lunes, 8 de junio de 2020

LA SEXTA Y LAS “INVESTIGACIONES PERIODÍSTICAS” DE AP




El pasado viernes 5 de junio en el programa Al Rojo Vivo de la Sexta el periodista Antonio G. Ferreras culpó por enésima vez a China de la pandemia de COVID-19 que asola el planeta. Para ello se basó en unas “investigaciones periodísticas” de la agencia norteamericana Associated Press [1], que también fueron difundidas por el periódico La Vanguardia, que supuestamente probaban de manera indubitable que China ocultó información a propósito del coronavirus. Ante todo, usar como dogma de fe un artículo periodístico y adjudicarle el calificativo de “investigación”, el mismo que se aplica al trabajo de, por ejemplo, Louis Pasteur o Ramón y Cajal es tan pretencioso como fraudulento. Todo el mundo sabe que el periodismo es cualquier cosa menos riguroso y depende del sesgo ideológico y de los prejuicios del periodista y de quién financie el medio en el que éste escribe. Pero es que además, una vez examinada la débil argumentación del artículo de AP, uno no puede más que preguntarse si Ferreras y cía realmente se lo han leído.

Fuente: Revista Amor y Rabia


La “investigación periodística” en cuestión se basa en argumentos cogidos con pinzas y en testimonios de gente no identificada, según AP “por miedo a represalias”, es decir, en simples rumores sin confirmar. AP trata sin éxito de probar que China ocultó información a la OMS (el genoma del virus y datos epidemiológicos, entre otros datos) a pesar de que la OMS exaltó públicamente la gestión China. ¿Cómo explica AP esta contradicción? AP argumenta que la OMS alababa a China en público pero la criticaba en privado, según la agencia estadounidense para no enfadar a China y así conseguir que liberara información clave sobre el virus. Esto sería un argumento si AP lo probara. Pero ¿qué hace AP? La agencia dice que usa como fuentes “docenas de entrevistas y documentos internos”, pero solo los menciona sin aportar ninguna prueba (por ejemplo, un enlace al documento o el título y autor de éste) de la existencia de los mismos. De hecho, cualquiera podría decir que tales documentos y testimonios son invención de AP (más abajo analizaremos si AP es capaz de hacer una cosa así). La explicación de AP es que están protegiendo sus fuentes de la represión del estado comunista chino.

Es interesante constatar que la versión de AP exculpa a la OMS de connivencia con China. Razón: para así desmarcarse de su odiado Trump (AP va de liberal y es pro-Partido Demócrata), aunque básicamente la agencia acusa a China de lo mismo que le acusa Trump y, de hecho, en cierta parte del artículo insinúa cobardemente lo que Trump dice sin tapujos. De modo que AP sostiene que la actitud poco cooperativa de China ralentizó la acción contra el virus. Y que eso hizo que murieran muchas personas. ¿En serio? ¿Y qué dice AP del hecho de que muchos países occidentales, especialmente EEUU, asesorados por ciertos "expertos", dejaran al virus campar a sus anchas con el objetivo de alcanzar la inmunidad de grupo? ¿Acaso no ha sido esta estrategia que buscaba no parar la economía y que las empresas no perdieran dinero la que ha causado mayor cantidad de muertes innecesarias? Aquí el faro y guía del democrático periodismo occidental (como el de La Sexta) guarda silencio. A la ínclita agencia solo le interesa la culpabilidad de China. Además si quiere AP buscar otro factor que de verdad contribuyó a la expansión del virus que mire a la prensa occidental. Hay que recordar que durante el mes de enero y febrero y en algunos países incluso parte de marzo la prensa se burlaba del "alarmismo" de los chinos y decía que el coronavirus era menos peligroso que la gripe estacional. Y ello a pesar de que a principios de febrero occidente contaba con suficiente información (recopilada por los doctores chinos durante el mes de enero) que aseguraba que el coronavirus era muy contagioso y tenía una letalidad muy superior a la gripe. En España el 10 de febrero Fernando Simón y otros epidemiólogos junto con el Ministerio de Sanidad ya habían editado un informe demoledor sobre el COVID-19 [2]. Sin embargo el país no se confinó hasta el 14 de marzo ¿Eso es culpa de China?

Foto de la guerra en Siria, antes y después del photoshop de AP

Otro truco argumental que emplea la agencia, aparte de usar rumores procedentes de fuentes no identificadas, es usar fuentes anti-chinas / anti-comunistas, algunas de ellas ni siquiera científicas, para probar la culpabilidad china. Así, AP asegura que un laboratorio ya tenía la mayor parte del genoma del virus en fecha tan temprana como el 27 de diciembre pero que se negó a compartirlo y para ello se basa en una fuente china, sí, pero no una fuente científica sino (¡sorpresa!) financiera. Se trata de la revista para especuladores financieros Caixin dirigida por una mujer de negocios china que estudió en Stanford (sí, la universidad americana con fuertes vínculos con la CIA) y habitual del Foro Económico Mundial. La susodicha ha sido elogiada en la revista Foreign Policy, ligada a la élite económica de EEUU [3]. Una fuente "independiente" para AP, que a pesar de ser pro-capitalista y pro-EEUU, sobrevive de manera inexplicable en el seno de la dictadura comunista china.

