Hemos visto y oído todo tipo de estudiosos y expertos dando todo tipo de explicaciones sobre la subida de la factura de la luz en los mass media pero no hay que tener muchos dedos de frente para comprobar que tales explicaciones están, en el mejor de los casos, cogidas con pinzas. Incluso ha habido algún impresentable que se ha atrevido a decir que la culpa es de Putin y de Rusia, sin darse cuenta que, al decir esto, está dando pistas sobre lo que hay detrás de la subida de la energía. No se entienden las explicaciones porque se soslaya un tema subyacente que es fundamental: el fin de la construcción del gasoducto ruso Nord Stream 2. Como el gasoducto no le viene nada bien a los intereses de EEUU en Europa occidental y ésta lleva décadas mostrando una actitud lacayuna hacia EEUU tenemos como resultado unos medios que han silenciado (o lo han intentado) el asunto de la terminación del gasoducto.
Punto clave: el 10 de septiembre Rusia acaba el gasoducto después de años de dificultades. Las dificultades se las puso a Rusia, claro está, EEUU, quien fomentó golpes de estado en países por los que Rusia ya bombeaba gas hacia Europa. Uno de esos países fue Ucrania, donde EEUU (con la administración Obama al frente) fomentó una "revolución de colores" (el llamado Euromaidán) en 2014, con participación de grupos neonazis, para sabotear el suministro de gas ruso. Como resultado se originó una sangrienta guerra civil que todavía dura. Otro país por el que pasa el gas ruso hacia Europa occidental es Bielorrusia. Allí, como sabemos, hay un presidente, Lukashenko, que ha sido tildado de "dictador" por nuestros medios y que EEUU y sus adláteres europeos quieren derrocar a toda costa; un "dictador", por cierto, que no desmanteló el estado del biesnestar heredado de la época soviética. Todo esto, según la misma prensa de la UE [1], no es tampoco casualidad. Recordemos que EEUU apoyó en el pasado reciente el proyecto de gasoducto Nabuco, que conduciría gas catarí y saudí a Europa para hundir los pactos de la gasífera rusa Gazpron con la UE. Y recordemos también, que la Siria de Al Asad declinó participar en Nabuco y se mantuvo fiel al proyecto ruso. Tampoco es casualidad que los grupos integristas que han atacado Siria sean financiados por EEUU y los países integrantes del proyecto Nabuco.
Pero este bloqueo al gas ruso por parte de EEUU no se quedó ahí. Mientras las partes contendientes se mataban en Siria y en Ucrania, EEUU, ese país que lleva proclamado durante décadas que se acaban los combustibles fósiles, que le declara la guerra al plástico y que nos aterra a través de sus mass media con la inminencia de un fin del mundo debido al calentamiento global, se dedica a sacar petróleo y gas a espuertas. Tanto es así que este país se ha convertido en el mayor productor de petróleo y de gas del mundo y ello mientras en Europa fomenta discursos a favor del coche eléctrico y las energías renovables. Y por cierto, el petróleo y el gas de EEUU es extraído con técnicas altamente contaminantes (como el llamado "fraking", o fractura hidráulica), técnicas que han causado auténticas catástrofes en zonas de alto valor ecológico en EEUU (p. ej., en los Montes Apalaches.) Así, EEUU se ha dedicado a transportar a Europa en grandes barcos contenedores ese gas obtenido por la nociva fractura hidráulica, disputando de esta manera a Rusia el mercado europeo. Sin embargo, Rusia no se ha quedado atrás y se ha dedicado a hacer lo mismo con su gas y en 2020 llegó a aventajar a EEUU en el mercado europeo del llamado GNL, o sea, Gas Natural Licuado, trasportado en grandes buques. Se puede imaginar uno la frustración que se debió sentir en Washington.
