miércoles, 29 de septiembre de 2021

UN NUEVO ESTUDIO DEL CSIC DOCUMENTA LA POSIBILIDAD DE UN TSUNAMI EN CANARIAS

Antonio Cerrillo

La Vanguardia, 29/09/2021

[La posibilidad de que se forme un tsunami por la actividad volcánica en La Palma ya se sugirió en 2001 en un trabajo  de los geofísicos de la Universidad de California Ward y Day. Uno, si es que es experto en el tema, puede rebatir con argumentos científicos la teoría, pero lo que es inadmisible es que los medios, en los que abundan juntaletras que opinan de todo sin saber de nada, califiquen esta teoría de "BULO", y al día siguiente se tengan que desdecir. ¿Recordáis las mentiras que publicaron contra la vacuna Sputnik V y cómo al final se la tuvieron que envainar?]



RTVE...


..y La Sexta, a la caza de "bulos"... a pesar de ser ambos 
máquinas de crear fake news.


“Sí; se podría producir un nuevo tsunami en Canarias”. Así, se expresa el vulcanólogo Joan Martí, director de Geociències Barcelona (CSIC), que ha capitaneado un equipo de investigación especializado en reconstruir sucesos geológicos extremos causantes de grandes peligros naturales.

El trabajo estudia un proceso geológico en cascada que se dio en la isla de Tenerife hace unos 170.000 años y que tuvo como último efecto un gran tsunami que alcanzó la práctica totalidad de las islas Canarias. La investigación sobre el riesgo volcánico en Tenerife se difunde en plena erupción del Cumbre Vieja en La Palma.

Los fenómenos geológicos en cascada son “acontecimientos que tienen una gran afectación, se dieron en el pasado geológico y siguen una secuencia en el tiempo que hace que uno de estos fenómenos se dispare sobre otro, este sobre otro y así sucesivamente”, señala Martí.

Este tipo de acontecimiento “se podría dar en un futuro geológico porque las condiciones que se dieron continúan dándose hoy. No pretendemos decir que esto puede pasar mañana, sino que puede pasar dentro de la evolución geológica de Tenerife”, matiza Martí.

El trabajo será publicado en la revista Journal of Geophysical Research: Solid Earth

La investigación hace un análisis del último de estos procesos geológicos de este tipo que se dio en Tenerife. Son acontecimientos que “se podrían dar en un futuro geológico porque las condiciones que se dieron en el anterior suceso continúan dándose hoy”, dice Martí.

El investigador, precisa, no obstante, que “no pretendemos decir que estamos haciendo la previsión de que esto mañana puede pasar, sino que puede pasar dentro de la evolución geológica de Tenerife”, matiza.

Este fenómeno consistió en una gran erupción, que originó una caldera de colapso, que disparó la sismicidad; esta provocó un deslizamiento de tierras; su efecto fue un corrimiento de tierras, y, finalmente, se generó un tsunami.

“Cada uno de estos procesos debió darse en horas o días”, matiza Martí.

Los pasos sucesivos

El primer eslabón de la cadena tuvo lugar en la erupción de la caldera de Las Cañadas (donde está hoy el Teide), tras la cual se produjo el hundimiento de todo el edificio volcánico y una emisión de material volcánico que cubrió casi toda la isla. El flujo de material piroclástico (ignimbrita...) y los gases generados se movió a ras de tierra a 200 km/h y a una temperatura de entre 400 ºC y 500 ºC.

La erupción provocó el hundimiento de la parte central de la caldera, que colapsó al desaparecer la presión tras salir el magma.

Todo ello desencadenó altos niveles de sismicidad a lo largo de la falla, con lo que se aceleró un deslizamiento al norte de la isla (que daría lugar al actual valle de Icod), y un corrimiento de tierras en su parte septentrional central que comportó el hundimiento en el mar de 100 km3de tierras, un gran bloque que chocó contra el mar “y provocó un tsunami que afectó a todas las Canarias”.

El resultado fue una elevación del nivel de mar de 150 metros hasta la costa tinerfeña. “Se han encontrado en Tenerife depósitos que pertenecen a este tsunami, a una altura de entre 130 y 160 metros por encima del nivel del mar, con grosores de más de 10 metros”, dice Martí.

“Esto es algo que ya pasó hace unos 170.000 años; lo que ocurre es que de momento no se han documentado los depósitos en las demás islas”, dice Martí.

Simulación

El trabajo incluye también una simulación de lo que pasaría si se diera este mismo proceso a partir de un hundimiento de lo que hoy es el volcán Teide, con corrimientos de tierras y formación de un nuevo valle de Icod; todo lo cual “podría producir un nuevo tsunami en Canarias”.

Si se levantara la gran ola, la propagación llevaría este material hasta todas las islas: 150 m en Tenerife y 100 m en las otras islas. Al menos en dos ocasiones, en las Canarias, se dieron hechos similares el último millón de años. “Esa es nuestra evidencia”, sentencia.

Los modelos empleados indican que esta onda expansiva llegaría hasta Estados Unidos, “aunque nosotros no tenemos evidencias de que se hubiera producido”.

A lo largo de la historia de Canarias se han dado varios procesos de este tipo. Las erupciones de esta magnitud solo han tenido lugar en la isla de Tenerife, pero deslizamientos de tierras con tsunamis también se han dado otras veces.

Martí precisa, no obstante, que “ahora la cámara del Teide está todavía en fase de desarrollo y crecimiento, “por lo que en las actuales condiciones no se justificaría su hundimiento en forma de caldera”. El investigador considera que la existencia de estos fenómenos geológicos debería ser tenida en cuenta en la planificación de las islas Canarias.

“Aunque la probabilidad de ocurrencia sea ahora muy muy muy pequeña –repite tres veces el adverbio–, el hecho es que todo esto está en nuestro registro geológico y debe ser tenido en cuenta”, señala.

Martí dirigió hace cinco años un máster en el que se señalaba la alta peligrosidad del punto caliente existente en la zona de Cumbre Vieja donde se ha dado la erupción. “Esta era la zona con más probabilidad de una erupción; ya dijimos que, si se producía una erupción, se daría aquí”.

Y, por eso, apunta la conveniencia de debatir sobre una planificación territorial adecuada en zonas con alta probabilidad eruptiva. .

El hecho de que en Canarias los sucesos volcánicos (y en concreto en La Palma) tengan periodos de repetición cada 50 años obliga a actuar pensando en el largo plaza con pactos de gobiernos consensuados.

Por eso, es partidario de elaborar un plan de ordenación territorial que tenga en cuenta estos riesgos (definiendo muy bien los usos del terreno) y afrontar a la vez un verdadero plan estatal que incluya un análisis coste-beneficio para decidir cómo actuar.

“Una opción es dejar que todo siga igual con el riesgo de que un día pase algo y la gente lo pierda todo; y la otra alternativa es aprobar un plan de recuperación y resiliencia, de manera que, si se da una catástrofe como esta, se disponga de dinero y recursos para que la gente que ha tenido las pérdidas se puedan recuperar”, añade.

“Se trata de que la gente no lo pierda todo”, dada las escasas compensaciones que recibirán del seguro en estos casos de catástrofe natural.

martes, 21 de septiembre de 2021

EL VERANO DE LOS “50 GRADOS”

De un tiempo a esta parte todos los veranos nos aterran los mass media con un bombardeo de noticias sobre apocalípticas olas de calor. Nada nuevo. Pero este verano los periodistas tenían un incentivo: el miedo a la epidemia del coronavirus había dejado en un segundo plano el terror climático. Y, para más inri, la idea de calentamiento global inminente no encajaba bien en un año con un invierno con un prolongado episodio de nieve y frío intenso (se llegaron a alcanzar el mínimo absoluto de -35,6 en León [1]). 


