jueves, 22 de septiembre de 2011

LOS VÍNCULOS ENTRE EL DIARIO PÚBLICO (MEDIAPRO) Y LA MONARQUÍA QATARÍ Y AL JAZEERA

¿Por qué manipula Público la información sobre Libia y Siria? ¿Por qué periodistas de un supuesto diario de “izquierdas”, que en el pasado protestaron contra la guerra de Irak, hoy justifican la guerra en Libia y una futura intervención en Siria? La respuesta es bien sencilla y bien conocida: por dinero.

Pero empecemos por el principio. El diario Público, que se presenta a sí mismo como el “único diario de izquierdas” del panorama mediático español, pertenece a la multinacional de los medios de comunicación Mediapro. Este potente grupo mediático se fundó en Barcelona en 1994 y su presidente es el empresario catalán Jaume Rores, que posee el 33% del accionariado. Mediapro nació vinculado al cine, estando detrás de películas como Vicky Cristina Barcelona (2008), Salvador (2006), sobre la vida del anarquista Salvador Puig Antich, Los lunes al sol (2002), Asesinato en febrero (2001), La espalda del mundo (2000), etc. (como vemos muchos de los títulos están dirigidos sobre todo al público de “izquierdas”) y en la actualidad tiene un acuerdo con la productora El Deseo de Agustín y Pedro Almodóvar. Hoy día a este grupo pertenecen además de Público, la cadena de TV la Sexta, así como una serie de canales digitales que se dedican a las retransmisiones de partidos de fútbol (Barça TV, Real Madrid TV, Gol TV, etc.). Mediapro, de hecho, es propietaria de todos los derechos de televisión del Barça. También produce programas para televisiones autonómicas como TV3, Canal Sur, TV Canaria, etc. y, más interesante aún, para el “derechista” grupo Vocento, al cual pertenece el ABC.


Jaume Roures, presidente de Mediapro


Hasta aquí hay poco que llame la atención. Pero si leemos la entrada dedicada a este grupo mediático en Wikipedia nos enteraremos que esta multinacional tiene oficinas, además de en varios países de Europa, en Dubai y Qatar. Según el diario Expansión, Mediapro cuenta con una oficina y 90 empleados en Doha, capital de Qatar. Allí, esta empresa de capital catalán se dedica a la producción de retransmisiones deportivas. Además es la patrocinadora de la liga de fútbol del vecino Dubai. Recordemos que la Qatar Foundation, a su vez, es la patrocinadora de la camiseta del Barça (¡165 millones de euros de nada le costó la broma!). Mediapro es, de hecho, la avanzadilla de una serie de inversiones que el capital catalán (Banco Sabadell, La Caixa, Mango, etc.) quiere hacer en los Emiratos Árabes, en donde Mediapro ha recibido varios premios de manos de las monarquías petroleras gobernantes.

En vista de todo esto, no es extraño que Público, ese periódico tan de “izquierdas”, esté apoyando la guerra de Libia. Hay mucho dinero en juego y no hay que ofender al amigo qatarí. El problema es que el gobierno de Qatar no tiene nada de izquierdista: es una retrógrada monarquía absoluta que se rige por leyes medievales. Y además es sospechoso de financiar el terrorismo islámico, eso que la Casa Blanca llama Al Qaeda, esos carniceros que sembraron el caos en Bosnia, Kosovo, Chechenia, Irak, Afganistán… y ahora Libia. Ese mismo gobierno que protege a un fanático religioso llamado Al Qaradawi, que opina que Hitler era “el divino instrumento de Alá”, que dirige la Guerra Santa desde Doha y que hace tiempo que ofreció una gran suma de dinero por la cabeza de Muamar Gadafi. No es extraño, por tanto, que Público fuera uno de los primeros diarios en difundir el bulo de que Gadafi había masacrado de una tacada a 250 manifestantes desarmados, silenciando las provocaciones de Qatar a través de su tentáculo, el Grupo Islámico Combatiente Libio. Tampoco es extraño que Público ilustrara un texto sobre la supuesta represión de El Asad contra “civiles indefensos” en Siria con la foto de una explosión (¿de un misil de la OTAN?) de la guerra de Libia (¡si no hay fotos se inventan!). Por eso, todas las informaciones del Público sobre la conflictiva situación de Libia y de Siria coinciden al pie de la letra con lo difundido por la cadena Al Jazeera, bajo la batuta del Emir de Qatar… ¿Medios de izquierda? ¿Acaso hay empresas de izquierdas?


Fuentes:

http://es.wikipedia.org/wiki/Mediapro


http://www.pelikano.es/mediapro-qatar/

http://www.expansion.com/accesible/2010/12/15/catalunya/1292414551.html

http://www.libertaddigital.com/mundo/zapatero-de-tapas-en-abu-dhabi-otro-objetivo-de-mediapro-1276415803/

miércoles, 21 de septiembre de 2011

NIÑOS NUCLEARIZADOS: LO QUE EL TELEDIARIO NO NOS MUESTRA

Es curioso que a pesar de la magnitud del desastre nuclear de Fukushima nuestros medios sólo hayan mostrado fotos de la población luchando contra la contaminación radiactiva en los días inmediatamente posteriores al suceso. Entonces los mass media nos aseguraban que aquello nunca llegaría a ser como Chernóbil. Hoy sabemos que el desastre de Fukushima es incluso más grave que el de Chernóbil, sin embargo, los media se han olvidado del tema de la radiación en Japón y rara vez se muestran imágenes de las condiciones en las que viven los japoneses, sobre todo los de las zonas cercanas a la central accidentada. A continuación cuelgo unas fotos que muestran lo que está pasando realmnente. Y lo que sucede es que los niños, los más vulnerables a la radiación, han tenido que ir de manga larga a sus clases estivales y con un dosímetro (un contador de partículas) colgado en el pecho. ¿Es así como queremos ver a nuestra infancia? ¿Cuándo acabaremos con la locura de la energía nuclear? Además de las fotos incluyo un vídeo de You Tube en el que un ciudadano francés residente en Japón denuncia la dantesca situación que está viviendo la población en el país del sol naciente, con niños nuclearizados, cosechas envenenadas y granjeros que se ahorcan porque no aguantan más la situación a la que les han llevado (¡nos han llevado a todos!) los poderosos.



Niños con dosímetros incorporados.
Los medios nos llegaron a hacer creer
que las mascarillas las llevaban
por el polen. ¡El 11 de marzo aún
no hay polen! ¡Y en agosto tampoco lo hay!



Más niños con dosímetros.



El nuevo juguete de moda en Japón: el dosímetro.



Más dosímetros.





Para poner subtítulos en español a lo que dice este ciudadano francés
indignado con lo nuclear pinchar el botón CC en el marco
inferior del vídeo.


domingo, 18 de septiembre de 2011

FUKUSHIMA: NO HAY MÁS CIEGO QUE EL QUE NO QUIERE VER

Lyla York
opednews.com, 11/06/2011

[Vergonzoso el apagón informativo sobre la catástrofe nuclear de Fukushima. El 5 de agosto, cuando en Japón se recordaba el triste aniversario del lanzamiento de las primeras bombas atómicas sobre población civil en medio de las protestas antinucleares (¡el 85 % de los japoneses están en contra de las nucleares!), TVE se dedicaba a mirar a otra parte y a emitir documentales antiguos sobre Chernóbil. ¿Es que sólo la radiactividad de la antigua URSS produce cáncer? Para contrarrestar este criminal bloqueo informativo me he permitido traducir un texto de una autora y activista norteamericana, Lyla York, que sugiere que se nos están ocultando la verdadera magnitud de la catástrofe, que está tocando muy de lleno a EE.UU., como podréis leer a continuación. El texto no es muy actual (es del pasado junio) pero vale la pena difundirlo porque la información disponible en Internet en español sobre los últimos análisis medioambientales y la evolución del fall-out (lluvia de partículas) es muy escasa. Y por cierto, quien crea que esto es conspiranoico o sensacionalista (y pienso en los escépticos selectivos) ha de saber que los pavorosos datos sobre la contaminación radioactiva vienen de acreditados científicos de la Universidad California en Berkeley (San Francisco, EE.UU.) y el NILU noruego.]

¿Os acordáis de Chandra Levy? Su desaparición tras una aventura con un congresista fue la obsesión nacional en el verano de 2001 -hasta que nos levantamos un martes por la mañana para ver las torres del World Trade Center en llamas. En el verano de 2011 la nación o, por lo menos, los medios de comunicación de la nación, parecen igualmente obsesionados por el juicio por asesinato de Casey Anthony y la cuenta de Twitter de un congresista de Nueva York. Mientras tanto, la crisis en la planta de Fukushima Daiichi sigue echando humo sin resolución a la vista y un ahora planificado cierre con garantías de seguridad parece estar a años de distancia.

Hasta la semana pasada hubo un aparente apagón informativo sobre la crisis, aunque algunos norteamericanos, esta escritora incluida, han seguido el estado de los reactores diariamente en Energy News y Fairewind, el sitio web del experto en energía nuclear, Arnie Gundersen. Los reactores de Fukushima fueron construidos por General Electric, que también posee Comcast, NBC y MSNBC, así que la ausencia de información puntual no es sorprendente. Un artículo en los primeros momentos de la crisis sugería que los reaseguros estaban en parte en manos de AIG y el Berkshire Hathaway de Warren Buffet, una suposición que no puedo probar documentalmente pero que bien puede ser cierta. No hay duda de que vivimos una época en la que los beneficios empresariales pasan por encima de la seguridad y del bienestar humano y vemos esto manifiesto en esta presente crisis. Las mejores fuentes de MSM de información sobre estos últimos meses han sido Bloomberg, por Internet y por televisión, y el Wall Street Journal, que han seguido la crisis principalmente porque ésta afecta a las inversiones en compañías japonesas.


La semana pasada el gobierno japonés hizo unas inquietantes declaraciones. Tres de los cinco reactores experimentaron fusiones totales el 11 de marzo, el día del terremoto inicial, y los tres reactores sin excepción se han derretido "atravesando" las vasijas de contención con fugas, estando ahora fisionándose masas fundidas de barras de combustible en los sótanos de estos reactores. La declaración reconocía además que los niveles de radiación emitida por las explosiones eran dos veces más altos de lo que inicialmente se informó, culpando del mal cálculo a un error matemático. (De hecho los días después de las explosiones de marzo se encontró plutonio en los suelos del norte de California y tritio en Vermont.) A la luz de estas revelaciones Arnie Gundersen hizo una entrevista en la CNN la semana pasada y una segunda con Chris Martenson recomendando a los norteamericanos que lavaran muy bien frutas y verduras y dejar de tomar leche y productos de granja. También sugirió que cualquier norteamericano suficientemente rico para irse a vivir en el hemisferio sur que pensara en hacerlo, puesto que los residentes de Seattle estaban inhalando 5 "partículas calientes" o "pulgas de combustible" por día en las semanas que siguieron al accidente. Democracia ahora, el programa de noticias de radio y televisión de Amy Goodman, que no se ha olvidado del asunto durante estos meses, hizo una exhaustiva puesta al día en la emisión de ayer.

