miércoles, 13 de abril de 2022

@IRINAMAR10: «DESDE QUE ME POSICIONÉ DEL LADO DEL DONBASS Y DE RUSIA, EMPECÉ A RECIBIR INSULTOS Y AMENAZAS»

Steve Alford

El Común, 02/04/2022


Esta semana Twitter, como la red social política por excelencia, ha tenido una inesperada protagonista dentro de la batalla propagandística que se ha abierto con motivo de la guerra en Ucrania. Un episodio más, sin duda, de la llamada guerra de propaganda que vivimos, y que es inherente a cualquier conflicto, pero que en la vieja Europa está llegando a niveles que no se conocían desde el final de la Guerra Fría. Ciertamente, guerra y propaganda han estado íntimamente relacionadas desde el principio de los tiempos, pero fue tras la I Guerra Mundial que esta fue considerada un arma más en un conflicto, como algo tener en primera consideración por el valor que en el plano psicológico adquiere la justificación de los actos propios frente a las atrocidades del enemigo. Y eso es lo que vivimos ahora, justamente, en medio de un ataque generalizado, y casi sin precedentes, en el que todo lo ruso es digno de sospecha y hasta cancelación, en un continente en el que, cínicamente en nombre de la democracia, se cierran medios de comunicación por su cercanía al enemigo geoestratégico.

La víctima de esta semana en Twitter España ha sido Irina, una mujer rusoespañola que está detrás de la cuenta @IrinaMar10, y que con la fotografía de la fracotiradora Roza Shanina como imagen de perfil, da versiones sobre la guerra rusoucraniana que se escapan del relato oficial que tenemos en Europa de lo que está ocurriendo. La informática MariLuz Congosto expresó sus sospechas sobre la cuenta el pasado 28 de marzo en un hilo que rápidamente tuvo eco en medios de comunicación, señalando que tras Irina podría esconderse un perfil artificial creado para defender las posiciones prorrusas en la guerra, argumentando para ello toda una serie de “pruebas” como el aumento de su actividad desde el inicio del conflicto.

Como viene siendo habitual, nadie hasta ahora se había preocupado por conocer la versión de Irina, con la que nos hemos puesto en contacto para que los lectores y lectoras de nuestro diario puedan hacerse su propio juicio sobre esta cuestión. Sabemos que el mero hecho de publicar esta entrevista nos pondrá en la diana, pero como medio independiente y no financiado por ninguna organización ajena, nos vemos obligados a seguir fomentando el debate en torno a una cuestión difícil de esclarecer en medio de un conflicto geoestratégico en el que se dirime parte importante del futuro inmediato de la humanidad.

«Perfil artificial», «bot», algunos medios no han parado de señalarte de las maneras más extrañas para cuestionar tu propia existencia, ¿Eres real?

¿Que si soy real? El mismo Carlos del Castillo responde a esta pregunta en su artículo que publicó en El Diario: «lo que no ha aparecido al analizar la comunidad de Irina es una conexión con las cuentas RT, Sputnik o sus periodistas… Congosto no descarta que el origen del perfil pueda estar en algún activista anti- OTAN…». Eso sí, lo ha escrito al final del artículo con la esperanza de que los lectores de El Diario solo se quedasen con el título, que reza que Irina es un «perfil artificial» y «no es una persona». Una buena táctica para desacreditar a alguien quien se opone al cuento oficial anti-Rusia y anti-Putin, impuesto por Washington y la OTAN. 

Todo comienza con un hilo de tuits de Mariluz Congosto en la que dice sospechar de tu actividad en Twitter, ¿Qué hacías antes de la guerra rusa en esta red social?

