Tomo prestado el título del indispensable libro de Michel Collon para inaugurar este blog cuyo principal tarea será contribuir -en la medida de mis modestas posibilidades- a debilitar el poder de los grandes medios desinformativos poniendo de manifiesto su carácter intoxicador y alienante.
En efecto, nuestros medios de formación de masas cuentan con un largo historial desinformativo. Recuérdense, por ejemplo, las distintas guerras de Yugoslavia, en especial, la de Kosovo, que sirvió de pretexto para una genocida campaña de 78 días de bombardeos sobre la antigua República Federal de Yugoslavia, campaña que fue aplaudida por todos nuestros "media", incluso por los medios más "de izquierda", que se dedicaron exagerar cuando no simplemente a mentir sobre los crímenes del bando serbio/yugoslavo y a callar sobre las actividades mafiosas y criminales de los independentistas albaneses de Kosovo apoyados por el "democrático" occidente(de quienes hoy, cuando el daño ya está hecho, la prensa ha acabado por admitir que son "terroristas"... ¡Lo mismo que decía el malo de Milosevic de ellos!). U, otro ejemplo, cuando nuestros periodistas se emplean a fondo extendiendo el pánico generalizado frente a amenazas de "enemigos invisibles" como la "mortífera" gripe A, que iba camino de convertirse en plaga bíblica pero se quedó en agua de borrajas cuando se descubrió que el pánico inducido por los "media" obedecía a intereses comerciales de las grandes firmas farmacéuticas. O también, el tan cacareado cambio climático por CO2, mito milenarista que, tiempo al tiempo -y a pesar de que los "media" anatemicen a los escépticos tildándolos de "negacionistas"-, caerá como caen con el tiempo todas las "verdades" mediáticas. Y qué decir del tratamiento de los conflictos laborales, como la huelga de camioneros de la primavera de 2008, la de los trabajadores del metro de Madrid del pasado verano o el plante de los controladores aéreos de hace unos días que acabó con los militares tomando los centros de trabajo como en la más arbitraria de las dictaduras... Para los medios desinformativos todas las huelgas son "salvajes", adjetivo que nunca usan para calificar la explotación que sufren los asalariados. Por mucho que los amos de la información nos intenten convencer de que ellos lo que critican son "las formas en las que protestan los trabajadores" pero que ellos respetan el derecho a la huelga, no cuela... Claro que respetan las huelgas...¡Las que no existen! ¿Cómo se puede tener la desvergüenza de comparar la situación de un paciente con las tripas fuera en un quirófano a la de una pareja que ha perdido su avión para ir de luna de miel a Punta Cana (Cadena SER)? ¿Cómo se puede decir que un pasajero que murió presumiblemente de un infarto en los lavabos de barajas fue asesinado por los controladores aéreos que abandonaron su puesto de trabajo el pasado 4 de diciembre (El Mundo)?
Si no tomamos conciencia del peligro que supone que la información esté en manos de una élite de intoxicadores a sueldo de grandes empresas entonces corremos el peligro de convertirnos en masa descerebrada y manipulable, capaz de perpetrar un linchamiento, un pogromo, o peor aún, ir a la guerra. Como alguien dijo alguna vez, "si no estamos prevenidos ante los medios de comunicación, nos harán amar al opresor y al oprimido". ¡Ojo con los "media"!
En efecto, nuestros medios de formación de masas cuentan con un largo historial desinformativo. Recuérdense, por ejemplo, las distintas guerras de Yugoslavia, en especial, la de Kosovo, que sirvió de pretexto para una genocida campaña de 78 días de bombardeos sobre la antigua República Federal de Yugoslavia, campaña que fue aplaudida por todos nuestros "media", incluso por los medios más "de izquierda", que se dedicaron exagerar cuando no simplemente a mentir sobre los crímenes del bando serbio/yugoslavo y a callar sobre las actividades mafiosas y criminales de los independentistas albaneses de Kosovo apoyados por el "democrático" occidente(de quienes hoy, cuando el daño ya está hecho, la prensa ha acabado por admitir que son "terroristas"... ¡Lo mismo que decía el malo de Milosevic de ellos!). U, otro ejemplo, cuando nuestros periodistas se emplean a fondo extendiendo el pánico generalizado frente a amenazas de "enemigos invisibles" como la "mortífera" gripe A, que iba camino de convertirse en plaga bíblica pero se quedó en agua de borrajas cuando se descubrió que el pánico inducido por los "media" obedecía a intereses comerciales de las grandes firmas farmacéuticas. O también, el tan cacareado cambio climático por CO2, mito milenarista que, tiempo al tiempo -y a pesar de que los "media" anatemicen a los escépticos tildándolos de "negacionistas"-, caerá como caen con el tiempo todas las "verdades" mediáticas. Y qué decir del tratamiento de los conflictos laborales, como la huelga de camioneros de la primavera de 2008, la de los trabajadores del metro de Madrid del pasado verano o el plante de los controladores aéreos de hace unos días que acabó con los militares tomando los centros de trabajo como en la más arbitraria de las dictaduras... Para los medios desinformativos todas las huelgas son "salvajes", adjetivo que nunca usan para calificar la explotación que sufren los asalariados. Por mucho que los amos de la información nos intenten convencer de que ellos lo que critican son "las formas en las que protestan los trabajadores" pero que ellos respetan el derecho a la huelga, no cuela... Claro que respetan las huelgas...¡Las que no existen! ¿Cómo se puede tener la desvergüenza de comparar la situación de un paciente con las tripas fuera en un quirófano a la de una pareja que ha perdido su avión para ir de luna de miel a Punta Cana (Cadena SER)? ¿Cómo se puede decir que un pasajero que murió presumiblemente de un infarto en los lavabos de barajas fue asesinado por los controladores aéreos que abandonaron su puesto de trabajo el pasado 4 de diciembre (El Mundo)?
Si no tomamos conciencia del peligro que supone que la información esté en manos de una élite de intoxicadores a sueldo de grandes empresas entonces corremos el peligro de convertirnos en masa descerebrada y manipulable, capaz de perpetrar un linchamiento, un pogromo, o peor aún, ir a la guerra. Como alguien dijo alguna vez, "si no estamos prevenidos ante los medios de comunicación, nos harán amar al opresor y al oprimido". ¡Ojo con los "media"!