¿Deberíamos estar construyendo refugios antinucleares y almacenando comida y agua? ¿Deberíamos estar mandando a nuestros hijos a Suramérica hasta que la crisis acabe? No tengo ni idea, pero nadie la tiene, incluyendo los expertos en energía nuclear. Ellos saben que la crisis es más seria que Chernóbil. El mundo nunca ha experimentado un acontecimiento estilo "síndrome de China" y no hay manera de calcular el potencial resultado. Un físico nuclear que postea regularme en enews.com sugiere que otra explosión es improbable dada la situación actual, pero advierte que el reactor 4 está en peligro de derrumbe sobre sí mismo con el más leve terremoto o réplica. Un derrumbe alteraría el panorama y podría causar otro envío de partículas radiactivas a las corrientes de aire de la atmósfera. La prolongada radiación de bajo nivel produce multitud de enfermedades en animales y seres humanos e incluso la AIEA [Agencia Internacional para la Energía Atómica] admitió recientemente que ningún nivel de radiación es seguro, puesto que la radiación es la principal causa de cáncer. En cualquier caso, la exposición a la radiación que vuela de un país a otro está en una categoría totalmente diferente de una "partícula caliente" que se convertiría en un emisor interno una vez inhalada o ingerida. De los isótopos liberados en un accidente nuclear los más peligrosos son el plutonio, el estroncio 90, que ataca la médula de los huesos, el iodo 131, que ataca la glándula tiroides, y el cesio 137, que ataca los tejidos blandos, incluyendo el hígado, riñones y pulmones. De ellos, el plutonio es el más letal -una micrón puede causar cáncer en un ser humano. El reactor 3 de Fukushima usa ilegalmente combustible MOX, que es una mezcla de uranio, uranio empobrecido y plutonio. (El combustible MOX era vendido por EE.UU. a Japón durante la administración Reagan.)

El Instituto Noruego (NILU [Norsk institutt for luftforskning]), una organización escandinava que mide la calidad del aire, parecida a nuestra EPA [Envionmental Protection Agency o Agencia de Protección del Medioambiente], había editado, para las seis primeras semanas que siguieron a las explosiones, mapas de predicciones para el hemisferio norte que dibujaban la trayectoria de las nubes radioactivas que contienen iodo, cesio y xenón, un gas. Esos mapas inquietaron a cuantos los vieron, puesto que mostraban a Norteamérica literalmente tapada por la lluvia de partículas radioactivas a niveles que superaban con creces la radiación medioambiental normal.

La EPA declaró a principios de mayo que dejaría de analizar el aire, el agua de lluvia, el agua del grifo y la leche, puesto que el iodo 131, el isótopo con la vida media más corta había caído a niveles atmosféricos normales (resultados de las pruebas de la EPA aquí). Se ha informado en varios sitios web que tanto el NILU como la EPA fueron presionados para que hicieran pruebas de manera discontinua- o por lo menos a publicar discontinuamente los resultados de las pruebas. La "presión" ha sido atribuida tanto al gobierno de los EE.UU como al de Japón aunque no he visto pruebas contundentes que demuestren tales afirmaciones. El NILU empezó a publicar mapas históricos más recientes y actualizados en un fichero alternativo oculto llamado en clave Zardoz, como la película de ciencia ficción de los 70 sobre un futuro post-apocalíptico. Los mapas previamente ocultados, que mostraban un nivel alarmante de contaminación radiactiva por toda Norteamérica fueron seguidamente vueltos a publicar por dos blogueros de veintitantos aquí (desplazar hacia abajo la página) y aquí. El Departamento de Ingeniería Nuclear de la Universidad de California en Berkeley ha continuado haciendo pruebas con agua de lluvia, agua del grifo y la leche de granja y de supermercado, suelos y verduras variadas. Mientras la contaminación por radiación ha disminuido significativamente desde las explosiones del 11 de marzo, pruebas recientes muestran nuevos picos en los niveles de contaminación de suelo y leche por cesio 137 y cesio 134. Puesto que sólo la UCB está publicando los resultados de las pruebas, no podemos saber a ciencia cierta qué niveles persisten en otras áreas del país. A principios de abril, el gobierno de Francia recomendó que las mujeres embarazadas y los niños evitaran la leche, el queso blando y las verduras con hojas. Ninguna de esas misivas vino del gobierno de los EE.UU., y eso que Europa occidental sólo recibe el 5% de la lluvia de partículas que ha tapado Norteamérica. La semana pasada FoodProcessing.com, el sitio web de la industria norteamericana de la comida y la bebida, publicó un artículo muy informativo titulado "Fukushima en nuestra comida", una buena visión general de la contaminación que se ha registrado en América del norte desde el 11 de marzo. Greenpeace, que ha llevado a cabo pruebas sobre la vida marina fuera del límite japonés de las 12 millas el mes pasado, encontró niveles de contaminación en el pescado y las algas por encima de los límites legales.

Ayer Conterpunch publicó un artículo de dos doctores con un repunte en las muertes infantiles en EE.UU. desde las explosiones de Fukushima, un repunte que recordaba a las muertes infantiles en Europa tras el desastre de Chernóbil. En Norteamérica la contaminación llega mayormente en el agua de lluvia, que, a su vez, afectará al agua del grifo, suelo, verduras, carne y productos de granja con el tiempo. La población más vulnerable son las mujeres embarazadas y las mujeres que tienen pensado tener familia, niños y adolescentes, las personas mayores y cualquier persona que sufra de una enfermedad del sistema inmunitario, como el SIDA. Las más lógicas medidas preventivas que los norteamericanos pueden y deben tomar son: evitar salir bajo la lluvia y siempre llevar un paraguas, evitar productos frescos y de granja, lavar todas las verduras, incrementar la ingesta de antioxidantes potentes, como la coenzima Q10 y el ácido alfa-lipoico y comprar un sistema de filtros de ósmosis inversa para vuestro hogar o por lo menos para el grifo de vuestra cocina. Si queréis estar preparados para una emergencia futura buscad también una mascarilla N95, que están ampliamente disponibles, filtros de aire HEPA [de alta eficiencia] y almacenad en casa comida enlatada y deshidratada y agua filtrada o agua de manantial por lo menos para varias semanas. (El agua de pozo y el agua de manantial son seguras porque están filtradas por la arcilla del suelo.) Consultad los enlaces de abajo para métodos de protección contra y de desintoxicación de radioisótopos. (Estos métodos son también valiosos para protegerse de la exposición a la radiación de los rayos X y de los escáneres CT)


Recursos informativos sobre Fukushima y resultados de las pruebas:

Energy News.com: http://enenews.com/


Fairewinds, Arnie Gundersen: http://www.fairewinds.com/home

Resultados de los pruebas de la EPA:
http://opendata.socrata.com/Government/RadNet-Laboratory-Analysis/cf4r-dfwe

Resultado de las pruebas en aire y agua del equipo de vigilancia del Departamento de Ingeniería nuclear de la U.C. en Berkeley:
http://www.nuc.berkeley.edu/UCBAirSampling

Página de Twitter de la Sociedad Nuclear America:
http://twitter.com/#!/ans_org

Mapas históricos del NILU:
http://www.woweather.com/weather/news/fukushima?LANG=us&VAR=eurad2500

Archivo Zardoz del NILU:
http://zardoz.nilu.no/~flexpart/fpinteractive/plots/?C=M;O=Dqs


[Vídeo que explica qué es el archivo Zardov (lo siento: sólo en inglés):



Lo dicho: ¡pavoroso!]

viernes, 16 de septiembre de 2011

REPORTEROS SIN FRONTERAS O LOS NUEVOS DISFRACES DE LA PROPAGANDA NEGRA

Ricardo Rodríguez
LaRepública.es, 01/09/2007


Es muy común la idea de que la «propaganda negra» fue un invento de los nazis, y usualmente se cita al siniestro Goebbels como su principal artífice e inmediatamente después la celebérrima divisa: repetir una mentira hasta que parezca una verdad. El escritor y cineasta australiano John Pilger, sin embargo, explicó hace años que los nazis, aún habiendo empleado hasta el delirio la falsedad y la manipulación, no pasaron de ser meros aprendices de los agentes del Imperio Británico, los verdaderos maestros en la materia. Durante décadas, el Foreign Office instaló, en aquellos lugares del mundo en los que existían intereses imperiales, oficinas más o menos clandestinas que se encargaban de elaborar «noticias» que les favorecían y luego lograban insertarlas eficazmente como hechos comprobados en los cables de las agencias de información de todo el mundo. El fin era, naturalmente, la manipulación, la homogeneización de las informaciones –sólo en apariencia independientes- y el ahogo de cualquier crítica a la estrategia de dominio de la gran potencia. La elite gobernante en el Reino Unido fue, de hecho, la primera que adquirió conciencia de la importancia del control de la prensa para la subyugación de las mentes y la represión de la rebeldía.

Igual que otras muchas cosas, después de la Segunda Guerra mundial, EEUU heredó del Imperio Británico en declive sus altamente desarrollados métodos de manipulación y propaganda. De entre las innumerables hazañas en este campo de la CIA y del Departamento de Estado, John Pilger destacaba el haber conseguido que ningún medio de comunicación occidental importante informase sobre la salvaje matanza de casi un millón de militantes comunistas en Indonesia, entre 1965 y 1966, por el gobierno criminal de Suharto con la imprescindible colaboración estadounidense. Desde entonces muchas han sido las guerras, carnicerías e invasiones dirigidas o perpetradas directamente por el Imperio, y hemos tenido ocasión, en Yugoslavia, en Afganistán, en Palestina, en Iraq o en América Latina, de ver la prodigiosa maquinaria de propaganda funcionar a pleno rendimiento. Sabemos lo que cuesta sortear las trabas del sistema y ofrecer una información veraz, no censurada; que se lo pregunten, si no, a los periodistas de Al Jazeera asediados por los marines o a los asesinados en el Hotel Palestina.

Ahora bien, Reporteros Sin Fronteras, la presunta Organización No Gubernamental con sede en Francia que preside Robert Mènard, ha introducido una novedad tan insólita como repulsiva y estremecedora en la cadena de manipulación. Porque ya no nos encontramos con un gran grupo de comunicación privado con intereses económicos y políticos evidentes en los países de conflicto, ni siquiera con una de tantas tapaderas de los servicios de inteligencia de un Estado en forma de agencia de noticias, emisora o periódico. Se trata de una organización que se define a sí misma como ajena a cualquier afán de lucro y campeona en la defensa de la libertad de expresión en todo el planeta. Y lo que es peor, ha conseguido que tanto las instituciones internacionales, como gobiernos, prensa e incluso una gran parte de la opinión pública den por buena tal definición.

