martes, 5 de marzo de 2019

EN VÍSPERAS DEL 8 DE MARZO DE 2019: EL FEMINISMO CONTRA LA LUCHA DE CLASES


Cuando faltan escasos días para la celebración del 8 de marzo de 2019 es urgente echar la vista atrás para ver lo acontecido en este año vivido peligrosamente por el feminismo. Ya escribimos un artículo en este blog después de la última convocatoria de 2018 en el que se exponían las bases de la tesis en la que se va a profundizar a continuación. Con ello se pretende demostrar que el feminismo no es compatible con la lucha de clases ni con el socialismo ni con la izquierda porque está siendo usado precisamente como estrategia para sabotear las reivindicaciones de clase y porque concretamente se opone a los valores de la izquierda en los puntos que a continuación se detallan.

1. El feminismo no busca la igualdad

Una de las reivindicaciones históricas del feminismo ha sido la igualdad entre géneros. Ésta es una idea con la que poca gente puede estar en desacuerdo. Sin embargo ¿cómo se entiende que esa defensa de la igualdad sea compatible con las políticas de cuotas basadas en la “discriminación positiva” que defiende el feminismo? Puesto que esto es una contradicción en los términos cabría preguntarse cuál de los dos argumentos es el que verdaderamente defiende el feminismo, el de la igualdad o el de la discriminación. Dejemos a una intelectual feminista que conteste. Maite Larrauri, teórica feminista, suplemento Mujer Hoy del 01/12/2018: “Entiendo y defiendo la igualdad de los derechos, la igualdad ante la ley y de oportunidades; pero, en mi opinión, el feminismo es mucho más y no reivindica exactamente la igualdad. Yo no quiero ser igual. Porque, ¿de qué estamos hablando? ¿Igual a quién? Los hombres han hecho el mundo durante siglos, y lo han hecho todo (…)” Acabáramos. Ahora sí se habla claro: resulta que el discurso de la igualdad no era más que propaganda para infiltrarse en las filas de la progresía y apoyarse en ésta para trepar hasta la cúpula del poder. En el fondo este feminismo se parece mucho al de las sufragistas de principios del siglo pasado formado por señoronas burguesas que apelaban a una supuesta hermandad entre todas las mujeres (ricas y pobres) para desplazar a los hombres en la jefatura del capitalismo. Y de ello da testimonio una anécdota: cuando la sufragista afroamericana Mary Church Terrell pidió ayuda a sus “hermanas” sufragistas ricas y blancas éstas le contestaron que sus problemas eran de índole racial y no de género por lo que se negaron a ayudarla (New York Times, 02/02/2019) [1]. Hoy día con el movimiento #Metoo se ha vuelto a ver claro la esencia desigualitaria y burguesa del feminismo heredado de los tiempos de las sufragistas. Ahí están todas esas denuncias de acoso y violación que se están descubriendo que eran falsas, por ejemplo la que se formuló contra el actor afroamericano Morgan Freeman por parte de una periodista feminista de la CNN (un medio que ha sido la punta de lanza del imperialismo norteamericano) [2]. Incluso nuestra Carmen Maura, una actriz que no puede ser más representativa del oenegero y feminista mainstream español ha reconocido recientemente que “de todas las del cine que dicen que las han violado, me creo a la mitad” [3].

Mary Church Terell no consiguió
mucha solidaridad de sus hermanas
blancas y ricas.

Y volviendo a la citada intelectual feminista, Maite Larrauri, es significativo que citara como su autora de cabecera a la feminista italiana, Carla Lonzi, madre del feminismo “de la diferencia” tan en boga en nuestros días. Basta con echar un vistazo a su biografía en Wikipedia para darse cuenta de lo que hay detrás de la etiqueta “de la diferencia”: Carla Lonzi era una niña pija, hija de un rico industrial del norte de Italia; se afilió durante los años 60 al Partido Comunista (donde mantuvo, por cierto, una interminable disputa con Pier Paolo Passolini) para posteriormente abandonar el partido y formar una organización específicamente feminista pues llegó a la conclusión de que “la lucha de clases es un ajuste de cuentas entre varones”[4]. Cuando Rosa Luxemburg decía que el feminismo (al igual que el nacionalismo) era incompatible con la lucha de clases sabía muy bien lo que decía.

