Berlín confidencial, 24/07/2018
Llevamos varios años, pero especialmente en los dos últimos, padeciendo una verdadera ola de cargante y reaccionario postmodernismo feminista tanto en los medios (en todos, sin excepción, da igual su color ideológico, lo cual es un indicador de por dónde van los tiros) como en declaraciones institucionales, aquí a cuenta, fundamentalmente, de la “violencia de género”. Sincronizadamente, no hay día donde no aparezca un político/a, una campaña, programa televisivo, noticia o estrella mediática del feminismo progre-neocon-pop para hablarnos de “machismo” y “patriarcado”, los dos mantras y sancta sanctorum con los que englobar todo lo que no guste a las heraldas feministas de género (tonto), esas que van predicando que los hombres han de ir perdiendo sus privilegios históricos para ganárselos ellas (ya de por sí privilegiadas). Toda esta gran multinacional del victimismo es una mentira interminable que escenifican, un día sí y otro también, las bon vivant feministas de las sociedades occidentales.
Ciñéndonos a España, podemos señalar una serie de puntos que desmontan esa teoría victimista del feminismo como “colectivo vulnerable”:
A. El feminismo se ha convertido en una herramienta de control social del Estado y de Fundaciones privadas de multimillonarios (Open Society, Rockefeller, Ford, Friedrich Ebert..) que se propaga insistentemente en medios de comunicación, a través de la clase política, con el apoyo del sistema judicial y la colaboración del entorno académico cediendo sus recintos universitarios para la propaganda de género.
B. Las feministas, que tienen la nociva costumbre de hablar en nombre de todas las mujeres, gozan del privilegio de tener leyes específicas a su favor, como es el caso de la LVIOGEN (Ley Integral Contra la Violencia de Género) que, después de 14 años de su entrada en vigor, no sólo no ha “resuelto” el problema de la llamada “violencia de género” (una cuestión que admite muchas variables difícilmente controlables y que ha supuesto matar moscas a cañonazos, creando nuevas injusticias) sino que, paradójicamente, la ha incrementado.
C. La llamada “perspectiva de género” en la Justicia, que demandan las feministas, para “combatir” la que llaman “justicia patriarcal”, ya la tienen de facto establecida en la propia LVIOGEN, con Juzgados específicos de violencia contra la Mujer e innumerables sentencias a su favor en los casos de separaciones y divorcios.
D. Las asociaciones feministas reciben cuantiosas subvenciones públicas del que llaman Estado “patriarcal opresor” (progre-neoliberal), quien mantiene boyante la industria de género a través de sus organismos públicos estatales (Observatorios, Instituto de la Mujer…), autonómicos y locales, sin contar las ayudas que reciben de Entidades privadas u organismos como la Comisión Europea.
E. La mujer tiene hoy día acceso preferente, por el sistema de cuotas, en detrimento de principios constitucionales como los de mérito y capacidad, a empleos públicos o privados.
Que el feminismo se ha viralizado a nivel global con un indubitado carácter fundamentalista e inquisidor, de eso no hay la menor duda. Para ello utiliza sus emblemas principales del arsenal semántico postmoderno (“yo si te creo”, “techo de cristal”, “cultura de la violación”, “espacios seguros no mixtos”, “sororidad”, “cosificación”, “masculinidad tóxica” etc.). Un ejemplo de cómo se las gastan las neofascifeministas es el siguiente: una histérica feminista responde agriamente en la página Headstuff (Irlanda) a un hombre que discrepa educadamente de los espacios exclusivos para mujeres. Este es exactamente, parámetros lingüísticos incluidos, el “modus operandi” del feminismo de este país (España):
Spasmolytic • a year ago
"No tengo ningún problema con los espacios solo para mujeres. A decir verdad, hay ocasiones en que socializar exclusivamente con otros hombres es beneficioso desde el punto de vista intelectual y emocional. Por otro lado, socializar periódicamente exclusivamente con hombres no tiene nada que ver con ningún “problema” que tenga con las mujeres. A la autora de este artículo, en cambio, parecen gustarle espacios exclusivamente para mujeres, en parte porque considera que los hombres son problemáticos. Afortunadamente, la mayoría de las mujeres no piensan de esa manera."
