Alicia Negre
La Verdad, 21/07/2021
[Esto es consecuencia de la doctrina del "hermana, yo sí te creo" suscrita por el 99% de la izquierda actual.]
Uno de los chicos asegura que se encuentra en tratamiento psiquiátrico, después de intentar quitarse la vida en varias ocasiones.
Los tres afganos absueltos tras ser investigados por una agresión sexual a tres hermanas norteamericanas en Santa Eulalia han roto su silencio. «No puedo creer que esto haya acabado», explica Johannes, uno de los procesados. «Han sido un año y siete meses muy largos».
Acompañados de su letrado defensor, Melecio Castaño, los jóvenes ofrecieron una rueda de prensa horas después de que la Audiencia dictase el sobreseimiento provisional de la causa que les ha robado el sueño en los últimos meses. Este joven de 21 años, que residía en Noruega y vino de vacaciones a visitar a sus dos amigos, destaca el vuelco que supuso para su vida enfrentarse a esta denuncia por violación. «He perdido todo lo más importante. No he podido ir a la universidad», relata. «Vine aquí dos semanas de vacaciones y no tenía dinero. Sin la Iglesia no habría tenido donde comer y dormir».
Este veinteañero asegura estar «en shock» y confiesa que se encuentra en tratamiento psiquiátrico. «He tratado de quitarme la vida varias veces», subraya. A raíz de estos hechos explica que siente «mucha vergüenza» y que «he perdido la confianza en las personas, sobre todo en las mujeres».
Denuncia falsa
En el transcurso de la comparecencia el abogado también hizo alusión a la decisión de la Audiencia de rechazar su petición para que se dedujera testimonio de las hermanas por una supuesta denuncia falsa. Una posibilidad que, sin embargo, el tribunal ha descartado argumentando que «una cosa es que un procedimiento penal se sobresea de forma provisional por falta de indicios suficientes de criminalidad», y otra muy distinta es que los hechos «sean enteramente falsos, y que la única razón de la denuncia fuera la de perjudicar gravemente los intereses de los denunciados».
Castaño asegura que aún barajan la posibilidad de presentar una querella contra las denunciantes aunque reconoce que «sería muy tortuoso meternos en ese camino y los chicos quieren acabar con esto«. El letrado lamentó el tiempo que se ha hecho esperar el sobreseimiento del caso y lo achacó a la negativa del instructor. »El juez ha hecho un pulso conmigo y ha sido la Sala la que ha tenido que resolver esta batalla«.