Esta plumífera integrante de la camarilla naziotánica de Antonio G. Ferreras (la Sexta TV) es capaz de llorar ante imágenes de niños sanos y salvos refugiándose en el metro de Kiev pero no derrama ni media lágrima ante las imágenes de montones de niños palestinos descuartizados por los bombardeos del estado de Israel, ese estado terrorista armado por EEUU. Qué llanto tan selectiva el de esta juntaletras, quien no sólo no es creíble como periodista, tampoco lo es como actriz, cosa que comprobamos quienes vimos fluir en directo sus lágrimas de cocodrilo.