Strategic Culrure, 21/02/2020
Traducción: Tommaso della Macchina
La Nueva Ruta de la Seda - o la Iniciativa de la Franja y la Ruta- fueron lanzadas por el presidente Xi Jinping en 2013, primero en Asia Central (Nur-Sultan) y después en el Sureste Asiático (Yakarta).
Un año más tarde, la economía china adelantó a EEUU sobre la base de la Paridad de Poder Adquisitivo. Inexorablemente, año tras año desde el comienzo del milenio, la participación estadounidense en la economía mengua mientras que la china se incrementa.
China es ya la pieza clave de la economía global y el principal socio comercial de 130 naciones.
Mientras que la economía americana se quedaba hueca, y la financiación de casino del gobierno estadounidense -sus mercados de repos y todo lo demás- parecía una pesadilla distópica, la civilización-estado se adentra en infinidad de áreas de investigación tecnológica, especialmente a causa de [el plan] Hecho en China 2025.
China supera ampliamente a EEUU en la presentación de patentes y produce al año al menos 8 veces más graduados en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas que EEUU, ganándose el estatus de primer contribuyente a la ciencia global.
Un amplio conjunto de naciones por todo el Sur Global se apuntaron a ser parte del BRI chino [La Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda, también conocida como la de la Franja y la Ruta], que se planea se complete en 2049. Solo el año pasado las compañías chinas firmaron contratos por valor de 128 mil millones de dólares en proyectos de infraestructuras a gran escala en decenas de naciones.
El único competidor económico de EEUU está ocupado reconectando la mayoría del mundo con el siglo XXI, versión totalmente interrelacionada de un sistema de comercio que estuvo en lo más alto durante más de un milenio: la Ruta de la Seda Euroasiática.
Inevitablemente este estado de cosas es algo que los sectores organizados de la clase rectora de EEUU estarían dispuestos a aceptar.
Tildar al BRI de pandémico
Mientras los de siempre erosionan la “estabilidad” del Partido Comunista Chino (PCC) y la administración de Xi Jinping, el hecho es que los líderes de Pekín han tenido que lidiar con una acumulación de asuntos extremadamente problemáticos: una epidemia de gripe porcina que ha matado la mitad de la cabaña, una guerra comercial urdida por Trump; Huawei acusado de estafa y a punto de que se prohibiera la compra de los chips hechos en EEUU; la gripe aviar; el coronavirus cerrando virtualmente a cal y canto la mitad de China.
Añadamos a ello la incesante lluvia propagandística de la Guerra Híbrida de EEUU, transida de sinofobia; todo el mundo desde “mandatarios” sociópatas a autoproclamados consejeros están o bien asesorando a las multinacionales para que las cadenas de suministros no pasen por China o bien elaborando descarados llamamientos a un cambio de régimen, con todo tipo de demonización entre medias.
Todo está permitido en la ofensiva total contra el gobierno chino mientras está en horas bajas.
Un mensaje cifrado del Pentágono en la Conferencia de Seguridad de Munich una vez más declara a China la mayor amenaza, económica y militar, a los EEUU, y por extensión a occidente, forzando a una tambaleante Unión Europea ya de por sí bastante subordinada a la OTAN a ser esbirra de Washington en la remezcla 2.0 de su Guerra Fría.
Todo el complejo de medios corporativos de EEUU repiten hasta la extenuación que Pekín está “mintiendo” y perdiendo el control. Bajando a niveles rastreros, a niveles racistas, los gacetilleros acusan al BRI mismo de ser una pandemia, con una China imposible de poner en cuarentena.
Todo esto es bastante suntuoso, por decirlo suavemente, rezumando de bien pagados secuaces de una oligarquía desbocada, depravada, destructiva, extractiva, monopolística y sin escrúpulos que usa la deuda de manera ofensiva para reforzar su riqueza y poder ilimitados mientras que las humildes masas globales y de EEUU usan la deuda de forma defensiva para sobrevivir a duras penas. Como Thomas Piketty ha acabado demostrando, la desigualdad descansa sobre la ideología.
Estamos metidos hasta el cuello en una guerra de inteligencia. Desde el punto de vista de la inteligencia china, el actual cóctel tóxico no se puede atribuir simplemente a una serie de coincidencias fortuitas. Pekín tiene una serie de motivos para pensar en esta extraordinaria cadena de eventos como parte de una Guerra Híbrida, una ataque contra China para un Dominio de Amplio Espectro.
Y aquí entra la hipótesis de trabajo del Asesino del Dragón: un ataque con un arma biológica capaz de causar inmenso daño económico pero protegida por el hecho de que se pueda negar. El único movimiento posible por parte de la “nación indispensable” en el Nuevo Gran Tablero de Ajedrez, considerando que EEUU no puede ganar una guerra convencional contra China y tampoco puede ganar una guerra nuclear.
¿Un arma para la guerra biológica?
Visto superficialmente, el coronavirus es un arma biológica ideal para aquellos obsesionados con hacer estragos en toda China y pedir un cambio de régimen.
