Juan Manuel Karg
Librered, 09/01/2015
Las movilizaciones en Francia, en repudio al atentado a la revista Charlie Hebdo, fueron elocuentes: más de 100 mil personas movilizadas en diversas ciudades condenando este hecho, y defendiendo la libertad de prensa bajo la premisa “Je suis Charlie” -“Yo soy Charlie”-. Algunas primeras reflexiones del impacto que puede tener el lamentable atentado contra la revista Charlie Hebdo en el convulsionado panorama europeo:
a) Atención al posible fortalecimiento de opciones de “derecha dura” en el escenario político francés. La impostura de Marine Le Pen, apenas 2 hs después de los lamentables hechos, con su “nos han declarado la guerra”, simboliza un ´ad hoc´ para justificar acciones futuras inciertas. A ello, la hija del tristemente célebre Jean-Marie Le Pen le sumó, además, una escenografía ´pre-electoral´, con banderas francesas de fondo, simulando representar a todo un país. Le Pen había sido ´dañada´ por la reaparición de Sarkozy -una derecha más moderada, pero derecha al fin- en la vída política francesa.
b) En Grecia también puede haber un intento de ´aprovechar´ esta dolorosa circunstancia: Samaras, el primer ministro que no pudo instalar su candidato a presidente en el parlamento, ya afirmó: “Ha habido una masacre en París, pero algunos aquí invitan a más inmigrante ilegales”. La referencia implicita es para Syriza, una opción que podría vencer en las elecciones del 25/1, en caso que las actuales encuestas persistan en sus números y se corone esa intención de votos. Samaras busca quebrar esa opción, y ve en esta lamentable situación una ´oportunidad´ para atacar a Tsipras por otro nuevo flanco. La “campaña del miedo” que se ha iniciado en Grecia se produce cuando restan apenas dos semanas para las elecciones que pueden cambiar el rumbo de ajuste desarrollado por Samaras. Por asociación, los partidos tradicionales españoles -PP y PSOE- pueden intentar también descargar similares argumentos al de Samaras sobre el ascendente Podemos, que dicho sea de paso se podría fortalecer con un hipotético triunfo de Syriza, en caso de que el movimiento griego soporte los embates que se vendrán en estas semanas.
c) En Alemania, las últimas semanas se viene observando un crecimiento del movimiento xenófobo Pegida, que significa “Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente”, con una ampliación de sus movilizaciones que se iniciaron en Dresde -y también, claro, un aumento de detractores, en una polarización creciente que también ha provocado ´contramarchas´-. Los analistas del Viejo Continente ya hablan de una “islamofobia” que puede extenderse a otros países, como Noruega. ¿Qué lección se puede sacar de lo sucedido en París en relación a esto? No se debe confundir el fundamentalismo con el Islam. Por un hecho puntual -que debe ser juzgado con todo el rigor de la ley, no hace falta aclararlo- no se puede condenar a 1.200 millones de personas. Los medios masivos de comunicación tienen responsabilidad en poder frenar esa condena general: evitar una posible ´cacería de brujas´ sobre pueblos enteros, ni más ni menos.
d) ¿A quién favorecen estas acciones? ¿Quién se beneficia? La extensión de ISIS fue patrocinada anteriormente por las grandes potencias occidentales -algo que denunció hasta la propia Hillary Clinton recientemente-. Y atentados previos fueron utilizados de manera ´non sancta´ por los poderes fácticos: recordar Atocha y la teoría ´ETA´ que propagó el gobierno de José María Aznar, algo que después quedó refutado por las investigaciones. Habrá que esperar horas -y probablemente días y meses- para entender el contexto global de estos hechos, sus repercusiones empíricas, y las implicancias políticas en un Viejo Continente convulsionado por políticas económicas desiguales. Grecia, en sólo dos semanas, será el primer termómetro electoral post Charlie Hebdo. ¿Se verificará allí el impacto real de estos hechos o tendrán nula incidencia? Está por verse.