Nótese lo mucho que cree en la igualdad y en la no discriminación el feminismo en el cartel que se reproduce a continuación. Es de una asamblea para la preparación del 8 de marzo de este año, del 2019. En el cartel se anuncia una asamblea “abierta” y justo al lado se lee: “no mixta” (o sea, “prohibido hombres”). Esto es discriminación por razón de sexo. Puro “apartheid”. Nótese también cómo si en el año 2018 el movimiento feminista usurpó la retórica obrera (esa que gira en torno a ese “ajuste de cuentas entre varones” que es la lucha de clases) llamando a una huelga feminista ahora usurpa la retórica asamblearia del 15M (incluso la iconografía del cartel remite a dicho movimiento popular). Es puro marketing. Y también puro entrismo: el feminismo se dedica a parasitar movimientos que cuestionan (al menos en teoría) el orden burgués para desactivar su carga subversiva. Cómo se nota que quiénes diseñan la estrategia política del feminismo son mujeres de las clases pudientes.



2. El feminismo es lobista

Uno de los hitos históricos del feminismo patrio tras la masiva celebración del 8 de marzo de 2018 fue la reacción en la calle a la famosa “sentencia de la manada”. El llamado “caso de la manada” es un buen ejemplo de la zona gris en las relaciones sexuales a la que aludía David Walsh en su artículo para la World Socialist Web Site [5], a saber, una joven toma parte en una orgía con varios hombres jóvenes pero luego se arrepiente. Ni siquiera se podía argumentar que había delito porque la víctima estuviera drogada ya que se drogó por voluntad propia y además todos los hombres participantes en la orgía estaban también drogados. Pues bien, después de meses en prisión preventiva los jueces condenan por abuso sexual a los sospechosos a 9 años de cárcel, casi tanto como por asesinato. Pero las organizaciones feministas lanzan las masas a la calle en una exhibición de poderío oclocrático (del griego “oclocracia”, gobierno de la turba). Así, espoleadas por los mass media (¡qué subversivo!), las masas de feministas y adeptos rodean el juzgado donde se celebra el juicio amenazando con tomarlo. Intentan agredir al abogado de la defensa, que al poco tiempo deja el caso y meten el miedo en el cuerpo a los jueces para que endurezcan la sentencia por encima de lo que marca el código penal. Estaba claro que las manifestaciones no tenían nada de espontáneas. Los miembros de “la manada” fueron escogidos como cabeza de turco porque eran perfectos para hacer con ellos un experimento del estilo “doctrina del shock”, convirtiendo a las masas de manifestantes en una auténtica jauría linchadora: unos impresentables de cuidado, politoxicómanos, con conexiones con la extrema derecha y además con acento del sur. Esto último hizo las delicias de las organizaciones de feministas abertzales convocantes pues ya se sabe que el nacionalismo septentrional desprecia al sur pobre que no desciende de la pata Cid como aquél. Se da la circunstancia de que muchas de esas feministas abertzales habían estado no hacía mucho rodeando también el mismo juzgado pero para defender a unos jóvenes abertzales que habían reconocido a unos guardias civiles de paisano en un bar de la localidad Alsasua y habían decidido molerlos a palos. Un concepto muy “selectivo” de la justicia el de las feministas abertzales que se indignan con ciertas agresiones pero no con otras. También se da la circunstancia de que poco después hubo un caso de una violación en toda regla en Cataluña, una violación en grupo, en la que una joven fue drogada y metida contra su voluntad en el maletero de un coche (además de violación hubo secuestro) pero los justicieros medios esta vez apenas le dieron importancia. Los cabezas de turco ya habían sido escogidos. Además este grupo de violadores no hablaba con acento andaluz, sino catalán, así que pelillos a la mar. De hecho, una periodista del muy progresista e independentista periódico La Vanguardia salió en Telecinco a explicar al público que aquello de ninguna manera era comparable al asunto de “la manada”. Y punto en boca. Y así las cosas, los acusados fueron puestos en libertad sin que las hordas feministas movieran un dedo [6].