Un somero repaso de las actividades habituales de Reporteros Sin Fronteras, no obstante, y la comprobación del contraste entre sus principios declarados y sus actos reales, nos ha de llevar al estupor. En pocas ocasiones toma vida con semejante claridad la paradoja orwelliana: la mentira es verdad y la verdad, mentira. Una organización fundada para la promoción de la libertad de expresión y la información veraz, se transforma en poderosa mercenaria de la mayor manipulación informativa, patrocinada por la CIA y el Departamento de Estado, acalladora de protestas, ocultadora de la represión y la injusticia y ariete del imperialismo. Una monumental estafa, en suma.






Escritores y periodistas de excelente reputación, como el canadiense Jean-Guy Allard, la estadounidense Diana Barahona o los franceses Salim Lamrani y Thierry Meyssan, vienen desenmascarando desde hace tiempo con sólidos trabajos de investigación el sospechoso sesgo de las campañas de Reporteros Sin Fronteras y la opacidad de su financiación.

Comienza a heder la obsesión de la ONG por derribar los gobiernos de Cuba, Venezuela y, últimamente, Bolivia. Thierry Meyssan y la Red Voltaire que él dirige pudieron confirmar las íntimas relaciones existentes entre Robert Mènard y la extrema derecha cubana residente en Miami. Sus insidiosas campañas en contra de la revolución cubana siguen al pie de la letra las orientaciones más extremistas de las oligarquías norteamericanas.

Reporteros Sin Fronteras y columnistas acólitos en diferentes países se han hartado de clamar en contra del gobierno de Hugo Chávez, al que acusan de intentar amordazar la libertad de expresión en Venezuela por aprobar una ley que establecía medidas elementales, y bien modestas, de evitación de la falsedad y la manipulación informativa. Por lo visto, un gobierno democráticamente elegido no puede crear ninguna normativa que afecte a la prensa, pero los propietarios de los grandes medios, a los que nadie ha elegido, sí pueden dictar a miles de profesionales qué se puede decir y qué no en artículos y alocuciones públicas. Sin embargo, tanto Mènard como sus monaguillos guardaron silencio, cuando no jalearon con descaro, el intento de golpe de estado en Venezuela, en abril de 2002, incluidas las medidas expeditivas que conllevó, tan tristemente corrientes en operaciones fascistas similares en la historia de América Latina: disolución del Parlamento, prohibición de organizaciones políticas y cívicas, suspensión de derechos fundamentales y constitución de un Estado policial, amén del secuestro del presidente legítimo y democrático del país. Los poderosos medios privados venezolanos asociados a Reporteros Sin Fronteras, en especial la estación Cisneros, instigaron el golpe, y mintieron sobre lo que sucedía en Venezuela a lo largo de toda la jornada, ocultando hasta el final la existencia de un inmenso movimiento popular que liberó al presidente y reinstauró en breve la democracia.

También fue llamativo el caso de Haití. La ONG francesa celebró el golpe contra el gobierno de Aristide como un triunfo de la libertad, pasando por alto «detalles» del gobierno que le sucedió, como el asesinato por la policía del reportero de radio Abdeas Jean o el tiroteo del periodista Raoul Santo-Louis, dentro de un clima de generalizado hostigamiento de la prensa no sumisa.

En Oriente Medio, por supuesto, la tónica seguida ha sido la misma. Si bien la organización ha ofrecido alguna cobertura a las protestas por el ataque al Hotel Palestina en el que murieron dos periodistas, sus esfuerzos en este sentido no son ni una sombra de las espectaculares campañas orquestadas en contra del gobierno cubano –quien, por cierto, no ha asesinado a ningún periodista, puede que no sea ocioso recordarlo- o contra las actividades de la resistencia iraquí. Más bien Mènard intervino en el asunto para ponerle sordina. Y, simultáneamente, se aplaude el bombardeo al Ministerio de Información Iraquí –un crimen de guerra- y se resta importancia a la vulneración de todas las convenciones internacionales sobre derechos humanos –de periodistas y no periodistas- en Abu Ghraib, Guantánamo, Afganistán, cárceles secretas en Europa, secuestros de ciudadanos, etc.

Recientemente, el escritor francés Máxime Vivas ha exigido a la Unión Europea una investigación imparcial y el esclarecimiento de las fuentes de financiación de Reporteros Sin Fronteras. De manera gradual, han ido saliendo a la luz datos sobre las aportaciones que la ONG recibe de importantes fabricantes de armas, como Jean-Guy Lagardère y Serge Dassault, de la National Endowment for Democracy (Fundación Nacional para la Democracia), que está reconocida como una fachada de la CIA, o del Center for a Free Cuba (Centro para una Cuba libre), presidido por el propietario de Rones Bacardí. Entre sus benefactores también se cuenta, al parecer, cómo no, la ubicua Fundación Soros5, y difunde sus comunicados por mediación de Saatchi & Saatchi Worldwide, corporación que depende de Publicis Group de Francia, la que a su vez tiene como más prominente cliente al Ejército de Estados Unidos.

Resulta obvio que, con tan inquietantes amistades, la asociación filantrópica presidida por Mènard difícilmente puede sostener ni la más básica imparcialidad en su labor y carece de toda credibilidad. Se ha especulado, empero, sobre hasta qué punto influye la financiación en su ideología, su política y sus actividades. Que las determina es indudable; caben las opiniones respecto a si las determina de forma absoluta o no. Thierry Meyssan cree que los fondos procedentes, por una u otra vía, de la CIA y el Departamento de Estado norteamericano son más bien recientes y esporádicos. No obstante, aunque así fuese, como afirma el propio Meyssan, aun en el caso de que su actividad se sufragara íntegramente con donaciones confesables, la acción real de Reporteros Sin Fronteras no sería moralmente más aceptable, en la medida en que, no sólo no tiene nada que ver con la defensa de la libertad de expresión o el auxilio a periodistas perseguidos por su trabajo de información, sino que es la peor enemiga tanto de una como de otros. Hoy, Reporteros Sin Fronteras es, objetivamente, una de las más poderosas agencias internacionales dedicada de forma velada, pero con creciente descaro, a la represión de la libertad, la mentira y la tergiversación metódica de los hechos. Su fin esencial es la universalización del fraude y el control de las conciencias, para mitigar y a ser posible anular cualquier oposición a los designios del Imperio.

Sus extraordinarios medios materiales, el padrinazgo de que goza por el más poderoso Estado del mundo y su dominio de las más modernas estrategias de comunicación, hacen difícil desenmascararlos. Diariamente, centenares de columnistas y reporteros repiten como papagayos sus consignas. No obstante, hoy como en el pasado, es posible incluso desvelar los trucos de la propaganda negra, por medio de la organización popular, el ejercicio de la crítica libre y la constitución de redes alternativas de información y debate público sin cortapisas. Las extraordinarias movilizaciones contra la invasión de Iraq que todos vivimos hace pocos años lo demostraron, como antes lo había demostrado la derrota del nazismo, que pretendía edificar nada menos que el Reich de los mil años. Al fin y a la postre, ningún engaño dura para siempre.


[Más información:

*Existe un largo dossier contra esta nefasta ONG perfectamente documentado en el boletín Armas contra las guerras nº 187 del 03/06/2008.

*También está disponible en internet la obra de Jean Louis Allard Auge y caída de Reporteros sin fronteras en pdf.]

miércoles, 14 de septiembre de 2011

LAS MENTIRAS DEL 11 S... HECHAS CANCIÓN

A veces una canción explica mejor la fraudulenta visión de la realidad que nos ofrecen los mass media que cualquier sesuda y documentada monografía. Éste es el caso del tema "No lo contó la TV" de un músico latinoamericano que se hace llamar Mero y cuyo vídeo encontré por pura causalidad en el blog de Carlos Tena, uno de los pocos periodistas que se han atrevido a denunciar publicamente a falsimedia, como él lo llama. Esto es lo que este artista dijo de la canción:

"Compuse esta canción para traer luz sobre este tema ya que la evidencia es abrumadora y tiene que ser difundida. A muchos les resulta un plomo ponerse a investigar, por eso me puse a trabajar para conseguir esta síntesis, porque es necesario que un día se sepa la verdad sobre este tremendo crimen."

Éste es su canal de You Tube:

http://www.youtube.com/user/ElMeroSerUno

y aquí está el video clip de su canción:



Puesto que una parte esencial de esta canción es la letra, que concentra en poco más de 5 minutos las principales objeciones a la poco creíble versión difundida por los media, la reproduzco al completo a continuación:

"Junio 2001 William Cooper advertía
Que algo gordo se venía, que a BL culparían
Pero el líder no sería responsable del ataque
De bandera falsa armada que muy pronto ocurriría
Billy pudo percatarse que ni el FBI lo hallaba
Y de repente CNN publicaba con su cara
Una entrevista muy osada realizada en su escondite
Para amenazar al Norte en un recado cero creíble

Pero no lo contó la TV

11 de septiembre 2 aviones comerciales
Eludieron los radares arrasando 3000 almas
La seguridad más grande del planeta fue burlada
Por un grupo de rebeldes con navajas talibanes
Nunca había ocurrido antes que colapse un edifico
Y se derrita en caída libre cual si hubiese un precipicio
Claramente cada torre fue un derrumbe controlado
Se llama Nanotermita el componente utilizado

Pero no lo contó la TV

Humo negro destilaban porque oxigeno faltaba
Y eso revelaba que al ardor ya poco le quedaba
Nunca pudo comprobarse la teoría del colapso
Cada dato del informe resultó manipulado
7 horas transcurridas de las torres ya caídas
Y un tercero se desploma el World Trade Center Seven
El motivo del derrumbe no hay manera que lo prueben
Sin lugar a dudas otra detonación asistida

Pero no lo contó la TV

Los testigos que escaparon padecieron explosiones
En los pisos inferiores alejados del impacto
Unas angulares puntas en las vigas que quedaron
Acusaron un meticuloso método de corte
Que es exactamente el modo en que un derrumbe se organiza
Para conseguir la convergencia que se hace cenizas
Porque no hay forma en que tanto acero en bloque se derrita
Sin embargo hierro líquido cayendo se veía

Pero no lo contó la TV

No se hallaron casi cuerpos por la fuerza del colapso
Pero un pasaporte intacto en las ruinas encontraron
Por supuesto era de un terrorista ya identificado
Un seguro responsable y coautor del atentado
A 3 días y sin pruebas 19 son culpados
Todos ellos musulmanes radicales conocidos
Del grupete de suicidas 6 aún estaban vivos
Nunca fueron retirados del legajo de imputados

Pero no lo contó la TV

Un boeing 757 que no pudo ser filmado
Hizo un hueco en el pentágono de 5 metros magros
Tan preciso fue el impacto que bordea en el milagro
38 metros de metal fueron gasificados
Solo un caza logra un giro de dos siete cero grados
Y aun así es una proeza yendo a 800 por hora
El lugar más impermeable del la historia fue violado
Penetrado por un aviador novato, flor de mago...

