Luis Rajadel
Heraldo, 13/09/2018
[Otra bofetada a la Iglesia de la Calentología desde la comunidad científica.Ya falta menos para que se caiga la careta.]
Nació en Torres del Segre (Lérida) hace 69 años. Fue catedrático de estratigrafía en la Universidad de Baleares hasta su jubilación.
Como experto, qué destacaría de la geología turolense?
Lo que más me atrae es la calidad de los afloramientos. Es un lugar único para la investigación geológica por la escasa cobertura vegetal, que en otros lugares impide acceder a la información.
Acaba de recibir en Canadá la Medalla Sorby, el galardón más preciado en el campo de la sedimentología –el estudio de los estratos geológicos–. ¿Cómo le sienta ser el primer español en recibirla?
Recompensa la labor científica de toda mi vida. Es un premio a mi trayectoria y a las aportaciones en aspectos generales de la sedimentología.
¿Qué se puede aprender del estudio de los sedimentos?
Las calizas muestran capas que presentan variaciones y yo estudio a qué se deben. La historia de la tierra y de la vida quedan reflejadas en los sedimentos. La caliza registra las condiciones climáticas y cómo han evolucionado, también revela la presencia de gases en la atmósfera y el impacto de los seres vivos.
Tras estudiar ese registro defiende, en contra del criterio mayoritario, que ni entramos en una fase de calentamiento global de largo alcance ni que el actual aumento de la temperatura planetaria sea responsabilidad del CO2.
Son, desde mi punto de vista, dos errores.
¿Por qué llega a esa conclusión?
El calentamiento actual es de muy corto recorrido. Si cogemos el Cuaternario con sus periodos glaciares (fríos) e interglaciares (cálidos), estos siempre han sido más calientes que el actual. El óptimo climático tras la última glaciación llegó hace 10.000 años y, desde entonces, la tendencia a largo plazo es de enfriamiento. El sol tiende a menos actividad y esta condición se dio en periodos de temperaturas bajas. Vamos en esa dirección.
¿En contra de la opinión de quienes auguran un calentamiento global?
Así es. Y el enfriamiento se debe al descenso de la actividad solar.
¿Cuál es el papel del CO2 en la evolución climática?
Hay muchas causas de la evolución de los climas, algunas desconocidas. Pero, si se establece una correlación entre concentración de CO2 y temperatura, no encajan para nada. Hay momentos en que sube el CO2 y la temperatura baja. No hay relación.
Entonces ¿por qué existe consenso social en sentido contrario?
En la ciencia no hay tal consenso, sino un debate permanente. El consenso es solo político.
Le veo muy negacionista.
El clima ha cambiado siempre y lo ha hecho sin nuestra intervención.
Entonces, ¿podemos estar tranquilos porque no somos causantes de un cambio climático de largo alcance?
Ni de largo ni de medio ni de corto alcance.
¿A qué responden las visiones apocalípticas sobre el clima futuro por culpa del CO2?
Eso que lo aclaren los políticos.
¿Qué interés pueden tener los políticos en declarar la guerra al CO2 y a la quema de combustibles fósiles que lo genera?
Hay una razón. Más de la mitad de las reservas de petróleo del mundo están en el Golfo Pérsico y una cuarta parte del consumo del planeta pasa por el estrecho de Ormuz. El suministro es frágil y el mundo occidental quiere independizarse de esa fuente de abastecimiento energético.
¿Se trata, por lo tanto, de propaganda para justificar el paso de una energía basada en los hidrocarburos a las alternativas?
En mi opinión, sí. Los precios actuales están condicionados por los conflictos entre suníes y chiitas. El mundo árabe marca el precio. Hay que librarse de esa dependencia y de esa inestabilidad.
A Teruel la guerra contra el CO2 le toca muy de cerca con la amenaza de cierre que pesa sobre la central de Andorra por sus emisiones.
Obedece a motivos políticos, pero no tiene sentido. La mayoría de los vegetales está a mitad de su rendimiento para procesar este gas y si se duplica la concentración de CO2 crecerán el doble.
¿Pero cómo hemos llegado al consenso contrario?
El CO2 se disuelve mejor en el agua de los océanos con bajas temperaturas. Al enfriarse el mar, diluye el CO2 y lo rebaja en la atmósfera. Es así de simple. La correlación que mostraba Al Gore estaba invertida en causa y efecto. El calentamiento se adelanta a la concentración de CO2 y no al revés.
¿El CO2 es, pues, inocente?
Totalmente.
¿Le han dado problemas sus planteamientos contracorriente?
Sí. Por ejemplo, en un debate de La 2, al que fui invitado, no pude exponer mis argumentos por el griterío que había en contra.