Siempre que hay un atentado contra un político molesto para el establishment otánico y capturan al autor (lo cual, muchas veces no ocurre, p. ej. en el caso del atentado contra Olof Palme) la prensa redunda en la misma idea: el autor es un loco, un marginal que actúa solo. A menudo se usa la expresión "lobo solitario" en estos casos. Y con el atentado terrorista contra Robert Fico, primer ministro de Eslovaquia, se ha vuelto a repetir el cliché.
El problema es que hay una serie de datos que matan el relato. En primer lugar, a pesar de que se ha intentado por parte de los mass mierda ocultar la motivación política del magnicidio, el propio perpetrador ha confesado ante la policía que disparó a Fico porque no estaba de acuerdo con su política, especialmente la de limitar el poder de los grandes medios de comunicación. De esto hay un vídeo de acceso público. Pero es que este documento, además de probar la intencionalidad política, también revela qué clase de ideas políticas profesa el sujeto ya que su discurso es idéntico al mensaje liberal y anticomunista de los opositores rusos o venezolanos alineados y financiados por EEUU. Por otra parte, hay otro vídeo, también público, en el que este individuo sale en medio de una concentración en favor del régimen ucraniano con banderas de la UE. Y, oh casualidad, el supuesto lobo solitario y apolítico sostiene una pancarta con una rosa de los vientos en el centro que, como todo el mundo sabe es el logo de, nada más y nada menos, la OTAN.