martes, 26 de junio de 2018

DOBLE RASERO: LA MANADA NO ES TAN MANADA CUANDO ES CATALANA

"Espera sentado a tu puerta y verás pasar el cadáver de tu enemigo", dice el célebre refrán chino. Pues bien, ese día ha llegado: yo sabía que cuando se produjera un hecho delictivo similar al de "la manada" protagonizado por delincuentes de una región rica del norte de España la reacción mediática iba a ser muy distinta. Pues ese día ha llegado ya que una joven ha denunciado haber sido violada por 5 individuos que la metieron en el maletero de un coche al salir de una discoteca de (¡ojo al dato, que es muy importante!) de Molins de Rei, Barcelona. ¿Ruido mediático? Prácticamente nulo, y eso que ya están en libertad (el suceso se produjo el mes pasado). Me ha resultado patético ver en los informativos de Telecinco cómo una periodista de La Vanguardia (panfleto de la burguesía catalana más xenófoba) pretendía sin éxito justificar la excarcelación intentando esgrimir diferencias inexistentes entre "la manada" de Pamplona y la de Barcelona. Las pocas diferencias, de hecho, perjudican al caso de Barcelona (ropa rasgada, secuestro en un maletero de un coche). También es curioso que en este caso sí se ha respetado el derecho a la intimidad de los acusados, de los que, a diferencia de los detenidos en los Sanfermines, no conocemos nombres ni rostros ni por supuesto sabemos dónde viven y quiénes son sus allegados. En conclusión: no es tan grave el delito porque los delincuentes no son andaluces sino catalanes.



El otro aspecto vergonzante del asunto es la actitud del movimiento feminista y de la izquierda, en particular de la izquierda que simpatiza con los nacionalismos del norte de España. ¿Dónde están sus airadas manifestaciones y sus ansias de justicia linchadora? En ninguna parte. O mejor dicho, aún están manifestándose a favor de la cadena perpetua a los detenidos en los Sanfermines. Hay que ver cómo se le ve el plumero racista y burgués al feminismo y a la mayoría de la izquierda de este país, auténtic@s tont@s útiles de la oligarquía en sus planes de convertir al estado en un estado cada vez más represivo y carcelario. Qué se puede esperar de Españistán: a una democracia low cost le corresponde una izquierda low cost.