Iñigo Sáenz de Ugarte
Lo que en otros países ha sido un desastre completo, para España ha sido una bendición. Mariano Rajoy se aplicó el domingo en insistir una y otra vez que el rescate de la banca española ha sido un éxito y una muestra de la confianza de las instituciones europeas: ”Esto es muy bueno para el euro y para España”, “esto no afecta en absoluto al déficit”, “ayer (por el sábado) ganó la solidez de nuestro sistema financiero”.
La prensa conservadora había tocado las mismas teclas en las portadas del domingo. “Rescate sin humillación”, dijo El Mundo en primera página. “Europa financia a la banca sin condiciones para España”, anunció ABC.
Pero los mercados internacionales se guían más por el contenido de la prensa anglosajona y un primer vistazo a las portadas indica que el Gobierno español lo tendrá difícil para que cale su versión oficial. El Financial Times abre su portada del lunes con el alegato victorioso de Rajoy, pero debajo coloca a España en el ‘grupo de la muerte’ de la eurozona, junto a Grecia, Portugal e Irlanda. Bajo las cifras de los rescates, aparece en rojo las del PIB de cada país. Los 1,1 billones del PIB español reflejan con claridad lo que se juega Europa en esta apuesta.
De más está decir que los periódicos extranjeros hablan de rescate (rescue o bailout), como lo hizo la web de la revista Time, en tono irónico. Nadie se molesta en seguir el rastro de los eufemismos utilizados por Rajoy (“línea de crédito”).
The Guardian también abre su portada con la declaración del presidente español, pero una vez más hay que apuntar que sus lectores quedarán sorprendidos al ver que alguien considera un triunfo caer bajo el control de las instituciones europeas, aunque sólo sea para rescatar al sector financiero. El International Herald Tribune, que es la edición mundial de The New York Times, no cree que el acuerdo sirva para poner fin a los problemas: “Spanish bank aid won't end the pain”.
Ya el domingo el alemán Frankurter Algemeine puso a España en la lista de los países que se ven obligados a pasar por ventanilla: ”El siguiente, por favor: España”.
En los próximos días, se verá cómo los mercados de la deuda y los analistas económicos valoran el rescate de la banca española. Ya hay opiniones negativas, como la de Megan Green, que se ocupa de las economías del sur de Europa para la empresa de consultoría que dirige el influyente Nouriel Roubini. En España el economista liberal Xavier Sala i Martín, que había quedado ligeramente satisfecho tras la rueda de prensa de De Guindos, ahora no lo ve nada claro. En especial, está molesto con la incapacidad del Gobierno de Rajoy, al igual que en los tiempos de Zapatero, de llamar a las cosas por su nombre:
"Cuarto, el gobierno se niega a utilizar la palabra rescate y habla de “ayudas” y “préstamo en condiciones favorables”. Sería importante que el gobierno dejara de jugar con los nombres para esconder la realidad (un fenómeno conocido como “Zapaterizar” la realidad). Señores ministros: ¡esto es un rescate en toda regla! Ustedes reciben una ayuda en forma de crédito en condiciones favorables (y la diferencia entre esas condiciones favorables y las que obtendrían ustedes en el mercado son sufragadas por los contribuyentes alemanes) y a cambio, se comprometen ustedes a seguir una serie de normas dictadas por los socios europeos. Eso es lo que vulgarmente se conoce con el nombre de… ¿RESCATE? La irritación con la que De Guindos contestó a algunas preguntas de periodistas podrían ser el fruto del cansancio y de la tensión de los últimos días… pero sus patéticos intentos de esconder la realidad repitiendo una y otra vez que no estábamos ante un rescate no hacen más que minar la confianza de los ciudadanos."