género» en los consejos de administración.

¿Qué hacer con el feminismo?

El feminismo es hoy, junto con el ecologismo, el principal ariete ideológico de una nueva ofensiva de la burguesía. Para muchos siempre es tentador pensar que podrán «seguir la corriente» confusionista para, sin poner la mayor en cuestión, «recuperar» o «aportar consciencia» a cualquier movimiento capaz de sacar a la calle a «muchos trabajadores». Pero si nunca salió ni sale bien es por algo. Seguir la corriente, eso que los marxistas llamamos oportunismo, acaba difuminando las fronteras de clase entre mil ambigüedades y excusas. Y éso, que llamamos centrismo, es la antesala inmediata de la inutilización e invalidación definitiva de cualquier organización política que pretenda ser útil al desarrollo de la consciencia en la clase.

Ni hay «claridad» que pescar en la confusión, ni consciencia que pueda aportarse a un movimiento ajeno a nuestra clase que la difumina y la divide. Tampoco nos interesa «apaciguar» a nadie y menos a los «marxistas universitarios». Es más no podemos permitirnos no ir «contracorriente» cuando la corriente está alentada desde el estado. Somos parte de ese «movimiento real que anula y supera al estado de cosas actual», estado de cosas del que el feminismo es parte y defensa.

miércoles, 1 de mayo de 2019

GOLPE DE ESTADO HOLLYWOODENSE ‎EN VENEZUELA

Red Voltaire01/02/2019 

Venezuela fue teatro este martes 30 de abril de un golpe de Estado escenificado al estilo de ‎Hollywood.


Algunos golpistas de salón, encabezados por el autoproclamado “presidente encargado” Juan ‎Guaidó, se apostaron de madrugada en una vía elevada de la autopista cercana a la base aérea ‎La Carlota, en Caracas, la capital venezolana. Allí interrumpieron la circulación vehicular, ‎desplegaron armas de guerra, se tomaron fotos con un grupo de militares que los acompañaban y ‎anunciaron a través de las redes sociales que habían “tomado” la base aérea. Seguidamente se tomaron ‎más fotos y rodaron videos para hacer creer que había un enfrentamiento armado entre militares ‎que se habían unido al golpe y militares defensores del gobierno bolivariano. ‎

El hecho es que los golpistas nunca llegaron a penetrar en La Carlota, donde se hallaba el jefe del ‎Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, almirante Remigio ‎Ceballos. ‎

En realidad, sólo una veintena de los militares presentes junto a los golpistas estaban de acuerdo ‎con los líderes de la oposición. Los demás, que se hallaban allí por orden de algunos superiores, ‎se retiraron al descubrir que habían sido engañados y volvieron a sus unidades de origen, donde ‎explicaron lo sucedido (Ver video).


Según fuentes no confirmadas, el jefe del servicio de inteligencia estaba entre los implicados. ‎

Un mitin convocado por los golpistas reunió menos de 3000 personas en Caracas. ‎

Mientras tanto una enorme multitud de defensores del gobierno bolivariano se concentró ‎alrededor del Palacio de Miraflores, sede de la Presidencia de la República Bolivariana, para ‎defender al presidente constitucional, Nicolás Maduro, si algún grupo golpista se decidía a ‎marchar sobre Miraflores, lo cual nunca sucedió. ‎

Desde Washington, el secretario de Estado Mike Pompeo afirmó con la mayor seriedad que el ‎presidente Nicolás Maduro había estado a punto de abordar un avión para huir a Cuba… pero que ‎‎«los rusos» le habían impedido hacerlo. ‎

El ministerio de Exteriores de la Federación Rusa ha llamado a todas las partes a renunciar a la ‎violencia y a dirimir sus diferencias dentro del más estricto respeto a la Constitución de la ‎República Bolivariana y la Carta de la ONU. ‎

El ministerio ruso de Exteriores señaló además que Washington debe poner fin a su injerencia en ‎Venezuela… mientras que el consejero de seguridad nacional de la Casa Blanca llamaba ‎nuevamente a un «cambio de régimen». ‎