Toda esta política de bloqueo, no obstante, no desanimó a Rusia, que se dedicó a hacer un nuevo gasoducto con dos ramales que, partiendo del ártico [2], esta vez, para evitar problemas derivados de revoluciones de colores otánicas, pasaría por el Mar Báltico. Pues bien, el segundo ramal del proyecto (el Nordstream 2) se acabó el pasado 10 de septiembre. Con este proyecto finalizado, Rusia ya puede bombear gas a mansalva a Europa a precios bajos ya que no hay que pagar los elevados portes del viaje por mar del GNL. Esto es un duro golpe a los intereses geoestratégicos de EEUU en Europa. En pleno debate mediático sobre la subida de la luz nuestros medios informativos pasaron de puntillas por este importantísimo dato, ya que el trasfondo de la subida de la luz es la guerra entre EEUU y Rusia por copar el mercado de gas europeo. Pero, ¿qué tiene exactamente que ver la terminación del Nord Stream 2 con el encarecimiento de la electricidad en España y otros países europeos?
Vayamos por partes. Ante la escasa capacidad que tienen aún las energías renovables y "limpias" de producir la electricidad que necesita la UE, y dado que el carbón y el petróleo se han desechado por contaminantes y por "contribuir al calentamiento global", la mayoría de electricidad se produce quemando gas, que es, supuestamente, más limpio. Y ahora viene una pregunta clave que los mass media no han dejado que nadie se formule: ¿quién pone precio al gas en la UE? Hay que rebuscar un poco por Internet y por periódicos especializados en finanzas y en temas energéticos (el tipo de prensa que NO lee el gran público) para dar con la respuesta: el TTF, o sea, el Title Transfer Facility, con sede en los Países Bajos. Esta especie de "bolsa" (o "hub") holandesa es quien pone el precio al gas en la UE, y no Putin, ni Rusia. Ni siquiera el Mercado Ibérico de Gas (España y Portugal van juntas en esto), el llamado MIBGAS, se escapa de lo que se decide en el TTF [3]. Eso para empezar. Y para continuar, hay que señalar que la pasada primavera, a pocos meses vista de la finalización del Nordstream 2, la UE se saca de la manga un impuesto a importaciones de fuera de la UE. La justificación: es para reducir el CO2 y por el bien del planeta. Ese impuesto recae sobre Rusia y sus exportaciones de gas. Y Rusia se pregunta: ¿Y por qué no se le impone a Noruega, que también mete gas natural en la UE? Respuesta de Europa: porque Noruega está en la unión aduanera y Rusia no [4]. Ante esto Rusia no entiende cómo la UE meses antes de poder recibir gas barato a través del gasoducto se dedica a freírles a impuestos (esto sólo es entendible si consideramos que dentro de las élites europeas hay sectores pro-americanos que no están contentos con el gasoducto [5]). Y la respuesta de Rusia es meter menos gas en el mercado europeo y esperar a poner en funcionamiento el gasoducto para que la operación le sea rentable. Automáticamente, ante la disminución de la oferta de gas, su precio sube en el TTF. Como consecuencia, la factura de la luz generada con ese gas sube ¿Tiene la culpa Rusia de esto? No. Rusia no empezó la guerra del gas ni tampoco pone el precio al gas que consumimos en la UE y además está encantada de surtir de gas a Europa, pues para ella es un negocio redondo. La culpa la tienen las tensiones geopolíticas originadas por Washington, la especulación inherente al sistema económico, los medios de comunicación que encumbren todo esto y unos gobiernos que aunque se llamen "de izquierda" no protegen a sus ciudadanos de los tejemanejes de las élites económicas.
NOTAS:
[1]https://www.france24.com/es/europa/20210910-termina-construcci%C3%B3n-gasoducto-nord-stream-2-rusia
[2]"Casualmente", por esa época Green Peace comience su campaña "el ártico se derrite."
[3]https://es.metallirari.com/centro-gas-natural-mas-grande-mundo-esta-europa/
[4]https://www.elespanol.com/invertia/empresas/energia/20210604/impuesto-co2-terceros-paises-ue-cemento-energia/586442288_0.html
[5]https://www.eleconomista.es/empresas-finanzas/noticias/11386268/09/21/Gazprom-termina-el-polemico-gasoducto-que-abastecera-a-Alemania-desde-Rusia.html