Alex Anfrus
En Venezuela, a principios de 2014, el plan que los opositores de derecha denominaron 'La Salida' no obtuvo el éxito esperado. ¿Se trataba simplemente de un programa de alternancia política? Para nada. Algunos de esos políticos, como Leopoldo López, ya habian participado en el golpe de Estado de 2002 contra Chávez, pero decidieron reincidir. Al promover la violencia y el caos en el país, la «oposición» renunciaba definitivamente a la vía democrática. Esta actitud ha conducido a Leopoldo López y Antonio Ledesma a la detención e investigación por su responsabilidad en el balance de 43 muertos, 486 heridos y 3.500 detenidos en el transcurso de las llamadas guarimbas (barricadas callejeras). Sin embargo, los medios europeos les siguen presentando como víctimas y presos politicos, relegando toda la responsabilidad de aquellos acontecimientos al Gobierno venezolano, que es calificado de «terrible dictadura». Se trata de la aplicación de una conocida regla de la propaganda de guerra: invertir el papel de las víctimas y los verdugos.
El doble rasero de los medios sobre las guarimbas
Un año después, el Comité de Víctimas de las Guarimbas, formado por familiares de las víctimas, ha realizado una gira europea de conferencias de prensa para dar su testimonio sobre las causas reales de aquella violencia. Esfuerzo realizado en vano... A pesar del bombardeo mediático que acompañó a comienzos de 2014 el fenómeno de la violencia en las calles de Caracas, la gira del Comité no ha suscitado el menor interés de los politicos y los medios europeos, a quienes no parece importarle conocer la identidad de las víctimas, ni establecer la verdadera responsabilidad de tales acontecimientos.
Como por arte de magia. Mientras que las verdaderas víctimas son invisibilizadas, los detenidos y acusados de la planificación de esta violencia política reciben un amplio apoyo internacional. En lugar de promover la verdad y la justicia, los que manifiestan ese apoyo en realidad defienden la impunidad hacia los responsables de la violencia de las guarimbas. Según el portavoz de la Red Alternativa de Defensa de los DDHH, Cristóbal Cornieles, en torno del fenómeno de las guarimbas se dieron cita varias manipulaciones mediáticas. La primera consistió en presentar la responsabilidad de los 43 fallecidos como obra del gobierno y las autoridades públicas. «Esta imagen ha tenido mucho eco en Europa. Sin embargo, de los 43 fallecidos, sólo 5 lo fueron por responsabilidad directa de funcionarios militares y civiles, ademas han sido detenidos y juzgados por ello. Los 38 fallecidos restantes, es decir el 90% del total, lo fueron por responsabilidad directa de las personas participantes en las acciones violentas de las guarimbas.» [1]
Como apunta Cristóbal Cornieles, «se ha favorecido la idea de que las protestas tuvieron lugar con fines de reivindicación social, de que hubo estudiantes que decidieron protestar de manera espontánea. Sin embargo, las acciones de violencia política formaron parte de una agenda claramente definida, denominada La Salida, que tenía como objetivo sustituir al Presidente, y que fue anunciada en diciembre de 2013 desde un restaurante de Miami».
El 31 de octubre de 2013, en Estados Unidos, el líder de la formación de derecha Voluntad Popular, Leopoldo López, utilizaba una metáfora que era muy explícita acerca de la radicalidad y la agresividad de su planteamiento político: «Hasta que no tengamos claro cual es la enfermedad, cual es el diagnóstico de lo que se esta viviendo en Venezuela, no vamos a tener clara cúal es la medicina que tenemos que aplicar para curar la enfermedad. Porque no es lo mismo un catarro, que se cura con una aspirina, que un cáncer, que se cura con quimioterapia o radioterapia. No es lo mismo».[2] Así pues, la relación entre la aparición de protestas que degeneraron rápidamente en violencia generalizada y el anuncio del programa de la oposición golpista en el que se enmarcaban esas protestas —La Salida—, fue celosamente ocultada por el discurso uniformizante de los medios.
El anuncio de La Salida desde Miami no fue sólo un indicio revelador sobre quienes eran los más fieles apoyos de la derecha venezolana, sino también la confesión explícita de su abandono de la opción democrática: «yo quiero venir a comunicarles a ustedes, que yo estoy absolutamente convencido, y no soy yo, sino millones de venezolanos, estamos absolutamente convencidos de que Nicolas Maduro tiene que salir antes que tarde del gobierno de Venezuela». Asi es como Leopoldo López puso de relieve su decisión de reincidir en métodos ilegales.
