jueves, 23 de abril de 2020

LOS BULOS Y LAS FAKE SON LOS DE ELLOS MIENTRAS NOS CENSURAN A LOS DEMÁS: DECENAS DE MILES DE PERFILES FALSOS EN FACEBOOK DEFIENDEN LA GESTIÓN DEL GOBIERNO

El Espía Digital, 17/04/2020



Movimiento sibilino, carente de habilidad, por parte de la página del Ministerio de Sanidad en Facebook. Una práctica amoral pero cada vez más instaurada en redes sociales se ha colado en uno de sus últimos vídeos: la utilización de bots para aumentar su grueso particular de interacciones. En dicha publicación, Salvador Illa se jacta de transparencia en el protocolo de comunicación de la cifra de fallecidos a causa del coronavirus. Estos son los números de la publicación en menos de 24 horas: 5,2 millones de reproducciones, más de 80.000 reacciones, 10.000 comentarios y  27.000 veces compartida.

El término bot se refiere a robot. Desde un punto de vista técnico sería un proceso informático autónomo que es capaz de realizar tareas concretas imitando el comportamiento humano pero agilizando el proceso en un porcentaje insultante comparado al de cualquier persona. En este caso, como se puede constatar en el vídeo, vemos miles de likes que provienen de cuentas creadas exclusivamente para ese fin.

¿Cómo comprobamos que son bots y no personas? Al entrar en los perfiles más sospechosos se puede verificar que todos siguen el mismo patrón: foto de perfil muy reciente y sin más actividad en el mismo. Traducido: cuentas nuevas creadas para aumentar las interacciones de, en este caso, la publicación del Ministerio de Sanidad.

No es ningún enigma ni es tedioso encontrar decenas de herramientas que prometen el paraíso de las interacciones en Facebook, sobre todo positivas, para aumentar el quality score de una página todavía en su esbozo o que necesite de un ‘empujón’ para darse a conocer y colarse así en miles de muros de potenciales usuarios para convertirlos en fieles de su página.

Desde la lógica, a simple vista, resulta equívoco que una página con 176.451 seguidores genere tantísimo movimiento en una publicación con una carga viral mínima en su contenido. Por lo tanto, la práctica parece poco decorosa en plena crisis del coronavirus que ya se ha llevado por delante más de  21.900 vidas en España.

Los ‘nuevos fans’ del Gobierno en la red: Reagan Strayham, Spiter Candelario, Summer Kerkliet, Francesca Regusters…

La inusitada expectación creada por las publicaciones del Ministerio de Sanidad en la red social Facebook le ha regalado a Salvador Illa todo un ramillete de nuevos seguidores de lo más variopinto. No hay más que fijarse en los nombres de los usuarios que reaccionan a las entradas de Sanidad para comprobar lo heterodoxo de los nombres que se han convertido en ‘fans’ de Salvador Illa: Reagan Strayham, Spiter Candelario, Summer Kerkliet, Francesca Regusters…

Por supuesto, estos nombres conducen a usuarios tras los cuales no hay personas reales. Son perfiles vacíos creados para ser vendidos ‘al peso’, es decir, en grandes cantidades para hinchar artificialmente las reacciones a publicaciones en las redes sociales.

Repasar los nombres que figuran entre los nada menos que 87.000 usuarios que han reaccionado con interacciones de todo tipo -pero siempre con clicks en las caritas positivas- ofrece una colección de nombres más propios de otras latitudes que de la geografía española, que es lo que uno podría entender como lógico dado que el ministro nacional se dirige en sus intervenciones, evidentemente, a los españoles.

Sin embargo, entre las decenas de miles de reacciones al vídeo más popular de Salvador Illa en la red aparecen nombres que uno no asociaría con ciudadanos de, por ejemplo, Talavera, Hospitalet, Santurce o Leganés. Uno se encuentra repasando la lista con nombres como Alanis Anshutz, Lucy Piccillo, Felicia Swing, Alisa Spataro, Lindsey Mavropoulos, Sophie Pexton, Cheyanne Grosskreutz, Hailie Jarzombek, etcétera, etcétera.

Que prácticamente todos esos nombres sean femeninos también resulta llamativo entre la nueva recua de seguidores de las intervenciones de Salvador Illa al frente del Ministerio. Tampoco es fruto de la casualidad, puesto que una práctica común en las fábricas de bots es la profusa creación de estos perfiles falsos femeninos, habitualmente con atractivas fotografías, tan falsas como el usuario que hay detrás.