Anunciando un apocalipsis que nunca llegó.

Así las cosas, durante el verano de 2021 la prensa se tenía que emplear a fondo. Y como el verano empezó flojo en cuestión de temperaturas echaron mano de un episodio de calor extremo en la lejana costa del Pacífico de Norteamérica, donde, es cierto, unos días hubo temperaturas anormalmente altas de más de 40 grados en ciudades como Vancouver, Portand o Seattle. También nos informaron de un elevado número de víctimas por esa ola de calor (798 entre EEUU y Canadá [2]) y que el fenómeno tenía que ver, por supuesto, con el calentamiento global por el CO2 antropogénico. Este evento en seguida se bautizó como "cúpula de calor", que suena más espectacular que "ola de calor". Sin embargo, si quitamos las capas de alarmismo con que se envolvió la noticia la realidad es más prosaica. Para empezar, las muertes por la ola de calor fueron muy elevadas, sí, pero las producidas por el frío siguen siendo muchísimas más que las producidas por el calor. Así, el profesor de estadística danés Bjorn Lomborg y autor de El ecologista escéptico nos recuerda que el calor mata anualmente en EEUU y Canadá alrededor de 2500 personas pero que el frío mata a 100.00 en EEUU y 13.000 en Canadá, o sea, 40 veces más. Esto también es verdad para países más cálidos que Canadá como España o Brasil. Incluso en India, un país eminentemente cálido, las muertes por frío aventajan 7 a 1 a las muertes por calor. Y en todo el mundo hay 300.000 muertes por calor frente a 1.7 millones de muertes por frío. Pero, claro, si los medios ignoran las muertes por frío y solo nos hablan de las que produce el calor al consumidor de noticias le llega una imagen absolutamente distorsionada de los hechos. Por otra parte, la ola de calor duró del 25 al 29 de junio, o sea, cuatro días, tan poco prolongada en el tiempo que apenas se puede calificar de "ola" (lo mínimo que se exige para que se considere ola de calor es que dure tres días). Además, se nos dijo que fue la peor ola de calor que había sufrido la zona en toda su historia y eso no es cierto. Aquí, Lomborg señala cómo, ciñéndonos a EEUU, la afirmación se basa en registros desde 1960 en adelante de la EPA (Agencia de Protección del Medioambiente) norteamericana y no anteriores, sencillamente porque EEUU sufrió en 1936 una ola de calor mucho peor, como muestra la siguiente tabla confeccionada por dicha agencia. Por cierto, la ola de calor coincidió con los años de sequía del Dust Bowl en el centro de EEUU, un fenómeno ampliamente conocido a través del cine y la literatura. “Que las estadísticas no te estropeen una noticia alarmista”, debieron pensar los mass media. Y por último, habría que decir que esa zona de la costa oeste norteamericana siempre ha estado sujeta a oscilaciones de temperaturas y de precipitaciones de manera natural debido al fenómeno cíclico del ENSO (El Niño-Southern Oscillation).


Que los árboles no nos impidan ver el bosque

Pero volviendo al contexto español, los medios, animados por la "cúpula de calor" de Canadá/EEUU, pregonaron a los cuatro vientos que este verano íbamos a llegar a los 50 grados y que nosotros también tendríamos nuestra "cúpula de calor". Incluso hubo algún periodista que en un magazine televisivo animó a la gente a salir a la calle con mecheros y lanzallamas, como si de un record Guiness se tratara, para llegar con más facilidad a esa temperatura. Pero el verano empezó fresco y como no había ningún episodio parecido al de la “cúpula de calor” de EEUU/Canadá, a los medios se les ocurrió inventarse una ola de calor. Se le llamó la “bestia africana”, un nombre para dar mucho miedo y con ciertos tintes xenófobos. Pero al final “la bestia” quedó reducida a fenómenos locales de calor con calima, algo típico de todos los veranos, en la esquina sureste de la península. En el resto del país la brisa seguía empeñándose en soplar fresca y ni rastro de ola de calor (“¿Tú también estás notando más frío este verano en Cuenca? [3]”, se preguntaba una publicación digital, como con miedo a molestar). Fue entonces cuando en muchos medios se reconoció que la "bestia africana” se había quedado en agua de borrajas. Llegado a este punto, un periodista experto en meteorologías espetó a la audiencia televisiva que es “mucho peor tener poco calor muy de continuo aunque no haya olas de calor, que tener olas de calor, seguidas de fresco.” Quien no se consuela es porque no quiere, que dice el refrán. Y para colmo venían noticias de un país ecuatorial/tropical como Brasil, donde había nevado en Sao Paulo, y donde parte de las cosechas de café se habían perdido. Sin olvidar que previamente, en junio, había nevado en Sydney, Australia, otro país tropical. Y entonces se recurrió al plan B del argumentario calentólogo: estamos destruyendo el planeta porque el clima está loco. Sí, claro, y el agua está mojada.


Sí, sí lo han visto en su bola de cristal.


Pánico: viene la “bestia africana”

Vino agosto y la debacle térmica no llegaba. Aún así los periódicos insisten: el Diario de Sevilla del 1 de agosto sigue hablando de la amenaza de la “cúpula de calor” y de los 50 grados, a pesar de que ese mismo día, precisamente en Sevilla, una de las ciudades más calurosas de España, había unos escasos 28 grados a las 2 de la tarde (Véanse las capturas de pantalla más abajo.) Solo a mediados de agosto llega una verdadera ola de calor, “la primera del verano” [4], tienen que reconocer a regañadientes los medios que nos asustaron con la “bestia africana”.


Ficción mediática.


Realidad.

Y con la llegada de la primera y única ola de calor del verano llega la exageración y la manipulación. Así, la ola se convierte en "la peor desde que hay registros", cosa que no es cierto. Solo hay que ver en Wikipedia a día de hoy los climogramas de Córdoba o de Sevilla, por poner ejemplos de dos ciudades muy calurosas, para comprobar que este año no se ha batido el récord de calor en ninguna de las dos ciudades. De todas maneras, como ya indicamos en este blog en un artículo sobre la falsificación de los récords absolutos de temperaturas en el verano de 2017, la Agencia Estatal de Meteorología no considera récords una serie de mediciones de más de 50 grados registradas hace décadas (hay una de 52 grados de 1916) ya que "no están homologadas". Y además la AEMET cuenta con más de una red meteorológica que llegan a discrepar en hasta 1ºC en la temperatura, con lo que en España la medición de temperaturas es cualquier cosa menos fiable. De todas formas, la ola de calor no llegó a durar una semana y el norte de la península apenas se vio afectado; compárese con la de 2003, que se prolongó durante casi tres semanas y en la que el aire sahariano llegó hasta el norte de Europa tiñendo de amarillo el habitual paisaje verde del norte de la península. Por tanto, una única ola, de escasa duración y que no batió récords de temperatura. No parece que fuera esa la “cúpula de calor” esperada por la prensa. Y para colmo, la única catástrofe que se ha registrado este verano, la erupción del volcán de La Palma, no tiene nada que ver con el “cambio climático.”

Los medios admiten que la AEMET hace trampas.


