Librered, 14/03/2012
En un documento, Olivier Basille, director general de Reporteros sin Fronteras que sustituyó al fundador Robert Ménard, admite que existió lo que llama “un acuerdo de cooperación” entre el propio Ménard y el Center for a Free Cuba, de Washington, organización creada y manejada por Frank Calzon, un connotado agente de la CIA, y financiada por la USAID, una agencia usada por Estados Unidos para infiltrarse en países con el pretexto de la “ayuda al desarrollo”.
En palabras de Basille “existió un acuerdo de cooperación entre su ex secretario general y una controvertida organización humanitaria (Center for a Free Cuba) surgida de la disidencia cubana en el exilio”.
El Center for a Free Cuba no es de ninguna manera una creación de la llamada disidencia sino, al revés, una fachada de la CIA montada para encubrir operaciones de subversión y desestabilización subsidiadas por la USAID. Su jefe, Frank Calzón, tiene un largo historial de actividades vinculadas a la inteligencia norteamericana.
Pretende Basille: “Este acuerdo fue denunciado en 2008, a petición de los trabajadores de Reporteros sin Fronteras, durante el último cambio de dirección de nuestra organización” (la salida de Ménard). Un episodio hasta ahora desconocido de la historia de la ONG parisina igualmente controvertida.
Basille omite precisar hasta donde fue la colaboración de Reporteros Sin Fronteras con Calzón, la que dio lugar a decenas de operaciones sucias de desinformación y de propaganda contra Cuba, rompiendo record en materia de difamación. Con financiamiento norteamericano.
En el curso de estas actividades Ménard viajó a Cuba para reunirse con el entonces presidente de una supuesta asociación de periodistas independientes, el fallecido Nestor Baguer, que actuaba de colaborador de los órganos de seguridad cubana.
Las aventuras “controvertidas” de Ménard y de Reporteros Sin Fronteras son innumerables, e incluyen un viaje a Taiwán para recibir públicamente una importante suma de dinero para seguir con sus ruidosos ataques contra China. En septiembre 2008, Robert Ménard abandonó Reporteros Sin Fronteras no por razones de ética, sino para aceptar un contrato del Emir de Qatar para apadrinar un “centro” para la “libertad de prensa”. El proyecto, que tuvo como director el patrón de Al Jazeera, fracasó a pesar de los millones invertidos.
Jean Guy Allard