viernes, 1 de septiembre de 2023

LA MANADA 2.0

Este verano, como no ha resultado ser más caluroso que el anterior y además la "contraofensiva" ucraniana ha sido un fiasco, los mass media han usado ese otro gran caballo de Troya de la plutocracia globalista, el feminismo, para seguir alienando a las masas. Si hace unos años se utilizó el llamado "caso de la manada" para dar un golpe de estado al poder judicial, eliminar la presunción de inocencia y profundizar en la transformación del estado neoliberal en un estado policial y neofascista, ahora se ha buscado las vueltas al seleccionador nacional de fútbol femenino y al presidente de la Federación Española de Fútbol.

No soy aficionado al fútbol pero uno no puede evitar, ya que se ha oído por doquier, saber que en el pasado al seleccionador de fútbol femenino, Jorge Vilda, ya le habían montado un pollo un nutrido grupo de jugadoras para, con la colaboración de los grandes medios, conseguir hacerlo dimitir. De modo que, cuando su selección ganó el mundial pensé: "ahora que Vilda ha demostrado que es un buen entrenador los mass media tendrán que pedir perdón ¿no?" Pues no, al contrario, la prensa intentó acabar con él definitivamente. Y si antes se le había criticado por sus tácticas futbolísticas ahora se ha usado el comodín del "machismo". Primero unos medios le critican por decir "campeones" y no "campeonas". Seguidamente otros medios le reprochan haber dicho lo contrario. Luego visionan la moviola para ver si hay alguna imagen que pueda pasar por un tocamiento impúdico a alguna de sus jugadoras. Finalmente se encuentra un dudoso fotograma en que parece que Vilda toca a una jugadora o integrante de su cuerpo técnico pero de forma involuntaria pues ni siquiera la está mirando. Y, como no hay mucho más que rascar, van por el presidente de la Federación Española de fútbol, Rubiales, un tipo bastante más chulo y que, por tanto, da más juego. Aquí encuentran la foto del beso en la boca con una jugadora, que se presenta como prueba de "agresión sexual" (sic), o sea, de violación. Sin embargo, al mostrarse la escena completa en vídeo se ve que el beso era consentido, pues la besada sonríe, y además, aparece otro vídeo donde la susodicha y sus compañeras se divierten viendo en un móvil la supuesta "agresión" en el viaje de vuelta a España. Pero, da igual, ya es demasiado tarde, la máquina de salpicar barro de los medios corporativos ya se ha puesto en marcha y el beso en la boca consentido se convierte en una violación. Se aplica la técnica propagandística de Goebbels, por la cual una mentira repetida hasta la saciedad se transforma en verdad. En las tertulias televisivas se juntan expertos de todo pelaje que coinciden de manera unánime en que el beso es una violación y quien disienta lo más mínimo de esta idea es un violador como el tal Rubiales. Esto es la manada 2.0. Curiosamente las cadenas internacionales que le dan más bombo al tema son británicas y americanas, con la CNN a la cabeza. No es de extrañar: este tipo de caza de brujas y de montajes mediáticos vienen de EE.UU. Todo el mundo recuerda el #metoo, pero quizá no tanto el caso de los Scottsboro Boys en Alabama en 1931 [1], donde una denuncia (que luego se demostró falsa) de violación grupal a una chica blanca condenó a muerte (luego conmutada por cadena perpetua) a un grupo de chicos negros (algunos de los cuales se suicidaron en prisión.) También fue por culpa de otra dudosa agresión sexual (un supuesto beso de un chico negro a una ascensorista blanca) la masacre de Tulsa (Oklahoma) de 1921, que provocó un sangriento pogromo contra los afroamericanos de dicha ciudad con un balance de 300 muertos y 800 heridos. Se da la circunstancia que en estas persecuciones raciales en el sur de EEUU las sufragistas, precursoras del feminismo moderno, tuvieron un papel instigador ya que muchas eran esposas y novias de miembros del KKK. Valgan estos dos dramáticos ejemplos para comprobar cómo la plutocracia norteamericana usa el feminismo para sacar lo más repugnante de las masas y provocar cambios sociales reaccionarios de manera oclocrática (adjetivo derivado del sustantivo "oclocracia", que en griego significa "dominio de la turba".)

Con todo esto no pretendo defender ni a Vilda y ni a Rubiales, porque, como dije, no me interesa el fútbol y son dos personajes a los que apenas conozco, sino alertar de lo que están haciendo las élites rectoras con nuestra sociedad. Todo esto es parte de un plan de ingeniería social cuyo objetivo es que el "poder rosa" de las ONGs (feministas, ecologistas, pacifistas, etc.) financiadas por los oligarcas del occidente colectivo (Soros, Buffet, Bezos, Gates, etc.) puedan imponerse al poder de los estados, y su irracionalismo identitario borre del mapa al racionalismo ilustrado del que hace mucho que abjuró la izquierda actual, devenida en marioneta "woke" del capitalismo más improductivo y parasitario que existe. Si tragamos este nuevo asalto al sentido común, detrás vendrán cosas peores. Y así hasta acabar comiendo gusanos y cucarachas por el bien del planeta.

Referencias:

[1] https://es.wikipedia.org/wiki/Scottsboro_Boys

[2] https://es.wikipedia.org/wiki/Disturbios_raciales_de_Tulsa