NOTAS:

[1]https://www.antena3.com/noticias/sociedad/nuevo-record-historico-frio-espana-leon-registra-356-grados_202101075ff6f791098a9d0001f6ee6a.html#:~:text=Le%C3%B3n%20registra%20con%20%2D35%2C6,la%20borrasca%20Filomena%20en%20Espa%C3%B1a

[2] https://en.wikipedia.org/wiki/2021_Western_North_America_heat_wave

[3] https://www.lifecuenca.es/noticias/cuenca/tambien-estas-notando-mas-frio-este-verano-cuenca--4086

[4]https://noticias.eltiempo.es/se-instala-el-verano-esta-semana-cuando-sera-la-primera-ola-de-calor/

lunes, 20 de septiembre de 2021

¿POR QUÉ HA SUBIDO REALMENTE LA FACTURA DE LA LUZ? (Una explicación libre de manipulación mediática)

Hemos visto y oído todo tipo de estudiosos y expertos dando todo tipo de explicaciones sobre la subida de la factura de la luz en los mass media pero no hay que tener muchos dedos de frente para comprobar que tales explicaciones están, en el mejor de los casos, cogidas con pinzas. Incluso ha habido algún impresentable que se ha atrevido a decir que la culpa es de Putin y de Rusia, sin darse cuenta que, al decir esto, está dando pistas sobre lo que hay detrás de la subida de la energía. No se entienden las explicaciones porque se soslaya un tema subyacente que es fundamental: el fin de la construcción del gasoducto ruso Nord Stream 2. Como el gasoducto no le viene nada bien a los intereses de EEUU en Europa occidental y ésta lleva décadas mostrando una actitud lacayuna hacia EEUU tenemos como resultado unos medios que han silenciado (o lo han intentado) el asunto de la terminación del gasoducto.




Punto clave: el 10 de septiembre Rusia acaba el gasoducto después de años de dificultades. Las dificultades se las puso a Rusia, claro está, EEUU, quien fomentó golpes de estado en países por los que Rusia ya bombeaba gas hacia Europa. Uno de esos países fue Ucrania, donde EEUU (con la administración Obama al frente) fomentó una "revolución de colores" (el llamado Euromaidán) en 2014, con participación de grupos neonazis, para sabotear el suministro de gas ruso. Como resultado se originó una sangrienta guerra civil que todavía dura. Otro país por el que pasa el gas ruso hacia Europa occidental es Bielorrusia. Allí, como sabemos, hay un presidente, Lukashenko, que ha sido tildado de "dictador" por nuestros medios y que EEUU y sus adláteres europeos quieren derrocar a toda costa; un "dictador", por cierto, que no desmanteló el estado del biesnestar heredado de la época soviética. Todo esto, según la misma prensa de la UE [1], no es tampoco casualidad. Recordemos que EEUU apoyó en el pasado reciente el proyecto de gasoducto Nabuco, que conduciría gas catarí y saudí a Europa para hundir los pactos de la gasífera rusa Gazpron con la UE. Y recordemos también, que la Siria de Al Asad declinó participar en Nabuco y se mantuvo fiel al proyecto ruso. Tampoco es casualidad que los grupos integristas que han atacado Siria sean financiados por EEUU y los países integrantes del proyecto Nabuco.

Pero este bloqueo al gas ruso por parte de EEUU no se quedó ahí. Mientras las partes contendientes se mataban en Siria y en Ucrania, EEUU, ese país que lleva proclamado durante décadas que se acaban los combustibles fósiles, que le declara la guerra al plástico y que nos aterra a través de sus mass media con la inminencia de un fin del mundo debido al calentamiento global, se dedica a sacar petróleo y gas a espuertas. Tanto es así que este país se ha convertido en el mayor productor de petróleo y de gas del mundo y ello mientras en Europa fomenta discursos a favor del coche eléctrico y las energías renovables. Y por cierto, el petróleo y el gas de EEUU es extraído con técnicas altamente contaminantes (como el llamado "fraking", o fractura hidráulica), técnicas que han causado auténticas catástrofes en zonas de alto valor ecológico en EEUU (p. ej., en los Montes Apalaches.) Así, EEUU se ha dedicado a transportar a Europa en grandes barcos contenedores ese gas obtenido por la nociva fractura hidráulica, disputando de esta manera a Rusia el mercado europeo. Sin embargo, Rusia no se ha quedado atrás y se ha dedicado a hacer lo mismo con su gas y en 2020 llegó a aventajar a EEUU en el mercado europeo del llamado GNL, o sea, Gas Natural Licuado, trasportado en grandes buques. Se puede imaginar uno la frustración que se debió sentir en Washington.

Toda esta política de bloqueo, no obstante, no desanimó a Rusia, que se dedicó a hacer un nuevo gasoducto con dos ramales que, partiendo del ártico [2], esta vez, para evitar problemas derivados de revoluciones de colores otánicas, pasaría por el Mar Báltico. Pues bien, el segundo ramal del proyecto (el Nordstream 2) se acabó el pasado 10 de septiembre. Con este proyecto finalizado, Rusia ya puede bombear gas a mansalva a Europa a precios bajos ya que no hay que pagar los elevados portes del viaje por mar del GNL. Esto es un duro golpe a los intereses geoestratégicos de EEUU en Europa. En pleno debate mediático sobre la subida de la luz nuestros medios informativos pasaron de puntillas por este importantísimo dato, ya que el trasfondo de la subida de la luz es la guerra entre EEUU y Rusia por copar el mercado de gas europeo. Pero, ¿qué tiene exactamente que ver la terminación del Nord Stream 2 con el encarecimiento de la electricidad en España y otros países europeos?

Vayamos por partes. Ante la escasa capacidad que tienen aún las energías renovables y "limpias" de producir la electricidad que necesita la UE, y dado que el carbón y el petróleo se han desechado por contaminantes y por "contribuir al calentamiento global", la mayoría de electricidad se produce quemando gas, que es, supuestamente, más limpio. Y ahora viene una pregunta clave que los mass media no han dejado que nadie se formule: ¿quién pone precio al gas en la UE? Hay que rebuscar un poco por Internet y por periódicos especializados en finanzas y en temas energéticos (el tipo de prensa que NO lee el gran público) para dar con la respuesta: el TTF, o sea, el Title Transfer Facility, con sede en los Países Bajos. Esta especie de "bolsa" (o "hub") holandesa es quien pone el precio al gas en la UE, y no Putin, ni Rusia. Ni siquiera el Mercado Ibérico de Gas (España y Portugal van juntas en esto), el llamado MIBGAS, se escapa de lo que se decide en el TTF [3]. Eso para empezar. Y para continuar, hay que señalar que la pasada primavera, a pocos meses vista de la finalización del Nordstream 2, la UE se saca de la manga un impuesto a importaciones de fuera de la UE. La justificación: es para reducir el CO2 y por el bien del planeta. Ese impuesto recae sobre Rusia y sus exportaciones de gas. Y Rusia se pregunta: ¿Y por qué no se le impone a Noruega, que también mete gas natural en la UE? Respuesta de Europa: porque Noruega está en la unión aduanera y Rusia no [4]. Ante esto Rusia no entiende cómo la UE meses antes de poder recibir gas barato a través del gasoducto se dedica a freírles a impuestos (esto sólo es entendible si consideramos que dentro de las élites europeas hay sectores pro-americanos que no están contentos con el gasoducto [5]). Y la respuesta de Rusia es meter menos gas en el mercado europeo y esperar a poner en funcionamiento el gasoducto para que la operación le sea rentable. Automáticamente, ante la disminución de la oferta de gas, su precio sube en el TTF. Como consecuencia, la factura de la luz generada con ese gas sube ¿Tiene la culpa Rusia de esto? No. Rusia no empezó la guerra del gas ni tampoco pone el precio al gas que consumimos en la UE y además está encantada de surtir de gas a Europa, pues para ella es un negocio redondo. La culpa la tienen las tensiones geopolíticas originadas por Washington, la especulación inherente al sistema económico, los medios de comunicación que encumbren todo esto y unos gobiernos que aunque se llamen "de izquierda" no protegen a sus ciudadanos de los tejemanejes de las élites económicas. 