Pero no lo contó la TV

Hubo un 4to avión raptado del que dicen fue estrellado
Por los mismos tripulantes que se habían amotinado
Pero hay quienes escucharon los misiles y el impacto
Que regaron 8 millas del avión en mil pedazos
Siendo el peor ataque terrorista nunca visto
Se ignoraron todas las medidas que usualmente aplican
Para colmo el protocolo de defensa letifican
Meses antes para hacer aún más turbio el acertijo

Pero no lo contó la TV

Cada jefe negligente militar que estaba al mando
Consiguió ser promovido a un cargo superior en rango
La familia de Bin Laden exiliada de un plumazo
Y un Osama mal doblado adjudicándose el trabajo
Al Qaeda es un invento de la CIA que entrenaba
Guerrilleros en países con terrenos petroleros
Varios adiestrados en la tierra norteamericana
Que ahora los declara ser el cuco que nos mete el miedo

Pero no lo contó la TV


Steve Pieczenik un alto estratega de estados unidos
Reveló que Osama en dos mil dos ya estaba fallecido
Por un serio problema renal que incluso ya durante
La administración de Clinton lo tenía agonizante
Todo el terrorismo que la prensa publicita a full
Fue gestado en la gobernación de Carter y de Bush
Ya también lo ha utilizado Obama con el mismo fin:
Limitar las libertades, los derechos e invadir.

Pero no lo contó la TV

Es tan obvio que debajo del la ruina que dejaron
Hay más m*rd* que la que jamás hemos imaginado
No sabemos quien gobierna este mundo en el que estamos
Ni por qué clase de seres hemos sido dominados
Somos un rebaño de ignorantes muy bien adiestrados
A pagar por cada cosa del planeta que habitamos
Tristemente lo aceptamos sin siquiera cuestionarlo
Porque estamos del comienzo totalmente programados

Pero no lo dirá la TV
Porque no lo contó la TV
No lo contó la TV
Pero no lo contó la TV"

Y por cierto, creo que este músico recibió en el pasado presiones para que retirara su material de You Tube así que si deja de verse el video quizá sea por los motivos que os imagináis. No sería la primera vez.

martes, 13 de septiembre de 2011

PLUMÍFEROS DISFRAZADOS DE "ESCÉPTICOS" O SE PILLA ANTES A UN MENTIROSO QUE A UN COJO

Con motivo del aniversario de los atentados del 11 de septiembre la prensa está intentando desacreditar a los que luchamos porque se sepa la verdad sobre tan execrable crimen, un crimen que, recordemos, se convirtió en excusa para que la administración Bush y ahora la de Obama, junto con sus amigos de otros gobiernos occidentales, masacraran a miles de personas en Afganistán, Irak, Libia, etc. Un ejemplo de esto es el Sr. Luis Alfonso Gámez, un periodista que se ha arrogado el derecho de hablar en nombre de la ciencia sin ser científico, autoproclamándose portavoz de la racionalidad. Pero, de hecho, la única razón que defiende este plumífero bien pagado por la ETB y El Correo es la "razón de estado". Y la defiende a capa y espada pues a quien no está de acuerdo con las versiones oficiales lo tacha indefectiblemente de "conspiranoico". Pues bien, Gámez, quien ya tildara de "conspiranoico" el libro de Thierry Meyssan contra la hipótesis oficial del ataque al pentágono ese fatídico 11 S (¡llegó a mezclar las tesis de Meyssan con las profecías de Nostradamus!), ha publicado una entrada en su infame blog "Magonia" para, según él, desmontar, al menos en parte, las teorías críticas con la versión gubernamental. Aun así, y si fueran correctos sus escasos 7 contraargumentos, todavía le quedarían por dar 108 respuestas satisfactorias a 108 preguntas incómodas de las 115 formuladas por el profesor norteamericano (y digo, "profesor" de universidad no un quiromante o un ufólogo) David Griffin que fueron colgadas en la web de Red Voltaire por Thierry Meyssan y que también hemos difundido en este blog.

Empieza el Sr. Gámez asegurando que los integristas que atacaron el WTC sí que tenían la habilidad para llevar a cabo el atentado con aviones comerciales porque se entrenaron con "simuladores de vuelo". Ni siquiera pilotaron un aparato real y dice el amigo Gámez que ya estaban capacitados para volar y que no se necesita mucha pericia para embestir con un avión cada una de las torres gemelas. ¿Es que él lo ha probado acaso? No parece muy razonable creer como cree el Sr. Gámez que pilotar sea tan fácil, de lo contrario las compañías aéreas no pagarían esos sueldazos a los pilotos. Menciona dicho periodista el testiminio de un instructor de vuelo favorable a sus tesis pero ¿sabe Gámez que en cualquier jucio los testimonios son el tipo de prueba más endeble pues siempre se les puede sobornar o presionar? Por otra parte ¿verdad que es más cómodo testificar a favor de una versión oficial que culpar a tu gobierno de sacrificar a sus propios súbditos? Si quiere el Sr. Gámez sacar a colación opiniones de expertos en vuelos que las saque todas, porque resulta que el desfenestrado presidente egipcio Hosni Mubarak (bastante prooccidental y enemigo de Al Qaeda), que fue general de la fuerza aérea de su país y con miles de horas de vuelo encima, no se explicaba cómo pilotos novatos como Mohamed Atta pudieron arreglárselas para hacerse con el control de un avión comercial y estrellarlo en los rascacielos más emblamáticos de la ciudad de Nueva York... Y ya que mencionamos a Atta es curioso también que no mencione Gámez el hecho de que por arte de "magia" (esa magia contra la que él tanto despotrica) apareciera intacto el pasaporte de este terrorista islámico entre los escombros de las Torres Gemelas. Por lo que a mí respecta, Gámez en este punto no consigue desmontar nada de nada.

Asegura, también el Sr. periodista que "los incendios declarados en las torres tras los impactos no pudieron fundir el acero" pero resulta que en el vídeo http://www.youtube.com/watch?v=8xvK7QlcGpY, a partir del minuto 9.17 vemos cómo se derrite el acero. ¿Será un efecto óptico? ¿Una alucinación? ¿Cómo explica el Sr. Gámez que el edificio Winsdor de Madrid, que estuvo ardiendo mucho más tiempo que la torre nº 7 del World Trade Center, no se derrumbara? Además, se da la curiosa circunstancia de que en el WTC 7 ni siquiera impactó un avión y que estaba construido con acero reforzado, no así el Windsor. No lo explica, lo omite, a pesar de que es uno de los argumentos más conocidos de los que él tilda de "conspiranoicos". ¿Y por qué tampoco menciona Gámez que justamente desde el WTC 7 el servicio secreto tenía la obligación de coordinar las medidas a adoptar contra un gran atentado terrorista?

También intenta demostrar precariamente Gámez que sí impactaron aviones en el Pentágono y que si la silueta del lugar del impacto se corresponde con objeto cilíndrico (como p. ej. un misil, como dijo Meyssan) y no con la de un avión comercial es porque éste antes de impactar había perdido las alas. ¿En el pentágono los aviones perdieron las alas y en el WTC no? ¿Y eso cómo se explica? Según Gámez está todo explicado en unas supuestas "simulaciones informáticas". Nuevamente echa mano este periodista metido a experto en todo del endeble argumento de las "simulaciones". Pero es que la simulación de la realidad no es la realidad misma. Esto lo debería saber un periodista tan realista y tan escéptico como él, acostumbrado a ver "simulaciones" de ovnis y apariciones de ultratumba. Cuelga, además, en su blog una foto de una rueda que podría ser lo mismo de un avión que de cualquier otro vehículo. El fondo de la foto, por cierto, tampoco aclara si el lugar en el que está la rueda son las inmediaciones del Pentágono o está en las antípodas. ¿Es que Gámez toma a los internautas por imbéciles? De todas formas, a este escéptico de postín se le olvida mencionar (o sencillamente lo desconoce) que hay una oficial del ejércio de los EE.UU., April Gallup, testigo presencial del suceso que dijo que no vio ni rastro del fuselaje tras el impacto. Esta testigo afirmó que según ella el ataque se llevó a cabo con una bomba o con un misil, coincidiendo así con la versión de Meyssan que Gámez calificó de "conspiranoica". Gallup lo cuenta todo en este vídeo:



"I didn't see any evidence of metals, airplane seats,
luggage... nothing that would give me any
indication
that it was a plane that had hit the building"
(...)
"The official story it has been fabricated pretty much"

[Traducción: "No vi ninguna evidencia de metales, asientos
de avión, maletas... nada que me indicara que era un
avión lo que había impactado contra el edificio (...)
La historia oficial ha sido totalmente inventada"]



Gallup, por cierto, acusó a un alto cargo del ejército americano, el General de las Fuerzas Aéreas Richard Myers, de haber desactivado las defensas terrestres y aéreas del Pentágono.

Pero lo jugoso de verdad de su blog son las contestaciones de parte de sus lectores (excluyo, por supuesto, a sus crédulos adeptos) que no se dejan embaucar por el escepticismo selectivo de Gámez. Tomo como ejemplo lo que escribe un internauta que firma con el nombre de Kurt:

"Ejemplo muy reciente de conspiración que no prosperó:

La toma momentánea de la Plaza Verde de Trípoli, capital de Libia, por parte de los llamados rebeldes libios.

Las imágenes fueron transmitidas por la cadena de televisión qatarí Al Jazeera y retransmitidas posteriormente por las cadenas de televisión de muchos países. También muchos medios de comunicación escritos de todo el mundo se hicieron eco de la noticia.

Periodistas de Russia Today, un medio de comunicación ruso, denunciaron que se trataba de una farsa. Se había creado un decorado similar a la Plaza Verde de Trípoli y se habían contratado a actores y extras para que escenificaran la toma de la plaza. Incluso un actor desempeñaba el papel de uno de los hijos de Gadafi apresado por los rebeldes.

Tras esta denuncia, un portavoz del CNT de Libia (rebeldes), reconoció públicamente el montaje y lo justificó alegando que la retransmisión de los vídeos por cadenas de televisión de todo el mundo habían precipitado el reconocimiento por parte de numerosos países del Consejo de Transición de Libia (CNT) como legítimo representante del Libia. Así, tal cual, como si eso justificara el engaño.

A día de hoy y por lo que yo sé, ninguno de los medios de comunicación escritos de España que se hicieron eco de la falsa noticia ha rectificado ni pedido disculpas a sus lectores. Tampoco tengo conocimiento de que la cadena de televisión Al Jazzera haya hecho nada parecido. Carezco asimismo de conocimiento de que alguna de las cadenas de televisión que retransmitieron las imágenenes de la noticia sin confirmación previa de su autenticidad hayan rectificado o pedido disculpas a sus televidentes.

Recordemos que estamos hablando de crear una noticia falsa y difundirla como auténtica. Y que implicaba nada menos que montar un decorado (como en una película, vamos) que imitase la Plaza Verde de Trípoli y contratar a actores profesionales, aleccionándolos para que representasen una escena, extras como figurantes, ocuparse del "atrezzo", etc.