GEOPOLÍTICA DEL PETRÓLEO EN LA ERA TRUMP

Thierry Meyssan
Red Voltaire, 09/04/2019

Estados Unidos se ha convertido en el primer productor mundial de hidrocarburos y ‎ahora utiliza su posición predominante con un solo fin: maximizar sus ganancias. ‎Para lograrlo no vacila en eliminar grandes productores rivales, sin importarle sumir ‎a sus pueblos en la miseria. En el pasado, el acceso al petróleo del Medio Oriente era ‎una necesidad vital para la economía estadounidense –bajo las administraciones Carter, ‎Reagan y Bush padre–, después fue un mercado bajo control yanqui –bajo la ‎administración Clinton– y más tarde, un recurso que iba a agotarse y que ‎Estados Unidos quería controlar –bajo las administraciones Bush hijo y Obama. ‎Ahora, bajo la administración Trump, los hidrocarburos se han convertido nuevamente ‎en el oro negro del capitalismo. Veamos la evolución de ese mercado sangriento. ‎



Toda economía depende, en primer lugar, de la energía a su disposición y ha sido esa una de las ‎principales causas de las guerras. Inicialmente se trataba de obtener esclavos para ponerlos a ‎trabajar en los campos. Más tarde, en el siglo XIX, el objetivo era apoderarse del carbón para ‎alimentar las maquinarias. Hoy se trata de los hidrocarburos (petróleo y gas). ‎

Para esconder esa lógica, los hombres siempre se han inventado otras razones como justificación ‎de lo que hacen. Por ejemplo, en nuestra época nos han llevado a creer: 

- que Irán está sancionado debido a su programa nuclear militar, al que Irán puso fin en 1988; 

- que las instalaciones y fondos de PDVSA en Estados Unidos fueron confiscados para quitárselos al “dictador” ‎Maduro y entregarlos al equipo del autoproclamado presidente interino de Venezuela, Juan ‎Guaido, a pesar de que Maduro es el presidente constitucionalmente electo de la República ‎Bolivariana; 

- y que Estados Unidos mantiene fuerzas militares en Siria para apoyar a sus aliados kurdos ‎contra el “dictador” Bachar al-Assad, aunque esos kurdos son mercenarios que ni siquiera ‎representan a su pueblo mientras que Assad es el presidente democráticamente electo de la ‎República Árabe Siria. ‎

Como acabamos de verlo, esas “justificaciones” no tienen nada que ver con la realidad y están ‎en total contradicción con los hechos. Pero si estamos dispuestos a aceptarlas es porque ‎creemos que nos benefician. ‎

El mercado mundial
El mercado de los hidrocarburos es el más importante del mundo, antes que los mercados de la ‎alimentación, de las armas, de los medicamentos y de las drogas. Ese mercado estaba ‎inicialmente en manos de las empresas privadas, pero en los años 1960 se convirtió en terreno ‎exclusivo de los Estados. Con el desarrollo económico fueron apareciendo nuevos actores y ‎ese mercado se hizo más imprevisible. Además, durante el periodo transcurrido entre el fin de ‎la URSS y el regreso de Rusia, se convirtió en un mercado altamente especulativo, con ‎fluctuaciones de los precios de venta que iban de 1 a 4. ‎

Por otra parte, todos saben que numerosos yacimientos se agotan al cabo de mucho tiempo de ‎explotación. A finales de los años 1960, el clan Rockefeller y el Club de Roma popularizaron la ‎idea de que los hidrocarburos, por ser energías fósiles, eran fuentes limitadas. Pero el hecho es ‎que aún se desconoce el origen de los hidrocarburos. Su origen fósil es sólo una hipótesis ‎no demostrada. En todo caso, aunque los hidrocarburos fuesen renovables, la sobreexplotación ‎de los yacimientos podría acabar agotándolos, como señala la teoría de Hubbert sobre el pico ‎petrolero. Pero lo más importante es que el Club de Roma estudió la cuestión partiendo de un ‎postulado maltusiano, estimando que su misión consistía en demostrar que es necesario limitar la ‎población mundial porque los recursos del planeta Tierra son limitados. La teoría sobre el fin del ‎petróleo es sólo un argumento para justificar la voluntad del clan Rockefeller de limitar el ‎crecimiento demográfico de las poblaciones pobres. En sólo medio siglo, nos han hecho creer ‎‎5 veces seguidas que el petróleo se agotaría en los próximos años. La realidad es que hoy ‎existen reservas comprobadas suficientes para garantizar el consumo de la humanidad durante ‎otro siglo. ‎

