lunes, 23 de marzo de 2020

ANTONIO G. FERRERAS, LA "CARGA VIRAL" Y LAS FAKE NEWS



Hoy mismo en el programa de la Sexta Al Rojo Vivo el ínclito periodista Antonio G. Ferreras cuando hablaba del trabajo desarrollado por los militares de la UME higienizando las residencias de ancianos ha precisado que (¡ojo a la expresión entrecomillada!) los militares se enfrentan dentro de estas residencias a una gran "carga viral". Para ser tan beligerante contra los bulos, los rumores y las fake news que circulan por ahí en estos terribles tiempos de pandemia, Ferreras tendría que ser un poco más escrupuloso con el léxico que utiliza y si no sabe qué significa una expresión abstenerse de usarla. Y es que resulta que la "carga viral" (según Wikipedia, sin ir más lejos) es "la cantidad de partículas virales en los fluidos corporales", como, por ejemplo, la sangre. Una mesa, una silla o una lámpara de una residencia de mayores no tienen "carga viral" porque son entes inertes. Tiene gracia que Ferreras y su señora Ana Pastor se autoproclamen fuentes autorizadas de toda información frente a las fake news de la redes sociales o de Internet cuando ni siquiera saben lo que están diciendo... Claro que "carga viral" queda de un apocalítico y capta de tal manera la atención del sobreexcitado telespectador que para qué vamos a consultar el diccionario. Todo sea por la cuota de audiencia. Al fin y al cabo el periodismo no es más que un negocio.

Más inquietante fue lo que Juan Cruz, periodista del grupo PRISA y próximo a la dirección de El País, dijo escasos minutos después en TVE 1, a saber, que los bulos, son "mentiras" (por si alguien no se había enterado) y que la "mentira" es "pecado", un "pecado mortal", "como nos enseñaban en la escuela" (se refiere a la franquista, claro está.) Y tras esto, el Sr. Cruz hizo un llamamiento para que se introdujera un "instrumento de control" (o sea, de censura) en las redes sociales e Internet para combatir los bulos. Éstos son los mismos periodistas que critican la censura en China o Corea del norte, la censura de los demás, por supuesto, no la propia. Menos mal que Juan Cruz es del sector "progresista" de la prensa española...