Un problema que tiene esta práctica de comprar ‘al peso’ perfiles falsos para que interactúen con las publicaciones que se quieren promocionar es lo errático de su comportamiento. Se pretende que hinchen las cifras de reacciones ‘positivas’ pero, en un caso como el de las comunicaciones de Salvador Illa sobre la crisis del coronavirus, la falta de entendimiento del contexto por parte de estos bots provoca situaciones tan surrealistas como el hecho de que 9.408 usuarios reaccionen con la cara de ‘reirse a carcajadas’ o que 8.640 usuarios hagan click en el corazón ante un vídeo de Illa hablando de algo serio como es la «transparencia» en la comunicación de los datos de víctimas del virus.

Moscú ve inadmisible el bloqueo de Google a medios rusos

MOSCÚ (Sputnik) — Moscú considera inadmisible el bloqueo de materiales de los medios rusos en plataformas extranjeras, declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

La madrugada de este 16 de abril se informó que la corporación estadounidense Google había bloqueado la cuenta de la Agencia Federal de Noticias.

"Lo consideramos inadmisible, esperamos que esta decisión sea revisada, tal como se hizo en relación con otros materiales y recursos", dijo Peskov.

Agregó que "la compañía debe mantener su reputación".

El 13 de abril el regulador ruso de los medios Roskomnadzor exigió a Google explicar los motivos del bloqueo en el canal en YouTube de la telecompañía NTV de un vídeo con un mensaje del presidente ruso, Vladímir Putin, a la nación sobre el nuevo coronavirus.

Google calificó lo sucedido de error e informó a Sputnik que el vídeo fue restaurado.

La penúltima canallada de Twitter: censura al coronel Pedro Baños



César Calderón ficha por 'Vozpópuli' tras su abrupta salida de 'Público'

El analista político César Calderón se incorpora a 'Vozpópuli' tras su salida del diario 'Público' como consecuencia de un artículo escrito el pasado lunes donde desvelaba la estrategia política seguida por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para afrontar las consecuencias de la crisis del coronavirus.

Calderón es experto en comunicación política y cuenta con una dilatada trayectoria dirigiendo campañas electorales, tanto en España como en Latinoamérica. Tal y como hacía en 'Público' desde hace más de un año, Calderón firmará un análisis semanal todos los lunes en 'Vozpópuli'.

Fundador y director general de la compañía de consultoría estratégica Redlines, Calderón es especialista en transparencia, participación y comunicación, y ha ayudado en esas materias a diversos gobiernos por todo el planeta. Además, es autor de los libros 'Guía práctica para abrir Gobiernos' (Goberna, 2015), 'Otro Gobierno' (Algón Editores, 2012) y 'Open Government - Gobierno Abierto' (Algón Editores, 2010).

Calderón tiene una extensa experiencia como analista en medios de comunicación, pero había adquirido especial notoriedad en las últimas semanas por sus análisis críticos con el Gobierno de Sánchez y que aparecían todos los lunes en el diario 'Público', propiedad del magnate Jaume Roures.

Su último artículo en 'Público', titulado 'Los trucos de Moncloa para sobrevivir a la pandemia', hacía un repaso de las estrategias diseñadas por el gurú de cabecera de Sánchez, Iván Redondo, para sortear la crisis abierta por la epidemia del coronavirus. El artículo, publicado el lunes 13 de abril, se hizo viral a las pocas horas y molestó enormemente en determinados círculos del Gobierno. El miércoles, apenas dos días después, Calderón anunció en Twitter su salida de 'Público'.


Me acaban de llamar de @publico_es cancelando mi colaboración semanal. 

No puedo tener más que buenas palabras para @pardodevera y todo el equipo, bastante presiones han aguantado.

Así están las cosas en España, si quieres escribir con libertad tiene que asumir los costes.

En el tuit de Calderón, que recibió de inmediato miles de mensajes de respuesta para solidarizarse con su despido, el analista político explicó que le cancelaban su colaboración semanal y daba las gracias a la responsable del periódico, Ana Pardo de Vera, si bien añadía dos comentarios que no dejan lugar a dudas sobre los motivos de su salida: "Bastantes presiones han aguantado" y "Así están las cosas en España, si quieres escribir con libertad tienes que asumir los costes".