Andrea Cuccaro > Spasmolytic • a year ago
"Usted lo que necesita es educarse sobre sus privilegios masculinos y la opresión que sufren las mujeres. ¿Quién domina las estructuras de poder y los espacios sociales en su mayoría? Hombres. No insulte a las feministas o su actitud será considerada como una reacción masculina violenta a nuestro progreso. ¡Edúcate a ti mismo y hasta que lo hagas, cállate! Realmente causa rechazo y molestia comprobar cómo de venenoso es tu comentario después de leer este artículo increíble que es absolutamente acertado y con el que la mayoría de las mujeres estaría de acuerdo. Tal vez esas mujeres no lo verbalizarían en tu presencia al ver como reivindicas tus derechos masculinos y tu masculinidad tóxica."
La contestación a un comentario ponderado y razonado es: cállate…edúcate….mira tus privilegios…tienes que ver cuán opresión femenina existe…posees masculinidad tóxica. Todo argumento contra el sacrodogma feminista se convierte, automáticamente, en una ofensa. Y la izquierda botarate de aliados-guiñoles asintiendo toda esta porquería.
No cabe duda de que hay en marcha una agenda globalista feminista que, al igual que sucede con la migratoria tiene unos preclaros patrocinadores y colaboradores, con unos objetivos que conectan con los del Nuevo orden capitalista, grandes financistas billonarios y agencias de inteligencia como la CIA para utilizarla como instrumento de fragmentación social. Esto sucedió a finales de los años 60 en los campus universitarios norteamericanos con los movimientos “anti-guerra” de Vietnam donde marionetas bajo control del FBI y la CIA eran manipuladas para los intereses del imperio y para provocar la división entre los más combativos. Con el feminismo hicieron lo mismo en aquellos años. Gente como la lunática Valerie Solanas (la del manifesto SCUM), la militante hembrista Andrea Dworkin, la troskista negra Angela Davis o la agente de la CIA Gloria Steinem han servido de modelo para el feminismo occidental.
En este feminismo, creado y publicitado por los grandes medios, donde predomina la intolerancia, el dogmatismo, el puritanismo y la censura el papel del hombre (blanco heterosexual) ha adquirido una nueva dimensión histórica: y es que en la “lucha” feminista de género el hombre no debe traspasar la línea roja de un nuevo concepto, el de “aliado”, debiendo postrarse inexcusablemente ante la mágica verborrea de las sumas sacerdotisas feministas. Por tanto, no debes dar lecciones de feminismo, no debes interpelar a una feminista, no debes interrumpirla. Tampoco debes ir en la cabecera de las algaradas feministas callejeras sino hacia el final de la mismas, escondido y semioculto, pidiendo perdón por ser un bulto sospechoso….además de abrirte, sin rechistar, de un espacio feminista no mixto si se te ocurre aparecer por allí.
En todo este esperpéntico sainete feminista postmoderno hay algo que cruje: y es que se echa en falta una perspectiva crítica de izquierdas contra toda esta impostura feminista-involucionista que no admite réplica intelectual a su discurso sin que te caiga encima el sambenito ya conocido de “machista”. De este modo, los liberales, neoconservadores y/o personajes situados en la órbita de la extrema derecha política o religiosa (católica) están haciendo su agosto desmontando con habilidad y acierto las falacias feministas, pero al mismo tiempo aprovechan para sacar el fantasma del comunismo o “izquierdismo” como un atributo exclusivo de este intolerante feminismo, cuando la realidad es que su raíz conecta con las sociedades capitalistas y sus principales instigadores, que son las élites neoliberal-progres.
Es una estrategia fácilmente reconocible: si la sociedad está dividida gana el que tiene el poder, por lo que no hay nada mejor que infectar artificialmente las relaciones hombre-mujer, introduciendo debates de parvulario y protagonistas acusadamente antagónicos, a la par que se neutraliza a la inoperante izquierda (supuestamente) anti-imperialista, perdida completamente en los identitarismos de género, la multiculturalidad y la diversidad sexual.