Los costos muy variables de la explotación de los yacimientos (van de 1 en Arabia Saudita a 15 en ‎Estados Unidos), los progresos técnicos, las constantes fluctuaciones de los precios y el debate ‎ideológico han puesto en peligro varias veces la recuperación de las sumas invertidas. Y, teniendo ‎en cuenta los plazos operacionales, toda interrupción de la inversión en la investigación, la ‎explotación y el transporte, provoca una escasez de los productos disponibles durante los 5 años ‎siguientes. El mercado del petróleo es, por consiguiente, particularmente caótico. ‎
La política mundial en materia de energía
La creación de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) por el venezolano ‎Juan Pablo Pérez Alfonzo, en 1960, provocó un desplazamiento progresivo del poder de fijar los ‎precios. Ese poder pasó de las compañías petroleras a los Estados exportadores. El cambio ‎se manifestó claramente en el momento de la guerra egipto-siria contra Israel, en octubre ‎de 1973, y la crisis petrolera mundial provocada por aquel conflicto, conocido en Occidente ‎como la «guerra de Yom Kipur». ‎

Como primera potencia mundial, Estados Unidos ha aplicado diferentes políticas en materia de ‎hidrocarburos: 

- El presidente James Carter consideró que, dado el hecho que Estados Unidos necesitaba esa ‎fuente de energía, el acceso estadounidense al petróleo del Medio Oriente era una cuestión de ‎‎«seguridad nacional». Los árabes y los persas no tenían derecho a negarse a venderle petróleo ‎ni a elevar sus precios.‎ 

- El presidente Ronald Reagan creó el CentCom –el mando militar de Estados Unidos para el ‎Medio Oriente, definido por cierto en función del conocimiento de los campos petrolíferos que ‎se tenía en aquella época. Para aplicar la política de su predecesor demócrata, el republicano ‎Ronald Reagan negoció la instalación de bases militares permanentes en la región y comenzó a ‎desplegar en ellas tropas estadounidenses. 

- El presidente George Bush padre encabezó una coalición casi universal y la lanzó contra Irak, ‎país que había tenido la audacia de querer actuar por sí mismo y se había atrevido a tratar de ‎recuperar los pozos de petróleo de Kuwait que los británicos le habían arrebatado. 

- El presidente Bill Clinton y su vicepresidente Al Gore heredaron un monopolio unipolar, ‎sin la URSS. Establecieron un mapa de los corredores que habría que crear a través del mundo ‎‎(oleoductos, gasoductos, líneas de ferrocarril y líneas de internet) y de las operaciones militares ‎necesarias para construirlos y para garantizar la seguridad de esos corredores –por ejemplo, la ‎guerra desatada contra Yugoslavia para establecer el 8º corredor. 

- El presidente Bush hijo y su vicepresidente Dick Cheney, convencidos de que la escasez de ‎hidrocarburos estaba a punto de empezar, iniciaron una guerra cuyo objetivo ya no era ‎apoderarse del oro negro sino controlar la producción y el mercado. Volviendo a la teoría ‎maltusiana del fin inminente de esas fuentes de energía, lo que querían era estar en posición de ‎determinar qué países tendrían derecho a comprar hidrocarburos para garantizar la vida de su ‎población. 

- El presidente Barack Obama aprovechó la oportunidad que le ofrecían el gas y petróleo de ‎esquistos en suelo estadounidense y decidió favorecer su extracción, esperando sacar así su país ‎de la maldición maltusiana. 

- El presidente Donald Trump llega al poder en momentos en que Estados Unidos se ha convertido ‎en primer productor mundial de hidrocarburos y decide modificar la estrategia estadounidense. ‎

La política de Donald Trump
Cuando el presidente Trump designó como director de la CIA al representante de Kansas Mike ‎Pompeo, creímos que aquella nominación inesperada se debía a las pocas posibilidades que tenía ‎el nuevo presidente de encontrar aliados en el Partido Republicano, que él acababa de tomar ‎por asalto. Olvidábamos entonces que, desde 2006 hasta 2010, Pompeo había dirigido la ‎empresa Sentry International, fabricante de equipamiento para la extracción de petróleo. Pompeo ‎es, por ende, un conocedor del funcionamiento del mundo del petróleo y uno de sus actores a ‎escala mundial. Simultáneamente, el presidente Trump nombraba secretario de Estado a Rex ‎Tillerson, patrón de ExxonMobil. Teníamos que haber vislumbrado entonces que la política ‎energética estaba llamada a ser primordial en la acción de la nueva administración. ‎

Por supuesto, hoy es imposible hacer un balance del trabajo de Mike Pompeo a la cabeza de ‎la CIA. Pero sí es posible pensar que sus objetivos de entonces no están lejos de los que persigue ‎ahora. En todo caso, Pompeo acaba de revelar estos últimos. ‎

