sábado, 6 de julio de 2013

EGIPTO: ¿HACIA UNA GUERRA CIVIL?

Carlos Tena
El Blog de Carlos Tena, 05/07/2013


En Febrero de 2013 se palpaba en Egipto la amenaza de una nueva intervención de las FFAA, muy parecida a la de 2011, cuando varios generales del ejército aceptaban la renuncia del hasta entonces presidente, el militar Hosni Mubarak, favorito para el régimen de Israel.

Mubarak depuesto, detenido y juzgado

Tel Aviv bendecía a un personaje que prometió mano dura contra los movimientos antisionistas de la región y que había mostrado el servilismo y obediencia debida, durante casi 30 años, a la Casa Blanca.

Aquellos uniformados son los mismos jefes militares que estos días deponen a Morsi y a su grupo principal de apoyo, la Hermandad Musulmana, mientras en la oposición se mezclan las alegrías de quienes fueron fieles a Mubarak, las dudas de los movimientos progresistas de izquierda, la incredulidad de los liberales y el escepticismo de una inmensa mayoría apolítica por definición, desideologizada y conservadora, en la que conviven las diferentes creencias religiosas, musulmanas y cristianas.

La historia del movimiento de la Hermandad 
Musulmana está repleta de sospechas.

Ya en la primavera de este año 2013 los sables resonaban en cuarteles y edificios castrenses, ante la desesperación de millones de ciudadanos/as decepcionados por unas elecciones repletas de anomalías, desinformación, violencia y represión.

La corresponsal de El País, Ana Carbajosa, mentía de forma tan infantil en sus crónicas, que algunos lectores creyeron que los comicios fueron libres.

La  singular reportera, cumpliendo las normas de la casa Prisa, eludía informar de lo importante: que en unas ¡¡ primeras elecciones “democráticas” !! la participación en la primera vuelta (23 y 24 de mayo de 2012) fue del 44% del electorado; que de 51.000.000 de posibles votantes, sólo ejercieron su derecho 24 millones. Es decir, más de 50% del electorado se negó a votar. Morsi obtuvo en la segunda vuelta poco más de 13 millones de votos, mientras Shafik quedaba en 12 millones 350 mil. Las denuncias por irregularidades y sospechas de pucherazo se mantuvieron durante semanas.

Tras las alharacas occidentales sobre el florecimiento y reinado de la primavera, el tira y afloja entre los dos campos sociales y políticos (religiosos, ¿por qué no?), oficial y opositor, tuvo como telón de fondo sombrío el aumento de la delincuencia,  empeoramiento de la economía y aumento del analfabetismo, mientras era notorio el nerviosismo de la cúpula militar.

Mohamed Badie, máximo líder de los 
Hermanos Musulmanes fue detenido.

La orden de arresto ejecutada contra los líderes de los Hermanos Musulmanes, más la brutal represión que el ejército ha ejercido hoy contra militantes del partido, que intentaron en vano el asalto a un cuartel, han generado otro escenario más tétrico aún: la posibilidad de una guerra civil.

Tal contingencia no fue siquiera apuntada por los/as analistas y expertos/as “primaverales”, más interesados en sembrar las redes con mensajes de alegría y jolgorio ante las primeras elecciones presidenciales que tenían lugar en el país, tras el derrocamiento de Mubarak.

Ninguno de ellos/as tuvo la inteligencia y perspicacia de prever lo que hoy sucede en la tierra de los faraones, cuando lo más lógico en un diseño como el elegido para la “democratización” de Egipto, hecho a medida de los paises de la UE y EE.UU., fabricado en los medios por editorialistas tan penosos como serviles al neoliberalismo, era saber que, tras aquel teatro electoral, el ruido de los sables haría ensordecer a los partidarios de Morsi.

Los diseñadores de la moda primaveral

No estamos en la Honduras de 2005, cuando la izquierda de Manuel Zelaya triunfaba tras más de cien años de dictaduras y regímenes asesinos, para ser derrocada violentamente en 2009 por ideólogos de la misma familia de los que crearon la pantomima primaveral.

No estamos en el Paraguay de Federico Franco, cuando Fernando Lugo fue derrocado mediante un golpe institucional ilegítimo e irregular en forma y fondo, por hermanos siameses de quienes sostienen las dictaduras de Arabia Saudita, Qatar, Emiratos Árabes, Kuwait, Marruecos, Jordania y otras monarquías de la región.

No estamos en Venezuela, donde un golpista confeso como Henrique Capriles fue el detonante de la muerte de siete ciudadanos, se autodenominó ganador de unas elecciones verificadas y legitimadas por cientos de observadores internacionales, que no tuvieron la menor duda en señalar a Maduro como ganador, mientras Obama o Rajoy se negaban a reconocer la legalidad de los resultados, violando todas las normas internacionales que deben velar por el respeto y la no injerencia.

El escenario es Egipto, tras una primavera sacada de la manga por astutos comunicadores e imperios mediáticos, para dar una pátina de credibilidad democrática a quienes sostuvieron a Franco, Videla, Pinochet, Stroessner o Ríos Montt y hoy matarían cien veces a Gadaffi, Ahmadineyad o Al Assad, mientras financian el terror en Siria, Pakistán y Afganistán y sostienen a emires, príncipes y sátrapas del más variado pelaje.

Mubarak fue derrocado después de tres decenios de régimen dictatorial, protegido y amparado por presidentes como Ronald Reagan, George Bush (padre), Bill Clinton, George W.Bush (hijo) y Barak Obama hasta 2011. Hoy, el criminal de guerra, el asesino de Ben Laden, evacúa la embajada de su país en El Cairo, temiendo el estallido de una guerra entre hermanos, sean o no musulmanes.

Morsi ha sido depuesto por los mismos generales que detuvieron al dictador. El Islam político ha sido la víctima de una estrategia urdida por la Casa Blanca y Bruselas, previa consulta a Netanyahu. Que nadie se llame a engaño ni se rasgue las vestiduras creyendo que ha caído un sistema legítimo, un estado de derecho.

Que de aquellos barros pestilentes de la primavera a lo Corte Inglés, vinieron estos lodos sangrientos.