Paco Bello
Iniciativa Debate, 06/09/2016
El caso que hoy ha sido noticia más por una absolución que por el propio hecho, puede ser todo lo llamativo y desagradable que queramos apuntar. Y la decisión de la Audiencia Provincial de Murcia puede resultar indignante con razón. Pero nos guste mucho o poco, puede haber ocurrido que los magistrados (dos hombres y una mujer) únicamente se hayan visto impedidos por una legislación que no da margen a interpretaciones en según qué cuestiones, más allá de la particular visión que puedan tener personalmente sobre lo que es o no es abuso sexual. Si fuera así (y cabe que lo sea), la responsabilidad, con unas leyes que mejores o peores son las que tenemos, también pudiera haber sido de unos abogados y una Fiscalía que no hubieran escogido adecuadamente la argumentación o la orientación de la denuncia, acabando con el resultado ya conocido. No parece en cualquier caso que a estas alturas sea tan noticiable que la justicia de este país no sea justa. Pero al menos, como consuelo de tontos, queda como hecho probado y admitido que el personaje en cuestión se dirigía a sus empleadas como ‘chochitos’ y que incluso se permitía dejarles ‘notitas’ valorando si le apetecían físicamente más o menos.
El caso es que hay muchas formas de hacer justicia. Y alguien que desde una posición superior jerárquica se dirige a las empleadas en esos términos, y con independencia de lo que en esos casos puedan resolver los jueces (porque ese es un frente secundario), no parece que merezca seguir siendo el jefe de nadie. Incluso no parece demasiado sensato que haya llegado a esa posición. Y si sigue siéndolo porque a la empresa no le importa contar con ese perfil de responsable, quizá debieran ser otros los que deben valorar si quieren seguir comprando en unos grandes almacenes con ese tipo de ética. Pero para que alguien pueda decidir hay que informar del nombre.
Y no se ha hecho, por más que haya sido la sentencia noticia de alcance en todos los medios de comunicación: desde periódicos y radios a televisiones, y por más que sí haya ‘valentía’ para criticar la decisión de la Justicia. Porque ya no hay casi nada íntegramente intocable: ni políticos, ni jueces, ni iglesia ni reyes… pero nadie es capaz de decir el nombre de una gran empresa.
Antena 3, Cadena SER, ABC, El Mundo, 20 minutos, Infolibre, Huffingtonpost, La Vanguardia… y prácticamente todos y cada uno de los demás medios, tanto de presuntas izquierdas como de expresas derechas. Ni uno se ha atrevido a pasar de ‘grandes almacenes’ para ocultar la marca. Y no puede ser por desconocimiento del nombre de la empresa, porque no era tan difícil acceder a la SENTENCIA.
¿Tanto miedo tienen los periodistas a un titular como el siguiente?
El Corte Inglés mantiene en plantilla a un responsable de departamento que llama ‘chochitos’ a sus subordinadas
Pues sí, claro que se lo tienen, y está más que justificado. ¿Pero, incluso existiendo verdadera intención y pretendiendo hacerlo, cómo vamos a tener un periodismo libre algún día si su supervivencia depende de la publicidad del propio Estado y de las grandes empresas que son precisamente quienes pueden cometer los delitos más graves, recurrentes y noticiables?
Vamos a decirlo otra vez, a ver si con suerte esto cambia alguna vez. No, no era un jefe de departamento de unos grandes almacenes. Era un jefe de departamento de El Corte Inglés que llamaba chochitos a sus subordinadas y que hoy sigue siéndolo con el beneplácito de esa empresa.
*A la hora en que se publicó este artículo ninguno de los medios enlazados contenía el nombre de la empresa. Posteriormente algún medio sí lo ha incluido como actualización, lo que siempre es una buena noticia.