Daniel Yergin, reconocido especialista en el mercado de los hidrocarburos, creó una empresa de ‎consejería que organiza anualmente un encuentro internacional sobre la evolución de la situación ‎en ese mercado. El encuentro de 2019 –CERAweek, realizado en Houston del 9 al 13 de marzo– ‎fue la reunión internacional sobre los hidrocarburos más importante realizada en toda la historia ‎ya que participaron los dirigentes ejecutivos de las principales compañías de 78 países que ‎se dedican a esa actividad. El momento principal del encuentro fue la intervención de Mike ‎Pompeo. A todos se les había advertido que su discurso tendría gran importancia y fue el único ‎momento en que la inmensa sala desbordó de público. ‎

Después de saludar a sus colegas, Mike Pompeo expresó satisfacción por los increíbles resultados ‎de la industria petrolera estadounidense que, en 6 años, se ha convertido en la primera ‎productora del mundo gracias a las nuevas técnicas de extracción de petróleo y gas de esquistos. ‎Anunció después que ha creado en el Departamento de Estado un buró especial para la gestión de ‎los recursos energéticos. En lo adelante, es con Mike Pompeo con quien tendrán que tratar los ‎patrones de las empresas estadounidenses especializadas en hidrocarburos y la misión de Pompeo ‎consiste en ayudarlos a conquistar mercados en el extranjero. A cambio de esa ayuda, ‎esas empresas tendrán que ayudar a que Estados Unidos pueda concretar su política energética. ‎

Esa política consistirá simultáneamente en producir el máximo posible en Estados Unidos y agotar ‎una parte de la oferta mundial para equilibrar el mercado. Sólo así podrá Estados Unidos vender ‎su gas y su petróleo de esquistos, cuya producción resulta particularmente onerosa. ‎

Según la doctrina Pompeo, no es conveniente reducir la producción mundial al nivel de la ‎demanda instaurando cuotas de producción, como hace la OPEP+ desde hace 2 años, sino ‎cerrando las puertas del mercado a varios grandes exportadores –Irán, Venezuela y Siria– cuyas ‎gigantescas reservas han sido descubiertas recientemente y todavía no han entrado en fase de ‎explotación. ‎

Así que Estados Unidos sacará de la gaveta el proyecto de ley NOPEC (No Oil Producing and ‎Exporting Cartels Act). Ese proyecto de ley, con gran cantidad de variantes presentadas ‎al Congreso desde hace 2 décadas, apunta a la supresión de la inmunidad soberana que los países ‎de la OPEP invocan para agruparse como cártel, a pesar de las leyes anti-trust estadounidenses. ‎La adopción de una ley NOPEC permitiría llevar ante los tribunales estadounidenses a las ‎compañías petroleras de todos los países agrupados en la OPEP+, aunque hayan sido ‎nacionalizadas, por haber utilizado su posición dominante en el mercado para favorecer el alza de ‎los precios. ‎

Hay otro elemento fundamental a tener en cuenta. Desde finales de 2017, Rusia se asoció a ‎la OPEP para obtener un alza de precios y aceptó disminuir su producción para alcanzar ese ‎objetivo. Algo indispensable para Rusia, sobre todo porque su economía está sufriendo las ‎consecuencias de las sanciones occidentales y porque sus exportaciones de hidrocarburos son –‎junto a las ventas de armas– su principal fuente de ingresos. Por consiguiente, en la actual ‎situación, los intereses de Moscú coinciden con los de Washington: no inundar el mercado. ‎Es por eso que Rusia no hace nada por ayudar a que Irán exporte su petróleo, como ‎tampoco ha iniciado aún la explotación de las zonas cuyo monopolio está en manos de compañías estatales rusas en Siria. Por esa misma razón, Rusia tampoco ayudará a Venezuela a ‎exportar su petróleo. ‎

Rusia salvó a Siria de los mercenarios yihadistas de la OTAN, sin comprometerse a ir más lejos. ‎Ahora es testigo pasivo del lento derrumbe de ese país, otrora próspero, cuya situación, ‎sin llegar a la hambruna que ya asola Yemen, ha tomado inexorablemente ese camino. ‎

La diferencia entre Rusia y Estados Unidos es que Washington no sólo quiere estabilizar la oferta ‎mundial de hidrocarburos sino también determinar hacia dónde fluyen. De ahí las presiones que ‎Washington ejerce simultáneamente sobre la Unión Europea y, por separado, sobre cada uno de sus países ‎miembros para detener la construcción del gasoducto Nord Stream 2. ‎Su objetivo es impedir que la Unión Europea utilice los hidrocarburos rusos. Si Estados Unidos ‎lograse alcanzar ese objetivo, Rusia desviaría el flujo de sus hidrocarburos hacia China, que ‎no podría pagar los mismos precios. ‎

