Hace unos días el "imparcial" medio The NY Times se sacaba de la chistera que el envío de cartas bomba dirigidas a políticos y embajadas en España el pasado mes de noviembre fue obra de un supuesto grupo terrorista llamado Movimiento Imperial Ruso. El guion, propio de esas infantiles producciones de Hollywood llenas de odio racista hacia Rusia, fue fotocopiado y difundido ayer mismo por nuestros dóciles medios, que no cuestionan nada de lo que llega desde Washington. Incluso la prensa más progre, como el sector que representa el periodista "antifascista" Miquel Ramos, se ha hecho eco de manera acrítica del cutre relato de espías made in the USA. Pues bien, hoy la policía nacional ha hecho público que el autor de las cartas es un jubilado de Burgos de 74 años y no una célula hibernante del KGB soviético. El ridículo de nuestros "mass mierda" no tiene ya límites.