jueves, 9 de febrero de 2023

EMERGE EL SUBMARINO AMARILLO DE LA OTAN


Después de 8 años de que el gobierno neonazi que salió del golpe de estado del Euromaidán de Kiev masacrara a la población civil del este y sur de Ucrania, además de un año de intervención militar rusa en defensa de estas regiones, emerge en mi ciudad el submarino amarillo del ninismo. "Ni OTAN ni Putin", nos dicen. Y yo les pregunto: ¿dónde estabais durante estos 8 años? ¿Por qué no empapelasteis la ciudad con el cartelito de "No a la guerra" durante todo este tiempo? ¿Será esta plataforma antimilitarista heredera de aquellos objetores de conciencia que hacían en 1999 campañas de deserción al "ejército de Milosevic" pero no al de la OTAN "por ser éste profesional"? ¿Por qué se dice "ni OTAN ni Milosevic" o "ni OTAN ni Putin" pero no "ni EEUU ni Sadam", sino en este último caso, solo "No a la guerra"? ¿A qué se debe ese ninismo tan selectivo? Y por cierto, ahora que sabemos que el ejército ucraniano es una picadora de carne y que es de leva forzosa y el ruso está profesionalizado (al menos en gran parte) ¿se va a hacer una campaña para que los soldados deserten del ejército ucronazi?

Obviamente, todo lo anterior son preguntas retóricas que no esperan respuesta porque la realidad las ha ido contestando una a una con el tiempo. Ahora que, después de un año de intervención rusa, el ejército ucronazi se está quedando sin hombres (ya van cerca de 200.000 bajas) y sin munición, y las tropas de Moscú junto con las milicias populares del Donbass no dejan de avanzar, aparece el caballito de Troya de la OTAN en los países lacayos de EEUU mendigando una paz que ya es tan imposible como oportunista. Tampoco es casualidad que cuando se convocan manifestaciones antiimperialistas por parte de plataformas anti OTAN se contraprograme por esas fechas una serie de manifestaciones paniguadas con la vieja plantilla "Ni OTAN ni X" (siendo X el dirigente del país de turno que molesta a EEUU... solo que esta vez es Rusia, la mayor potencia nuclear del globo.) Es mucho más honesto convocar una manifestación contra la ruina de los trabajadores europeos por el efecto de las sanciones a la energía rusa o contra la deriva hacia una posible guerra nuclear que enarbolar nuevamente la bandera de la falsa equidistancia que siempre acaba degenerando en apoyo al imperio criminal de las élites globalistas que dirigen Washington. Por mí os podéis quitar la careta. Ya no me engañáis.