Cristóbal Cornieles señala asimismo que: «los actos de violencia más fuertes se produjeron en los municipios gobernados por Leopoldo López, y con el beneplácito de la policía municipal, que protegía a quienes protagonizaban los actos de violencia. Incluso hubo el caso de un alcalde —Cobayos— que fue identificado participando en actos de violencia. Por esa participación, en la actualidad se encuentra detenido y está siendo investigado junto a Leopoldo López.»
Respecto a los métodos empleados, parece evidente que la violencia no molestaba en demasía en las areas governadas por la derecha venezolana, sino que por el contrario se acomodaba de manera oportuna con sus objetivos políticos: «La violencia se ensañó contra los motoristas. Históricamente, la derecha ha asociado a los motoristas con los simpatizantes chavistas. El método utilizado fue la instalación, bajo las instrucciones de un general retirado del ejército, de trampas o "guayas", ubicadas a un metro y veinte de altura, con el objetivo de provocar la muerte de los motoristas. Otro método utilizado fue la apertura de alcantarillas, y el derramamiento de aceite en los alrededores. Tales métodos constituyen un acto de violencia política planificada, y no el resultado de acciones violentas aisladas o espontáneas en el marco de manifestaciones pacíficas.»
Por último, Cornieles subraya el carácter insólito del discurso mediático dominante acerca del fenómeno de las guarimbas: «A lo largo de historia del siglo XX en América Latina, nunca ha habido precedentes de manifestaciones que terminasen con funcionarios policiales muertos. Jamás hubo el registro de ese tipo de violencia hacia los funcionarios policiales, lo cual permite hacerse una idea del grado de violencia planificada que se produjo durante las guarimbas. Esos funcionarios ni siquiera murieron durante enfrentamientos con los manifestantes, sino que su muerte se produjo mientras retiraban escombros y materiales utilizados para el bloqueo de carreteras. Esos policias fueron disparados desde lugares elevados, lo cual es un claro indicio de alevosía y premeditación en el asesinato. Sin embargo, los responsables de los asesinatos hacia los funcionarios están libres, mientras que los otros agentes estatales implicados en casos de violencia están siendo investigados. A pesar de todo, la comunidad internacional mantiene la matriz de opinión de que fueron las autoridades policiales las responsables de la violencia que produjo los muertos.»
La primera fase del plan de desestabilización fue presentar una pequeña parte de los estudiantes venezolanos —especialmente los estudiantes de derechas— como parte de un movimiento social legítimo frente a los medios de comunicación internacionales con el fin de dañar la imagen pública del Gobierno venezolano. El objetivo era preparar el terreno y luego legitimar un golpe militar por un grupo de oficiales. Sin embargo, como ha señalado el escritor Luis Britto García, «los activistas que utilizaron la violencia son presentados por los medios de comunicación como jóvenes estudiantes. Pero son adultos encapuchados, entre ellos paramilitares y mercenarios extranjeros, los que se hacen pasar por ellos. (...) Más de nueve millones y medio de venezolanos son actualmente estudiantes. Es decir, aproximadamente uno de cada tres. Esto significa que si la población estudiantil fuese hostil a la Revolución Bolivariana (...) ésta no habría podido resistir a este estallido de violencia.» [3]
El plan incluía un bombardeo aéreo sobre TeleSur. Como lo recordaba justamente Nicolás Maduro, la revelación del plan de ataque a TeleSur es una indicación poderosa de quienes fueron realmente los actores detrás de la tentativa de golpe el 12 de febrero de 2015: «Seguramente alguien, un venezolano que nos odie mucho, pondría como primer objetivo del plan el palacio presidencial. Pero el que planifica desde afuera, su primer objetivo es que no se sepa nada en el mundo. Destruir TeleSur, (era) el primer objetivo. Los edificios de TeleSur que hay en el norte de Caracas.» [4]
Priorizar a un medio de comunicación como objetivo militar de primer orden nos recuerda el modus operandi del intervencionismo estadounidense, con el bombardeo de la televisión serbia en 1999, con el resultado de 10 muertos y 20 desaparecidos, o el del Hotel Palestina y las instalaciones de Al-Jazzera en Bagdad en 2003, en los que fallecieron los periodistas José Couso, Taras Protsyuk y Tareq Ayyoub, y resultaron heridos varios periodistas más.