Imaginemos ahora que nadie levanta la liebre a tiempo, como sí hicieron en este caso los periodistas de Russia Today, y la noticia cuela. Y meses más tarde hay quienes, por las razones que fueran, notan algo raro y empiezan a plantear cuestiones con respecto a las imágenes que se transmitieron y las noticias que se publicaron en relación con la toma momentánea de la Plaza Verde de Trípoli por parte de los llamados rebeldes libios. Tienen que partir de cero y nadar contracorriente, luchando contra los prejuicios de muchísima gente que considera que ha sido la REALIDAD lo que sus ojos han contemplado a través de sus televisores y les han descrito los medios de comunicación. También tendrán que luchar contra grupos muy poderosos y con infinidad de recursos para defender sus intereses, y a quienes quizás convenga que en ese momento se mantenga la versión oficial de la historia. No cabe ninguna duda al respecto de que dichos grupos utilizarán los recursos de los que disponen para intentar desacreditar a quienes se atreviesen a contradecir y/o cuestionar la versión oficial de la historia.

Es más que probable que quienes osaran cuestionar la versión oficial fuesen calificados de conspiranoicos por multitud de personas y medios de comunicación, incluso por gente bienintencionada. Y, en caso de que el fraude no quedase al descubierto de manera irrefutable, cargar con el sambenito de ser un conspiranoico el resto de sus vidas.

Es de suponer que nadie discutirá el hecho de que conspiranoico es un calificativo peyorativo. Un término empleado para descalificar a las personas de antemano y sin remisión posible. Es de suponer también que nadie discutirá el hecho de que todas las connotaciones que se asocian comunmente al término conspiranoico tienen carácter despectivo y/o degradante para la persona destinataria de tal calificativo.

No pretendo con este comentario defender ninguna teoría conspirativa en particular, sino, y creo que no es poco, demostrar que las conspiraciones existen y que en el siglo XXI llevan aparejadas ineludiblemente componentes mediáticos mucho más complejos y sofisticados que conspiraciones de épocas anteriores."

Exacto. Se puede decir más alto pero no más claro. El asunto de la toma de la falsa Plaza Verde de Trípoli a manos de falsos "rebeldes" libios ya lo denunciamos en este blog. ¿Y qué dijo el gran periodista escéptico al respecto de semejante engañabobos, bastante más peligroso en sus consecuencias (pues sirve para justificar la criminal intervención de la OTAN) que el monstruo del lago Ness o las caras de Bélmez?. Nada, absolutamente nada. En esta ocasión no sacó a relucir su exquisito escepticismo de salón porque él es parte de esa máquina de fabricar mentiras que son los mass media.

Decir que los que estamos en desacuerdo con la versión oficial somos "conspiranoicos" es de por sí un insulto pero decir que nuestra actitud "es igual de despreciable que la de George W. Bush y quienes defendieron que el Irak de Sadam Hussein disponía de armas de destrucción masiva" eso ya es intolerable. Además ¿no suscribieron la falsa tesis de Bush sus colegas periodistas y jefes del derechista grupo mediático Vocento (ABC y el Correo, donde escribe Gámez)? ¿Por qué no les abronca a ellos? Y por si fuera poco, el interfecto acusa a quien no piensa como él de "mentir a cambio de dinero". ¿Por qué no confiesa que en el fondo siente un amor inconfesable hacia los grandes poderes mundiales que al fin que al cabo son los que financian los media para los que él trabaja?

Cierro el texto con una cita de otro lector díscolo pues yo llego a la misma conclusión que él (o ella) tras comprobar las malas artes de este plumífero manipulador y adulador del poder:

"Supongo que ya has solventado el tema para tus adeptos, pero para mi sólo has demostrado la poca verguenza que tienes."

Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo.

lunes, 12 de septiembre de 2011

LA OPERACIÓN NORTHWOODS, PRECEDENTE DEL 11-S

[Los inverosímiles sucesos de los que nos informaron los media aquel 11 de septiembre de 2011 tuvieron un claro precedente en la Operación Northwoods, que incluía una campaña de terrorismo contra la población civil norteamericana orquestada por su propio gobierno, que culparía a Cuba y así recabaría apoyo popular para una eventual agresión bélica contra la isla. Entre los actos de terrorismo planeados estaban autoatentados usando aviones comerciales. Afortunadamente el plan nunca llegó a llevarse a efecto. Y por cierto, quien crea que (como predican los medios y sus adláteres) esto es pura conspiranoia debería tener en cuenta que los datos que expongo a continuación están a disposición de todo el mundo en Wikipedia, donde está todo debidamente acreditado mediante fuentes solventes, entre otras, documentos desclasificados de los mismísimos servicios secretos norteamericanos.]


Extraído de Wikipedia, la enciclopedia libre



La Operación Northwoods (Operation Northwoods) fue un plan del Ejército estadounidense de 1962 que pretendía generar apoyo del pueblo estadounidense para una acción militar contra la Cuba de Fidel Castro, dentro de la más amplia Operación Mangosta (Operation Mongoose), que era una iniciativa general contra Castro. El plan, que no fue llevado a cabo, requería varias operaciones encubiertas incluyendo actos de terrorismo de Estado real y simulados (como secuestros de aviones) en territorio estadounidense y cubano. Este plan fue propuesto por altos cargos del Ministerio de Defensa (Department of Defense) estadounidense, entre ellos, el Presidente de la Junta de Jefes del Estado Mayor, Lyman Louis Lemnitzer. El Presidente de Estados Unidos en aquella fecha era John F. Kennedy.

Creación y publicación del documento

La propuesta fue presentada en un documento bajo el título Justificación para Intervención Militar Estadounidense en Cuba, una colección de memorandos y borradores escritos por el Ministerio de Defensa (Department of Defense, DOD) y la Junta de Jefes del Estado Mayor (Joint Chiefs of Staff, JCS) representando al Caribbean Survey Group (Grupo de Investigación del Caribe). El documento fue remitido por la Junta al Secretario de Defensa Robert McNamara el 13 de Marzo de 1962 con un párrafo aprobado, como presentación preliminar con propósitos de planificación.

Este documento, previamente clasificado como secreto, fue hecho público originalmente el 18 de noviembre de 1997 por la John F. Kennedy Assassination Records Review Board, una agencia federal de EEUU que supervisa la publicación de documentos gubernamentales relacionados con el asesinato de John F. Kennedy. Un total de 1500 páginas de documentos militares, secretos en su día, fueron desclasificados por dicha agencia federal.

El "Apéndice al Documento Adjunto A" y el "Anexo al Apéndice al Documento Adjunto A" del documento Northwoods fueron primero publicados online por el Archivo de Seguridad Nacional el 6 de noviembre de 1988 en una operación conjunta con CNN, como parte de una serie de documentales sobre la guerra fría y, en concreto, como documentación para un episodio sobre Cuba que se emitió el 29 de noviembre de 1998. Este anexo es la sección del documento que contiene propuestas para crear ataques terroristas.

El documento completo fue publicado online de una forma más completa por el Archivo de Seguridad Nacional el 30 de abril del 2001.


Memorandum Northwoods


Contenido del documento


Como respuesta a una solicitud de pretextos para una intervención militar por parte del Jefe de Operaciones del Proyecto Cuba (Coronel Edward Lansdale), el documento lista métodos (que en algunos casos esbozan planes) que el autor pensó que cosecharían apoyo público e internacional para la intervención en Cuba. Estos eran ataques preparados para aparentar ser de origen cubano, con pérdida de vidas humanas en algunos de ellos. Era fundamental para el plan el uso de "cubanos amistosos": exiliados cubanos que pretendían derrocar a Fidel Castro.

Las sugerencias incluían:

* Lanzar rumores sobre Cuba empleando radios clandestinas.
* Iniciar ataques simulados, sabotajes y disturbios en la Base Naval de la Bahía de Guantánamo y culpar a las fuerzas cubanas.
* Bombardear y hundir un navío americano en la base de Guantánamo, similar al incidente con el USS Maine en La Habana en 1898 que provocó la guerra con España, o destruir aeronaves americanas y culpar a Cuba (la primera sugerencia del documento respecto al hundimiento de un navío era destruir un barco tripulado y por tanto resultaría en la muerte de miembros de la Marina, y existía una segunda en la que se emplearían barcos no tripulados y se simularían los entierros).
* El acoso de vuelos civiles, ataques a transportes de tierra y destrucción de aviones falsos americanos por aeronaves de tipo MIG serían útiles como acciones complementarias.
* Destruir un aparato no tripulado, haciéndolo pasar por avión comercial lleno supuestamente de "estudiantes universitarios en viaje de vacaciones". Esta propuesta fue una de las apoyadas por la Junta de Jefes del Estado Mayor.
* Orquestar una "campaña de terrorismo", que incluía el hundimiento "real o simulado" de refugiados cubanos.
* "Podríamos desarrollar una campaña terrorista de la Cuba Comunista en el área de Miami, en otras ciudades de Florida e incluso en Washington. La campaña iría dirigida contra refugiados cubanos en busca de asilo en Estados Unidos. Podríamos hundir una barcaza de cubanos en ruta a Florida (real o simulada). Podríamos fomentar atentados contra refugiados cubanos incluso hasta el extremo de herirlos en ocasiones que fueran a ser ampliamente publicitadas."
* Arrasar cosechas arrojando dispositivos incendiarios en Haití, República Dominicana u otros lugares.

James Bamford resumía la Operación Northwoods en su libro Body of Secrets del siguiente modo:

"La Operación Northwoods, que tenía el visto bueno por escrito del Presidente (Lyman Lemnitzer, Presidente de la Junta de Jefes del Estado Mayor) y cada uno de los miembros de la Junta de Jefes del Estado Mayor, requería tirotear a gente inocente en calles americanas; que fueran hundidos en alta mar barcos que transportaban refugiados cubanos; una violenta ola de terrorismo lanzada sobre Washington DC, Miami y otros lugares. Se incriminaría a personas por ataques con bombas que no habrían cometido; se secuestrarían aviones. Empleando pruebas falsas, todo ello se atribuiría a Castro, dando de este modo a Lemnitzer y su cuadrilla la excusa y también el apoyo público e internacional que necesitaban para declarar la guerra."

Propuestas relacionadas en la Operación Mangosta

Además de la Operación Northwoods, bajo el programa Operación Mangosta el Departamento de Defensa norteamericano tenía varias propuestas similares para llevar a cabo contra el régimen cubano de Fidel Castro.

Doce de estas propuestas provienen de un memorando fechado el 2 de febrero de 1962 titulado "Posibles Acciones para Provocar, Hostigar o Perturbar Cuba", escrito por el General de Brigada William H. Craig y remitido al General de Brigada Edward Lansdale, responsable del proyecto Operación Mangosta (El Proyecto Cubano).

El memorando esboza la Operación Bingo, un plan para, según sus propias palabras, "crear un incidente cuya apariencia sea la de un ataque en la Base de Guantánamo, proporcionando de este modo una excusa para el empleo del poder militar estadounidense para derrocar el gobierno actual de Cuba."