Pero si hubo alguien que hizo el ridículo más espantoso fue nuestra izquierda liberaloide y oenegera. Si hacía escasos meses la izquierda con Podemos a la cabeza llamaba a calmar los ánimos tras el asesinato del niño almeriense Gabriel a manos de Ana Julia Quezada, a que no se legislara “en caliente” y a que no se vulneraran los derechos de la acusada (y en esto tenían toda la razón), ahora sí se podía legislar “en caliente”, presionar al poder judicial y cargarse la presunción de inocencia. A esto ha conducido las nefastas políticas de “discriminación positiva” defendidas por la pseudoizquierda. Resulta que una violación (incluso cuando no está claro que lo sea) es mucho peor que el asesinato de un niño… Por la sencilla razón de que la asesina es una mujer, una mujer por cierto, que para defenderse usó el típico argumento victimista del feminismo de que lo hizo para repeler la agresión de un hombre ¡de ocho años! que “la amenazó con un hacha”. Un claro caso de defensa propia ante una agresión machista. Ya se sabe que, como dijo la pijiprogre alcaldesa de Madrid, “la violencia está incardinada en el ADN de la masculinidad [7]”… Aunque sea un niño de 8 años. No se habló aquí de cómo si bien en las cifras de cónyuges muertos a manos de otros cónyuges las mujeres son las principales víctimas (aunque no las únicas como nos hace creer la prensa) en el caso de la violencia de progenitores contra hijos, las madres suelen matar más niños que los padres (en el año anterior a la muerte del niño Gabriel, o sea,  en 2017, 25 mujeres mataron a hijos o hijastros frente a los 20 hombres que cometieron el mismo crimen). Pero, claro está, esta estadística, debido a las presiones del lobby feminista, no se recoge oficialmente. Ha tenido que ser una ONG, Save the Children [8], la que se haya hecho eco de estas cifras, las cuales demuestran que tanto el hombre como la mujer matan cuando la otra parte es más débil. El mal no se concentra al 100% en uno de los géneros como insinúa el moralismo maniqueo del feminismo.

A partir de ahí las distintas facciones de la izquierda liberaloide se lanzan en competición a defender la presión lobista del feminismo contra el poder judicial y se propone que la magistratura al completo, machista por naturaleza, asista a cursos de “sensibilización” con la causa de la mujer para así introducir en las decisiones judiciales una “perspectiva de género”. Traducido: lo que se pretende es cargarse la poca independencia del poder judicial en nuestra precaria democracia además de pasarse por el arco del triunfo el principio de igualdad ante la ley y el de presunción de inocencia.  Todo esto llevó a que expertos juristas se reunieran el pasado mes de diciembre para endurecer las penas por delitos sexuales contra la mujer. Lo que pasó fue que las propuestas eran tan extremas que algún magistrado (como el experto en derecho penal Luis Arroyo Zapatero) llegó a quejarse del disparate que suponía pedir casi más pena por delitos sexuales que por asesinato ya que eso incitaría a los agresores a matar en vez de violar. Y es que el feminismo es de una naturaleza tan puritana que le escandaliza más la violación que el asesinato. Y por cierto, la comisión que se formó lo hizo siguiendo estrictamente el principio de paridad al que tanto invoca el feminismo: 7 magistradas frente a 3 magistrados. Igual que en el gobierno “paritario” de Pedro Sánchez en el que la mayoría casualmente eran también mujeres (12 ministras frente a 7 ministros), y donde, por cierto, una de ellas tuvo que dimitir por irregularidades en la obtención de títulos académicos en la Universidad Juan Carlos I, un chiringuito de enchufados del PP donde se impartían “estudios” identidad de género.

3. El feminismo es puritano y censor

Pero es que además el feminismo está lleno de ideología conservadora y de espíritu inquisidor. Esto sin duda lo ha heredado de las puritanas sufragistas americanas e inglesas. Muchas de éstas, como la ferviente metodista Frances Willard, militaban  en el Sindicato de Mujeres por la Templanza Cristiana (WTCU) y pedían la prohibición del alcohol en los EE.UU. ya que éste hacía aflorar los instintos de violador y asesino inherentes a todo varón, especialmente en los varones afroamericanos, quienes según estas damas blancas y protestantes radicales eran especialmente libidinosos y borrachos (ello explica que Willard fuera muy criticada por la activista negra Ida B. Wells quien acusó a Willard de alentar los linchamientos de varones negros sospechosos de violación de mujeres blancas). Al final, con generosas donaciones de la mafia, consiguieron prohibir el alcohol en el siglo XX con la proclamación de la Ley Seca, que como todo el mundo sabe, no acabó con el alcoholismo pero sí hizo crecer el crimen organizado a niveles antes nunca vistos.  Al otro lado del Altlántico el panorama era también mayoritariamente conservador: ya se demostró en nuestro anterior escrito cómo las sufragistas inglesas quisieron que la mujer se uniera a la sangría de la Primera Guerra Mundial…

Frances Willard predicando su 
feminismo desde el púlpito.

Ida B. Wells activista por los derechos 
de la población afroamericana y 
crítica del sufragismo.