Para responder a las demanda de la Unión Europea, Estados Unidos está construyendo en varios ‎de sus países grandes puertos capaces de recibir el gas de esquistos estadounidense. Mientras ‎tanto, Rusia acelera la construcción de otro gasoducto, el Turkish Stream que sería otra vía más ‎para hacer llegar su gas a la Unión Europea. ‎

Por otro lado, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos está bloqueando todas las ‎posibilidades de transporte de petróleo iraní o venezolano hacia Siria. Los datos que maneja el Departamento del Tesoro demuestran que la CIA comenzó a observar ese comercio desde la ‎elección misma de Donald Trump, incluso durante el periodo de transición entre la administración ‎Obama y la suya, lo cual confirma que la política de la administración actual gira alrededor de la ‎cuestión energética. En la medida en que Siria no está en condiciones de explotar por sí misma ‎sus reservas y en que Rusia deja pasar el tiempo, la actitud de la Casa Blanca hacia Siria es ‎diferente. Allí se trata de impedir la reconstrucción y de hacerle la vida imposible al pueblo sirio. ‎Así que la CIA está empeñada en una intensa labor de sabotaje contra todo aprovisionamiento ‎energético destinado a Siria. Por ejemplo, ya en este momento la mayoría de la población siria ‎no tiene gas para la calefacción ni para cocinar y, en febrero, un tanquero turco cargado con ‎combustible iraní para Siria estalló frente al litoral sirio, cerca de Latakia. El incidente, ‎probablemente un sabotaje, provocó la muerte de toda la tripulación y una marea negra que ‎no se ha mencionado en ningún medio de la prensa occidental.‎

Estimando que el Hezbollah participa en el gobierno libanés para servir los intereses iraníes, ‎la administración estadounidense ha incluido el Líbano en su prohibición de exportar ‎hidrocarburos. Durante su reciente estancia en ese país, Pompeo trató de imponer una ‎delimitación de las aguas territoriales que pondría las reservas libanesas de hidrocarburos bajo control de Israel. ‎

En Latinoamérica, donde Venezuela envía petróleo a Cuba a cambio de la participación de los ‎médicos cubanos en la atención a la población, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos ‎ha anunciado la adopción de sanciones contra toda empresa que participe en las entregas de ‎petróleo venezolano a Cuba, medida que Washington justifica atribuyendo a los militares cubanos ‎el respaldo de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana al presidente constitucional Nicolás ‎Maduro. ‎

Las evoluciones previsibles
Por el momento, la única posibilidad de éxito de la política de Donald Trump depende de que ‎su administración logre reducir la demanda de hidrocarburos en su propio país. Hasta ahora, ‎Estados Unidos destinaba los hidrocarburos principalmente a alimentar los automóviles, lo cual ‎explica el desarrollo de una serie de proyectos para la concepción de automóviles eléctricos. Para ‎Estados Unidos consumir petróleo para producir electricidad es mucho más rentable que utilizar el ‎combustible directamente en los automóviles. Además, la electricidad puede obtenerse de ‎diversas fuentes, en territorio estadounidense, a bajo costo y a precios estables. ‎

Es importante precisar que el desarrollo de automóviles eléctricos no tiene nada que ver con los ‎ideales sobre la necesidad de reducir las emisiones de CO2 (dióxido de carbono) para evitar el ‎calentamiento global. En primer lugar, la fabricación de baterías puede ocasionar importantes ‎emisiones de CO2, además de que la generación de electricidad puede ser una fuente de ‎emisiones de CO2 mucho más significativa que el petróleo si la electricidad se obtiene a partir del ‎carbón, como en Alemania y China. ‎

En todo caso, el consumo de petróleo también evoluciona. A escala mundial, el destino del ‎petróleo ya no es principalmente el sector del transporte sino la fabricación de plástico. ‎

Estados Unidos no permitirá que Irán, Venezuela y Siria exporten sus hidrocarburos hasta el año ‎‎2023 o el 2024, cuando su propia producción de hidrocarburos de esquistos comenzará a disminuir ‎rápidamente, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Cuando llegue ese momento, ‎volverá a cambiar todo el tablero geopolítico. ‎

Thierry Meyssan