Diario Octubre, 10/11/2022
Ante el nulo interés que ha despertado la COP27, la Conferencia de la ONU sobre cambio climático, Antonio Guterres ha tenido que saltar a la palestra para declarar que el mundo está “en la autopista al infierno climático”.
El domingo la Organización Meteorológica Mundial hizo lo propio emitiendo un comunicado de prensa titulado “Los ocho años más calurosos registrados indican un aumento de los impactos del cambio climático” (1).
Es más falso que un billete de tres euros.
Los registros de temperatura por medio de satélites y globos meteorológicos comenzaron en 1979. Desde entonces la temperatura ha subido +0,013°C cada año. Entre 2015 y 2022, es decir, durante los últimos 8 años, las temperaturas se han estabilizado, e incluso han disminuido ligeramente. En consecuencia, no hay ninguna aceleración.
En 2015 el objetivo fijado por la COP21 fue que la temperatura mundial se estabilizara. Es lo que está ocurriendo ahora mismo. ¿Es sólo un respiro o el comienzo de una tendencia? Nadie lo sabe, por supuesto, excepto la Organización Meteorológica Mundial, cuyo director, Petteri Taalas, dijo otra estupidez: que la Guerra de Ucrania había sido una bendición para el clima (2).
El caso es que las emisiones y la concentración de CO2 en la atmósfera han seguido aumentando a pesar de los discursos oficiales en contra. La temperatura no ha cambiado porque al clima el CO2 no le importa nada.
(1) https://public.wmo.int/en/media/press-release/eight-warmest-years-record-witness-upsurge-climate-change-impacts
(2) https://apnews.com/article/russia-ukraine-business-united-nations-weather-ece2a951b35fe8be9a7090cd93b3a0ac