NOTAS:

[1]https://www.france24.com/es/europa/20210910-termina-construcci%C3%B3n-gasoducto-nord-stream-2-rusia

[2]"Casualmente", por esa época Green Peace comience su campaña "el ártico se derrite."

[3]https://es.metallirari.com/centro-gas-natural-mas-grande-mundo-esta-europa/

[4]https://www.elespanol.com/invertia/empresas/energia/20210604/impuesto-co2-terceros-paises-ue-cemento-energia/586442288_0.html

[5]https://www.eleconomista.es/empresas-finanzas/noticias/11386268/09/21/Gazprom-termina-el-polemico-gasoducto-que-abastecera-a-Alemania-desde-Rusia.html

jueves, 9 de septiembre de 2021

‘HOLA, TE INVITO AL TELAR DE LOS SUEÑOS’: LA ‘SECTA’ QUE UTILIZA EL FEMINISMO PARA VENDER UNA ESTAFA POR INSTAGRAM

Mónica Redondo 

Hipertextual, 25/09/2021

[Más evidencias de lo que hay detrás del identitarismo posmoderno.]

El buen rollito de la "sororidad"

En aras del feminismo y de una economía solidaria, la 'secta' el telar de los sueños ha pasado su estrategia de captación a redes sociales como Instagram y Zoom desde que empezó la pandemia.

Laura estaba en el gimnasio. Una chica se le acercó y le propuso tomar un café después del entrenamiento. Quería hablarle de un grupo de mujeres. Así fue cómo Laura conoció por primera vez la existencia del telar de los sueños, una estafa piramidal con aires de secta que se ha expandido por Latinoamérica y España. Con la idea de economía solidaria como gancho, las mujeres tienen que pagar 1.200 euros para entrar en un grupo del que se promete salir con esa cantidad multiplicada por ocho. La realidad, sin embargo, es distinta.

En la cafetería a la que Laura fue con su compañera del gimnasio, escuchó por primera vez sobre esta estructura que se cobija bajo el manto del feminismo, “de la idea de independencia, de las mujeres al poder, de liberarnos y de ser solidarias en la economía”, explicó Laura a Hipertextual. Estaba desempleada y aunque era reacia al funcionamiento del telar de los sueños, al final ganó la esperanza de que ese sistema la ayudara económicamente. “En el fondo de mi corazón sabía que todo eso irreal, pero me convenció el hecho de pensar que había otras mujeres haciéndolo y que decían que les daba resultados”.

Después de esa primera reunión, Laura se unió a las reuniones con otras mujeres que formaban su 'telar'. “Te invitan a una reunión primeriza y allí te muestran la hermandad entre las mujeres, todas ellas son actrices que son conocidas. Forman parte de la industria del entretenimiento y eso me daba confianza”, recordó. Además, el hecho de pensar que podía conseguir dinero la ayudaba a soñar con todo lo que podría hacer con los ingresos que recibiría. Allí fue donde le explicaron a Laura el funcionamiento del telar de los sueños.

La estructura dentro del telar de los sueños

Para la estructura se necesitan 15 mujeres, que se dividen de forma jerárquica en forma de flor. El primer estamento son aquellas a las que se les denomina “fuego”, que son las que donan 1.200 euros con el objetivo de recupere la inversión multiplicada por 8. Las mujeres “aire” son las 4 que tienen la función de captar a las que donan el dinero, o sea, las “fuego”. Otras dos mujeres, denominadas “tierra” están enfocadas a apoyar el sistema, mientras que la mujer “agua” es la que recibirá el importe total.

La estructura es piramidal porque las mujeres van cambiando y pasan de ser “tierra” a “agua” y las “aire” a “tierra”. Así sucesivamente. El problema es que más que una estructura es una estafa piramidal en la que una mayoría de mujeres no han recibido ni siquiera el importe que donaron al principio. Para Laura, más allá de haber perdido dinero, lo peor fue la desilusión porque “confiaste en unas mujeres que se suponía que te estaban respaldando”.

La historia de Laura empezó en 2019, mucho antes de la pandemia. En su caso, las mujeres la ‘captaron’ en el gimnasio y antes de unirse al telar de los sueños, la colombiana fue a varias reuniones físicas en las casas de algunas chicas que ya formaban parte del grupo. Pero si el coronavirus ha cambiado muchas cosas, también lo ha hecho con la forma en la que las sectas intentan convencer a más personas.

Primer paso: mensaje directo en Instagram

A Sandra la contactaron el diciembre pasado por un mensaje privado de Instagram. No conocía a la persona que le enviaba el mensaje, quien fue muy directa. “Hola, te invito al telar de los sueños”. Al principio, Sandra mostró su interés pero, por suerte, la cosa no fue más allá.

El próximo paso hubiera sido una reunión por Zoom. Sandra no llegó a este paso, pero sí Sinny Navarro. Una conocida le habló de un círculo de apoyo entre mujeres. Más o menos el mismo discurso que convenció a Laura pero, en lugar de ser una reunión física, era por Zoom debido al coronavirus. “La chica me presentó y no habían pasado ni 2 minutos cuando me pidieron 1.440 dólares para formar parte del círculo y explicarme cómo funciona”, explicó Sinny Navarro.

La conocida de Sinny también le habló del telar de los sueños a través de un mensaje directo de Instagram pero no le dio detalles sobre el objetivo real de la reunión a la que le estaba invitando. “En esos días yo recién había publicado mi libro de poesía y ella me lo pintó como un grupo de apoyo en el que las chicas me apoyarían comprando mi libro y yo tenía que apoyarla a ellas en sus proyectos”, afirmó Sinny a Hipertextual, “y por eso acepté, porque nunca me habló de dinero y yo ya he estado en círculos reales de apoyo feminista y me pareció que era lo mismo”.

A través de Zoom, las mujeres le empezaron a contar a Sinny cómo funcionaba el telar de los sueños. Desde el principio notó que había gato encerrado porque le pidieron que no buscara nada en Google sobre ellos, “que todo era falso”. Por supuesto, todas las experiencias personales eran maravillosas y las mujeres contaban cómo gracias al grupo habían conseguido cumplir sus sueños. “Intentaron convencerme diciendo que yo tenía que practicar el desapego al dinero, increíblemente, mientras por otro lado parecían sedientas del mismo”.

Las sectas se 'digitalizan'

Los mensajes por redes sociales y las reuniones por Zoom han sido la tónica en los últimos meses de ‘sectas’ como el telar de los sueños. Luís Santamaría, investigador de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), explicó a Hipertextual que por las medidas y distanciamiento social, muchas sectas que no habían dado el paso a lo digital, o tenían una actividad escasa o nula en las redes sociales, han tenido que ponerse las pilas y meterse en este entorno en pocos días.

Un ejemplo claro, continuó Santamaría, “es el de los testigos de Jehová, que, aunque ya llevaban unos años de inmersión en Internet y los contenidos multimedia, se han visto obligados a pasar a modo virtual en sus reuniones semanales”. Además, han cambiado las visitas a las casas por mensajes de correo electrónico, llamadas y hasta cartas para llegar a la gente de su entorno. “También hemos percibido que ha aumentado su acercamiento a las personas a través de WhatsApp y otros sistemas de mensajería”.