Incluye también la Operación Dirty Trick (truco sucio), un plan para culpar a Castro si el Proyecto Mercury de vuelo espacial tripulado que llevaba a John Glenn se estrellase, diciendo que "el objetivo es proporcionar pruebas irrefutables de que, en caso de que el vuelo orbital tripulado Mercury fallase, la culpa reside en los comunistas y en Cuba [sic]." Y continúa, "Esto se conseguiría fabricando varios fragmentos de pruebas que probasen interferencias electrónicas por parte de los cubanos."

Después incluso de que el General Lemnitzer perdiera su puesto como Presidente de la Junta de Jefes del Estado Mayor, la Junta siguió planeando operaciones como pretextos hasta al menos 1963. Un artículo diferente del Ministerio de Defensa creado en 1963 (sobre el que informó Associated Press el 29 de enero de 1998 y más tarde el periodista James Bamford en su libro Body of Secrets, publicado el 24 de abril de 2001) discutía un plan para hacer creer que Cuba había atacado un miembro de la Organización de Estados Americanos (OEA) para que los Estados Unidos pudieran contraatacar. El documento del Pentágono dice de una de estas posibilidades, "Un ataque artificial cubano en un país miembro de la OEA podría montarse, y el estado atacado podría ser instado a tomar medidas de auto defensa y solicitar ayuda de Estados Unidos y la OEA." El plan expresaba confianza en que, mediante esta acción, "los Estados Unidos podrían obtener el apoyo necesario de los dos tercios de los miembros de la OEA para una acción colectiva contra Cuba."

Entre las naciones que la Junta de Jefes de Estado sugería como objetivos para los ataques secretos estaban: Jamaica y la República de Trinidad y Tobago. Como ambos eran miembros también de la Commonwealth británica la Junta esperaba que, atacándolos en secreto e incriminando falsamente a Cuba, Estados Unidos podría incitar al pueblo del Reino Unido a que apoyasen una guerra contra la Cuba de Fidel Castro. Tal y como un informe del Pentágono señalaba, "Cualquiera de las situaciones artificiales descritas anteriormente son inherente y extremadamente arriesgadas en nuestro sistema democrático en el que mantener la seguridad, de hecho, es muy difícil. Si se tomase la decisión de montar una situación artificial, debería ser una en la que la participación de personal estadounidense se limitase solo al personal secreto de la más alta confianza. Esto sugiere la inviabilidad de utilizar unidades militares para cualquier aspecto de la situación artificial."

El informe del Pentágono incluso sugería pagar de forma secreta a una persona en el gobierno de Castro para que atacara los Estados Unidos: "La única área que queda por considerar sería entonces sobornar a algún comandante subordinado de Castro para iniciar un ataque en [la base de] Guantánamo."

Reacciones

Se ha informado que John F. Kennedy rechazó personalmente la propuesta Northwoods, pero no existe registro oficial de esto. La propuesta fue remitida para su aprobación al Secretario de Defensa Robert McNamara, pero no se implementó. El Presidente Kennedy destituyó al General Lemnitzer como Presidente de la Junta de Jefes del Estado Mayor poco tiempo después, aunque se convirtió en el Comandante Supremo Aliado de la OTAN en enero de 1963.

La presión que continuó contra el gobierno cubano por parte de elementos internos de la inteligencia y el ejército estadounidenses (como la fallida Invasión de Bahía de Cochinos), el Proyecto Cubano, etc.) provocaron que el Presidente Kennedy intentase controlar el floreciente sentimiento de línea dura anticomunista que pretendía agresiones proactivas contra los movimientos comunistas por todo el mundo. Después de la invasión en Bahía de Cochinos, Kennedy despidió al entonces Director de la CIA Allen W. Dulles, al Subdirector Charles P. Cabell y también al Subdirector Richard Bissell, y dirigió su atención a Vietnam.

Kennedy también tomó medidas para llevar disciplina a las operaciones de Guerra Fría y acciones paramilitares de la CIA, haciendo un borrador de directiva presidencial que requeriría un cambio en las operaciones respecto a la Guerra Fría en la Junta de Jefes del Estado Mayor y el Pentágono, así como un cambio radical en el papel de la CIA para que se ocupara exclusivamente de la recolección de inteligencia.


domingo, 11 de septiembre de 2011

115 MENTIRAS SOBRE LOS ATENTADOS DEL 11 DE SEPTIEMBRE

David Ray Griffin
Red Voltaire, 04/11/2006

Sigue sin haber una versión oficial sobre los atentados del 11 de septiembre de 2001. No se ha abierto investigación judicial alguna sobre los propios atentados ni la menor investigación parlamentaria. No hay más que una versión gubernamental recogida en un informe presentado por una comisión presidencial. El profesor David Ray Griffin, autor de una obra de referencia en la que estudia ese informe, encontró en ese texto 115 mentiras aquí enumeradas.

Para cada mentira nos referiremos a los análisis que hace el profesor David Ray Griffin en su obra Omisiones y manipulaciones de la Comisión Investigadora. Las cifras que aparecen entre paréntesis se refieren a las páginas de la edición original estadounidense de ese libro.


Derrumbe del edificio n°7 del World Trade Center.
Este edificio no fue impactado por ningún avión
y su derrumbe presenta las características de una
demolición controlada. La comisión investigadora
ni siquiera abordó el tema.



1. Omisión de la prueba de que por lo menos 6 de los supuestos secuestradores aéreos (entre ellos Waled al-Shehri, acusado por la Comisión de haber apuñaleado a una azafata del vuelo UA11 antes del choque del avión contra la torre norte del World Trade Center) están vivos actualmente (19-20).

2. Omisión de pruebas sobre Mohamed Atta (como su pronunciada inclinación por la bebida, por la carne de puerco y las exhibiciones eróticas privadas o lap dances) que contradicen las afirmaciones de la Comisión de que Atta se había convertido en un fanático religioso (20-21).

3. Confusión voluntariamente creada alrededor de las pruebas que demuestran que Hani Hanjur era tan mal piloto que nunca hubiera sido capaz de lograr estrellar un avión de pasajeros contra el Pentágono (21-22).

4. Omisión del hecho que las listas de pasajeros (flight manifests) que se hicieron públicas no contenían ningún nombre árabe (23).

5. Omisión del hecho que nunca, ni antes ni después del 11 de septiembre, se ha visto que un incendio haya provocado el desplome total de un edificio con estructura de acero (25).

6. Omisión del hecho que los incendios de las Torres Gemelas no fueron ni extremadamente extensos ni especialmente intensos y que ni siquiera duraron mucho tiempo comparados con otros incendios ocurridos en rascacielos (con estructuras) similares sin que estos últimos se desplomaran (25-26).

7. Omisión del hecho que, dada la hipótesis que el incendio provocó los derrumbes, la torre sur, que fue golpeada después que la torre norte y afectada por un incendio de menor intensidad, no debería haber sido la primera en desplomarse (26).

8. Omisión del hecho que el edificio n°7 del World Trade Center (contra el cual no se estrelló ningún avión y que sólo sufrió pequeños incendios muy localizados) también se desplomó, hecho sobre el cual la Agencia Federal para el Manejo de Situaciones de Emergencia (FEMA) confesó que no podía ofrecer ninguna explicación (26).

9. Omisión del hecho que el derrumbe de las Torres Gemelas (y el del edificio n°7) presenta al menos 10 características de haber sido producto de una demolición controlada (26-27).

10. Afirmación según la cual el núcleo de la estructura de cada una de las Torres Gemelas era «un pozo de acero vacío», afirmación que niega la presencia de 47 columnas de acero macizo que eran en realidad el centro de cada torre. Según la teoría del «apilamiento de pisos» (the «pancake theory») que explica los derrumbes, varias decenas de metros de esas columnas de acero macizo debieran haber quedado en pie (27-28).

11. Omisión de la declaración de Larry Silverstein [el propietario del WTC], declaración según la cual el propio Silverstein en coordinación con los bomberos decidió «demoler» –en lenguaje técnico (to «pull»)– el edificio n°7 (28).

12. Omisión del hecho que el acero de los edificios del WTC fue rápidamente recogido del lugar de los hechos y enviado al extranjero por vía marítima ANTES de que pudiera ser analizado en busca de huellas de explosivos (30).

13. Omisión del hecho que el edificio n°7 había sido evacuado antes de su derrumbe, lo implica que la razón que se dio oficialmente para acelerar lo más posible la recogida del acero [en aquel lugar] (porque podía haber sobrevivientes bajo los escombros) no tenía ningún sentido en el caso de este edificio (30).

14. Omisión de la declaración del alcalde R. Giuliani quien dijo que se le advirtió de antemano que el WTC iba a derrumbarse (30-31).

15. Omisión del hecho que Marvin Bush, hermano del presidente estadounidense, y su primo Wirt Walker III eran los directores de la compañía encargada de garantizar la seguridad del WTC (31-32).

16. Omisión del hecho que el ala oeste del Pentágono, [la misma que fue impactada el 11 de septiembre], era precisamente, por diversas razones, la que menos posibilidades tenía de ser blanco de los terroristas de al-Qaeda (33-34).

17. Omisión de toda discusión tendiente a determinar si los daños que sufrió el Pentágono correspondían realmente con los daños que podría haber provocado el impacto de un Boeing 757 desplazándose a varios cientos de kilómetros por hora (34).

18. Omisión del hecho que existen fotos que demuestran que la fachada del ala oeste no se derrumbó hasta 30 minutos después del impacto y que el orificio de entrada es demasiado pequeño para el diámetro de un Boeing 757 (34).

19. Omisión de todo testimonio contradictorio sobre la presencia o la ausencia de pedazos visibles de un Boeing 757, ya sea dentro o fuera del Pentágono (34-36).

20. Ausencia total de discusión tendiente a determinar si el Pentágono disponía de un sistema de defensa antimisiles capaz de derribar un avión de pasajeros, aún cuando la Comisión sugirió que los terroristas de al-Qaeda decidieron no atacar una central nuclear precisamente porque pensaron que esta dispondría de ese tipo de defensa (36).

21. Omisión del hecho que las imágenes provenientes de diferentes cámaras (incluyendo las de la gasolinera que se encuentra frente al Pentágono, confiscadas por el FBI inmediatamente después del impacto) podrían ayudar a determinar qué fue realmente lo que impactó el Pentágono (37-38).

22. Omisión de la alusión del secretario de Defensa D. Rumsfeld a «un misil [utilizado] para golpear [el Pentágono]» (39).

23. Aprobación aparente de la respuesta, totalmente insatisfactoria, a la pregunta tendiente a saber por qué los agentes del Servicio Secreto permitieron que el presidente Bush permaneciera en la escuela de Sarasota cuando, según la versión oficial, deberían haber pensado que un avión secuestrado podía tener esa misma escuela como blanco (41-44).

24. Fracaso en explicar por qué el Servicio Secreto no pidió una escolta de aviones de caza para [el avión presidencial] Air Force One (43-46).

25. Afirmaciones según las cuales en el momento en que el cortejo presidencial llegó a la escuela [de Sarasota], ninguno de los asistentes sabía que varios aviones habían sido secuestrados (47-48).

26. Omisión del informe según el cual el secretario de Justicia John Ashcroft había recibido una advertencia para que dejara de viajar en líneas aéreas comerciales antes del 11 de septiembre (50).

