José Miguel Vivanco, experto en humanitarismo selectivo.
JEAN-GUY ALLARD – Fuera suficiente relatar las dudosas relaciones de José Miguel Vivanco, jefe ‘para las Américas’ de la organización norteamericana Human Right Watch (HRW), con la fauna del Capitolio de Washington vinculada a la CIA, los más recalcitrantes ‘pitiyanquis’ venezolanos o con la fauna mafiosa cubanoamericana, para demostrar que su agresividad contra Venezuela, Cuba y los países progresistas de América es la de un agente de la CIA.
Pero hay más en su carrera para pegarle las cuernas que hacen de este chileno asimilado al universo imperial un autentico mercenario de la gigantesca maquinaria de inteligencia radicada en Langley, Virginia.
El “boss” de la “División de las Américas” de HRW creció en un Chile aterrorizado por las hordas de Pinochet y estudió en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile mientras el dictador imponía su constitución fascista para luego hacer una estancia en la universidad de Salamanca. Recorrido clásico de hijo de papá que lo llevo también a Harvard a buscarse un titulo.
Su entrada relámpago en la OEA con titulo de Asesor jurídico y luego de Procurador del Secretariado de la controvertida Comisión Interamericana de Derechos Humanos, cuando a penas se había levantado de los bancos de la facultad de derecho, ya provoca interrogaciones.
Nunca el abogado que se consagra desde unos años a difamar a Cuba, Venezuela y el conjunto de los países progresistas por cuenta de la HRW, ha estimado importante explicar como su rápida ascensión en la burocracia de la OEA, en Washington, se ha podido realizar sin la protección y la bendición de los cabezones de la Compañía.
Tampoco el letrado ha valorado elemental responder de manera documentada a las acusaciones que lo relacionan con el régimen asesino del general fascista Augusto Pinochet.
Estas acusaciones, gravísimas, fueron lanzadas en julio del 2004 por José Vicente Rangel, entonces vicepresidente de la República Bolivariana, quién reveló como el hoy ruidoso “defensor de los Derechos humanos” había colaborado con los servicios secretos de Chile bajo la dictadura.
El Golpe les dejó mudos
La campaña de ataques manejada por Vivanco contra Venezuela fue objeto de un análisis sumamente revelador publicado en el 2004 por el afamado investigador Al Giordano en el sitio web narcosphere, a dos meses del histórico referéndum del 15 de agosto del 2004, cuando el abogado naturalizado norteamericano multiplicaba las calumnias en contra del gobierno Chávez.
Giordano recordó como en el 2002, Vivanco y HRW, después de apoyar los propósitos de los grupos opositores más identificados a la embajada norteamericana, se quedaron totalmente silenciosos, sin una palabra de denuncia, frente al fugaz gobierno golpista del empresario Pedro Carmona.
Sin embargo, en el 2003, sin un gramo de vergüenza, HRW desencadenó una campaña feroz contra la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión al lado de Reporteros Sin Fronteras y deotras organizaciones ‘internacionales’ cuya vinculación con la CIA está ya establecida,.
En el momento del voto del 2004, defendió rabiosamente el ‘derecho’ de la National Endowment for Democracy – un invento de Reagan para hacer abiertamente lo que la CIA hacía escondida – a subsidiar la organización SUMATE cuyo fanatismo antichavista llevo incluso a provocaciones asesinas.
Bendijo de la misma forma las “donaciones” de la Unión Europea y de otros países al grupo conformado por la oligarquía con la asesoría de la inteligencia norteamericana.
En Berlín, al lado de los terroristas de Miami
Si las intervenciones injerencistas de Vivanco en Venezuela indican una constante orientación paralela con el Departamento de Estado y la Agencia Central de Inteligencia, las numerosas intrusiones que realizó contra Cuba acaban de caracterizarlo como agente.
Un evento lo demuestra todo y acaba de revelar quién es el Número 2 de HRW.
En abril del 2007, Vivanco participó en Berlin a una conferencia convocada contra Cuba al lado de unos de los elementos más conocidos y peligrosos de la mafia terrorista de Miami, con orientaciones, financiamiento y apoyo oficial de Washington.
La Fundación Konrad Adenauer, una organización abiertamente anticomunista asociada en el pasado a numerosas actividades anticubanas, sirvió de pantalla a esta llamada ‘conferencia internacional’ cuyo perfil era idéntico a varias otras más. Todas están organizadas en distintas en capitales europeas
a partir de las oficinas de People in Need (PIN), una seudo ONG checa designada en el Plan Bush de anexión de Cuba.
Al show de Berlin, se aparecieron esencialmente personajes del staff de la CIA que desde décadas se dedican a atacar a Cuba.
Vivanco no tuvo el menor escrúpulo a sentarse al lado del veterano agente de la CIA Frank Calzón, director vitalicio del Cuban Freedom Center, de Washington, ahora implicado en un millonario desfalcó que amenaza la existencia de la USAID.
A Vivanco, tampoco le dio pena asociar su nombre al del desprestigiado comentarista de origen cubano Carlos Alberto Montaner, arrestado en La Habana en diciembre de 1960 con material explosivo, y reciclado por la CIA en intelectual madrileño.
El propio Vivanco presentó sus elucubraciones ante mafiosos connotados de Miami tales como Pedro V. Roig (Director General de Radio y TV Martí, actualmente bajo investigación), Ramón Colas (estafador y playboy subsidiado), el ex “comandante” Huber Matos vinculado al narcotráfico, Orlando Gutierrez-Boronat, ex terrorista cuyo Directorio Democrático Cubano recibió tres millones de la USAID, Angel Francisco De Fana Serrano, arrestado en California en 1995, con un arsenal de armas con las que preparaba un ataque terrorista contra Cuba.
Y Sixto Reynaldo “El Chino” Aquit, uno de los fundadores del Comité de apoyo al terrorista internacional Luis Posada Carriles y famoso en Miami por una larga serie de acciones criminales de las cuales se jacta.
El 27 de abril del 2007, el Diario Las Americas, rotativo mafioso de Miami, celebró la presencia de José Miguel Vivanco entre tantas figuras ‘anticastristas’ asociadas a la mafia cubanoamericana que ‘declararon respaldar’ una ‘declaración de unidad’ de los ‘opositores en Cuba’.
Los paseos de Vivanco por los pasillos del Capitolio, en Washington, han sido numerosos y los congresistas más hostiles al despertar de América Latina saben hasta que punto pueden contar sobre sus servicios mercenarios a la hora de calumniar a los líderes de la izquierda del continente.
En Caracas, en Berlín o en Washington, Vivanco siempre sabe ajustar sus declaraciones incendiarias a las necesidades de los amos de su nueva patria.