Para la RIES no hay duda de que la pandemia ha cambiado los métodos de captación, manipulación y adoctrinamiento de los líderes sectarios. Pero, a pesar de que las estrategias de persuasión a través de encuentros físicos ya no son posibles, “siguen siendo capaces de manipular a las personas y aprovecharse de ellas para los propósitos del grupo”, alertó Luís Santamaría.

“El uso de las nuevas tecnologías es un apoyo grande para su aplicación de técnicas de abuso psicológico que llevan a acabar con la libertad y la dignidad del adepto, aunque esté lejos, pues podrá ser controlado y adoctrinado a golpe de Whatsapp”.

Luís Santamaría, investigador de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES)

Coronavirus: el escenario perfecto para el telar de los sueños

Tiempos de pandemia son también buenos tiempos y el caldo de cultivo perfecto para el fenómeno sectario. Las sectas siempre se han aprovechado de las debilidades y vulnerabilidades de las personas, sobre todo de aquellas que estaban pasando por un mal momento. En medio de una pandemia que ha tambaleado nuestras vidas, las tensiones aumentan. “Es fácil ver que este momento es especialmente apropiado para que los captadores de estos grupos salgan al encuentro de personas que ahora mismo viven con miedo y desesperanza. También es un momento para que haya más personas buscando respuestas”, alertó Santamaría a Hipertextual.

El investigador comentó que mientras que las sectas de tipo religioso han intensificado sus mensajes sobre el cumplimiento de sus profecías, las dedicadas al crecimiento personal y al potencial humano ofrecen soluciones a los problemas que estamos viviendo. A pesar de que es difícil hacer cálculos sobre un aumento de las personas que han sido ‘captadas’ para las numerosas sectas que existen, desde RIES sí han notado un incremento. Ya sea porque han dado el paso de comprometerse más con la secta con la que estaban ‘coqueteando’ o que han encontrado un grupo que les ofrece una respuesta a los problemas actuales, el hecho es que, por desgracia, la pandemia no ha logrado frenar la influencia de las sectas alrededor del mundo.

En el caso específico del telar de los sueños, Luís Santamaría subrayó que han dedicado un informe específico para explicar en qué consiste esta estafa piramidal. “Este caso, que cada vez afecta a más personas (sobre todo mujeres), nos muestra el carácter mimético del fenómeno sectario, que no se limita a lo religioso o a lo espiritual, sino que adquiere diversos rostros según los públicos a los que va dirigido”, concluyó el investigador.

Aprender a las malas

Pueden contactar por mensajes privados de Instagram, por WhatsApp o invitarte a una reunión de Zoom. O hablar contigo en un entrenamiento del gimnasio. Todos los ambientes son propicios para intentar ‘reclutar’ a mujeres en el telar de los sueños y para convencerte de que este grupo conseguirá que seas más feliz y que cumplas tus sueños.

Con Laura lo consiguieron. Ahora, tiempo después de que saliera del telar y cortase toda la relación con las mujeres que la metieron en la ‘secta’, reconoce que quiso autoengañarse y pensar que podría ganar dinero a través del telar de los sueños. “Cuando uno mira a fondo, la economía solidaria tiene otras bases y otra forma de aplicarse a la realidad. Yo incluso leí sobre eso antes de donar mi plata pero no quise hacer caso”, se sinceró.

A pesar de que la pesadilla de Laura empezó en 2019, no ha sido hasta este enero que ha podido deshacerse completamente de esa experiencia. Para pagar los cerca de 1.200 euros que exige el telar de los sueños para entrar en la estructura de pago solidario, Laura tuvo que pedir un préstamo en el banco porque en ese momento estaba desempleada.

La inversión que le prometieron que recibiría nunca llegó y cumplir con las cuotas se hizo cada vez más difícil. Hasta una amiga tuvo que prestarle dinero para poder al banco. Al fin, en enero de 2021, terminó de pagar el préstamo. “Han pasado dos años. (El telar de los sueños) afectó a mis ahorros, a mi estabilidad económica y a mi subsistencia”, recordó Laura. También a su estado anímico. “Es una etapa de mi vida de la que me arrepiento completamente, de haberles creído, de haber sido tan ingenua. Me enseñó mucho, aunque aprendí a las malas”.

EL DENUNCIANTE DE LA SUPUESTA AGRESIÓN HOMÓFOBA EN MADRID CONFIESA QUE LAS LESIONES FUERON CONSENTIDAS

Manuel Marlaska

La Sexta, 08/09/2021

[Los medios necesitan urgentemente noticias de agresiones homófobas y si no las hay se inventan...]



No hubo ataque ni encapuchados

El joven, que había denunciado que un grupo de ocho encapuchados le había grabado la palabra 'maricón' en una nalga, ha admitido ahora ante la Policía que no se trató de un ataque.

El denunciante de la supuesta agresión homófoba que habría tenido lugar el pasado fin de semana en el madrileño barrio de Malasaña ha confesado que las heridas que tiene fueron consentidas, según avanza el jefe de Investigación de laSexta, Manuel Marlasca.

Aunque el joven inicialmente había denunciado que un grupo de ocho encapuchados le había asaltado en su portal en plena tarde del domingo, que le habían insultado, le habían hecho cortes en los labios y le habían grabado con un arma blanca la palabra 'maricón' y una cruz invertida en una nalga, ahora ha admitido ante la Policía que no hubo tal ataque ni encapuchados.

En las primeras horas tras la denuncia, los agentes habían tratado de corroborar su testimonio con el visionado de las cámaras de seguridad cercanas y la búsqueda de testigos, pero algo no cuadraba, puesto que no había imágenes de los supuestos encapuchados ni nadie que les hubiera visto.

Este miércoles se ha llamado de nuevo a la presunta víctima a tomar declaración y, tras un larguísimo interrogatorio, finalmente ha confesado que las lesiones fueron consentidas y que se las infligieron dos personas en el interior de una vivienda.

Fuentes del Ministerio del Interior han confirmado que, en la tarde de este miércoles, el joven ha decidido rectificar su declaración inicial y ha declarado que las lesiones inicialmente denunciadas fueron consentidas. Declaración que -apuntan las mismas fuentes- se produce sin perjuicio del desarrollo de las investigaciones y del procedimiento judicial.

¿Puede tener consecuencias legales?

Lo ocurrido, según apunta el jefe de Tribunales de laSexta, Alfonso Pérez Medina, podría ser, en su caso, constitutivo de un delito de simulación de delito. No habría, en cambio, denuncia falsa, puesto el joven no identificó a un autor de esos falsos hechos.

El artículo 457 del Código Penal recoge que la simulación de delito se produce cuando una persona "simulare ser responsable o víctima de una infracción penal" o "denunciare una inexistente" y prevé multas de seis a 12 meses, si bien la denuncia tiene que haber provocado "actuaciones procesales".

Atendiendo a la jurisprudencia del Tribunal Supremo, la clave está en si ya se ha judicializado el caso, puesto que la jurisprudencia da un plazo de 72 horas para que el denunciante se pueda retractar en sede policial. Tras la última reforma legal, la jurisprudencia del Alto Tribunal apunta que, si el atestado de un delito de simulación no se ha judicializado y no ha motivado la apertura de una causa penal, no hay delito, ni siquiera en grado de tentativa.

En España, según la memoria anual de la Fiscalía, en 2020 se incoaron un total de 4.834 delitos de simulación de delito, que solo representan el 7% de los procedimientos por delitos contra la Administración de Justicia.

En todo caso, esta denuncia ficticia se produce en medio de una oleada de violencia real contra la comunidad LGTBI, que en los últimos meses ha sufrido numerosos y brutales ataques. Algunos de los más recientes se han producido en Velada (Toledo) -donde dos presuntos responsables ya han sido identificados por golpear a un joven-, Melilla o Valencia, donde un joven trans fue agredido por llamar "guapes" a un grupo de jóvenes.

lunes, 6 de septiembre de 2021

EL INFORME MÁS 'FAKE' DE LA ONU (Y LA PRENSA): LOS FENÓMENOS CLIMÁTICOS EXTREMOS NO SE HAN QUINTUPLICADO

Domingo Soriano

Libre Mercado, 04/09/2021

[es una vergüenza que las verdades del barquero las tenga que decir un diario liberal conservador... Pero tenemos la izquierda que tenemos.]

La ciencia dice...". "Los expertos vs los negacionistas...". "La evidencia..." Cuando se habla de cambio climático, el sector oficial lo tiene claro. Lo primero es dejar claro que ellos tienen de su lado LA VERDAD, los datos, las investigaciones más avanzadas, el mayor número de expertos... Y ante esto, los argumentos no valen.

Puedes decirles que sí, que aceptas todas y cada una de las tablas de los informes del IPCC, cada décima de incremento de temperaturas medida en el último medio siglo, cada hipótesis sobre el impacto del hombre en el clima. Puedes intentar explicar que tus dudas no son sobre lo medido, sino sobre lo propuesto: (1) Cómo y dónde reducir esas emisiones: Europa, China, EEUU...; (2) Qué opción es mejor: reducir ahora el crecimiento económico y el uso de la energía o permitir crecimiento económico aunque eso lleve a más calentamiento global y dejar que nuestros nietos se adapten al mismo; (3) Qué estrategias serían mejores para lograr un cambio en el uso de la energía: impuestos o impulso de tecnologías alternativas.

Pero les da igual. Primero te insultan "negacionista"; y luego vuelven a "la ciencia", que todo lo tapa. ¿Cómo vas a estar en contra de "la ciencia" o los "expertos"?

Por eso, lo ocurrido esta semana (en realidad, todos los años por estas fechas) es todavía más grave. El martes, la Organización Meteorológica Mundial (OMM), un organismo especializado de las Naciones Unidas, publicaba su informe anual "Atlas de la OMM sobre mortalidad y pérdidas económicas debidas a fenómenos meteorológicos, climáticos e hidrológicos extremos (1970-2019)" (aquí el sitio web en español). Y nos dejaba un titular muy llamativo, alarmante, preocupante y que se ha reproducido en numerosos medios en todos los países occidentales: "En ese período de 50 años, el número de desastres se ha quintuplicado, impulsado por el cambio climático, el aumento de los fenómenos meteorológicos extremos y la mejora en los mecanismos de suministro de información". En España, por ejemplo, EFE titulaba así la información: "La crisis climática multiplica por cinco los desastres en medio siglo".

Pues bien. Es mentira. Así, sin más. Ni con matices ni sin matices. Mentira monda y lironda. Que lo dice el mismo informe en cuanto uno se mete un poco a ver de dónde sale la cifra. Eso sí, aunque tampoco había que ser un genio para intuir que había algo raro ahí (¿cinco veces más fenómenos extremos que hace 50 años?), los grandes medios de comunicación han reproducido de forma acrítica el dato. Pueden ustedes copiar el titular de EFE y copiarlo en su buscador: se encontrarán decenas de referencias, sólo en nuestro idioma, a una cifra tan absurda como falsa.

¿La ciencia? ¿La información rigurosa de los medios de referencia? Pues eso...

Y no entraremos a preguntarnos por qué se ha escogido publicarlo justo en estas fechas, a principios de septiembre, cuando es más probable que alguna tormenta tropical golpee las costas de EEUU. Pensaremos que es casualidad, porque quién va a imaginar que se programan estos informes tan científicos y objetivos con el objetivo de generar un poco de alarmismo.

Desastres e información

Lo primero, el dato principal: 22.326 "desastres" en total desde 1970, de los que la mitad (11.072) pueden atribuirse a fenómenos climáticos, meteorológicos o hidrológicos extremos: olas de calor o frío, inundaciones, sequías, incendios, huracanes... El resto de causas que pueden generar estos llamados "desastres" (un término que en español no suena igual que en inglés y para el que quizás habría que buscar una alternativa) son geofísicas -terremotos o corrimientos de tierra-, tecnológicas -vertidos, grandes accidentes, explosiones...-, etc.




A la derecha puede verse el gráfico principal (click para ampliar) en el que se muestran los "reported disasters" (desastres de los que se ha informado) por década. Cómo vemos, de 1970 a 1979 hubo 711 y de 2010 a 2019, 3.165. De hecho, de 2000 a 2009 hubo más, 3.536, por lo que siguiendo esta lógica podríamos haber celebrado como un éxito la reducción de la última década.

Ahora bien, nos quedamos con esos 771 vs 3.165. ¿Quiere decir esto que los fenómenos meteorológicos extremos con consecuencias sobre la población se han multiplicado por cinco en medio siglo? No. De hecho, la propia definición de la ONU ya nos hace levantar la ceja. Porque dice que esto se debe en parte a "la mejora en los mecanismos de suministro de información". ¿¿?? ¿Y qué tiene que ver la información con el número real de desastres? Una cosa es que los recopilemos para las estadísticas y otra que ocurran. Pero no se pueden mezclar las dos cosas en el mismo titular para decir que la cosa va a (mucho) peor... salvo que seas la ONU y los grandes medios occidentales y quieras generar un poco de alarmismo.

Lo explica aquí Bjorn Lomborg: se nos está diciendo que los desastres causados por el clima se han quintuplicado cuando en realidad lo que ha ocurrido es que hay muchos más países informando sobre esta cuestión que hace 50 años. Y sí, todo el incremento en los desastres recopilados parece debido únicamente a este hecho. Decimos "parece" porque si no había información, no hay forma de saberlo con una seguridad plena. Pero viendo las gráficas en las que se compara el número de países incluidos en las bases de datos con el número de fenómenos recogidos, parece haber una relación muy directa. Y porque, además, si cogemos sólo los países con mejores datos desde hace un siglo, no existe esa multiplicación de desastres de la que se nos alerta.

De hecho, siguiendo este razonamiento, tendríamos que decir que también se han disparado los terremotos y las erupciones volcánicas (algo que todavía nadie ha asociado al cambio climático): y es que el número de terremotos registrados se ha multiplicado por seis desde hace un siglo. De nuevo, no, no hay más terremotos. Lo que hay es más información sobre los mismos.

En realidad, en los países de los que disponemos de más información (EEUU es el mejor ejemplo), no hay evidencias que muestren que estos fenómenos extremos se han disparado en el último siglo. Por ejemplo, el número de huracanes que han golpeado el territorio continental de este país se ha mantenido bastante estable en el último siglo y medio, con una ligera tendencia a la baja en la cantidad total (ver aquí The Economist en 2017, con datos desde 19850) y una ligera tendencia al alza para los huracanes más intensos.

Pero esto vende peor si somos una agencia de la ONU que vive del alarmismo climático (o unos medios que se nutren de sus notas de prensa).

Muertes y dinero

Curiosamente, al mismo tiempo que se prestaba mucha atención a la multiplicación por cinco del número de desastres, apenas se destacaban otros dos puntos del informe muy interesantes: los que hacen referencia a las muertes causadas y el dinero perdido por este tipo de fenómenos.


En este punto, incluso la propia ONU e incluso usando las estadísticas falseadas que hemos visto anteriormente, ha tenido que reconocer que las cosas están mejorando. Así, el informe nos dice que "gracias al perfeccionamiento de los sistemas de alerta temprana y a la mejora de las prácticas de gestión de desastres, el número de muertes es casi tres veces menor".


En realidad, lo que ha ocurrido en el último siglo es todavía mejor. Como puede verse en este gráfico (click para ampliar), el número de muertes causadas por fenómenos meteorológicos extremos (inundaciones, sequías, incendios, huracanes, temperaturas extremas...) se ha desplomado un 95% desde 1920. Y esto teniendo en cuenta que si hay algún sesgo en la estadística, éste nos llevaría a reducir las muertes atribuidas hace un siglo (porque para muchos de estos fenómenos, en ciertas regiones del mundo, ni siquiera tenemos noticias). Y si comparamos número de muertes por millón de habitantes, la caída es del 99%.

¿A qué se debe esta mejoría? Pues a todo tipo de avances: médicos, en los sistemas de alerta, sistemas de evacuación, mejor coordinación tras el desastre, mejores infraestructuras, etc. Lo que ha mejorado es la capacidad del ser humano de adaptarse al medio, algo que también podría ser un punto interesante en el debate sobre el cambio climático: ¿qué es mejor, intentar detenerlo a costa de interrumpir el crecimiento económico o intentar adaptarse a sus consecuencias con mejor tecnología?

Ni siquiera en términos económicos puede decirse que nos vaya peor. Aunque cada vez que haya un huracán, unas inundaciones o un gran incendio lo primero que veamos sean las cifras de los daños materiales. Y es verdad que suelen ser enormes, entre otras cosas porque en el planeta somos cada vez más y más ricos, con lo que esos fenómenos extremos golpean a viviendas, infraestructuras o fábricas más valiosas. No sólo eso, además gastamos mucho dinero en protegernos (algo que es bueno) por lo que es lógico que esas infraestructuras construidas para evitarnos los peores efectos de este tipo de situaciones también se vean dañadas, con el coste que eso tiene.

Pues bien, incluso así, como explica aquí Michael Shellenberger, el coste en comparación al PIB se mantiene constante (o incluso un poco a la baja) en las últimas décadas. Es decir, aunque somos más, nuestras construcciones son más caras y parte del dinero que gastamos va destinado directamente a limitar el número de muertes aunque eso suponga un mayor coste... ni siquiera así, si comparamos en términos de nuestra creciente riqueza, puede decirse que estos fenómenos meteorológicos nos cuesten cada vez más (aunque sí son más costosos en términos absolutos, incluso ajustando por la inflación, porque lo que destruyen es más valioso).


Esto puede verse en las tablas de la OMM que comparan los fenómenos más destructivos en vidas humanas y en coste económico. Los seis eventos que más pérdidas económicas causaron en el último medio siglo tuvieron lugar en EEUU (los huracanes Katrina, Harvey, Maria, Irma, Sandy y Andrew). Enfrente, los diez eventos que generaron más muertes ocurrieron en países del Tercer Mundo: sequía en Etiopía, huracanes en Bangladesh, sequía en Sudán... Lo que nos apunta en una dirección contraintuitiva pero positiva: cuando escuchemos que un evento meteorológico causa daños materiales milmillonarios, no pensemos que es bueno en términos absolutos (sería mejor que no hubiera ocurrido) pero sí en términos relativos (una vez que ocurre, los daños materiales casi siempre se producen a cambio de menos muertes; digamos que el coste en infraestructuras sirve para reducir el coste en vidas humanas).

jueves, 2 de septiembre de 2021

DEL OPIO AL CRISTAL: EL NARCOESTADO TALIBÁN YA ESTÁ AQUÍ

Laura L. Caro

ABC, 23/08/2021

El fracaso de la guerra del opio en Afganistán es el fracaso contra los talibanes, que en 2020 cultivaron cifras récord de adormidera e impulsaron otra industria millonaria: la de la efedrina, materia prima de las metanfetaminas. Su comercio significa más dinero, más violencia. Y más poder para ellos.



Sin opio no hay Talibán. La misión occidental de 20 años en Afganistán no fue capaz de descomponer ese círculo vicioso tan fácil de entender, según el cual, los mismos fundamentalistas que se lucran del oro blanco de la adormidera utilizan el dinero para comprar las armas y los explosivos con los que perpetúan la violencia, a su vez generadora de una pobreza que arroja a los ciudadanos a trabajar para ellos en el cultivo de la droga como única opción.

Más de lo que la ficción verbal buenista de estas dos décadas ha querido retratar, el pueblo confía en ese régimen de locos que le da el sustento que el Estado no puede ofrecer, algo que se ha traducido en sucesivos gobiernos todos débiles, sin autoridad, caldo de anarquía, violencia, pobreza, más opio, más dinero, más armas para los talibanes y así una y otra vez. Y vuelta a empezar en un eterno retorno financiero que hace diez años Naciones Unidas ya cifró en 342 millones de euros cada ejercicio.

Para visualizar la mayor o menor fuerza de estos hijos de Alá de 2001 para acá, hubiera bastado con documentar a vista de pájaro la extensión de los campos de amapola, desmadrada desde 2005, que es también cuando la inseguridad en el complejísimo y proceloso mapa afgano empezó a irse de las manos.

Si en el año inmediatamente anterior a la incursión norteamericana mandada por George Bush se computaron 82.000 hectáreas dedicadas a este fin, en 2020 se habían disparado hasta las 224.000, aunque en 2017 había batido el récord de 328.000, de acuerdo con el último informe de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito difundido este abril. El crecimiento de la superficie se detectó en todas las regiones excepto en las del este y con particular potencia en el sur. Como el talibán. Que en medio de este boom del opio –del que Afganistán es número uno del mundo, con el 90% de la producción total– se ha sacado prácticamente de la nada lo que amenaza con ser otro inagotable manantial de dólares: la extracción de efedrina, presente en una planta que crece salvaje en las montañas, de la que se obtiene la metanfetamina. O sea, el principio del potente y adictivo cristal, también llamado 'meth' o 'ice'. Una droga sintética de bajo precio y alta euforia, que son la garantía de su éxito.

La industria de las brillantes rocas psicoestimulantes ya ha emergido en el país y los talibanes están intentando penetrar con ellas el mercado internacional. Lo dice un documento especial de noviembre de 2020 publicado por el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (EMCDDA), que constata una enorme preocupación ante el potencial de este nuevo mercado incluso para competir ya con la economía del opio en el área en el suroeste y Nangarhar, al este de Kabul.

Sus estimaciones apuntan a que el movimiento que liderara el mulá Omar ha venido recaudando 3,5 millones de euros anuales gracias a los impuestos que cobra a los recolectores, los procesadores, los tratantes vinculados a la efedrina. Y eso ha sido con la coalición militar occidental dentro de sus fronteras, todavía custodiando una presunta estabilidad, un orden institucional que en dos días se ha revelado una fantasía. O una pesadilla. La consumación de Afganistán como el gran narcoestado es cosa de tiempo.

Poco tiempo. La velocidad con la que se ha multiplicado la infraestructura propia de la obtención del cristal ha sorprendido a los investigadores europeos del Emcdda, que a través de informantes, fuentes documentales y el análisis de imágenes satélites han detectado una explosión de instalaciones desde 2017. Ya se sabía desde 2013 de esta producción en las provincias de Nimroz y, posiblemente, al oeste en Herat, bajo responsabilidad española, pero también que la materia prima de la droga, la efedrina, se extraía de medicinas como jarabes para la tos o descongestionantes importados en frascos, a toneladas, de farmacias de otros países. Caro y laborioso de hacer, misión de químicos cualificados.

Pero lo que han descubierto ahora es otra cosa: esas matas salvajes que crecen en las alturas afganas, las ephedras, basta con recogerlas, secarlas 25 días y extraer de ellas la preciada efedrina a través de un método barato y al alcance de cualquiera. Lo hacen en las 'cocinas', que según los investigadores de la UE pasaron de ser de 1 a 30 en tres años solo en Bakwa, un distrito de Faragh y el epicentro geográfico de todo este tinglado. En noviembre se contaron ya 329. Se identifican fácilmente desde el aire, porque cuentan con auténticas balsas a cielo abierto donde se vierten los cuantiosos residuos que genera toda la operación.

Cocina fácil

Es una destreza «fácil, cualquiera puede aprender», describen en la zona. La planta, por ejemplo 450 kilos –por los que se pagarían 283,5 euros a quienes escalan las montañas en su busca–, se pone a remojo en un cóctel de aspecto radioactivo: agua, gasolina, sal y sosa cáustica. Al líquido obtenido se le añade una vez filtrado otro combinado venenoso: más sal, ácido de batería y xileno y el resultado es un «yogur seco». En concreto, 15 kilos de efedrina, cuyo valor es ya de 1.005 euros, y una vez convertido en metanfetamina dará para diez kilos, cuyo precio inicial se elevará a 2.590 euros.

Este último paso, el de la obtención del cristal listo para su consumo, es bastante más técnico y el clima ardiente y polvoriento de Bakwa no es muy adecuado. El Observatorio de Drogas estima que el enclave estudiado tiene capacidad para producir 98 toneladas de efedrina al mes, luego 65,5 toneladas de estimulante, aunque se cree que gran parte de la fabricación se realiza en otras partes de Afganistán, en áreas de la frontera con Pakistán o países vecinos, como Irán.

Los cálculos apuntan a que el sector emplea ya a 2.300 asalariados locales, con sueldos de entre 63 y 101 euros para los que acopian la ephedra o extraen la sustancia alcaloide de ella y hasta 2.049 para los que se ocupan de la química final, lo que supondría una contribución de 46,8 millones a la economía de la zona solo en sueldos. Y eso sin que Bakwa esté manufacturando todo el cristal que podría, puesto que de hacerlo sumaría al menos 200 puestos de trabajo de los mejor pagados y comercializaría con el producto acabado, lo que se cree que elevaría a 203 millones el dinero que dejara la industria. Unas cifras que el maltrecho, cuando no corrupto Estado, no tiene forma de igualar.

Medio siglo traficando

El impuesto del Talibán sobre todo lo que se mueve en esta órbita es del 15%. De la venta de la hierba natural, de la de la efedrina que se saca de ella, del tráfico de las metanfetaminas.... Conviene no perder de vista que el Islam, de cuya doctrina se declaran los más puros representantes en la Tierra, algo así como la gran reserva espiritual del Corán, prohibe el consumo de drogas. Que hayan hecho de ellas su modo de vida lo justifican, según un análisis realizado para el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) por el profesor Alberto Priego, de la Universidad Pontificia Comillas, argumen- tando que, «gracias al opio se podía luchar contra los infieles occidentales inundando de heroína sus países». Esto es, se considera un arma de guerra.

Autor de esa teoría del círculo vicioso mencionado al principio que provoca que inestabilidad y cultivo de la adormidera «se atraigan irremediablemente», el experto añade que tampoco pudieron eliminar las plantaciones cuando empezaron a hacerse con el país tras la retirada del invasor soviético en 1989. Los propios campesinos que les habían llevado al poder les podrían derrocar y además descubrieron que su supervivencia dependía de ese negocio. No se hable más.

En realidad, todo el montaje del narcouniverso afgano está relacionado con la lucha contra los rusos y la anarquía que siguió a su salida.

Explica Priego que los primeros comerciantes de opio del país fueron los autóctonos que se refugiaron en la frontera paquistaní huyendo de embestida del ejército rojo y empezaron a cultivar la amapola, dura frente al frío extremo y al calor, que a finales de los 70 vendían con grandes beneficios a los persas. Pronto contrataron a soldados de la resistencia afgana para proteger esos envíos, tarea por la que los mercenarios cobraban una comisión del 10%, que ya se usó para financiar grupos terroristas.

Ese contexto bélico alumbra a los grandes contrabandistas, como el mulá Nasim Akundzada –una fatwa suya de 1981 legalizó la adormidera–, el pastún Gulbuddin Hekmatyar, líder muyahidín y 'señor de la guerra'... que abrieron las rutas del opio y la heroína hacia Occidente, hasta Turquía y el Golfo Pérsico. En el caos post soviético, el experto sitúa el origen de 'los Talib', un grupo de estudiantes de madrazas, que se configuraron como 'Los Talibán' en una mezquita controlada precisamente por uno de los mayores tratantes de droga a gran escala de la región, Haji Bashir Noorzai, valedor del mulá Omar y hoy aún encarcelado en EE.UU.

Para el caso, medio siglo de entrega a este negocio ha servido para abrir vías a Europa –Pakistán pasando por el Golfo Pérsico y Turquía–, hacia el oeste por Irán y Turkmenistán y el norte, que atraviesa toda Asia Central hasta Rusia. Y ahí están, inventadas y operativas para facilitar la puesta en el mercado de la galopante metanfetamina.

Ahora que los guerreros de la peor sharía han retomado en una acción exprés el control de Afganistán, cabe preguntarse si hay algo que hacer para frenar esas producciones, pero también por qué no se hizo durante la larga presencia de la coalición internacional sobre el terreno.

El examen del IEEE constata que la política norteamericana basada exclusivamente en la erradicación de la adormidera no funcionó, puesto que el país «no tiene una economía viable» al margen que ofreciera otras opciones a la población. De ahí que posteriormente se abordara el intento de promoción de cultivos alternativos, esto es, girasol por opio, maíz por opio... un cambio que se estrelló con la realidad comparada de los precios irrisorios contra precios estratosféricos.

Tampoco prosperó, al igual que las sucesivas campañas de bombardeo de laboratorios ordenadas por Washington, que en 2017 arrasaron dentro de la denominada operación 'Tempestad de Acero' los talleres de heroína de la provincia de Helmand, en el centro. O eso se creyó hasta que la London School of Economics que, amén de elevar a 1.500 millones de dólares los gastados por EE.UU. en la guerra contra esta droga, demostró que, básicamente, en aquellos ataques se habían liquidado chozas de barro. En 2019, en el corazón de la efedrina de Bakwa, los aviones de combate borraron 68 'cocinas'. Pero fue tan fácil como levantar otras al lado, hay fotografías donde se ven.

El hecho fehaciente es que 2020 se cerró con la verificación de que esta industria ya está en marcha y con cifras de opio entre las cuatro más altas nunca vistas, lo que de paso revela que el furor por tan rentables actividades no se dejó aplastar por las restricciones del Covid. Aunque, advierte la ONU, lo que ahora sí cabe esperar es que «la crisis posterior a la pandemia en combinación con los precios al alza de los alimentos» abonen una eclosión aún mayor de la amapola blanca en los próximos años. Seguramente también de la ephedra y sus sustancias. Y con ellas, del dinero, de las armas, la violencia, más y más Talibán.