El espía digital, 27/08/2014
El 11-S sigue siendo un acontecimiento que genera ríos de tinta y a lugar a sorprendentes teorías de la conspiración. Para muchos analistas no conformes con la explicación oficial de lo ocurrido aquel día, nunca en la historia de los E.E.U.U. una supuesta operación ilegal del gobierno necesitó de tanta mentira, ocultación y fraude. El informe de la comisión oficial de investigación de los atentados, dicen, es la mayor falsedad que ha sufragado nunca el dinero de los contribuyentes estadounidenses.
Para algunos, el fin de la ocultación ha llegado a raíz de la determinación de Vladimir Putin -probablemente informado por Edward Snowden- de contestar a la intromisión de E.E.U.U. y la U.E. en Ucrania mediante la liberación de una información altamente sensible que debería llevar al pueblo norteamericano a exigir responsabilidades a sus gobernantes. Frente a la posibilidad de enfrentar militarmente la injerencia de la OTAN, algo que podría conducir a una Tercera Guerra Mundial, Rusia ha optado por la guerra asimétrica en Internet, donde la información es un arma poderosa. Así, "Veterans Today" se ha hecho eco de una información sacada a la luz por un agente de la inteligencia rusa, divulgándola bajo el título "Demasiado secreto para ser publicado".
A raíz del golpe de Estado anglo-estadounidense realizado por la CIA y el MI6 en Kiev, parece que a Rusia se le acabó la paciencia con la interferencia occidental. Especialmente cuando las naciones en las fronteras de Rusia se desestabilizan, hay mucho en juego en esta partida de ajedrez geopolítico.
Como hemos dicho, Vladimir Putin no tiene intención de comenzar una guerra mundial, por lo tanto sólo puede responder a la intromisión de EEUU y la UE mediante el uso de la guerra asimétrica en Internet. Quiere llevar al pueblo estadounidense a entender que elementos dentro del Gobierno Federal de los EE.UU. estaban detrás de los ataques del 9/11. Todo cambiaría en un santiamén. En resumen, la información transmitida por la inteligencia rusa sería:
"Los atentados del 11 de septiembre de 2001 fueron una operación interna angloamericana en connivencia con los servicios secretos israelíes. Los dispositivos nucleares que se utilizaron fueron una versión modificada de los proyectiles de artillería W-54 proporcionados a las fuerzas israelíes entre 1988 y 1998 de los excedentes estadounidenses exportados ilegalmente durante la era Bush-Clinton".
"Veterans Today" confirma que el análisis químico realizado en la zona cero fue capaz de identificar la huella química / radiación o huella dactilar de las cabezas nucleares sobre la base de muestras tomadas después de 11-S en los restos de las torres, confirmando la información previa facilitada por múltiples fuentes de que en los atentados de las Torres Gemelas se uso algún artefacto nuclear.
Todas las cabezas nucleares que utilizan plutonio tienen una huella química que puede identificar su diseño, su sistema de fabricación y su edad. Si la investigación del 11-S hubiera sido concluyente, habría conducido directamente a la identificación de armas norteamericanas facilitadas ilegalmente a Israel, algo que la administración Bush se cuidó de ocultar.
Un dispositivo de 2 kilotones hubiera bastado para derribar las Torres Gemelas. Produciría una bola de fuego de entre unos 150 a 200 pies de diámetro a más de 4.000 grados centígrados, lo suficiente para fundir las vigas del núcleo central del edificio y hacerlo colapsar. La luz del flash duraría menos de 1 segundo y estaría principalmente en el rango de la luz ultravioleta. La radiación hubiera bajado a límites aceptables dentro de las 72 horas siguientes a la explosión.
Una detonación de este tipo es lo único que puede explicar fenómenos observados aquel día, como la "vaporización" de la antena de 20 toneladas sobre la Torre Sur: la radiación disuelve el acero en aleación en óxido de hierro y desintegrando el carbono y el silicio.
Dispositivos similares pudieron ser utilizados en otros atentados espectaculares, como el de Bali. También se pudieron utilizar en Damasco, Iraq y Afganistán por los EE.UU. Estas armas son almacenadas en las embajadas y consulados de Israel, precaución que se no se tuvo con las utilizadas el 11-S, armas que pudieron ser guardadas en el consulado israelí en Nueva York. Desde entonces, el FBI comprueba todas las valijas diplomáticas con un contador Geiger antes de salir o entrar a los E.E.U.U.