27. Omisión de la afirmación de David Schippers de que, basándose en informaciones provenientes de agentes del FBI sobre posibles ataques en el sur de Manhattan, él había tratado infructuosamente de transmitir dicha información al secretario de Justicia John Ashcroft durante las 6 semanas anteriores al 11 de septiembre (51).

28. Omisión de toda mención sobre el hecho que agentes del FBI afirmaron tener conocimiento de los blancos y fechas de los ataques [terroristas] mucho antes de los hechos (51-52).

29. Afirmación, mediante una refutación circular que da la cuestión por resuelta, de que el desacostumbrado volumen de compras de acciones en baja antes del 11 de septiembre no implica que los compradores supieran de antemano que los ataques iban a producirse (52-57).

30. Omisión de los informes según los cuales el alcalde [de San Francisco] Willie Brown y ciertos responsables del Pentágono fueron advertidos de que no debían tomar el avión del 11 de septiembre (57).

31. Omisión del informe según el cual Osama ben Laden, que ya en aquel entonces era el criminal más buscado por Estados Unidos, fue atendido en julio de 2001 por un doctor estadounidense en el hospital estadounidense de Dubai y que recibió allí la visita de un agente local de la CIA (59).

32. Omisión de los artículos que sugieren que, después del 11 de septiembre, el ejército estadounidense permitió deliberadamente la fuga de Osama ben Laden (60).

33. Omisión de informes, entre ellos el que reportaba la visita del jefe de los servicios de inteligencia de Arabia Saudita a Osama ben Laden en el hospital de Dubai, que entran en contradicción con la versión oficial de que la familia de Ben Laden y su país han renegado de este (60-61).

34. Omisión del resumen de Gerald Posner sobre el testimonio de Abu Zubaydah, según el cual tres miembros de la familia real saudita (que murieron los tres misteriosamente con sólo 8 días de intervalo) estaban financiando a al-Qaeda y conocían de antemano la realización de los ataques del 11 de septiembre (61-65).

35. Desmentido de la Comisión sobre el descubrimiento de una prueba del financiamiento de los sauditas a al-Qaeda (65-68).

36. Desmentido de la Comisión sobre el descubrimiento de una prueba que demuestra que dinero perteneciente a la esposa del príncipe Bandar, la princesa Haifa, fue entregado a agentes de al-Qaeda (69-70).

37. Desmentido, que simplemente ignoró la diferencia existente entre vuelos privados y vuelos comerciales, sobre el hecho que el vuelo privado en el que varios sauditas viajaron el 13 de septiembre desde Tampa hasta Lexington violó los reglamentos sobre el espacio aéreo establecidos en aquella fecha (71-76).

38. Desmentido sobre la autorización extendida a varios sauditas para que salieran del territorio de Estados Unidos poco después del 11 de septiembre sin que esas personas fuesen sometidas a una investigación apropiada (76-82).

39. Omisión de la prueba que demuestra que el príncipe Bandar obtuvo una autorización especial de la Casa Blanca para los vuelos de los sauditas (82-86).

40. Omisión de la afirmación de Coleen Rowley según la cual responsables del Cuartel General del FBI habían visto el memo de Phoenix del agente Kenneth Williams (89-90).

41. Omisión del hecho que el agente del FBI en Chicago Robert Wright afirma que el Cuartel General del FBI cerró su investigación sobre una célula terrorista y trató posteriormente de intimidarlo para impedir que publicara un libro en el que relata sus experiencias (91).

42. Omisión de la prueba que demuestra que el Cuartel General del FBI saboteó el intento de Coleen Rowley y de otros agentes [del FBI] de Minneapolis de obtener una orden de búsqueda para conseguir la computadora de Zacarias Moussaoui (91-94).

43. Omisión de las tres horas y media de testimonio que prestó ante la Comisión la ex traductora del FBI Sibel Edmonds que, según una carta que ella misma hizo pública y que dirigió al presidente [de la Comisión] Kean, revelaba serias disimulaciones por parte de responsables del FBI en relación con el 11 de septiembre y dentro del propio Cuartel General del FBI (94-101).

44. Omisión del hecho que el general Mahmud Ahmad, jefe del ISI [los Servicios de Inteligencia pakistaníes], se encontraba en Washington una semana antes del 11 de septiembre y que se reunió allí con el director de la CIA, George Tenet, así como con otros altos responsables estadounidenses (103-04).

45. Omisión de la prueba que demuestra que Ahmad, el jefe del ISI [los Servicios de Inteligencia pakistaníes] ordenó el envío de 100 000 dólares a Mohamed Atta antes del 11 de septiembre (104-07).

46. Afirmación de la Comisión de que no encontró prueba alguna de que algún gobierno extranjero, incluyendo al de Pakistán, haya financiado a agentes de al-Qaeda (106).

47. Omisión del informe según el cual la administración Bush presionó a Pakistán para que Ahmad fuese destituido de su cargo de jefe del ISI después de la divulgación de la información que revelaba que este había ordenado el envío de dinero del ISI a Mohamed Atta (107-09).

48. Omisión de la prueba que el ISI (y no sólo al-Qaeda) se encontraba detrás del asesinato de Ahmad Shah Massud (el comandante de la Alianza del Norte en Afganistán) que se produjo precisamente después de un encuentro que duró una semana entre responsables de la CIA y del ISI (110-112).

49. Omisión de la prueba que demuestra que el ISI está implicado en el secuestro y posterior asesinato de Daniel Pearl, periodista del Wall Street Journal (113).

50. Omisión del informe de Gerald Posner según el cual Abu Zubaydah afirmó que un oficial militar pakistaní, Mushaf Ali Mir, que mantenía estrechos vínculos con el ISI y con al-Qaeda sabía de antemano de los ataques del 11 de septiembre (114).



Este vídeo muestra alguna de estas 115 mentiras.


51. Omisión de la predicción que hizo, en 1999, Rajaa Gulum Abbas, agente del ISI, de que las Torres Gemelas «se derrumbarían» (114).


52. Omisión del hecho que el presidente Bush y otros miembros de su administración se refirieron repetidamente a los ataques del 11 de septiembre como «oportunidades» (116-17).

53. Omisión del hecho que el Proyecto para el Nuevo Siglo Americano («The Project for the New American Century»), muchos de cuyos miembros se convirtieron en figuras claves de la administración Bush, publicó en el año 2000 un documento que decía que un «nuevo Pearl Harbour» ayudaría a conseguir fondos para una rápida transformación tecnológica del aparato militar estadounidense (117-18).

54. Omisión del hecho que Donald Rumsfeld, quien fue presidente de la comisión del US Space Command y había recomendado aumentar el presupuesto destinado a este, se valió de los ataques del 11 de septiembre, en la tarde de ese mismo día, para garantizar esos fondos (119-22).

55. No se mencionó que las tres personas responsables del fracaso de los esfuerzos por prevenir los ataques del 11 de septiembre (el secretario de Defensa Donald Rumsfeld, el general Richard Myers y el general Ralph Eberhart) eran también los tres principales promotores del US Space Command (122).

56. Omisión del hecho que Unocal había declarado que los talibanes no podían garantizar la seguridad adecuada para emprender la construcción de sus pipelines (para petróleo y gas) a partir de la cuenca del Caspio y a través de Afganistán y Pakistán (122-25).

57. Omisión del informe según el cual representantes de Estados Unidos dijeron durante un encuentro, en julio de 2001, que ya que los talibanes rechazaban su proposición de construir un oleoducto, una guerra contra ellos comenzaría en octubre (125-26).

58. Omisión del hecho que en su libro, publicado en 1997, Zbigniew Brzezinski escribía ya que para que Estados Unidos pueda mantener su predominio global es necesario que ese país controle el Asia central, con sus vastos recursos petrolíferos, y que un nuevo Pearl Harbour sería útil para obtener el apoyo de la opinión pública estadounidense a esos designios imperiales (127-28).

59. Omisión del hecho que miembros claves de la administración Bush, entre ellos Donald Rumsfeld y su delegado Paul Wolfowitz, se esforzaron durante muchos años por desatar una nueva guerra contra Irak (129-33).

60. Omisión de los apuntes de las conversaciones de Donald Rumsfeld correspondientes al 11 de septiembre que demuestran que este estaba decidido a utilizar los ataques como pretexto para desatar una guerra contra Irak (131-32).

61. Omisión de la declaración que aparece en el Proyecto para un Nuevo Siglo Americano, según la cual «la necesidad de una fuerte presencia estadounidense en el Golfo va más allá del tema del régimen de Sadam Husein» (133-34).

62. Afirmación según la cual el protocolo de la FAA (Federal Aviation Agency) sobre lo sucedido el 11 de septiembre requería un largo proceso de aplicación que tenía que pasar por varias etapas de la cadena de mando cuando el propio Informe Oficial [de la Comisión] cita pruebas de lo contrario (158).

63. Afirmación según la cual en aquellos días sólo dos bases de la fuerza aérea estadounidense del sector noreste del NORAD (North American Aerospace Defense Command o Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte) mantenían cazas en alerta y, en particular, que no había aviones de combate en alerta en las bases de McGuire y de Andrews (159-162).

64. Omisión del hecho que la base Andrews de la fuerza aérea estadounidense tenía varios aviones de caza en alerta permanente (162-64).

65. Aceptación de la doble afirmación según la cual el coronel Marr, del NEADS (North East Air Defense Sector), tenía que comunicarse telefónicamente con un superior para que este lo autorizara a enviar aviones de caza desde [la base] de Otis y que necesitó 8 minutos para realizar esa llamada (165-66).

66. Aprobación de la afirmación según la cual la pérdida de la señal del transpondedor de un avión hace prácticamente imposible la localización de la nave por los radares militares estadounidenses (166-67).

67. Afirmación según la cual la intercepción de Stewart Payne no demostró que el tiempo de respuesta del NORAD en el caso del vuelo AA11 fue extraordinariamente lento (167-69).

68. Afirmación según la cual los cazas de la base de Otis se mantuvieron en tierra durante 7 minutos después de haber recibido la orden de despegue porque no sabían adónde volar (174-75).

69. Afirmación según la cual las fuerzas armadas estadounidenses no sabían del desvío del vuelo UA175 hasta las 9h30, momento exacto en que este vuelo se estrelló contra la torre sur del WTC (181-82).

70. Omisión de toda explicación sobre (a) la razón por la cual un informe anterior del NORAD, según el cual la FAA notificó a los militares el desvío del vuelo UA175 a las 8h43, se considera ahora como falso y (b) cómo fue que ese informe, si era falso, pudo ser publicado y se mantuvo como válido durante cerca de 3 años (182).

71. Afirmación según la cual la FAA no estableció la teleconferencia sino a partir de las 9h20 de aquella mañana (183).

72. Omisión del hecho que un memo de Laura Brown, de la FAA, afirma que la teleconferencia se estableció sobre las 8h50 y que trató precisamente sobre el desvío del vuelo UA175 (183-84, 186).