Calderón se incorpora a 'Vozpópuli'

Tras escribir ese mensaje en la red social Twitter, Calderón fue contactado de inmediato por el director adjunto de 'Vozpópuli', Álvaro Nieto, quien le ofreció la posibilidad de incorporarse al periódico dirigido por Jesús Cacho. "Calderón es un articulista brillante y, tras enterarnos de su despido, teníamos la obligación moral de incorporarle a nuestro plantel de columnistas. 'Vozpópuli' es la casa de la libertad y en ella tienen cabida todos aquellos que piensen libremente y sin sectarismos. Estamos muy orgullosos de su fichaje porque enriquece aún más nuestro periódico", ha señalado Nieto nada más conocerse la noticia.

Análisis: ¿Puede la pandemia ayudar a socavar libertades fundamentales en España?

Sergio Hernández-Ranera Sánchez

El principal centro demoscópico del país pregunta sobre la conveniencia de prohibir bulos y confiar toda la información veraz sobre el COVID-19 a fuentes oficiales. La oposición acusa al Gobierno de albergar un espíritu censor. Los distintos medios de control y seguimiento sobre los contagiados pueden resultar en un menoscabo de las libertades.

En España la acción del Gobierno en su lucha contra la pandemia recibe críticas también desde el ámbito informativo. Más exactamente, desde la óptica del derecho a la información.

Cuando el 15 de abril el Centro de Investigaciones sociológicas (CIS), organismo de titularidad pública y cuya dirección se nombra a propuesta del Gobierno, publicó una encuesta en la que preguntaba por la aceptación de medidas que supongan un freno al volumen de "información engañosa" y datos falsos, la respuesta de la oposición no se hizo esperar: el Gobierno estaría dando los primeros pasos para implantar "medidas totalitarias" al socaire de la lucha contra el virus SARS-CoV-2.

"¿Cree usted que en estos momentos habría que prohibir la difusión de bulos e informaciones engañosas y poco fundamentadas por la redes y los medios de comunicación social, remitiendo toda la información sobre la pandemia a fuentes oficiales, o cree que hay que mantener libertad total para la difusión de noticias e informaciones?", plantea el estudio.

Enseguida, tanto los opositores Partido Popular (PP), Vox y Ciudadanos (C's), como buena parte de la prensa escrita, tildaron el documento sociológico de ser un instrumento para predisponer a la opinión pública a favor de una ulterior merma de las libertades que rigen el estado de derecho y la libre circulación de información. "Se demuestra que la prioridad del Gobierno es lo que se cuenta y no solucionar la crisis", declaró vía Twitter el secretario general del PP, Teodoro García Egea.

El volumen de información, tanto institucional como privada, induce a pensar que la estrategia del Gobierno de Pedro Sánchez para solucionar la crisis de salud pública desatada por la pandemia de coronavirus, pasa también por liderar el relato. Hay quien opina que la encuesta del CIS es parte de esta estrategia. El sociólogo José Félix Tezanos, exmiembro de la Comisión Ejecutiva Federal del gobernante Partido Socialista (PSOE), es el director del CIS, cargo al  que accedió en 2018 y en el que desde los primeros momentos ha estado sometido a críticas por parte de las diferentes formaciones políticas.

La encuesta también revela el desgaste del Gobierno de Pedro Sánchez. En concreto, solo el 46,5% de los encuestados dice tener mucha o bastante confianza hacia la gestión del Gobierno, mientras que el 47,8% desconfía de las medidas adoptadas por el Palacio de la Moncloa. Pese a que el respaldo a Sánchez no es mayoritario, el 87,8% de los consultados cree que los partidos de la oposición deberían apoyar al Gobierno y dejar las críticas para otro momento.

El derecho a la información y a los bulos

En España el tratamiento informativo que está recibiendo la pandemia de COVID-19 es omnipresente. Prensa, radio, TV y redes sociales dan cuenta a diario de un volumen gigantesco de datos, imposible de digerir en su totalidad. A partir de ahí se abre paso la necesidad de elegir. Las informaciones de los medios convencionales pueden estar condicionadas por sus líneas editoriales, aspecto del que el gran público es consciente. ¿Y la que circula por redes? Su caudal y flujo es enorme, lo hace sin cortapisas y a menudo sin ningún filtro. ¿Qué veracidad cabe otorgar a todo lo que se mueve por la red? Mejor dicho, ¿tiene derecho a circular en estos tiempos excepcionales una información aunque no sea veraz, tal y como se plantea el CIS?

