martes, 21 de septiembre de 2021

EL VERANO DE LOS “50 GRADOS”

De un tiempo a esta parte todos los veranos nos aterran los mass media con un bombardeo de noticias sobre apocalípticas olas de calor. Nada nuevo. Pero este verano los periodistas tenían un incentivo: el miedo a la epidemia del coronavirus había dejado en un segundo plano el terror climático. Y, para más inri, la idea de calentamiento global inminente no encajaba bien en un año con un invierno con un prolongado episodio de nieve y frío intenso (se llegaron a alcanzar el mínimo absoluto de -35,6 en León [1]). 


Anunciando un apocalipsis que nunca llegó.

Así las cosas, durante el verano de 2021 la prensa se tenía que emplear a fondo. Y como el verano empezó flojo en cuestión de temperaturas echaron mano de un episodio de calor extremo en la lejana costa del Pacífico de Norteamérica, donde, es cierto, unos días hubo temperaturas anormalmente altas de más de 40 grados en ciudades como Vancouver, Portand o Seattle. También nos informaron de un elevado número de víctimas por esa ola de calor (798 entre EEUU y Canadá [2]) y que el fenómeno tenía que ver, por supuesto, con el calentamiento global por el CO2 antropogénico. Este evento en seguida se bautizó como "cúpula de calor", que suena más espectacular que "ola de calor". Sin embargo, si quitamos las capas de alarmismo con que se envolvió la noticia la realidad es más prosaica. Para empezar, las muertes por la ola de calor fueron muy elevadas, sí, pero las producidas por el frío siguen siendo muchísimas más que las producidas por el calor. Así, el profesor de estadística danés Bjorn Lomborg y autor de El ecologista escéptico nos recuerda que el calor mata anualmente en EEUU y Canadá alrededor de 2500 personas pero que el frío mata a 100.00 en EEUU y 13.000 en Canadá, o sea, 40 veces más. Esto también es verdad para países más cálidos que Canadá como España o Brasil. Incluso en India, un país eminentemente cálido, las muertes por frío aventajan 7 a 1 a las muertes por calor. Y en todo el mundo hay 300.000 muertes por calor frente a 1.7 millones de muertes por frío. Pero, claro, si los medios ignoran las muertes por frío y solo nos hablan de las que produce el calor al consumidor de noticias le llega una imagen absolutamente distorsionada de los hechos. Por otra parte, la ola de calor duró del 25 al 29 de junio, o sea, cuatro días, tan poco prolongada en el tiempo que apenas se puede calificar de "ola" (lo mínimo que se exige para que se considere ola de calor es que dure tres días). Además, se nos dijo que fue la peor ola de calor que había sufrido la zona en toda su historia y eso no es cierto. Aquí, Lomborg señala cómo, ciñéndonos a EEUU, la afirmación se basa en registros desde 1960 en adelante de la EPA (Agencia de Protección del Medioambiente) norteamericana y no anteriores, sencillamente porque EEUU sufrió en 1936 una ola de calor mucho peor, como muestra la siguiente tabla confeccionada por dicha agencia. Por cierto, la ola de calor coincidió con los años de sequía del Dust Bowl en el centro de EEUU, un fenómeno ampliamente conocido a través del cine y la literatura. “Que las estadísticas no te estropeen una noticia alarmista”, debieron pensar los mass media. Y por último, habría que decir que esa zona de la costa oeste norteamericana siempre ha estado sujeta a oscilaciones de temperaturas y de precipitaciones de manera natural debido al fenómeno cíclico del ENSO (El Niño-Southern Oscillation).