73. Afirmación según la cual la teleconferencia del NMCC, (Centro de Mando Militar o National Military Command Center) no comenzó antes de las 9h29 (186-88).

74. Omisión, en la afirmación de la Comisión de que el vuelo AA77 no se desvió de su trayectoria antes de las 8h45, del hecho que la hora mencionada en informes anteriores fue las 8h46 (189-90).

75. Fracaso en mencionar que el anuncio de la caída de un jet en Kentucky, poco después del momento en que el vuelo AA77 desapareciera del radar de la FAA, fue tomada lo bastante en serio por los responsables de la FAA y de la unidad antiterrorista del FBI como para que estos la enviaran a la Casa Blanca (190).

76. Afirmación según la cual el vuelo AA77 voló durante cerca de 40 minutos por el espacio aéreo estadounidense en dirección a Washington sin ser detectado por los radares militares (191-92).

77. Fracaso en explicar, si el anterior informe del NORAD según el cual se le informó a este –a las 9h24– que la trayectoria del vuelo AA77 era «incorrecta», cómo fue que ese informe erróneo pudo salir a la luz, o sea que se trata de saber si los responsables del NORAD mintieron o si fueron «embaucados» durante cerca de tres años (192-93).

78. Afirmación según la cual los aviones de combate de Langley, que según dijera primeramente el NORAD fueron enviados a interceptar el vuelo AA77, fueron realmente desplegados como respuesta a un informe erróneo de un controlador (no identificado) de la FAA de las 9h21 de que el vuelo AA11 se encontraba aún en vuelo y que se dirigía hacia Washington (193-99).

79. Afirmación según la cual los militares no fueron contactados por la FAA sobre el probable secuestro del vuelo AA77 antes del impacto contra al Pentágono (204-12).

80. Afirmación de que Jane Garvey no se sumó a la videoconferencia de Richard Clarke hasta las 9h40, o sea después del impacto contra el Pentágono (210).

81. Afirmación de que ninguna de las teleconferencias logró coordinar la FAA y las respuestas de los militares a los secuestros porque «ninguna [de las mismas] incluía a los responsables adecuados en el seno de la FAA y del Departamento de Defensa », aunque Richard Clarke dice que su propia videoconferencia incluía a la directora de la FAA Jane Garvey, al secretario de Defensa Donald Rumsfeld y al general Richards Myers, jefe interino de las Fuerzas Armadas (211).

82. Afirmación de la Comisión según la cual esta no sabía qué miembros del Departamento de Defensa participaron en la videoconferencia con Richard Clarke cuando el propio Clarke afirma en su libro que se trataba de Donald Rumsfeld y del general Myers (211-212).

83. Aprobación de la afirmación del general Myers de que él se encontraba en el Capitolio durante los ataques sin mencionar el informe contradictorio de Richard Clarke, según el cual Myers estaba en el Pentágono y participó en la videoconferencia con Clarke (213-17).

84. Fracaso al mencionar la contradicción entre el testimonio de Clarke sobre los movimientos de Rumsfeld de aquella mañana y las declaraciones del propio Rumsfeld (217-19).

85. Omisión del testimonio del secretario de Transporte Norman Mineta ante la propia Comisión, testimonio según el cual el vicepresidente Cheney y las demás [personas presentes] en el refugio subterráneo habían sido advertidas a las 9h26 de que un avión se acercaba al Pentágono (220).

86. Afirmación según la cual los responsables del Pentágono no sabían que un avión se estuviera acercando a ellos antes de las 9h32, las 9h34 o las 9h36, o sea sólo minutos antes que el edificio fuera impactado (223).

87. Aceptación de dos versiones que se contradicen entre sí sobre el aparato que impactó el Pentágono: una que describe la ejecución de una espiral de 330 grados hacia abajo (un «picado a gran velocidad») y otra en la que no se menciona esa maniobra (222-23).

88. Afirmación según la cual los cazas provenientes de Langley, que supuestamente recibieron la orden de despegar rápidamente para proteger Washington del «vuelo fantasma AA11» no estaban en lo absoluto cerca de Washington porque fueron enviados hacia el océano por error (223-24).

89. Omisión de todas las pruebas que sugieren que lo que impactó el Pentágono no fue el vuelo AA77 (224-25).

90. Afirmación según la cual la FAA no informó a los militares sobre el desvío del vuelo UA93 antes de que este se estrellara (227-29, 232, 253).

91. Doble afirmación de que el NMCC no monitoreó la conferencia iniciada por la FAA y no pudo por consiguiente conectar a la FAA con la teleconferencia iniciada por el NMCC (230-31).

92. Omisión del hecho que el Servicio Secreto dispone de medios que le permiten tener conocimiento de todo lo que hace la FAA (233).

93. Omisión de toda investigación sobre las razones que llevaron al NMCC a comenzar su propia teleconferencia si, como dijo Laura Brown –de la FAA–, eso no forma parte del protocolo standard (234).

94. Omisión de toda investigación sobre por qué el general Montague Winfield no solamente fue reemplazado por un «bisoño» (a rookie), el capitán Leidig, como director de operaciones del NMCC sino que abandonó además el mando cuando estaba claro que el Pentágono se encontraba ante una crisis sin precedente (235-36).

95. Afirmación según la cual la FAA notificó (de forma errónea) al Servicio Secreto, entre las 10h10 y las 10h15, que el vuelo UA93 se encontraba todavía en vuelo y se dirigía hacia Washington (237).

96. Afirmación según la cual el vicepresidente Cheney no dio la autorización para disparar hasta las 10h10 (varios minutos después de la caída del vuelo UA93) y que esa autorización no fue transmitida a la fuerza aérea hasta las 10h31 (237-41).

97. Omisión de todas las pruebas que indican que el vuelo UA93 fue derribado por un avión militar (238-39, 252-53).

98. Afirmación según la cual [el zar del contraterrorismo] Richard Clarke no recibió el pedido de autorización de fuego hasta las 10h25 (240).

99. Omisión del testimonio del propio Clarke, que sugiere que este recibió el pedido de autorización de fuego hacia las 9h50 (240).


El nuevo Pearl Harbor, libro de
David Ray Griffin crítico
con las tesis oficiales
sobre el 11 S


100. Afirmación según la cual Cheney no bajó al refugio subterráneo del PEOC [o CPOU (siglas correspondientes a Centro Presidencial de Operaciones de Urgencia]) hasta las 9h58 (241-44).

101. Omisión de los múltiples testimonios, entre ellos los de Norman Mineta [secretario de Transporte] ante la propia Comisión, testimonios según los cuales el [vicepresidente] Cheney se encontraba en el CPOU antes de las 9h20 (241-44).

102. Afirmación según la cual la autorización para derribar un avión civil tenía que ser otorgada por el presidente (245).

103. Omisión de informes según los cuales el coronel Marr ordenó derribar el vuelo UA93 y el general Winfield indicó que él mismo y otros [oficiales] esperaban en el NMCC que un caza alcanzara el vuelo UA93 (252).

104. Omisión de informes que indican que había dos aviones de caza en el aire a varios kilómetros de New York y tres a sólo 320 kilómetros de Washington (251).

105. Omisión del hecho que había por lo menos 6 bases militares con cazas en estado de alerta en la región noreste de Estados Unidos (257-58).

106. Aprobación de la afirmación del general Myers de que el NORAD había definido su misión solamente en términos de defensa contra amenazas dirigidas [hacia Estados Unidos] desde el extranjero (258-62).

107. Aprobación de la afirmación del general Myers de que el NORAD no había previsto la posibilidad de que un grupo de terroristas pudiera utilizar aviones de pasajeros secuestrados como misiles (262-63).

108. Fracaso en poner en perspectiva la significación del hecho, presentado en el propio Informe, o en mencionar otros hechos que prueban que el NORAD sí había efectivamente previsto la amenaza que podía representar la posible utilización de aviones de pasajeros secuestrados como misiles (264-67).

109. Fracaso en explorar la implicaciones de la cuestión de saber cómo pudieron influir la maniobras militares («war games») programadas para aquel día en el fracaso de los militares en los intentos por interceptar los aviones de pasajeros secuestrados (268-69).

110. Fracaso en discutir la posibilidad que el desarrollo de la Operación Northwoods haya favorecido los ataques del 11 de septiembre (269-71).

111. Afirmación (presentada para explicar por qué los militares no recibieron la información sobre los aviones secuestrados con tiempo suficiente para lograr interceptarlos) según la cual el personal de la FAA falló inexplicablemente unas 16 veces en la aplicación de los procedimientos normales (155-56, 157, 179, 180, 181, 190, 191, 193, 194, 200, 202-03, 227, 237, 272-75).

112. Fracaso en mencionar que la proclamada independencia de la Comisión se vio fatalmente comprometida por el hecho que su director ejecutivo, Philip Zelikow, era prácticamente miembro de la administración Bush (7-9, 11-12, 282-84). (ndt: era colaborador cercano de Condoleeza Rice)

113. Fracaso en mencionar que la Casa Blanca trató primeramente de impedir la creación de la Comisión [Oficial de Investigación sobre los Ataques Terroristas del 11 de Septiembre] y que obstaculizó después el trabajo de esta, como lo hizo al asignarle un presupuesto extremadamente restringido (283-85). (ndt: Presupuesto estimado en 15 millones de dólares cuando el film de ficción «Vuelo 93» de Paul Greengrass costó 18 millones y «World Trade Centre» de Oliver Stone costó CUATRO VECES MÁS, o sea 60 millones de dólares. En lo tocante al primer punto, la creación de la Comisión no se produjo hasta después de 441 días de los ataques y el presidente Bush propuso que fuera presidida por Henry Kissinger… para luego retractarse ante las violentas críticas de la opinión pública contra esa proposición.)

114. Fracaso en mencionar que el presidente de la Comisión, la mayoría de los demás miembros de la Comisión, y por lo menos la mitad del personal de la misma tenía serios conflictos de intereses (285-90, 292-95).

115. Fracaso de la Comisión, la cual se vanagloriaba de que la presentación de su informe final había tenido lugar «sin disensión», en mencionar que esto fue posible únicamente porque Max Cleland, el miembro de la Comisión más crítico en cuanto a la actuación de la Casa Blanca –juró incluso «que no sería cómplice de un tratamiento parcializado de las informaciones»–, tuvo que renunciar a su puesto dentro de la Comisión para poder aceptar un cargo en el Banco Export-Import y que la Casa Blanca dio a conocer su nominación para ese cargo únicamente después que las críticas emitidas por Cleland se hicieron especialmente directas (290-291).

Terminaré precisando que concluí mi estudio del texto que he dado en llamar «el informe Kean-Zelikow» escribiendo lo siguiente: Finalmente, el Informe de la Comisión Investigadora sobre el 11 de septiembre, lejos de evacuar mis dudas en cuanto a una complicidad oficial, no hizo más que confirmarlas. ¿Qué podría llevar a los responsables encargados de la redacción de ese informe final a montar una superchería de tanta envergadura si no el intento de enmascarar enormes crímenes? (291).