Russia Today, 9/12/2011
[Un ataque de la OTAN a un supuesto aliado y además un aliado con armas atómicas y además es aliado y protegido de una gran potencia nuclear, nada menos que China. Hay quien dice que los ataques están motivados por el deseo de Washington de apoderarse de los arsenales nucleares de Pakistán y hacer desaparecer a este país como potencia nuclear. Sea como fuere, EE.UU. debe estar muy preocupado ante la pérdida a marchas forzadas de su hegemonía mundial para actuar de manera tan desesperada.]
El ataque aéreo de la OTAN, que mató a 24 soldados paquistaníes y causó heridas al menos a 14 personas en noviembre pasado, fue un plan preparado de antemano. Así lo declaró el mayor general Ashfaq Nadeem, jefe de las operaciones militares del ejército paquistaní.
Durante su discurso, el mayor general calificó lo ocurrido como “un complot preparado de antemano” contra Pakistán. Además, no descartó la idea de que el "supuesto aliado" de Pakistán (EE. UU.) pueda volver a atacar. Nadeem dijo que la cúpula militar paquistaní tiene la intención de desplegar a lo largo de sus fronteras un sistema nacional de defensa aérea para prevenir la repetición de incidentes similares en el futuro.
El sistema de defensa aérea estará enfocado en derribar aviones y helicópteros militares extranjeros que invadan el espacio aéreo del país por el lado del vecino Afganistán.
Los helicópteros militares de la OTAN bombardearon un campamento militar paquistaní en la frontera con Afganistán en la noche del 26 de noviembre. Casi 30 soldados murieron y decenas de personas resultaron heridas.
Tras el ataque, las relaciones entre los dos países que estaban seriamente dañadas se han deteriorado aun más. Ese mismo día, Pakistán bloqueó la carretera que une al país con Afganistán, por donde las tropas internacionales reciben suministros. Para la Alianza este cierre supone una pérdida significativa, ya que a través de Pakistán trasportaba más del 70% de los suministros militares y combustible para las fuerzas estadounidenses y aliadas que combaten en el vecino Afganistán.
Además, las autoridades de Pakistán exigieron al Ejército de EE. UU. que desalojaran la base aérea militar del sur del país.
La OTAN no ofreció ninguna explicación coherente sobre el hecho, solo se limitó a decir que está “consciente” de que ocurrió “un incidente”. Además, dijo que investigará lo sucedido y hasta que no tengan conclusiones del asunto, no harán comentarios. El general John Allen, jefe de la misión afgana de la OTAN, solo expresó sus condolencias a los familiares de los militares que “pudieran haber muerto o resultado heridos en el suceso”.
Las relaciones entre Islamabad y Washington ya estaban en un punto crítico y empeoraban cada día desde que EE.UU. realizó una operación especial para eliminar al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden. En este contexto muchos expertos sostienen que el conflicto entre los dos países podría ocasionar una "catástrofe”.
[Un ataque de la OTAN a un supuesto aliado y además un aliado con armas atómicas y además es aliado y protegido de una gran potencia nuclear, nada menos que China. Hay quien dice que los ataques están motivados por el deseo de Washington de apoderarse de los arsenales nucleares de Pakistán y hacer desaparecer a este país como potencia nuclear. Sea como fuere, EE.UU. debe estar muy preocupado ante la pérdida a marchas forzadas de su hegemonía mundial para actuar de manera tan desesperada.]
El ataque aéreo de la OTAN, que mató a 24 soldados paquistaníes y causó heridas al menos a 14 personas en noviembre pasado, fue un plan preparado de antemano. Así lo declaró el mayor general Ashfaq Nadeem, jefe de las operaciones militares del ejército paquistaní.
Durante su discurso, el mayor general calificó lo ocurrido como “un complot preparado de antemano” contra Pakistán. Además, no descartó la idea de que el "supuesto aliado" de Pakistán (EE. UU.) pueda volver a atacar. Nadeem dijo que la cúpula militar paquistaní tiene la intención de desplegar a lo largo de sus fronteras un sistema nacional de defensa aérea para prevenir la repetición de incidentes similares en el futuro.
El sistema de defensa aérea estará enfocado en derribar aviones y helicópteros militares extranjeros que invadan el espacio aéreo del país por el lado del vecino Afganistán.
Los helicópteros militares de la OTAN bombardearon un campamento militar paquistaní en la frontera con Afganistán en la noche del 26 de noviembre. Casi 30 soldados murieron y decenas de personas resultaron heridas.
Tras el ataque, las relaciones entre los dos países que estaban seriamente dañadas se han deteriorado aun más. Ese mismo día, Pakistán bloqueó la carretera que une al país con Afganistán, por donde las tropas internacionales reciben suministros. Para la Alianza este cierre supone una pérdida significativa, ya que a través de Pakistán trasportaba más del 70% de los suministros militares y combustible para las fuerzas estadounidenses y aliadas que combaten en el vecino Afganistán.
Además, las autoridades de Pakistán exigieron al Ejército de EE. UU. que desalojaran la base aérea militar del sur del país.
La OTAN no ofreció ninguna explicación coherente sobre el hecho, solo se limitó a decir que está “consciente” de que ocurrió “un incidente”. Además, dijo que investigará lo sucedido y hasta que no tengan conclusiones del asunto, no harán comentarios. El general John Allen, jefe de la misión afgana de la OTAN, solo expresó sus condolencias a los familiares de los militares que “pudieran haber muerto o resultado heridos en el suceso”.
Las relaciones entre Islamabad y Washington ya estaban en un punto crítico y empeoraban cada día desde que EE.UU. realizó una operación especial para eliminar al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden. En este contexto muchos expertos sostienen que el conflicto entre los dos países podría ocasionar una "catástrofe”.