Que los árboles no nos impidan ver el bosque

Pero volviendo al contexto español, los medios, animados por la "cúpula de calor" de Canadá/EEUU, pregonaron a los cuatro vientos que este verano íbamos a llegar a los 50 grados y que nosotros también tendríamos nuestra "cúpula de calor". Incluso hubo algún periodista que en un magazine televisivo animó a la gente a salir a la calle con mecheros y lanzallamas, como si de un record Guiness se tratara, para llegar con más facilidad a esa temperatura. Pero el verano empezó fresco y como no había ningún episodio parecido al de la “cúpula de calor” de EEUU/Canadá, a los medios se les ocurrió inventarse una ola de calor. Se le llamó la “bestia africana”, un nombre para dar mucho miedo y con ciertos tintes xenófobos. Pero al final “la bestia” quedó reducida a fenómenos locales de calor con calima, algo típico de todos los veranos, en la esquina sureste de la península. En el resto del país la brisa seguía empeñándose en soplar fresca y ni rastro de ola de calor (“¿Tú también estás notando más frío este verano en Cuenca? [3]”, se preguntaba una publicación digital, como con miedo a molestar). Fue entonces cuando en muchos medios se reconoció que la "bestia africana” se había quedado en agua de borrajas. Llegado a este punto, un periodista experto en meteorologías espetó a la audiencia televisiva que es “mucho peor tener poco calor muy de continuo aunque no haya olas de calor, que tener olas de calor, seguidas de fresco.” Quien no se consuela es porque no quiere, que dice el refrán. Y para colmo venían noticias de un país ecuatorial/tropical como Brasil, donde había nevado en Sao Paulo, y donde parte de las cosechas de café se habían perdido. Sin olvidar que previamente, en junio, había nevado en Sydney, Australia, otro país tropical. Y entonces se recurrió al plan B del argumentario calentólogo: estamos destruyendo el planeta porque el clima está loco. Sí, claro, y el agua está mojada.


Sí, sí lo han visto en su bola de cristal.


Pánico: viene la “bestia africana”

Vino agosto y la debacle térmica no llegaba. Aún así los periódicos insisten: el Diario de Sevilla del 1 de agosto sigue hablando de la amenaza de la “cúpula de calor” y de los 50 grados, a pesar de que ese mismo día, precisamente en Sevilla, una de las ciudades más calurosas de España, había unos escasos 28 grados a las 2 de la tarde (Véanse las capturas de pantalla más abajo.) Solo a mediados de agosto llega una verdadera ola de calor, “la primera del verano” [4], tienen que reconocer a regañadientes los medios que nos asustaron con la “bestia africana”.


Ficción mediática.


Realidad.

Y con la llegada de la primera y única ola de calor del verano llega la exageración y la manipulación. Así, la ola se convierte en "la peor desde que hay registros", cosa que no es cierto. Solo hay que ver en Wikipedia a día de hoy los climogramas de Córdoba o de Sevilla, por poner ejemplos de dos ciudades muy calurosas, para comprobar que este año no se ha batido el récord de calor en ninguna de las dos ciudades. De todas maneras, como ya indicamos en este blog en un artículo sobre la falsificación de los récords absolutos de temperaturas en el verano de 2017, la Agencia Estatal de Meteorología no considera récords una serie de mediciones de más de 50 grados registradas hace décadas (hay una de 52 grados de 1916) ya que "no están homologadas". Y además la AEMET cuenta con más de una red meteorológica que llegan a discrepar en hasta 1ºC en la temperatura, con lo que en España la medición de temperaturas es cualquier cosa menos fiable. De todas formas, la ola de calor no llegó a durar una semana y el norte de la península apenas se vio afectado; compárese con la de 2003, que se prolongó durante casi tres semanas y en la que el aire sahariano llegó hasta el norte de Europa tiñendo de amarillo el habitual paisaje verde del norte de la península. Por tanto, una única ola, de escasa duración y que no batió récords de temperatura. No parece que fuera esa la “cúpula de calor” esperada por la prensa. Y para colmo, la única catástrofe que se ha registrado este verano, la erupción del volcán de La Palma, no tiene nada que ver con el “cambio climático.”

Los medios admiten que la AEMET hace trampas.


NOTAS:

[1]https://www.antena3.com/noticias/sociedad/nuevo-record-historico-frio-espana-leon-registra-356-grados_202101075ff6f791098a9d0001f6ee6a.html#:~:text=Le%C3%B3n%20registra%20con%20%2D35%2C6,la%20borrasca%20Filomena%20en%20Espa%C3%B1a

[2] https://en.wikipedia.org/wiki/2021_Western_North_America_heat_wave

[3] https://www.lifecuenca.es/noticias/cuenca/tambien-estas-notando-mas-frio-este-verano-cuenca--4086

[4]https://noticias.eltiempo.es/se-instala-el-verano-esta-semana-cuando-sera-la-primera-ola-de-calor/