Contrainjerencia, 26/11/2015
“No hubo una advertencia, ni por radio ni visual. No hubo ningún contacto”, dijo el piloto Konstantin Murajtin, hablando de espaldas a las cámaras de televisión, a periodistas en la base rusa en Siria.
“Si (el ejército turco) hubiera querido advertirnos, habrían podido mostrarse volando en paralelo a nosotros. No hubo nada de eso” añadió el piloto del avión ruso Su-24.
Cuando un periodista le pregunta si ingresó en el espacio aéreo turco, el piloto lo “excluye totalmente”, “ni siquiera un segundo”.
“Estábamos volando a una altura de 6.000 metros, el tiempo estaba despejado, podía ver perfectamente en el mapa y en tierra dónde estaba la frontera y donde estábamos nosotros”, asegura.
Los F-16 turcos dispararon un misil que “de pronto alcanzó la cola del avión”, cuando el aparato ruso “se disponía a retornar a la base aérea (de Hmeimim, cerca de Latakia, en el noroeste de Siria, ndlr) tras haber efectuado su misión de combate”, explica el piloto.
Según fuentes de la presidencia turca, el avión ruso “fue derribado de acuerdo con las reglas de combate después de haber violado el espacio aéreo turco, pese a las advertencias”. El Estado mayor turco dijo que el cazabombardero ruso fue advertido “diez veces en el espacio de cinco minutos”.
Murajtin, tras eyectarse del avión, fue socorrido gracias a una operación especial de las fuerzas sirias y rusas. El segundo piloto del Su-24 resultó muerto por disparos cuando descendía a tierra en su paracaídas.