RT, 20/04/2017
El objeto, que fue lanzado desde una ventana de una vivienda de un sector popular de Caracas, provocó a una transeúnte fractura múltiple de cráneo. En estos momentos está siendo operada de urgencia.
Desde hace tres semanas, el clima político en Venezuela se ha atizado por las protestas convocadas por la oposición. Muchas de ellas han terminado en enfrentamientos con la policía, que ha repelido a los manifestantes con perdigones y bombas lacrimógenas.
Pese a que la oposición ha hecho grandes movilizaciones de gente, el saldo fatal ha sido fuera del contexto de esas concentraciones. Un joven, llamado Carlos Moreno, fue asesinado la semana pasada en un aparente robo cerca de la manifestación opositora; Paola Ramírez falleció tras recibir un tiro en la cabeza de un opositor que, presuntamente, pretendía disparar contra "colectivos chavistas".
Además, el Guardia Nacional Neomar San Clemente Barrios fue asesinado mientras cumplía sus funciones de resguardo a la colectividad, en una urbanización de clase media ubicada en el estado Miranda, entidad gobernada por la oposición. Ayer se sumó la cuarta víctima, Almelina Carrillo, quien falleció tras haber recibido el impacto de un objeto contundente en la cabeza.
La señora Carrillo -quien estaba de compras y no participaba en ninguna manifestación- transitaba cerca de una marcha chavista cuando la alcanzó un frasco de agua congelada, lanzado desde un edificio. Entró en terapia intensiva desde el pasado miércoles pero murió la noche del domingo.
En víspera a ese suceso, algunos voceros de la oposición como Tulio Hernández llamaron en sus redes sociales a "neutralizar" a chavistas o miembros del dispositivo de seguridad del Estado "hasta con macetas", lanzadas desde los edificios.