REPASO A LAS MEDIÁTICAS PIJAS PROGRE-FASCI-FEMINISTAS: BARBIJAPUTA, IRANTZU VARELA, LETICIA DOLERA Y TOWANDA REBELS
Voy a centrarme en estos cinco personajes que gozan de gran predicamento en los medios (incluidos conservadores) y redes sociales, puesto que la nómina sería inabarcable e incluiría periodistas más o menos conocidas (como la marquesa de los invent, Ana Pardo de Vera, directora del diario Público, Ana Isabel Bernal, Cristina Fallarás, etc), y decenas de “activistas” en redes sociales con marchamo progre-pseudocomunista, vinculadas bastantes de ellas a formaciones políticas como Podemos y, menos, al PSOE, e igualmente obviando canales mediáticos pijo-feministas del tipo Buzzfeed Lola, claramente manufacturados con tiralíneas de feminismo postizo.
1. BARBIJAPUTA: LA GO-GÓ FEMINISTA DE IGNACIO ESCOLAR
El anonimato ha sido una de las claves de la gran popularidad de la andaluza de pseudónimo Barbijaputa, catapultada al “éxito” feminista-radical gracias al tabloide progre de Ignacio Escolar y George Soros, ElDiario (gran propagandista de los crímenes de la OTAN, a través de su mentor, el rusófobo The Guardian), donde ha ido dejando incendiarios discursos del odio contra los varones utilizando toda suerte de tópicos demonizadores mezclados torticeramente con charadas giliprogres. Son incontables las “joyas” literarias de esta demagoga de pedorreta pero me he molestado solamente en buscar algunas en una de sus últimas entrevistas (no pueden quejarse del exquisito tratamiento que los medios dan al feminismo más integrista).
Dice la Barbi que “los hombres son causantes y beneficiarios del patriarcado”, un sesgo totalitario habitual de este personaje es el de culpabilizar a los hombres de todos los males históricos del planeta. Satanizar a otros es lo que han hecho doctrinas religiosas como la católica cuando los curas, históricamente, han echado la culpa a los demás de cometer pecados mientras ellos se regocijaban en los propios. O la misma religión islámica fundamentalista llamando infieles a los demás, o buscando un símil igualmente apropiado, cuando los nazis echaban la culpa a otros de no ser arios o ser judíos. Las mujeres siempre son víctimas de algo…pero por culpa del hombre.
Otros prodigios inenarrables de la Barbi son del siguiente tipo “Espero que llegue un día en el que diga que me gustan mis piernas con pelo, pero todavía no ha llegado ese día”. Sin comentarios. A la pregunta de ¿Hay mujeres machistas? Barbijaputa responde: Me parece importante que tratemos diferente al hombre machista que a las mujeres colaboracionistas. Es decir, esta selectividad, esta distinción de inclinar la balanza de la “maldad machista”, per se, hacia el hombre, hace que se excluya de toda falta a la mujer, ya que esta será, como mucho, “colaboradora” en el “machismo”, vamos, que su opción de “aliada machista” lo es por accidente o mediante sometimiento a la voluntad patriarcal del hombre.
Barbijaputa nos da las claves de por qué el feminismo no debe ni puede ser ideología criticable, refutable, situándose así al nivel del dogma de infabilidad del Papa: “Aquí no hay ganas de autocrítica, aquí hay ganas de putear y denostar el feminismo”. El nivel de Barbi es tan sectario e indigente que a la pregunta de la entrevistadora ¿qué recomendarías a los hombres que quieren ser nuestros aliados? Barbi, responde: Tienen que callarse, sobre todo. El derecho a contraargumentar, expresarse libremente, simplemente no existe en el ideario-imaginario de la fascista Barbijaputa. Pero qué es eso de que haya hombres llevándome la contraria…La pregunta de la entrevistadora tiene, igualmente, tela porque ese “maternalismo” de “nuestros aliados” suena a algo así como “nuestros perritos falderos”, esos a los que vamos a enseñarles lo malvados que han sido desde que fueron un embrión y a llevarles por el buen peregrinar feminista.
