martes, 13 de septiembre de 2011

PLUMÍFEROS DISFRAZADOS DE "ESCÉPTICOS" O SE PILLA ANTES A UN MENTIROSO QUE A UN COJO

Con motivo del aniversario de los atentados del 11 de septiembre la prensa está intentando desacreditar a los que luchamos porque se sepa la verdad sobre tan execrable crimen, un crimen que, recordemos, se convirtió en excusa para que la administración Bush y ahora la de Obama, junto con sus amigos de otros gobiernos occidentales, masacraran a miles de personas en Afganistán, Irak, Libia, etc. Un ejemplo de esto es el Sr. Luis Alfonso Gámez, un periodista que se ha arrogado el derecho de hablar en nombre de la ciencia sin ser científico, autoproclamándose portavoz de la racionalidad. Pero, de hecho, la única razón que defiende este plumífero bien pagado por la ETB y El Correo es la "razón de estado". Y la defiende a capa y espada pues a quien no está de acuerdo con las versiones oficiales lo tacha indefectiblemente de "conspiranoico". Pues bien, Gámez, quien ya tildara de "conspiranoico" el libro de Thierry Meyssan contra la hipótesis oficial del ataque al pentágono ese fatídico 11 S (¡llegó a mezclar las tesis de Meyssan con las profecías de Nostradamus!), ha publicado una entrada en su infame blog "Magonia" para, según él, desmontar, al menos en parte, las teorías críticas con la versión gubernamental. Aun así, y si fueran correctos sus escasos 7 contraargumentos, todavía le quedarían por dar 108 respuestas satisfactorias a 108 preguntas incómodas de las 115 formuladas por el profesor norteamericano (y digo, "profesor" de universidad no un quiromante o un ufólogo) David Griffin que fueron colgadas en la web de Red Voltaire por Thierry Meyssan y que también hemos difundido en este blog.

Empieza el Sr. Gámez asegurando que los integristas que atacaron el WTC sí que tenían la habilidad para llevar a cabo el atentado con aviones comerciales porque se entrenaron con "simuladores de vuelo". Ni siquiera pilotaron un aparato real y dice el amigo Gámez que ya estaban capacitados para volar y que no se necesita mucha pericia para embestir con un avión cada una de las torres gemelas. ¿Es que él lo ha probado acaso? No parece muy razonable creer como cree el Sr. Gámez que pilotar sea tan fácil, de lo contrario las compañías aéreas no pagarían esos sueldazos a los pilotos. Menciona dicho periodista el testiminio de un instructor de vuelo favorable a sus tesis pero ¿sabe Gámez que en cualquier jucio los testimonios son el tipo de prueba más endeble pues siempre se les puede sobornar o presionar? Por otra parte ¿verdad que es más cómodo testificar a favor de una versión oficial que culpar a tu gobierno de sacrificar a sus propios súbditos? Si quiere el Sr. Gámez sacar a colación opiniones de expertos en vuelos que las saque todas, porque resulta que el desfenestrado presidente egipcio Hosni Mubarak (bastante prooccidental y enemigo de Al Qaeda), que fue general de la fuerza aérea de su país y con miles de horas de vuelo encima, no se explicaba cómo pilotos novatos como Mohamed Atta pudieron arreglárselas para hacerse con el control de un avión comercial y estrellarlo en los rascacielos más emblamáticos de la ciudad de Nueva York... Y ya que mencionamos a Atta es curioso también que no mencione Gámez el hecho de que por arte de "magia" (esa magia contra la que él tanto despotrica) apareciera intacto el pasaporte de este terrorista islámico entre los escombros de las Torres Gemelas. Por lo que a mí respecta, Gámez en este punto no consigue desmontar nada de nada.

Asegura, también el Sr. periodista que "los incendios declarados en las torres tras los impactos no pudieron fundir el acero" pero resulta que en el vídeo http://www.youtube.com/watch?v=8xvK7QlcGpY, a partir del minuto 9.17 vemos cómo se derrite el acero. ¿Será un efecto óptico? ¿Una alucinación? ¿Cómo explica el Sr. Gámez que el edificio Winsdor de Madrid, que estuvo ardiendo mucho más tiempo que la torre nº 7 del World Trade Center, no se derrumbara? Además, se da la curiosa circunstancia de que en el WTC 7 ni siquiera impactó un avión y que estaba construido con acero reforzado, no así el Windsor. No lo explica, lo omite, a pesar de que es uno de los argumentos más conocidos de los que él tilda de "conspiranoicos". ¿Y por qué tampoco menciona Gámez que justamente desde el WTC 7 el servicio secreto tenía la obligación de coordinar las medidas a adoptar contra un gran atentado terrorista?

