RT, 17/11/2013
Los terroristas armados del Frente Al Nusra, brazo de Al Qaeda en Siria, aseguran que están alimentando a los perros con los cadáveres de soldados sirios, con el objetivo de aterrorizar a los que apoyan al Ejército leal al Al Assad.
El canal oficial de Al Nusra, Al-Manar al-Bayda, emitió un comunicado de los líderes del grupo terrorista, acompañado con una foto de un cuerpo de un soldado sirio muerto siendo destrozado por perro en Tel Al Tiyara, en Aleppo, informa la agencia de noticias iraní Fars.
“Frente Al Nusra alimenta a los perros con los cuerpos de ‘shabiha’ [los que apoyan al Ejército gubernamental], así que nadie puede decir que los perros en las tierras musulmanas se mueren de hambre”, escribió en su microblog de Twitter uno de los miembros sauditas del Frente Al Nusra, Moussa Al Harbi.
Aleppo se considera el bastión principal de la milicia apoyada por Arabia Saudita en Siria, dirigida por el jefe de la inteligencia saudita, el príncipe Bandar bin Sultan.
Desde el inicio del conflicto sirio la oposición ha divulgado por Internet un gran número de vídeos que muestran ejecuciones, mutilaciones y torturas contra miembros del Ejército de Al Assad. El Frente Al Nusra, por su parte, protagonizó la mayoría de las escenas más violentas e inhumanas de la guerra en la región.
n uno de los más brutales el opositor sirio Abu Sakkar abre con un cuchillo el pecho de un soldado gubernamental muerto, le extrae el corazón y lo muerde.
Muchos activistas advirtieron en repetidas ocasiones que la vida parece haber perdido todo su valor en la zona del conflicto y que a los asesinos rebeldes ya no les importa a quién matar, incluyendo mujeres y niños o padres ante los ojos de toda su familia.
Según opinan los expertos, la crisis en Siria va a continuar hasta que Occidente y algunos países árabes no dejen de financiarla y apoyar a la oposición, que muchos sirios ven como las fuerzas de Al Qaeda. Catar y Arabia Saudita ya han gastado miles de millones de dólares en financiar casi tres años de guerra, mientras que la CIA entrenó a numerosos militantes para enviarlos a Siria con la intención de que consiguieran derrocar al Gobierno.