[Más consecuencias sangrientas de las "revolucionarias" primaveras árabes que cierta "izquierda" jaleó en su momento.]
El crimen del dirigente izquierdista Mohamed Brahmi, de 58 años, provocó violentas protestas contra el gobierno en la capital, Túnez, y en otras ciudades, así como una convocatoria a una huelga general para este viernes de la principal central sindical del país, que advirtió de un posible “baño de sangre” por la muerte.
El líder izquierdista asesinado.
Brahmi, asesinado a balazos dentro de su auto frente a su casa, era coordinador general del partido Movimiento Popular, el mismo al que pertenecía el político Chokri Belaid, cuya muerte en otro ataque a tiros en febrero pasado desató una violenta crisis política.
Las divisiones entre los islamistas tunecinos y la izquierda se profundizaron desde la revuelta popular que en enero de 2011 derribó al presidente Zine el-Abidine Ben Ali.
El Ministerio del Interior dijo que Brahmi estaba dentro de su auto en la puerta de su casa cuando desconocidos le dispararon varios tiros antes de escapar.
Brahmi era un crítico del partido islamista Ennahda, que ganó las elecciones en octubre de 2011 y que gobierna en coalición con dos partidos. La oposición critica a Ennahda por su islamismo y por sus políticas neoliberales y muchos miembros del partido Movimiento Popular habían responsabilizado al gobierno por el asesinato de Belaid.
Protestas tras conocerse la muerte
Luego de conocerse el nuevo crimen, miles de personas se congregaron ante el Ministerio del Interior, en el centro de Túnez, para reclamar la renuncia del gobierno.
El primer ministro, Ali Larayedh, condenó el asesinato, pero se manifestó en contra de disolver el gobierno y la Asamblea Constituyente porque esto crearía un “vacío de poder”, dijo.
También hubo manifestaciones de protesta en otras partes del país, incluyendo en Sidi Bouzid, la localidad natal de Brahmi y lugar donde se inició la revolución contra Ben Ali.
Dos sedes de Ennahda fueron incendiadas en esa zona del país, una en la propia Sidi Bouzid y otra en la vecina localidad de Meknassi.
Una multitud se reunió fuera del hospital del suburbio capitalino de Ariana, adonde fue llevado el cuerpo del político. Pese a una gran presencia policial y de soldados, numerosos exaltados rompieron autos y ventanales del centro médico.
Mustapha Ben Jaafar, el presidente de la Asamblea Constituyente, donde Brahmi tenía una banca, anunció un día de duelo nacional para este viernes por la muerte del dirigente.
La mayor central sindical de Túnez, la UGTT, convocó a una huelga general, en protesta por el asesinato, y su secretario general, Hussein Abbasi, predijo que el crimen conducirá al país a “un baño de sangre”.
La muerte de Belaid provocó la renuncia del anterior primer ministro y un reestructuración del gabinete.
El nuevo asesinato llega en momentos en que una nueva Constitución para la nación de 11 millones de habitantes será votada en los próximos días, luego de su elaboración en la Constituyente de la cual participó Brahmi.
El premier Larayedh prometió esta semana que antes de fin de año habrá elecciones presidenciales.
Telam