Sputnik, 16/09/2020
La Misión Permanente de Rusia ante la Unión Europea ha formulado preguntas sobre las acusaciones contra Moscú en relación con el incidente con Alexéi Navalni. La publicación surge en respuesta a una poderosa campaña informativa de los medios y círculos oficiales de la UE que acusan al Kremlin de querer envenenar al activista opositor.
"Sin afirmar ser expertos en toxicología, aún consideramos necesario llamar su atención sobre múltiples inconsistencias con respecto a este caso. A la luz del próximo debate en el Parlamento europeo pedimos a los funcionarios de la UE y a los eurodiputados que examinen las siguientes preguntas", inicia la nota oficial publicada en el sitio web de la Misión.
La publicación contiene un total de nueve preguntas:
En primer lugar, los diplomáticos buscan algún motivo razonable que explique el supuesto uso por las autoridades rusas del Novichok en una ciudad de medio millón de habitantes. Y es que, como ha confirmado su creador en numerosas ocasiones, las sustancias de tipo Novichok suponen un arma de aniquilación masiva de uso militar, que muy difícilmente pueda ser utilizada puntualmente contra alguien en particular sin afectar a nadie más a su alrededor.
Además, si la supuesta misión sería envenenar al activista opositor Alexéi Navalni, ¿para qué las autoridades rusas hicieron todo lo posible por salvarle la vida y luego se le permitió abandonar el país para recibir tratamiento médico adicional en Alemania, donde el supuesto Novichok sería fácilmente identificado?
En su segunda pregunta, la Misión Permanente de Rusia en la UE cuestiona que Moscú tuviese algún tipo de motivo para envenenar a Navalni. Y es que su nivel de popularidad real entre la población apenas alcanza el 2%, según la reciente encuesta realizada en julio de 2020 por Levada Center, una organización de encuestas y de investigación sociológica independiente, no gubernamental.
En tercer lugar, si Berlín confía que el activista opositor ruso fue envenenado, ¿por qué el Gobierno alemán se muestra tan reacio a publicar o proporcionar a las autoridades rusas competentes los resultados de los análisis toxicológicos realizados por un laboratorio especializado de las fuerzas armadas alemanas?
El 27 de agosto de 2020, la Fiscalía General de Rusia presentó a las autoridades alemanas una solicitud oficial de asistencia letrada. Sin embargo, Berlín no estuvo dispuesto a responder a la solicitud para luego negarse a proporcionar pruebas, explicando la decisión con razones de confidencialidad.
La cuarta cuestión se refiere a algunos de los acompañantes de Navalni en aquel trágico viaje desde Siberia: "¿Fue una coincidencia que, al mismo tiempo, algunas de las personas que acompañaron al señor Navalni en su viaje a Siberia salieron rápidamente de Rusia hacia Alemania justo después del incidente?".
Aunque la nota no especifica ningún nombre en particular, probablemente se trate de María Pevchij, una misteriosa mujer de 33 años que vive permanentemente en el Reino Unido y que acompañó a Navalni en su último viaje, para luego ser evacuada a Alemania junto con el opositor. Las autoridades alemanas guardan un fuerte mutismo sobre Pevchij, a pesar de que podría ser clave en la investigación del caso Navalni.
En quinto lugar, la nota hace hincapié en que tanto las autoridades sanitarias alemanas como los médicos del Hospital Charité, donde fue tratado Navalni, "rehúyen el diálogo profesional con los colegas rusos a pesar de las evidentes inconsistencias en los síntomas, el análisis toxicológico y el diagnóstico". La Cámara Federal de Medicina de Alemania, por ejemplo, rechazó la propuesta de las contrapartes rusas de establecer un grupo conjunto para realizar un examen médico.
La sexta pregunta se refiere a las persistentes declaraciones de políticos y medios occidentales de que el agente paralizante Novichok fue desarrollado en la URSS y más tarde utilizado en Rusia, sin mencionar que durante varios años especialistas de los Estados occidentales y centros relevantes de la OTAN han estado desarrollando sustancias químicas relacionadas. Por ejemplo, solo EEUU ha emitido más de 150 patentes para combatir sus efectos.
En séptimo lugar, en la nota se pregunta ¿por qué justo para la llegada de Navalni a Berlín se tomaron medidas de seguridad extraordinarias y el propio hospital se convirtió en una instalación de alta seguridad mucho antes del "descubrimiento" del Novichok? Desde la Misión Permanente de Rusia en la UE recuerdan que se realizaron más de 60 pruebas bioquímicas en el Hospital de Omsk y ninguna mostró ningún signo de intoxicación.
La octava pregunta trata sobre la misteriosa "botella de agua" con la que presuntamente fue envenenado Navalni. En la publicación recalcan que ninguna cámara o fotografía muestra al activista tomando una botella antes de su partida desde el aeropuerto de Tomsk. Y si la botella fue tomada en el avión, ¿cómo llegó a Berlín?
Por último, "¿por qué ni un solo especialista en toxicología, civil o militar, ni ningún médico de Charité ha presentado una declaración calificada sobre el caso (como hicieron los médicos rusos)?", preguntan desde la Misión Permanente.
El 20 de agosto, el opositor ruso Alexéi Navalni se sintió mal durante un vuelo y fue hospitalizado en la ciudad rusa de Omsk, donde fue tratado con atropina, fármaco que suele utilizarse como antídoto para los agentes nerviosos. Sin embargo, los médicos del hospital ruso afirmaron luego que no habían detectado rastros de toxinas en la sangre y la orina del paciente, cuya condición atribuyeron a un "trastorno metabólico". El 22 de agosto, Navalni fue trasladado al hospital universitario Charité-Universitatsmedizin de Berlín.
A principios de septiembre, el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert, informó que los análisis toxicológicos realizados por un laboratorio de las Fuerzas Armadas de Alemania muestran que Navalni fue envenenado con una sustancia del grupo Novichok. Desde Moscú tildaron de infundadas las declaraciones alemanas sobre lo ocurrido con Navalni y dijeron que esperan las respuestas oficiales a las solicitudes enviadas a Berlín.