También intenta demostrar precariamente Gámez que sí impactaron aviones en el Pentágono y que si la silueta del lugar del impacto se corresponde con objeto cilíndrico (como p. ej. un misil, como dijo Meyssan) y no con la de un avión comercial es porque éste antes de impactar había perdido las alas. ¿En el pentágono los aviones perdieron las alas y en el WTC no? ¿Y eso cómo se explica? Según Gámez está todo explicado en unas supuestas "simulaciones informáticas". Nuevamente echa mano este periodista metido a experto en todo del endeble argumento de las "simulaciones". Pero es que la simulación de la realidad no es la realidad misma. Esto lo debería saber un periodista tan realista y tan escéptico como él, acostumbrado a ver "simulaciones" de ovnis y apariciones de ultratumba. Cuelga, además, en su blog una foto de una rueda que podría ser lo mismo de un avión que de cualquier otro vehículo. El fondo de la foto, por cierto, tampoco aclara si el lugar en el que está la rueda son las inmediaciones del Pentágono o está en las antípodas. ¿Es que Gámez toma a los internautas por imbéciles? De todas formas, a este escéptico de postín se le olvida mencionar (o sencillamente lo desconoce) que hay una oficial del ejércio de los EE.UU., April Gallup, testigo presencial del suceso que dijo que no vio ni rastro del fuselaje tras el impacto. Esta testigo afirmó que según ella el ataque se llevó a cabo con una bomba o con un misil, coincidiendo así con la versión de Meyssan que Gámez calificó de "conspiranoica". Gallup lo cuenta todo en este vídeo:



"I didn't see any evidence of metals, airplane seats,
luggage... nothing that would give me any
indication
that it was a plane that had hit the building"
(...)
"The official story it has been fabricated pretty much"

[Traducción: "No vi ninguna evidencia de metales, asientos
de avión, maletas... nada que me indicara que era un
avión lo que había impactado contra el edificio (...)
La historia oficial ha sido totalmente inventada"]



Gallup, por cierto, acusó a un alto cargo del ejército americano, el General de las Fuerzas Aéreas Richard Myers, de haber desactivado las defensas terrestres y aéreas del Pentágono.

Pero lo jugoso de verdad de su blog son las contestaciones de parte de sus lectores (excluyo, por supuesto, a sus crédulos adeptos) que no se dejan embaucar por el escepticismo selectivo de Gámez. Tomo como ejemplo lo que escribe un internauta que firma con el nombre de Kurt:

"Ejemplo muy reciente de conspiración que no prosperó:

La toma momentánea de la Plaza Verde de Trípoli, capital de Libia, por parte de los llamados rebeldes libios.

Las imágenes fueron transmitidas por la cadena de televisión qatarí Al Jazeera y retransmitidas posteriormente por las cadenas de televisión de muchos países. También muchos medios de comunicación escritos de todo el mundo se hicieron eco de la noticia.

Periodistas de Russia Today, un medio de comunicación ruso, denunciaron que se trataba de una farsa. Se había creado un decorado similar a la Plaza Verde de Trípoli y se habían contratado a actores y extras para que escenificaran la toma de la plaza. Incluso un actor desempeñaba el papel de uno de los hijos de Gadafi apresado por los rebeldes.

Tras esta denuncia, un portavoz del CNT de Libia (rebeldes), reconoció públicamente el montaje y lo justificó alegando que la retransmisión de los vídeos por cadenas de televisión de todo el mundo habían precipitado el reconocimiento por parte de numerosos países del Consejo de Transición de Libia (CNT) como legítimo representante del Libia. Así, tal cual, como si eso justificara el engaño.

A día de hoy y por lo que yo sé, ninguno de los medios de comunicación escritos de España que se hicieron eco de la falsa noticia ha rectificado ni pedido disculpas a sus lectores. Tampoco tengo conocimiento de que la cadena de televisión Al Jazzera haya hecho nada parecido. Carezco asimismo de conocimiento de que alguna de las cadenas de televisión que retransmitieron las imágenenes de la noticia sin confirmación previa de su autenticidad hayan rectificado o pedido disculpas a sus televidentes.