Remata Barbi la entrevista diciendo que “Hay muchos que ya han entendido que ser aliado pasa por hacer autocrítica, desaprender todos esos privilegios, deconstruir su masculinidad y llevar consigo el feminismo. Pero advierte: los hombres nunca pueden liderar nuestra lucha”. Ya, por descontado que ellas son poseedoras de la verdad revelada por….ellas mismas. Y, si te apartas de su “verdad” o cuestionas la monserga pseudointelectual de las teresianas feministas…te dan rápidamente el carnet de “machista”.
Que le aproveche a la misándrica Barbijaputa, a su rebaño de borregos-aliados, a sus enloquecidas seguidoras y a sus libros sobre sharia feminista, de los que podrá vivir del cuento y de la paguita de Escolar unas buenas temporadas.
2. IRANTZU VARELA: YO SOY LA JUSTICIA, LOS HOMBRES SON MIS ENEMIGOS
Si Barbijaputa suele poner el listón muy alto de la insania feminista, la Varela lo suele subir unos cuantos peldaños más. Varela se dedica a dar conferencias antimasculinas en foros respetables como los universitarios (por tanto, con dinero público pagado por todos), dejando mensajes agresivos y de odio en redes sociales como Youtube (Katana y cóctel molotov en mano) o llamando a la guerra contra los hombres en Twitter, mofándose de ellos con el término “señoro”. Tiene un tenderete ultrafeminista llamado Faktoría Lila y también colabora en la revista Pikara Magazine subvencionada por Emakunde (el Instituto Hembrista de la Mujer en el País Vasco que deniega subvenciones a entidades feministas mixtas -hombres y mujeres-, lo que indica la clase de fascismo de género que gastan). Para la masculinófoba Varela, al igual que para todas las militantes del feminismo más fanático, la violencia (masculina) contra las mujeres ya no es sólo física, es simbólica, telepática, virtual, transversal, económica, judicial, organizada, cósmica…Las mujeres nunca han dejado rastro de maldad alguna en la historia.
Veamos algunas de las perlas de la Varela en sus entrevistas. Me voy a ceñir a la del progre-anarco-trosko ELSALTO, quien abre la misma con una declaración llamativa de la ínclita Varela: “A quien no le gusta negociar, le gusta violar”. La barbaridad se comenta por sí sola. Ahora una relación sexual, según esta elementa, es un contrato mercantil previo. De lo contrario el hombre estará violando, así por sus tetas orondas. Dicho y hecho. El gobierno giliprogre feminista de Sánchez está estudiando una “ley del consentimiento”, dicen que en consonancia con otros países europeos capitalistas de nuestro “entorno” (el babeo rastrero de siempre, para quedar muy “europeos”), que padecen epidemias de violaciones como es el caso de la multicultural y abolicionista (prostitución) Suecia o Alemania.
Suecia, a todo esto, ha pasado de ser un modelo de convivencia y prosperidad social durante largos años, dentro de los márgenes que ha dado un Estado de Bienestar más allá del capitalismo, a ser un lugar de conflictos, recintos “no go zone” y agresiones sexuales. ¿Por qué ha ocurrido este cambio repentino?. ¿Se han convertido los civilizados varones nórdicos suecos en violadores de la noche a la mañana? No, la mayoría de las agresiones sexuales que ocurren en Suecia, moleste o no los progres, han sido perpetradas mayoritariamente por etnias de otros países, cuyo flujo se ha incrementado exponencialmente durante los últimos años al calor de las políticas favorables de inmigración masiva y buenrrollismo izquierdoso. Huelga decir que la industria de género en Suecia es muy potente y ha servido de “ejemplo” para el feminismo más tóxico del resto de Europa.
En España, al calor de casos manipulados y capitalizados por el lobby feminista y sus palmeros políticos y mediáticos (el de la “manada” o el de la secuestradora Juana Rivas) y después de décadas de (al parecer) violaciones consentidas dentro o fuera del matrimonio, el sexo se va a definir por un contrato de consentimiento donde puede quedar al albur de una sujeta si queda o no satisfecha en una relación sexual y, en caso negativo, proceder a denunciar por violación. El presupuesto de la presunción de inocencia quedará, en la práctica, ilegible, y la ley de “consentimiento” como un instrumento punitivo en contra de los hombres.
