jueves, 30 de abril de 2020

CÓMO VIETNAM LOGRÓ VENCER AL COVID-19 SIN LAMENTAR NI UNA ÚNICA MUERTE

Sputnik, 29/04/2020

[Junto con China, Vietnam otro ejemplo de civismo y disciplina. Por eso no se nombra en los medios de ese occidente corroído por el virus de la codicia y la falta de planificación.]



La pandemia de coronavirus ha tomado prácticamente todos los rincones del globo. A día de hoy, ya son más de 3,2 millones de casos confirmados y más de 217.000 muertes. Vietnam, sin embargo, ha superado dos olas de contagios sin registrar ninguna víctima fatal. ¿Cómo lo lograron?

El primer caso confirmado de coronavirus en Vietnam fue registrado el 13 de enero. Se trataba de Li Ding, un chino de 66 años que fue a visitar su hijo. El hombre vino directamente de Wuhan, el epicentro de la pandemia del COVID-19 que, en aquel momento, todavía no se encontraba bajo cuarentena. Unos días más tarde, primero padre y después hijo, presentaron fiebre alta. Ambos fueron hospitalizados el 22 de enero. Hasta el final del aquel mes, llegaron  tres personas más infectadas al país. El 1 de febrero, se enfermó también una empleada del hotel, donde se había quedado el paciente cero.

Los seis casos de coronavirus bastaron para que el primer ministro del país, Nguyen Xuan Phuc declarara una epidemia en Vietnam. La primera medida fue inaugurar un Centro de Prevención de Emergencias. Luego, las comunicaciones aéreas y ferroviarias con China se detuvieron por completo y a los ciudadanos del país vecino les dejaron de otorgar visados. Se registraron y se enviaron para una cuarentena de dos semanas a todos los trabajadores chinos y otros extranjeros que habían visitado regiones potencialmente peligrosas. Se cerraron las universidades y escuelas.

Cuando Vietnam ya registraba diez casos confirmados en todo el país, las autoridades impusieron una estricta cuarentena de tres semanas a un pueblo de  10.000 habitantes cerca de Hanói. En aquel entonces, el único país donde se habían implementado medidas similares era China. Además, a todos los ciudadanos se les recomendó instalar una aplicación en el móvil para controlar su estado de salud y el riesgo de infección.

A finales de febrero, los 16 casos confirmados registrados hasta el momento se habían recuperado. El Centro Estadounidense para el Control y la Prevención de Enfermedades removió Vietnam de la lista de regiones peligrosas y envió una delegación allí para estudiar la experiencia del país en el combate a la infección. El Gobierno, sin embargo, no tuvo prisa en levantar las restricciones. La medidas se extendieron por dos semanas más.

La ola europea

El 6 de marzo, el coronavirus surgió nuevamente en Vietnam, esta vez proveniente de Europa. Una vietnamita que había estado en Londres, París y Lombardía —región que posteriormente se convirtió en el epicentro del COVID-19 en Italia— volvió a su país con tos. Pese a que tenía el síntoma desde antes de volver a casa, solo cinco días después de su llegada consultó con un médico y fue finalmente hospitalizada por COVID-19

Se estimó que ella podría haber infectado a unas doscientas personas, las cuales fueron todas aisladas con urgencia. Se inició la segunda etapa de la lucha contra la epidemia. Los puntos turísticos se cerraron y se limitaron parcialmente las conexiones ferroviarias.

En este momento, el pánico se instauró en Hanói y, la noche del 6 de marzo, las personas se apresuraron a comprar alimentos y artículos de primera necesidad, pese a que las autoridades habían asegurado que no habría interrupciones en los suministros. Los fideos instantáneos y el arroz se agotaron al punto de que el país se vio obligado incluso a suspender la exportación de esos productos.

Experiencia adquirida

El éxito de Vietnam en el combate al COVID-19 sin la pérdida de una única vida es definitivamente sorprendente, comparado con las realidades de otros países. Es cierto, sin embargo, que algunos observadores creen que las estadísticas oficiales difieren de la realidad y que los puestos en cuidados intensivos ya no serían suficientes incluso en las grandes ciudades con una infraestructura relativamente buena.

Para Piotr Tsvetov, profesor en la Academia Diplomática del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, una discrepancia entre datos y realidad, si existiera, sería destapada rápidamente. Para el experto, Vietnam hizo un buen uso de la experiencia obtenida con la epidemia de SARS en 2003.

El experto, además, consideró que Vietnam es "tradicionalmente fuerte" en su capacidad de movilizar a la población, además de haber tomado al COVID-19 "muy en serio".

Una visión desde dentro

En una conversación, la rusa Anastasía que desde hace tres años vive en Ho Chi Minh, confirmó que los vietnamitas desde el comienzo de la epidemia siguieron de manera responsable las órdenes de las autoridades. Y que, incluso durante las festividades de año nuevo a mediados de febrero, nadie descumplió las recomendaciones.

Para Anastasía, el secreto del éxito en la lucha contra el COVID-19 está en la conciencia ciudadana y la reacción rápida de las autoridades vietnamitas. Al final de la conversación, la rusa agregó que ya casi todos los restaurantes han vuelto a abrir sus puertas en su ciudad.

Además de los restaurantes, el transporte público ha vuelto a circular y los niños regresan gradualmente a la escuela. Pese a los buenos resultados, nadie descuida la salud, las personas siguen usando mascarillas y mantienen la distancia social recomendada.