miércoles, 7 de septiembre de 2011

EL LÍDER MILITAR DE LOS “REBELDES” LIBIOS ES UN TERRORISTA ISLÁMICO IMPLICADO EN LOS ATENTADOS DEL 11 DE MARZO EN MADRID

Según informes de los servicios secretos españoles, Abdul Hakim Belhadj el líder militar de los “rebeldes” libios ahora ensalzado como un héroe y un demócrata por todos nuestros medios sin excepción (desde Intereconomía a Público), estuvo implicado en los atentados del 11 de marzo en Madrid. Al parecer Belhadj llevaba años integrado en el Grupo Islámico Combatiente Libio (LIFG, en sus siglas en inglés), célula terrorista que según el gobierno de EE.UU. era parte de Al Qaeda. Se da además la circunstancia de que uno de los cabecillas de este grupo armado islamista, Abu Laith Al-Libi, estaba implicado además en los atentados del 11 de septiembre de 2001 en territorio norteamericano, siempre según documentos hechos públicos por Washington.

Abu Laith Al-Libi, jefecillo libio de Al Qaeda.
(¿Ven Vds. como hay libios de piel negra?)

Según los citados informes, Belhadj recibió varias llamadas telefónicas del cabecilla de la célula islamista que perpetró los atentados del 11 M, Mohd Othman, apodado “El tunecino”. Estas llamadas se produjeron poco antes de los sangrientos actos de terrorismo. Estos documentos también sitúan a Belhadj en Afganistán luchando a favor de los talibán y en contra de la influencia soviética y en Irak en mitad de la vorágine de atentados y muertos tras la invasión americana. Además Belhadj se pasó en los últimos años por China (¿quizá preparando la subversión islamista en Sinkiang?) y por Malasia. En Malasia fue capturado por agentes de la CIA, quienes le enviaron a Libia, donde dio con sus huesos en la cárcel de alta seguridad de Abu Salim (Trípoli), donde nuestros medios nos han hecho creer que sólo había presos de conciencia que luchaban por un régimen de libertades. Allí fue interrogado por espías norteamericanos y, tras los atentados del 11 M, por agentes españoles. Esto último demuestra que los mismos que hoy airean los horrores de la “sangrienta dictadura” de Gadafi y fomentan una guerra en la que han muerto en seis meses más de 50.000 personas (más de las que haya podido matar el líder libio en 42 años de gobierno) colaboraron con dicho régimen cuando les convino. De todas maneras, el “inflexible dictador” concedió a Belhadj, tras seis años de presidio en Abu Salim, la amnistía y legalizó el LIFG, que se reconvirtió en una formación política tras renunciar públicamente a la violencia. Finalmente en febrero de este año, tras prometer occidente “el oro y el moro” (nunca mejor dicho) a Belhadj y sus huestes, éstos volvieron a la lucha armada. Eso le pasa a Gadafi por ser un “déspota inflexible”.

El "demócrata" integrista Abdul Hakim Belhadj

Lo curioso de todo esto es que sea el ABC, el más emblemático periódico de la derecha española, el que siembre la duda sobre si estamos apoyando al bando adecuado en Libia. Mientras El País, paradigma de la izquierda periodística por estas latitudes, se dedica de manera desvergonzada a lavar la cara a este fascista asesino de Belhadj, el ABC, a pesar de que también ha apoyado la guerra, sigue otra línea algo más crítica, precisamente por su carácter ultracatólico. Me explico: Gadafi favorecía un islamismo moderado que respetaba a la minoría católica libia, pero ahora ¿qué va a pasar con esta minoría bajo un régimen dirigido por combatientes de la guerra santa islámica? Pues lo mismo que está sucediendo con los cristianos coptos en Egipto tras la “revolución” que sacó de la cárcel a los Hermanos Musulmanes, los coptos egipcios que están siendo víctimas de un auténtico pogromo (atentados, quema de templos, etc.) Eso lo saben los católicos que escriben en el ABC, por eso al poco tiempo de comenzar la guerra el muy piadoso Juan Manuel de Prada escribió en este periódico un impecable artículo (y lo digo sin ironía) sobre las espúreas razones que impulsaron a EE.UU, Francia, Reino Unido, y tras de ellos, cual perro faldero, España, a entrar en esta vergonzosa agresión bélica, al tiempo que recordó cómo los líderes de estos países hasta hace dos días, como quien dice, sellaron pactos petroleros e incluso armamentísticos en la célebre jaima del líder libio. Pero tampoco el derechista ABC es un buen ejemplo de honestidad y coherencia periodística: ¿no fue la derecha mediática la que intentó convencer al pueblo español de que las bombas del 11 M las había colocado ETA y no un comando islamista?

El que faltaba pal duro:
"El tunecino"