miércoles, 27 de julio de 2011

NORUEGA: ¿RESUCITA LA OPERACIÓN GLADIO?

No hay duda de que este año 2011 pasará a la historia como un año de grandes cataclismos: las crisis financieras, la guerra en Libia, la catátrofe nuclear de Japón y hace unos días un atentado terrorista de colosales proporciones en Noruega: 76 víctimas, según el último recuento.

Cuando ocurre un atentado de estas caractarísticas lo primero de lo se que percata una mente mínimamente avispada es de las manipulaciones informativas de los medios, que contribuyen al pánico y la confusión derivados que estos terribles hechos. En el caso de este último atentado, los medios de masas vuelto a dar un espectáculo lamentable: primero, se lo achacaron a Al Qaeda, luego hablaron de grupos antisistema (o sea, de izquierdas), para al final rendirse a la evidencia de la autoría neonazi. En el primer caso, los media demuestran un sutil racismo al buscar el enemigo en las potencias emergentes (antes llamadas Tercer Mundo) a las que la OTAN amenaza y bombardea para continuar con el saqueo de sus recursos energéticos y prologar el subdesarrollo de estos países rivales. El culparles de terribles atentados sirve de justificación para las acciones criminales de las potencias occidentales. Lo irónico de este caso es que la OTAN, Noruega incluida, está apoyando en Libia precisamente al bando de Al Qaeda y del fanatismo islámico. En el segundo caso, la desfachatez de nuestros gacetilleros llega a límites insospechados pues no es de recibo que grupos de izquierdas se dediquen a disparar a las juventudes de un partido de izquierdas (por muy moderado que sea este partido). Está claro que algunos de nuestros periodistas aprovecharon para verter toda la mierda que pudieron sobre el movimiento del 15-M y ponerse de nuevo del lado de los poderosos, que son quienes les pagan. Por último, cuando ya lo obvio es innegable reconocen que el terrorista era un ultraderechista, racista y fanático cristiano. Pero ¡qué curioso! en este caso ya no se habla de un grupo organizado sino que se nos insiste en que fue obra de un desequilibrado que actuó solo. Un caso aislado, nos dicen (como nos dijeron con motivo del también misterioso atentado contra Olof Palme en Estocolmo) mientras ignoran otras informaciones que hablan de la posible existencia de cómplices.

En el fondo de lo que se trata es de que la gente no se dedique a hacer molestas indagaciones que podrían poner al descubierto la verdadera naturaleza de las "democracias" occidentales. De lo contrario alguien podría encontrar muchas semejanzas entre este atentado misterioso y aparentemente sin sentido y los que asolaron Europa occidental en los años 70 y 80, que eran parte de la llamada Operación Gladio. Gracias a este siniestro mecanismo de terrorismo de estado coordinado por la OTAN, grupos de ultras aparentemente salidos de la nada y armados hasta los dientes sembraban el terror atentando indiscriminadamente contra la gente en espacios públicos como estaciones de ferrocarril, supermercados, etc. Los ultras, por cierto, tenían el apoyo encubierto de determinados sectores de las fuerzas armadas, policía y servicios secretos del país en cuestión. El objetivo era por un lado frenar a la izquierda y por otro acabar con ciertas alianzas geopolíticas que obstaculizaban el dominio norteamnericano sobre el continente europeo.





En ese sentido, el atentado de Noruega recuerda ese proceder. Para empezar, a EE.UU. le ha contrariado, y mucho, la decisión de Noruega de dejar de bombardear Libia (donde a la OTAN se le están poniendo las cosas muy difíciles) a partir del próximo 1 de agosto. EE.UU. ha sabido aprovecharse de las ansias neocolonialistas de Francia que quiere ser la potencia hegemónica en el continente africano y desplazar a Italia del Magreb (Italia, por cierto, tiene una especial relación con Libia a la que le compra grandes cantidades de gas y de petróleo y a cambio Libia invierte en la economía italiana... De hecho, Gadafi es uno de los máximos accionistas de la FIAT y de la Juventus). No es extraño que las agencias de calificación de riesgos americanas estén haciendo todo lo posible por desestabilizar económicamente a Italia. Además es de suponer que tampoco ha sentado bien a Washington la noticia de las maniobras militares conjuntas entre Noruega y Rusia.

Por otra parte, Noruega es uno de los países occidentales que más se ha destacado en el apoyo a un estado palestino independiente. De hecho, uno de los principales acuerdos entre israelíes y palestinos fue firmado precisamente en Oslo en 1993. Pero además, unos días antes del atentado, el 18 de julio, el estado noruego firmó un acuerdo con los líderes palestinos por el cual la representación palestina en Noruega se convirtió en embajada. Esto, por supuesto, tampoco habrá sentado bien a Israel y a su principal protector EE.UU. ya que dotar de embajada a Palestina está a un paso de reconocer su independencia.

Por si fuera esto poco, las circunstancias materiales que rodean al atentado no pueden ser más misteriosas. Para empezar, 48 horas antes del atentado la policía noruega hizo un similacro de actuación frente a un ataque terrorista en la misma zona donde estallaría el coche bomba ese fatídico 22 de julio. Esto no es conspiranoia: de ello da testimonio un vídeo alojado en Youtube que incrustamos a continuación...




Pero lo más llamativo es que la policía seguía la pista al autor del atentado desde hace meses, cuando adquirió sustancias químicas susceptibles de ser usadas como explosivo y a pesar de ello las fuerzas del orden tardaron más de una hora en llegar al lugar donde el ultra Anders Behring Breivik disparaba una a una a sus víctimas. También es curioso la pertenencia de Breivik a una logia masónica, dato este muy significativo porque la red Gladio estuvo relacionada con ciertas logias, especialmente con Propaganda 2 en Italia.



Quedan, no obstante, algunos interrogantes abiertos. ¿Por qué la policía infló la cifra de vítimas? ¿Por qué Breivik pretende atentar contra el edificio gubernamental justo en un día de fiesta cuando no estaba el Primer Ministro ni su equipo de gobierno? ¿Qué hay de cierto en los testimonios, ignorados por los media y la policía, que hablaban de que Breivik contó con el apoyo de varios cómplices? Quizá, si desclasifican los documentos secretos pertinentes como ocurrió en 1990 con los archivos de la Operación Gladio, sepamos algo al respecto.