Zbigniew Brzezinski, brazo derecho de la
dinastía Rockefeller, y un amigo muyahidín
Naciones Unidas, 14 may (EFE).- El embajador de Rusia ante la ONU, Vitaly Churkin, alertó hoy en el Consejo de Seguridad de que su Gobierno sospecha que las autoridades kosovares han contactado con miembros de la oposición siria para ofrecerle su territorio como campo de entrenamiento.
"Recientemente hemos visto informaciones perturbadoras que indican que las autoridades kosovares están estableciendo contactos con representantes de la oposición siria para entrenar a insurgentes en la provincia", dijo Churkin durante un debate en el máximo órgano de decisión de la ONU sobe la situación en Kosovo.
El diplomático ruso añadió que, de probarse esas informaciones, las acciones de las autoridades kosovares irían "en contra de los esfuerzos del enviado especial de la ONU y la Liga Árabe a Siria (Kofi Annan) apoyados por la comunidad internacional" para evitar un agravamiento del conflicto en Siria.
"Además convertirían a Kosovo en un centro para el entrenamiento de insurgentes de varias unidades armadas y podría convertirse en un factor desestabilizador, incluso más allá de la región de los Balcanes", dijo Churkin durante su intervención, en la que pidió a la ONU y la Unión Europea (UE) que analicen esa posibilidad.
El ministro de Asuntos Exteriores de Kosovo, Enver Hoxhaj, desmintió a la salida del debate que se esté entrenando en su territorio a rebeldes sirios, aunque sí reconoció contactos diplomáticos de su Gobierno con la oposición siria, cuya causa apoya "firmemente".
El Consejo de Seguridad de la ONU recibió hoy un informe sobre la situación sobre el terreno de mano del jefe de la misión interina del organismo en Kosovo (Unmik), Farid Zarif, quien dibujo un panorama dispar con "razones de cauto optimismo y satisfacción" y otras de "persistente fragilidad e inestabilidad".
Se refirió así a una mejora del diálogo entre las partes, fomentado por la UE, pero también a las tensiones derivadas por las disputas entre Kosovo y Serbia sobre el control de puestos fronterizos en la antigua provincia serbia, que derivaron en enfrentamientos violentos el pasado año.
En cualquier caso, las partes volvieron a evidenciar sus diferencias en el Consejo de Seguridad, donde Hoxhaj pidió la retirada de "la policía ilegal" de Serbia del norte de la provincia y donde el ministro de Exteriores de Serbia, Vuk Jeremic, pidió a los países que respeten "la soberanía e integridad territorial serbias".