Es cierto que llevo poco tiempo como usuaria activa en Twitter. Creé mi cuenta en 2015, pero solo la usé en algunas ocasiones puntuales para poder participar en algún sorteo de los móviles. La señora. Congosto solo pudo encontrar un par de retuits míos de los sorteos del año 2017, pero eso no le impidió afirmar que yo «antes de ser rusa era fan de sorteos», como si los rusos no tuvieran derecho a participar en los sorteos. Empecé a utilizar Twitter de forma activa a partir de abril del 2021 por la recomendación de un compañero de trabajo. En principio solo hacía retuits y seguía a quien me sigue, pero poco a poco empecé a escribir mis propios tuits criticando al gobierno de coalición por sus promesas incumplidas y sus políticas populistas, anticomunistas, antifeministas y antiobreras. Cuando empezó la escalada entre Rusia y Ucrania (o EEUU y la OTAN) ya me encontraba dentro del grupo de tuiteros tachados de «rojipardos» y «neorrancios». Empecé a tuitear sobre la expansión de la OTAN hacia Rusia, sobre la guerra de Donbass que empezó en 2014 y sobre los crímenes de los neonazis ucranianos. Mucha gente de izquierda y contraria a la OTAN empezó a seguirme, y el día de la intervención militar de Rusia en Ucrania ya tenía más de 10 mil seguidores. Pero a la señora Congosto este dato no le pareció importante, por eso lo ha omitido.

Altavoces varios en prensa y radio han dado credibilidad a lo que Congosto no pudo siquiera demostrar -aunque sí lanzase sus sospechas-, ¿Qué le parece esa campaña?

Desde la escalada entre Rusia y EEUU- OTAN los medios han ido aumentando paulatinamente su campaña antirrusa y anti-Putin. Desde el día de la invasión la campaña de los medios se convirtió en una campaña abiertamente rusófoba, intolerante a cualquier opinión crítica. Han censurado a los medios rusos para poder seguir con su relato unilateral impulsado por Washington y la OTAN, donde Putin es una especie de nuevo Hitler y Zelensky y sus cachorros nazis son los verdaderos «luchadores por la libertad» que van a salvar a Ucrania de los «fascistas invasores rusos». No pueden permitir ninguna opinión contraria a la suya, porque eso sería admitir que la UE y el gobierno de España están financiando y enviando armas a los nazis.

¿Afecta todo este ruido a su vida personal?

La verdad es que sí. Desde que me posicioné del lado del Donbass y de Rusia, empecé a recibir insultos y amenazas en Twitter, incluso tuve que quitar mi ubicación de la bio después de recibir varios mensajes que decían que saben dónde vivo y que van a ir a por mí. Después de que intentaran desacreditarme en El Diario y en La Ser, muchos vienen a mi TL a acusarme de ser un bot, una cuenta falsa, preguntan cuánto me paga Putin o simplemente insultan. Pero también recibí muchísimo apoyo de la gente que están indignados por las mentiras de los medios y su blanqueamiento al régimen nazi ucraniano. Mi marido (Sí, tengo marido y una hija) me pidió que dejara Twitter por un tiempo, pero no voy a hacerlo. No puedo callarme cuando todos los políticos y los medios se han posicionado del lado de los ucronazis. Lo único que repiten todos los medios son las mentiras y los fakes ucranianos, donde acusan a los rusos de bombardear a los civiles y, a falta de pruebas, muestran las imágenes de los bombardeos a Donbass por parte del ejército ucraniano y de los nazis de Azov.

¿Es cierto que no participaba en debates ideológicos o políticos antes de 2021?

Sí, es cierto. La política española nunca me pareció interesante, en mi opinión, cualquier partido o político español, por muy antisistema que parezca, al llegar al gobierno, se convierte en parte del sistema a las órdenes del capital.

En el artículo de eldiario.es, te echan en cara incluso declararte rusa y a la vez tener nacionalidad española. ¿Eres rusa?

Sí, soy rusa. Ellos saben perfectamente que una persona de origen ruso puede tener ciudadanía española, pero intentan crear dudas. La señora Congosto afirma que no soy rusa, sino «prorrusa», pero si hubiera leído mis tuits (no solo los del 2017), sabría que escribí incluso sobre mi lugar de nacimiento, que se encuentra en Rusia cerca de la frontera con Donbass. También sabría que publico muchos tuits donde traduzco los testimonios de los residentes de Mariupol e incluso he traducido algunos discursos de Putin.

Siembran sospechas los «investigadores» por el rápido crecimiento de tu cuenta, ¿Cuánto has crecido en los últimos meses?

En diciembre del año pasado tenía menos de 4 mil seguidores y ahora mismo tengo más de 55 mil. Los «investigadores» tuvieron que admitir que «la gran parte de su comunidad [de mi cuenta] es orgánica y se conforma de perfiles de izquierda.»