Sin embargo, es complicado. Este informe representa un esfuerzo considerable de rastreo de los orígenes del coronavirus. Ahora compárenlo con la perspicacia del Dr. Francis Boyle, profesor de derecho internacional en la universidad de Illinois y autor de Guerra Biológica y Terrorismo. Él es el hombre que hizo el borrador del Acta de Armas Biológicas contra el Terrorismo de 1989 convertida en ley por George H. W. Bush.
El Dr. Boyle está convencido de que el coronavirus es un
“arma de la guerra biológica ofensiva” que saltó de laboratorio de nivel 4 de bioseguridad de Wuhan, aunque él no “dice que se hiciera deliberadamente”.
El Dr. Boyle añade, “todos esos laboratorios de nivel 4 de EEUU, Europa, Rusia, China e Israel están allí para desarrollar y probar agentes de la guerra biológica. No hay realmente un interés científico en tener laboratorios de nivel 4 de bioseguridad.” Su propia investigación hizo que EEUU gastara nada menos que 100 mil millones de dólares, allá por 2015, en investigación sobre guerra biológica: “Tenemos más de 13.000 biólogos… probando armas biológicas aquí en los EEUU. En realidad esto se remonta e incluso precede al 11 de septiembre.”
El Dr. Boyle directamente acusa al “gobierno chino al mando de Xi y sus camaradas” de taparlo todo “desde el minuto uno. El primer caso del que se informó data del 1 de diciembre, así que han estado tapándolo hasta que ya no pudieron más. Y todo lo que nos han contado es una mentira. Es propaganda.”
La Organización Mundial de la Salud, para el Dr. Boyle, está también involucrada: “Han aprobado muchos de estos laboratorios (…) No se puede confiar en nada de lo que la OMS dice porque están todos comprados y pagados por las grandes empresas farmacéuticas y trabajan compinchados con el CDC, que es el gobierno de EEUU, trabajan compinchados con Fort Detrick”. Fort Detrick, hoy día un laboratorio puntero para la guerra biológica, previamente era una tristemente conocida guarida de la CIA para “experimentos” mentales.
Apoyándose en décadas de investigación en guerra biológica, el estado profundo de EEUU está totalmente familiarizado con todos los fenómenos sospechosos de tener que ver con la guerra biológica. Desde Dresde, Hiroshima y Nagasaki a Corea, Vietman y Faluya, los documentos históricos muestran que el gobierno de EEUU ni pestañea cuando hay que descargar armas de destrucción masiva sobre civiles inocentes.
Por su parte, la Agencia del Proyecto de Investigación Avanzada para la Defensa (DARPA) ha gastado una fortuna investigando sobre murciélagos, coronavirus y armas biológicas de manipulación genética. Ahora, muy oportunamente –como si fuera una forma de intervención divina- los “aliados estratégicos” del DARPA han sido elegidos para desarrollar una vacuna genética.
La Biblia Neocon de 1996, el Proyecto para un Nuevo Siglo Americano (PNAC), afirmaba sin ambigüedad, “las formas avanzadas de guerra biológica que pueden tener como objetivo genotipos específicos pueden transformar la terrorífica guerra biológica en una herramienta útil políticamente.”
No hay duda de que el coronavirus, hasta ahora, ha sido un arma políticamente útil caída del cielo, alcanzando, con la mínima inversión, los objetivos deseados del poder global maximizado de EEUU –incluso si es fugazmente, reforzada por una imparable ofensiva propagandística– y China relativamente aislada con su economía semiparalizada.
Sin embargo, la perspectiva está en orden. El CDC estimó que hasta 42.9 millones de personas enfermaron durante la temporada de gripe 2018-2019 en EEUU. No menos de 647,000 personas fueron hospitalizadas. Y 61,200 murieron.
Este informe detalla la “guerra popular” de China contra el coronavirus.
Es labor de los virólogos chinos decodificar su discutible origen sintético. Cómo reaccione China, dependiendo de los hallazgos, tendrá consecuencias que sacudirán el mundo, literalmente.
Preparando el escenario para los Salvajes Años 20
Tras arreglárselas para redirigir las cadenas de abastecimiento por toda Eurasia en propio beneficio y obviar su núcleo central, las élites americanas -y las occidentales a sus órdenes- están ahora mirando al vacío. Y el vacío a su vez les mira a ellos. Un occidente regido por EEUU se enfrenta ahora a la irrelevancia. El BRI está en camino de revertir al menos dos siglos de dominio occidental.
De ninguna manera occidente y especialmente el “líder del sistema” EEUU está dispuesto a permitirlo. Todo empezó con operaciones sucias causando violencia en toda la periferia de Eurasia, desde Ucrania a Myanmar.
Ahora es cuando la cosa se pone verdaderamente fea. El planificado asesinato del General Soleimani más el coronavirus –la gripe de Wuhan- han preparado realmente el escenario para los Salvajes Años 20. El término para designarlo debería ser realmente WARS[GUERRAS], Wuhan Acute Respiratory Syndrome [Síndrome Respiratorio Agudo de Wuhan]. Éste descubriría la maniobra como una Guerra contra la Humanidad,independientemente del sitio de dónde haya venido.