"En la sociedad de la información hay una continua batalla por llevarse 'el gato al agua', por ganar el relato", explica Manuel Sánchez de Diego, profesor de Derecho de la Información en la Universidad Complutense de Madrid. "En las redes hay mucha gente que reproduce cosas y con finalidad jocosa o crítica, otra gente vive de eso, como los influencers, y luego están las fábricas de bulos, que pueden ser gabinetes de comunicación de partidos políticos. Pero es que esto es una democracia y hay que vivir con este riesgo", declara a Sputnik.

Este docente de la facultad de CC. de la Información cree que la actual crisis de salud pública se está manejando desde el punto de vista de la comunicación y que los fallos de la acción de gobierno no salen a la luz pública "porque la estrategia comunicativa del Gobierno ha sido intensa". "Y ahora se sacan de la chistera lo del control de la información". ¿El CIS puede hacer estas preguntas? "Sí, las puede hacer. Jurídicamente no es reprobable, pero política y socialmente sí, porque preparan el camino para una cierta intervención de la libertad de información. Si lo hiciera una entidad privada no habría ningún problema, pero el CIS es público", explica Sánchez de Diego, quien afirma:

"El estado de alarma no posibilita la intervención de la libertad de información".

"Tampoco el estado de excepción. Ni el de sitio, solamente respecto a informaciones sensibles", señala. "Claro que hay bulos y exageraciones, pero los bulos se combaten con otra información, no con la ley". Este profesor universitario incide en que si un bulo genera un daño, a sus autores cabe cargarles la responsabilidad, si bien los daños contra el honor hay que matizarlos, "pues el Tribunal Supremo ya falló en su día que los políticos no pueden apelar a tal protección igual que un ciudadano de a pie", argumenta. "Pero, ojo, una información veraz también puede generar daño. Que sea verdad no es un cheque en blanco. Hay verdades que hacen daño. Con la pluma se mata diciendo la verdad, jurídicamente puedes ser sancionado aun diciendo la verdad", concluye, precisando la diferencia entre el delito de calumnia y el de injurias.

La tentación del control de la ciudadanía

Uno de los aspectos más contradictorios de la lucha contra la pandemia de COVID-19 es la paradoja resultante de enfrentar las diversas medidas para atajar el virus. El régimen de confinamiento atenta en principio contra libertades fundamentales como la de movimiento, y el aislamiento eficaz de los casos de contagio se logra también mediante el seguimiento de la población con tecnologías de la información que incorporan datos de geolocalización. En otras palabras, lo que da buenos resultados en China, resulta difícil de plantear aquí.

¿Está por delante el derecho a la salud de las libertades individuales? La actual crisis puede estar cambiando los conceptos de mucha gente y tal vez en este sentido haya que entender la pregunta del CIS. En entrevista radiofónica a Onda Cero, el propio Tezanos ha declarado que lo que se ha planteado es que "en determinados momentos se pueda controlar la información que se haga sobre el coronavirus (…), no la demás".

Las críticas al planteamiento de la pregunta del CIS inciden en el carácter capcioso de la misma, se acusa  a este organismo de poner a los encuestados ante una falsa disyuntiva, pues se ofrecen dos opciones extremas. El director de este centro demoscópico asegura que la pregunta carece de "intencionalidad política" y que sólo es un reflejo de la "sensibilización" de la sociedad frente a los bulos, pero desde las asociaciones de periodistas se condena la tentación de ejercer un control sobre la información.

El estudio también ha planteado también otra pregunta polémica:

"¿Estaría Ud. de acuerdo con que en España no se permitiese salir a la calle y que las medicinas y suministros alimentarios se llevaran a las casas por personal especializado, como se ha hecho en China?"

El 57,7% de los encuestados respalda la iniciativa y un 38,6% se muestra en contra. Esta pregunta puede relacionarse con un hipotético endurecimiento de las condiciones del confinamiento en caso de que las actuales medidas no arrojen como resultado un descenso claro de los casos de contagio antes del 26 de abril. Pero, sobre todo, la cuestión atañe a las dificultades de importar las medidas de control que han permitido a China atajar la pandemia en Wuhan. Es decir, las autoridades españolas parecen querer sondear la opinión pública ante un esquema que, si bien ha obtenido resultados positivos en Asia, aquí se asume como demasiado ajeno. Basta recordar el revuelo producido en fechas anteriores ante la posibilidad de que el Ministerio de Sanidad pudiera ofrecer aplicaciones digitales con función de geolocalización.