La injerencia de EEUU y sus lazos con la derecha venezolana
Ya en 1829, el Libertador Simón Bolívar realizaba la siguiente predicción: «los Estados Unidos parecen destinados por la providencia para plagar la América de miserias en nombre de la libertad».[5] Si bien la intuición principal era diáfana, lo que faltaba únicamente por determinar era quienes serían los aliados históricos que jugasen el papel «providencial» permitiéndole a los EEUU destruir los procesos progresistas en Latinoamérica, como una plaga azotando las cosechas.
La implicación actual de los Estados Unidos en el plan de apoyo a una insurrección en Venezuela no debería sorprender a nadie. Como prueba, sus numerosas intervenciones militares a lo largo del siglo XX, pero también las más recientes, como el apoyo de Obama al golpista Roberto Micheletti y luego a su sucesor Porfirio Lobo en Honduras, tras el golpe de Estado que provocó el derrocamiento del presidente legítimo Manuel Zelaya. De hecho, para los Estados Unidos, la defensa de la soberanía, el fortalecimiento de una dinámica de integración regional, el antiimperialismo sin complejos de los gobiernos de Bolivia, Ecuador y Venezuela son otras tantas «amenazas inusuales» a sus proyectos de dominación hegemónica.
El 23 de junio de 2015, y en vista de las elecciones parlamentarias anunciadas para el 6 de diciembre de este año, una delegación de siete dirigentes del partido de derecha Primero Justicia, con Henrique Capriles a la cabeza, se han reunido en Nueva York con el asesor político Juan José Rendon. El Presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello ha denunciado el apoyo que la derecha venezolana busca sistemáticamente en el extranjero: «Se fueron a discutir los problemas de Venezuela en Nueva York, aunque sabemos que no fueron a eso, fueron a recibir instrucciones de ese sector del imperialismo que no quiere la paz en Venezuela, además fueron a recibir dinero (...) ¿Eso es una oposición seria en Venezuela? No, no lo es». [6]
Venezuela paga pues el precio de sus recursos estratégicos y su ubicación geográfica entre Colombia y Estados Unidos, dos países que gozan de estrechas relaciones y que se materializan en la cooperación militar. Su injerencia se refleja a varios niveles. En primer lugar, en la financiación que la National Endowment Democracy (NED) y la USAID han otorgado a las organizaciones de la oposición venezolana de manera ininterrumpida desde 2001 (sólo en 2013, esa financiación se elevó a 7,6 millones de dólares). Pero también en el papel de los paramilitares colombianos en sus recientes intentos de desestabilizar el país [7], asi como en el asesinato del joven diputado Robert Serra. [8]
En realidad, La Salida, ese plan insurreccional cuyo punto álgido se produjo en los primeros meses de 2014 y que se basaba en tumbar un gobierno legítimo, sigue siendo una amenaza latente, ya que se inscribe en la continuidad de una serie de ataques y sanciones que apuntan todos al interés de la Casa Blanca en el regime change [9] de un país considerado estratégico. Así, el 11 de diciembre, Obama decide firmar unas sanciones contra oficiales y diplomáticos venezolanos de alto rango, destinadas a impedirles su acceso al visado. En enero de este año, una campaña mediática acusaba al Presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello de corrupción y de supuestos lazos con el narcotráfico internacional.
En consonancia con esas acciones, el 12 de marzo, el Parlamento Europeo aprobaba una resolución que «condena la persecución política en Venezuela (...) e insta a la liberacion de las personas encarceladas arbitrariamente» [10]. Es de destacar que en el Parlamento Europeo se lleva a cabo una instrumentalización política de los derechos humanos, y su discurso es muy diferente según los países sean aliados o no. Efectivamente, los miembros del Parlamento Europeo hicieron hecho oídos sordos a la delegación venezolana formada por el Diputado de la Asamblea Nacional de Venezuela José Morales, y representantes del comité de victimas de la Guarimba. Yendry Velázquez, la portavoz del Comité, denunció que «de 751 eurodiputados, en la sala no estaban presentes ni 50 de ellos (...) No espero mucho de ellos, ya que esto estuvo planificado con anterioridad». [11]
Finalmente, el 9 de marzo hubo el infamante decreto de Obama designando a Venezuela como una «amenaza inhabitual y extraordinaria para la seguridad nacional» de los EEUU. Sin embargo, esta última intriga ha tenido un efecto inesperado, despertando la simpatía de millones de personas en todo el mundo que manifiestan su apoyo a la Revolución Bolivariana, y reclaman la derogación del decreto. Pero el decreto constituye una especie de espada de Damocles. El joven vicepresidente de Venezuela, Jorge Arreaza, advierte: «Estados Unidos utiliza esa orden ejecutiva como un "interruptor" que puedes apagar o activar según te convenga».