Dice Varela que: La masculinidad hegemónica se basa en convencer a los hombres de que pueden conseguir todo lo que desean y la feminidad en convencernos de que nos van a querer cuando más deseos satisfagamos. Una lesbiana permitiéndose el lujo de impartir clases de la malvada heterosexualidad,…y con amenazas veladas: Seducir, ligar y follar tienen que ser intercambios entre iguales, con negociación y consenso, no una conquista, y a quien le baje la líbido negociar, es que no le gusta el sexo, le gusta violar. Y violaciones no vamos a tolerar. Hay que aplicar estrictamente el Convenio colectivo del Buen Follar según la lesbo-nazi-normatividad de la bildutarra.
Pregunta la periodista y responde la Varela: ¿Algún consejo para ellos? Que no violen. Eso de que (todos) los hombres sean potenciales violadores nunca falla en el discurso del odio feminista. Mientras tanto, hay que incentivar la cultura del pánico a lo masculino ya que como dice la Varela: “Tenemos miedo de los hombres. La mitad de la población tiene miedo”. Un invento delirante y demonizador que está haciendo fortuna entre las más piradas de sus seguidoras que quieren que el conjunto de mujeres interioricen el hecho de que el hombre es un potencial “violador” en la calle, en la casa, en sueños, con la mirada, con el gesto… con su sola presencia-existencia.
La última perla de la ínclita. Pregunta ¿Por qué crees que tantos hombres se ofenden al oírlo e incluso reaccionan de forma colectiva como ha sucedido con el hashtag #notallmen? Respuesta: Porque a nadie le gusta ser un sujeto opresor. Y menos ser el sujeto opresor de tu hija, de tu mujer, de tus compañeras, de tu madre. ¿Pero en qué mundo de esquizofrenia vive esta chalada que puede marcarse una licencia tan cochambrosa como es que los hombres oprimen a sus hijas, a sus mujeres, a sus compañeras de trabajo o a sus madres? ¿Alguien sabe si está en tratamiento psiquiátrico esta mujer? Igual no lo pillo pero las alusiones de esta tipa son siempre generalizar por sistema y en una única dirección. Nunca individualiza determinados comportamientos. Varela es un caso de androfobia patológica intratable mezclada con delirium tremens.
3. LETICIA DOLERA: CÓMO COMPRAR UNA FEMINISTA EN LAS REBAJAS DE EL CORTE INGLÉS
Juro que en mi vida había oído hablar de esta señora que dicen es actriz. Uno, cuyos gustos cinéfilos fueron siempre los del cine clásico y estaba prendado del glamour de las grandes actrices del Hollywood de los años 30, 40 y 50, nunca perdió un mísero segundo de su vida en el cine español (salvo el de los años 60 de Berlanga-Bardem y algunas joyas sueltas) y menos en el de ahora que es pura pestilencia postmoderna directamente asesinable (que diría el Boyero).
Con el respaldo de ser “actriz” la Dolera salió a la palestra feminista de la nada, no hace tanto tiempo, montando shows públicos pro-feministas que pronto llamaron la atención de los medios, siempre ávidos por vender share aunque sea a costa de ilustres desconocidos. Dolera, lanzada al estrellato feminista, ya es asidua a programas de entrevistas televisivas y radiofónicos utilizando los mismos reclamos y manuales de feminismo cutre que las anteriores (Barbijaputa, Varela), aunque resulta ser en apariencia menos “agresiva”, de perfiles menos “misándricos” que las dos locas del coño mencionadas.
No podía, faltaría más, en el repentino curriculum feminista-burgués de Dolera un libro (Morder la manzana), una suerte de tebeo victimista de medio pelo para ganarse adeptas, o sea tontas útiles fácilmente sugestionables y aliados en proceso de inmolación masculinista. He leído a sus fans decir que este folleto debería ser “obligatorio” en las escuelas. La diarrea mental está haciendo más estragos de los previstos en este país.