Recordemos que estamos hablando de crear una noticia falsa y difundirla como auténtica. Y que implicaba nada menos que montar un decorado (como en una película, vamos) que imitase la Plaza Verde de Trípoli y contratar a actores profesionales, aleccionándolos para que representasen una escena, extras como figurantes, ocuparse del "atrezzo", etc.

Imaginemos ahora que nadie levanta la liebre a tiempo, como sí hicieron en este caso los periodistas de Russia Today, y la noticia cuela. Y meses más tarde hay quienes, por las razones que fueran, notan algo raro y empiezan a plantear cuestiones con respecto a las imágenes que se transmitieron y las noticias que se publicaron en relación con la toma momentánea de la Plaza Verde de Trípoli por parte de los llamados rebeldes libios. Tienen que partir de cero y nadar contracorriente, luchando contra los prejuicios de muchísima gente que considera que ha sido la REALIDAD lo que sus ojos han contemplado a través de sus televisores y les han descrito los medios de comunicación. También tendrán que luchar contra grupos muy poderosos y con infinidad de recursos para defender sus intereses, y a quienes quizás convenga que en ese momento se mantenga la versión oficial de la historia. No cabe ninguna duda al respecto de que dichos grupos utilizarán los recursos de los que disponen para intentar desacreditar a quienes se atreviesen a contradecir y/o cuestionar la versión oficial de la historia.

Es más que probable que quienes osaran cuestionar la versión oficial fuesen calificados de conspiranoicos por multitud de personas y medios de comunicación, incluso por gente bienintencionada. Y, en caso de que el fraude no quedase al descubierto de manera irrefutable, cargar con el sambenito de ser un conspiranoico el resto de sus vidas.

Es de suponer que nadie discutirá el hecho de que conspiranoico es un calificativo peyorativo. Un término empleado para descalificar a las personas de antemano y sin remisión posible. Es de suponer también que nadie discutirá el hecho de que todas las connotaciones que se asocian comunmente al término conspiranoico tienen carácter despectivo y/o degradante para la persona destinataria de tal calificativo.

No pretendo con este comentario defender ninguna teoría conspirativa en particular, sino, y creo que no es poco, demostrar que las conspiraciones existen y que en el siglo XXI llevan aparejadas ineludiblemente componentes mediáticos mucho más complejos y sofisticados que conspiraciones de épocas anteriores."

Exacto. Se puede decir más alto pero no más claro. El asunto de la toma de la falsa Plaza Verde de Trípoli a manos de falsos "rebeldes" libios ya lo denunciamos en este blog. ¿Y qué dijo el gran periodista escéptico al respecto de semejante engañabobos, bastante más peligroso en sus consecuencias (pues sirve para justificar la criminal intervención de la OTAN) que el monstruo del lago Ness o las caras de Bélmez?. Nada, absolutamente nada. En esta ocasión no sacó a relucir su exquisito escepticismo de salón porque él es parte de esa máquina de fabricar mentiras que son los mass media.

Decir que los que estamos en desacuerdo con la versión oficial somos "conspiranoicos" es de por sí un insulto pero decir que nuestra actitud "es igual de despreciable que la de George W. Bush y quienes defendieron que el Irak de Sadam Hussein disponía de armas de destrucción masiva" eso ya es intolerable. Además ¿no suscribieron la falsa tesis de Bush sus colegas periodistas y jefes del derechista grupo mediático Vocento (ABC y el Correo, donde escribe Gámez)? ¿Por qué no les abronca a ellos? Y por si fuera poco, el interfecto acusa a quien no piensa como él de "mentir a cambio de dinero". ¿Por qué no confiesa que en el fondo siente un amor inconfesable hacia los grandes poderes mundiales que al fin que al cabo son los que financian los media para los que él trabaja?

Cierro el texto con una cita de otro lector díscolo pues yo llego a la misma conclusión que él (o ella) tras comprobar las malas artes de este plumífero manipulador y adulador del poder:

"Supongo que ya has solventado el tema para tus adeptos, pero para mi sólo has demostrado la poca verguenza que tienes."

Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo.