Felipe Gozález y su compiche Capriles
El ex presidente español Felipe González, quien se reunió este fin de semana con el opositor derechista venezolano Henrique Capriles, está vinculado con la falsa foto del presidente Hugo Chávez, publicada por el diario ‘El País’ el pasado 24 de enero.
En la foto, el supuesto Chávez aparecía entubado en un hospital en situación grave y el rotativo español lanzaba el titular “El secreto de la enfermedad de Chávez”. Al cabo de pocas horas, el diario “El País” se vio obligado a desmentir la veracidad de esa fotografía e intentó retirar los ejemplares de ese día. Este hecho desató una oleada de críticas debido a la manipulación mediática y a la falta absoluta de ética y profesionalidad periodística.
Tras este escándalo, el vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) Tarek El Aissami, señaló este martes al ex presidente español Felipe González como uno de los responsables en la publicación de esa fotografía falsa.
“Felipe González aparece en los elementos de la investigación que adelanta nuestro gobierno, señalado y comprometido con la publicación de la imagen falsa”, dijo El Aissami durante una rueda de prensa.
La foto publicada por El País con gran despliegue en portada viola “las más mínimas normas éticas para el tratamiento de la información sobre un paciente, sobre un ser humano”, sostuvo el dirigente del PSUV.
González se reunió el fin de semana con el opositor derechista Henrique Capriles y con la plana mayor del partido Primero Justicia en la ciudad de Bogotá. Capriles, que también es miembro de Primero Justicia, partido envuelto en un escándalo de corrupción destapado este martes en la Asamblea Nacional venezolana, informó del encuentro con el dirigente español a través de la red social twitter.
“Una larga conversa en Bogotá con un gran Amigo de nuestra Venezuela, el Presidente Felipe González”, escribió @hcapriles.
El “gran amigo” de Capriles fue presidente entre 1982-1996.
González, en su labor como presidente, fue el encargado de legalizar a las “empresas de trabajo temporal”, creadas para presentar cifras positivas de empleo, a pesar de que fuera en condiciones precarias y vulnerara históricas conquistas sindicales. Sin embargo, esta medida no fue suficiente para “impulsar” el empleo y en 1993 España ya contaba con la tasa de parados más alta de su historia (sólo superada por la actual administración de Mariano Rajoy), y con una deuda pública que rondaba el 68% del Producto Interno Bruto (PIB).