La aparición más reciente y comentada de Dolera ha sido en la telebasura de un programa llamado Chester donde el narrador o ideador del mismo empezaba diciendo lo siguiente: Leticia Dolera llega a ‘Chester’ para hablar de lo que pocos se atreven: el machismo. La carcajada se ha oído en Liberia. Es verdad que nadie había hablado del “machismo” en este país después de años apareciendo masivamente en los platós televisivos, en los noticieros, en las columnas periodísticas, en las redes sociales. Venga….¿Y qué dice Dolera en el progre Huffington Post?. Que “todos y todas somos hijos del machismo. Estamos educadas y socializadas en un sistema llamado patriarcado que educa en la desigualdad”. Un sistema que no cuestiona Dolera, sino que apela a la vaguedad calculada de un “sistema patriarcal” difuso cuyas bases ideológicas de clase las deja intactas, como buena pija de diseño feminista que es.
Luego Dolera exhibe su ignorancia y deshonestidad intelectual llegando a cotas difícilmente superables. Lean: “Si a un hombre le salen canas es sexy y si le salen a una mujer es una vieja, eso es violencia machista“. El todo es “violencia machista” es un comodín utilitarista que se ha vuelto insustituible en el argot del feminismo-pop donde es posible construir todo un mundo de infinitas perversidades masculinas. Otro recurso (bastante pobre) de Dolera es eludir el bulto de las supuestas agresiones o acosos sexuales en la industria del cine, en concreto, en España, donde dijo ser una de sus supuestas víctimas. Le preguntan: ¿Por qué en España ninguna actriz ha querido dar nombres? Respuesta En mi caso, porque el delito ya había prescrito y no quise poner el foco en esa persona, sino en la cultura de la violación. Una excusa peregrina para marcarse un invent más falso que las piezas que examina la familia Harrison de la Casa de Empeños de Las Vegas.
En definitiva, Dolera, icono del feminismo (sic) según el Huffington, quiere ganarse la vida con la profesión de feminista (más algún papel que consiga en el cine con la fama adquirida de guerrera anti-patriarcal) ya que el feminismo está de moda, es un negocio próspero y como dicen por ahí, como actriz vale lo justito y menos.
4. TOWANDA REBELS: ULTRAFEMINISMO POP DESDE UN BOOK DE MODELOS
Towanda Rebels son dos actrices de poca monta, llamadas Zúa Méndez y Teresa Lozano, que han sido encumbradas como nadie al feminismo pop como quien dice sospechosamente y de la noche a la mañana. Si buscas en Google “entrevista Towanda Rebels” verás que este dúo de feministas trazadas con escuadra y cartabón aparecen en prácticamente todos los grandes medios españoles. Desde ABC, hasta El Mundo, La Vanguardia o El Español, pasando por el ELPAIS o El Periódico. La creme de la creme de la manipulación periodística se ha hecho eco de los alegatos feministas de estas dos neomonjas de género cuyo “combativo” feminismo, en sintonía con el de las citadas anteriormente, está vendiéndose como rosquillas en los grandes medios.
Dos personajes, caras bonitas, que estaban en el anonimato cinematográfico, vagando con más pena que gloria, pasan repentinamente a ser emblemáticas “activistas” feministas con un discurso grosero y supuestamente “rompedor”, básicamente a través del video Hola Putero, incorporando a su mensaje-denuncia las habituales arengas del post-feminismo: violencia machista, “cultura” de la violación, prostitución, brecha salarial, pornografía, cosificación, etc. Todo ello en un lapso de tiempo relativamente corto que ha culminado, como en el caso de Barbijaputa o Dolera, en la materialización de un panfleto feminista, llamado Hola Guerrera, que seguro les proveerá más emolumentos dinerarios que su poca fortuna como actrices. Cabe recordar que una de las Towanda, Teresa Lozano, fue coordinadora de gogós en una discoteca (las gogós son chicas que exhiben su cuerpo a los ojos masculinos, subidas a una tarima, y ejecutan bailes o posturitas sensuales). Pero ahora toca ser neomonja y hablar contra los puteros (los hombres). Me lo creo.