Microbomba israelí – Foto del científico disidente judío Vannunu
Las armas nucleares transferidas ilegalmente a Israel han sido a su vez objeto de reventa a diversos países, incluyendo ambas Coreas, India, Brasil, China, Taiwán, Japón, etc. Los israelíes, sabiendo que el material nuclear adquirido tenía una vida útil limitada, buscaron dar salida a ese material, vendiéndoselo a sus aliados.
Cuando éstos se percataron de la estafa, se enojaron puesto que pagaron mucho dinero por chatarra. Esto comenzó una mini guerra fría con Israel y sus antiguos clientes. Sin embargo, las microbombas nucleares sacadas al mercado siguen siendo útiles. Incluso a medida que envejece el plutonio seguirá siendo fisionable, solo que producirá una detonación de menor potencia.
Microbomba nuclear de artillería W48 - 155mm
Así que todavía pueden ser utilizadas como pequeñas bombas sucias o muy pequeñas armas nucleares tácticas.
El propósito principal del arma nuclear usada el 11-S era producir un flujo masivo de rayos gamma / neutrones que vaporizara alrededor de 150 a 300 pies de 6 pulgadas de acero de espesor de las vigas que constituían el núcleo central de los edificios del WTC. Esto creó la caída libre que vimos por TV aquel día. El soporte interno de las torres sencillamente se había desintegrado.
El flash se oculta a la vista debido a la detonación subterránea. El resplandor externo se dio en forma de luz fuera del espectro visible al ojo humano. La onda expansiva se reduciría a 6 psi debido al sentido ascendente, lo que produce la desintegración de la antena de la parte superior del edificio, como pudo verse en la televisión. El cemento concreto y óxido de hierro se vaporizaron, lo que da lugar a la extraña paradoja de que los restos de las Torres tenían mucha menos masa que las torres mismas.
La televisión dijo que las quemaduras de radiación beta eran debidas al polvo de cemento cáustico, ocultando que se debían a los efectos de la radiación de la precipitación radiactiva. Igualmente, los numerosos casos de cáncer que se dan ahora en Nueva York se atribuyen al amianto utilizado en la construcción de las torres, cuando su causa es el uso de un artefacto nuclear.
La radiación fuera de la zona cero se redujo a niveles seguros después de 72 horas. Esta es la razón por la que las inmediaciones de las Torres Gemelas estuvieron cerradas al público durante los tres días siguientes a los atentados.
Ciertamente, hay dos hechos (entre otros) que nunca han explicado los informes oficiales:
1. Nunca ningún edificio de acero, salvo el WTC, ha colapsado debido a cualquier fuego de cualquier tipo.
2. A cierta temperatura se puede debilitar el acero, pero es imposible una fusión con medios convencionales. En un incendio libre como el del WTC (con keroseno o cualquier hidrocarburo se alcanzan temperaturas de alrededor de 260C a 371C. El informe de la FEMA sobre el 11-S, dijo que el combustible de avión quemado después de unos minutos y los fuegos de los muebles de oficina y las alfombras llegarían a 293C, el acero estructural especial del WTC tenía más del 98% de resistencia a esas temperaturas, y el World Trade Center fue construido para soportar 5 veces esa temperatura.
En una "quema controlada" (donde el oxígeno y el combustible están regulados en una combinación óptima), el combustible para aviones puede alcanzar una temperatura máxima de 982C, que todavía no es ni de lejos la temperatura necesaria para debilitar las vigas de acero de un edificio hasta el punto de que todo el edificio se desplome al suelo. Sin embargo, el acero se fundió por debajo de las torres, lo que sugiere que se usó un muy poderoso "combustible", que ardió o explotó bajo el edificio, no en su parte superior. Ciertamente, la termita, un HTA (acelerador de alta temperatura) que se utiliza normalmente en las operaciones militares, habría sido capaz de fundir el acero. La termita puede alcanzar una temperatura de 2482C en 2 segundos, y el acero comienza a fundirse a 1510C.
Es posible que se utilizara una combinación de diferentes explosivos: artefactos nucleares, termitas y dinamitas, entre otros, para que asegurarse de que el trabajo quedara terminado y aún más, para confundir a los investigadores. El gran agujero en el centro del edificio WTC 6 es, sin duda causada por una mini-bomba nuclear táctica. Un fotógrafo de la FEMA que tomó un vídeo del agujero se preguntó cómo el desplome del WTC 1 y 2 podrían haber causado un agujero tan profundo en el centro y se negó a entregar su copia personal de la filmación al FBI. Fue amenazado de muerte y tuvo que huir a Argentina donde buscó asilo en ese país.