El Pueblo de Venezuela quiere Paz y Justicia
El primer acto de justicia consiste en que se conozca la verdad. Para ello es necesario poder visibilizar a las víctimas y a los responsables. La mayoría de los medios y la Unión Europea continúan solicitando la liberación de Leopoldo Lopez y los responsables de la violencia del período de las guarimbas. De ese modo, la UE hace una interpretación selectiva de los derechos humanos, plegándose una vez más a los intereses de los EEUU.
Desde hace dieciséis años, la Revolución Bolivariana promueve la unidad latinoamericana y el cambio de paradigma con el socialismo del siglo XXI. Por mucho que el imperialismo estadounidense se empeñe en repetir viejos esquemas coloniales de dominación, los pueblos de Nuestra América reafirman su unidad en la diversidad, infunden ejemplo y esperanza en los pueblos del mundo, con gobiernos que por primera vez incluyen en su agenda política a las amplias mayorías sociales.[12] La historia muestra que el colonialismo y los imperios tienen un comienzo y un final. Por eso los Estados Unidos y la Unión Europea deberian someterse a la evidencia y abandonar su apoyo a golpistas, mercenarios y criminales de todo tipo.
Investig'Action
10 julio 2015
NOTAS:
[1] Conferencia de prensa del Comité de victimas de las guarimbas, en Bruselas, el 7 de marzo de 2015.
[2] Ver video con el anuncio de «La Salida» : http://www.ultimasnoticias.com.ve/noticias/actualidad/investigacion/video---leopoldo-lopez-anuncio-la-salida-en-eeuu.aspx
[3] https://venezuelainfos.wordpress.com/2014/04/13/venezuela-medias-et-terrorisme-par-luis-britto-garcia/
[4] Discurso de Nicolas Maduro en la clausura del Encuentro de Intelectuales en Defensa de la Humanidad, en Caracas, el 13 diciembre de 2014.
[5] Carta al coronel Patricio Campbell, Inglés, Encargado de Negocios en Guayaquil.
[6] Diosdado Cabello, «Con el mazo dando», 24 de junio de 2015, Venezolana de Television. Ver video: https://www.youtube.com/watch?v=MnBFAuSUTOg
[7] http://notas.org.ar/2015/04/02/venia-imperial-guerra-psicologica-paramilitarismo-sabotaje-venezuela-ii/
[8] Ver: http://www.telesurtv.net/news/La-historia-de-El-Colombia-el-asesino-de-Robert-Serra-20150530-0022.html
[9] La expresión «cambio de régimen» hace referencia al derrocamiento de gobiernos extranjeros por Washington, sin recurrir a la intervención militar directa. Las operaciones cubiertas diseñadas por la CIA consisten en promover la desestabilización de países a través de golpes de Estado, financiando y entrenando a grupos hostiles a gobiernos, realizando campañas de guerra psicológica en los medios de comunicación, etc. El término es utilizado en la obra Overthrow: America’s Century of Regime Change from Hawaii to Iraq (2006) del periodista estadounidense Stephen Kinzer.
[10] European Parliament resolution of 12 March 2015 on the situation in Venezuela (2015/2582(RSP))
[11] http://www.vtv.gob.ve/articulos/2014/12/18/debate-sobre-venezuela-en-el-parlamento-europeo-esta-fuera-de-contexto-3763.html
[12] Discurso de Jorge Arreaza pronunciado en la clausura de la Cumbre de los Pueblos, el 11 de junio de 2015 en Bruselas.
Fuente: El Diario de Nuestra América n°5, Julio 2015, Investig’Action -www.michelcollon.info