El famoso video de las Towanda, Hola Putero, es una… puta mierda. Es un teatrillo demagógico, repleto de frases impactantes y basura sensacionalista, con pinta de haber sido manufacturado previamente en algún Departamento de ingeniería social feminista, donde se sesga el mensaje de forma arbitraria y no se tiene en cuenta la opinión de las mujeres que ejercen la prostitución, ni se plantean a las mismas qué posibilidades tendrían de inserción laboral después de abandonar lo que para muchas de ellas es una vía fácil de ingresos económicos y les permite vivir por encima de la media. Las feministas (pop) no estamos contra los hombres, pero siempre que podamos estamos contra ellos.
Resulta cuanto menos curioso que hablen sin decoro alguno de “violación” contra las prostitutas cuando son éstas (hablo de las que practican el oficio individualmente y con plena autonomía no dependiente de proxenetas y redes de puticlubs) quiénes ofertan libremente sus servicios de forma pública y el hombre se limita a aceptar las condiciones impuestas por la chica, abonando el servicio correspondiente. Pero las feministas pop son así de imbéciles y previsibles. Esto es el capitalismo, a mi no me gusta nada, tampoco que una mujer venda su cuerpo y se prostituya, pero si tan “guerreras” sóis (¿guerra contra quién, podéis explicarlo de una puta vez vosotras y la neurótica vasca?) no sé a qué coño esperáis para asaltar el Palacio de Invierno burgués (sin los hombres, claro) y abolir la prostitución sabiendo que en el sistema capitalista imperante seguiría existiendo clandestinamente la prostitución, tal vez en peores condiciones para las mujeres y con más riesgo para todos, incluído el aumento de violaciones. ¿Me equivoco si todo ello, las consecuencias del abolicionismo, no sería un motivo para incrementar la pasta gansa que el Estado heteropatriarcal suministra a las feministas todos los años en función de las estadísticas de los casos de violencia contra las mujeres?
La disertación feminista de estas rebeldes de plastilina llamadas Towanda Rebels (La Vanguardia, El Periódico) sigue el hilo conductor de las anteriores. Dicen que “Estamos cansadas de estar cansadas, ya basta. Tenemos que pasar del ‘estamos cansadas’ al ‘estamos rabiosas’ y movilizarnos”. Pero yo sólo veo dos tías viviendo de puta madre, haciendo bolos por los medios y quejándose de vicio, mientras trabajadoras luchan a diario, en solitario o codo con codo con los hombres, desde el anonimato y el silencio, sin el apoyo mediático que tienen estas pijas sin glamour y sin apelar a los sermones neofeministas de estas dos fracasadas profesionales.
Pero hoy rentabilizar, como hacen estas Towanda, los mantras “yo si te creo” (te creo porque eres mujer y mando a la mierda la presunción de inocencia), hablar de masculinidades tóxicas (considerándote a ti misma divina y libre de toda toxicidad por ser mujer), dar la puta brasa con la “empatía” y el “empoderamiento” (dos términos importados de la cultura feminista empresarial norteamericana) o repetir hasta dar arcadas el término “machista” como una suerte de estigma a aplicar indiscriminadamente a todo lo que no les gusta, es entendible ya que sirve para ganarse la vida y obtener un status social antes impensable.
Según las “towanditas”, Se necesita formación con perspectiva de género, porque es una cuestión de perspectiva, de dónde miramos la realidad. Es importante que las mujeres estemos en esa realidad, y nuestras particularidades tienen que estar en la perspectiva general. Y si no lo entienden, lo tendrán que entender a la fuerza. No, guapas, 1º) la “perspectiva” de género implica, según vuestro criterio, que las cosas se hagan como a las feministas les salga del coño, sazonado para unas “particularidades” que nadie sabe qué cojones son, aunque se intuyen; por tanto, si se utiliza el “prisma de género” para, por ejemplo, la justicia, pasaría a convertirse en un instrumento en favor de un grupo de presión totalitario y dejaría de ser justicia. Y 2º) lo de que “tendrán que entenderlo a la fuerza”, se llama aquí y en Aquisgrán FASCISMO.