Son tan incompetentes como argumentadores los de AP que mientras que los argumentos contra China están avalados por “tres personas familiarizadas con el asunto”, “algunos”, “un técnico de laboratorio que no quiso identificarse”, “otros”, etc. los argumentos de fuentes occidentales a favor de la gestión de China sí cuentan con un autor debidamente identificado. Por ejemplo, el doctor de EcoHeatlh Alliance con base en Nueva York, Peter Daszak, que justificó la supuesta tardanza china arguyendo que “es peor salir en público con una historia errónea porque la gente pierde por completo la confianza en la respuesta sanitaria pública”. Y es que durante el brote del SARS de 2002-2003 las autoridades chinas se precipitaron al decir que las neumonías tenían su origen en una infección por clamidia, y luego tuvieron que rectificar, con el consiguiente descrédito. Otro ejemplo es el propio Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS, que dijo “hemos expresado nuestro respeto y gratitud a China por lo que está haciendo. [China] ha hecho cosas increíbles para limitar la transmisión del virus a otros países”. Y no parece que Tedros tuviera un fusil chino apuntándole al pecho cuando dijo esto.

Las “investigaciones periodísticas” de AP no son más que acusaciones sin pruebas basadas en un infantil anticomunismo (cuando no racismo anti-chino) y no es más que una rabieta por la desastrosa gestión de la pandemia llevada a cabo por su país frente a la eficiencia china. Y todo ello salpicado por protestas a causa de la endémica brutalidad policial en el país que se dedica a meter las narices en los asuntos internos de los demás con el hipócrita argumento de defender los derechos humanos.

Ahora vamos a la segunda parte: ¿es AP una agencia de noticias tan neutral, rigurosa y fiable como les parece a medios como La Sexta o La Vanguardia? Pues lo cierto es que solo hay que ir a una fuente tan pro-USA y pro-capitalista como Wikipedia (véase el extenso apartado “Litigation and Controversies” [4]) para ver que la historia de AP está salpicada de escándalos de manipulación, corrupción y connivencia con algunos de los poderes más criminales del planeta. He aquí un breve resumen:

-AP colaboró con el III Reich. Associated Press colaboró intercambiando fotos con la agencia Buro Laux, fundada por el fotógrafo nazi miembro de las SS Helmut Laux. Aparte de miembros de las Waffen SS, el Buro Laux incorporó como plantilla mano de obra esclava del campo de concentración de Sachsenhause.

Helmut Laux, el amigo alemán de AP


-AP es experta en inventarse fuentes. Así en 2000, Christopher Newton, reportero de AP desde 1994, fue acusado de fabricar hasta 40 fuentes ficticias (entre individuos y organizaciones). En 2002 cuando el escándalo ya fue más que público y notorio Newton fue despedido.

-AP es la campeona del trucaje fotográfico. He aquí un apartado donde AP se lleva la palma de la manipulación. Por un lado, AP ha publicado numerosa fotos preparadas (“staged photos”). Por ejemplo, la foto de un muyahidín que luchaba contra el gobierno de Al Asad en Siria fue trucada con software al eliminar una cámara de un reportero que aparecía en el fondo de la imagen para que pareciera que el miliciano estaba en pleno combate y no posando. La foto ganó el Pullitzer pero al final se descubrió el trucaje y AP se vio obligada a prescindir de los servicios del fotógrafo. Otro ejemplo, tras la guerra de Kosovo AP difundió la foto de Slobodan Milosevic saludando al público con los brazos en alto, uno de los cuales había sido recortado para que así pareciera que estaba saludando a lo nazi. La foto fue difundida en España por El País y cuando sus lectores se quejaron de la manipulación el periódico dijo que no era culpa de ellos sino de AP. Un último ejemplo, y esta vez mucho más reciente. En enero de este año la foto de varias mujeres activistas climáticas, entre ellas Greta Thunberg, fue retocada; la imagen de la ecologista ugandesa Vanessa Nekate fue recortada y eliminada, según la afectada por ser la única mujer de raza negra [5].

A AP no le gusta el color negro, por eso lo elimina de sus fotos.

-AP es cualquier cosa menos rigurosa y objetiva. La información que difunde AP es propaganda del sistema económico y de dominación de EEUU y tiende a justificar sus agresiones imperialistas.  No hay más que leer la cobertura que AP hizo de las guerras de Yugoslavia, Iraq, Libia o Siria para comprobar cómo apesta. Esto no ha de extrañar a nadie ya que AP ha colaborado extensamente con la CIA. Esto es algo que reconoce abiertamente un periodista norteamericano tan célebre como Carl Bernstein, reportero del The Washington Post que destapó el escándalo Watergate, en un artículo titulado The CIA and the Media, en el que además implica a la agencia Reuters, The New York Times y la CBS y que se puede leer en Internet [6].

Todo esto es lo que el periodismo pseudocrítico de La Vanguardia y La Sexta considera “investigaciones periodísticas”. Ésta es la miseria del periodismo patrio, que es más impresentable aún que el norteamericano por ser servil lacayo de éste y por tener la desvergüenza de presentarlo como prueba irrefutable de verdad.

REFERENCIAS

[1] https://apnews.com/3c061794970661042b18d5aeaaed9fae
[2] https://www.sempsph.com/images/ITCoronavirus.pdf
[3] https://en.wikipedia.org/wiki/Caixin
[4] https://en.wikipedia.org/wiki/Associated_Press
[5] https://www.publico.es/tremending/2020/01/25/twitter-la-agencia-de-noticias-ap-recorta-a-una-activista-negra-en-una-foto-con-greta-thunberg-no-solo-habeis-eliminado-una-foto-sino-tambien-un-continente/
[6] https://www.refworld.org/docid/47c567c020.html