Otro tema que ha sido abordado de manera puritana tanto por las sufragistas como por el feminismo actual es el de la prostitución. Las sufragistas de la WTCU ya habían desarrollado una intensa campaña por la prohibición de la prostitución pues chocaba con su punto de vista cristiano y conservador. Pero también la izquierda desde otro punto de vista muy distinto (para prohibir la explotación sexual) declaró en varias ocasiones la prostitución ilegal (en el bando republicano durante la Guerra Civil Española, durante la Revolución Rusa y la Revolución Cubana, durante la Revolución Sandinista en Nicaragua, etc.). Las intenciones eran muchas veces buenas pero los resultados no: lo único que se consiguió es que las trabajadoras (y trabajadores, porque también hay hombres aunque el feminismo los intente invisibilizar) del sexo pasaran a ejercer el oficio más antiguo del mundo en condiciones de clandestinidad y a menudo bajo el control de las mafias. Por lo tanto, finalmente se optó por actuar de manera más realista y asegurar que quien ejercía la prostitución por lo menos lo hiciera en condiciones laborales y sanitarias decentes. Tal es el caso de dos de los países más avanzados de Europa: Bélgica y Holanda. Sin embargo, el feminismo actual incrustado en la izquierda española ha obviado estas realidades y ha vuelto al enfoque conservador y pacato de las antiguas damas sufragistas. Así una de las decisiones tomadas por el “gobierno feminista” de Pedro Sánchez en este campo ha sido ilegalizar un sindicato de trabajadoras y trabajadores sexuales que el propio ejecutivo había legalizado en el BOE de 4 de agosto de 2018. El gobierno se expresó por boca de su ministra Magdalena Valerio quien dijo que no se había dado cuenta de lo ocurrido (ya…) y que mandaba ilegalizar el sindicato porque “la prostitución es ilegal en España”, cosa que no es cierta ya que se despenalizó en el código penal de 1995 [9]. De esta manera, el gobierno del PSOE se ponía a bien con el lobby feminista aunque supusiera dejar a un colectivo de trabajadoras y trabajadores a expensas de las mafias. Muy distinta fue la valiente actuación de la alcaldesa de Barcelona Ada Colau, quien legalizó la actividad de este sector en Barcelona, si bien lo pagó caro: al poco tiempo el periódico dirigido por la periodista feminista Cristina Fallarás (Diario 16), una de las que más azuzó a las turbas linchadoras en el caso de “la manada”, la acusaba de “dar vía libre a proxenetas y puteros” [10]. Claro, las putas están mejor donde no se puedan ver como decían las beatas de las sufragistas. O como en la dictadura franquista, donde la prostitución estaba ilegalizada (esto es lo que, en el fondo, quiere el feminismo pero de momento no se atreve a exponer públicamente). De vergüenza. Pero también fue de vergüenza la actitud de la portavoz del “gobierno feminista” de Sánchez, Isabel Celaá (esa “izquierdista” formada en Deusto), cuando un periodista holandés le preguntó en una rueda de prensa que cómo un gobierno que se las daba de “progresista” como el español ilegalizaba un sindicato de prostitutas y que cómo no imitaba el ejemplo de Holanda. Y aquí la señora Celaá, como se vio entre la espada y la pared pues no podía argumentar que Holanda (un país que le da sopas con ondas en casi todo a España) era un país tercermundista en el que se violaban los derechos humanos, optó por decir, poco más o menos, que cada uno en su casa y Dios en la de todos y pasó rápidamente a la siguiente pregunta. De esto apenas se hizo eco la “prensa de izquierda” y hubo que acudir a medios conservadores para enterarse del asunto [11].

La organización de trabajadoras del sexo 
ilegalizada por el feminismo gobernante

En cuanto a su vertiente censora, no insistiremos en cómo se ha resentido la libertad de expresión desde que el lobby feminista se ha instalado en el corazón de los poderes fácticos porque ya se hizo en el anterior escrito. Lo que sí diremos es que este deterioro se ha ido acentuando con el tiempo. Y como muestra un botón. Las pasadas Navidades, una conocida marca de jamón cocido creó un anuncio televisivo jocoso en el que rostros conocidos bromeaban sobre los polémicos (por desgracia) límites del humor y un personaje aseguraba que “los chistes sobre el feminismo salen más caros que los chistes sobre la monarquía”. Y la reacción del lobby feminista no se hizo esperar: el diario Huffington Post (el periódico de la millonaria norteamericana Arianna Huffington) publicó un airado artículo de una supuesta “experta en comunicación y género” titulado “Campofrío, el anuncio de chopped que se ríe del feminismo” donde se argumentaba que el feminismo, es poco más o menos que inatacable, y “más en un año donde la violencia hacia la mujer se ha incrementado alarmantemente”. Es decir: que el feminismo es un dogma ya que toda crítica es ilícita por venir indefectiblemente de sectores machistas y reaccionarios, y además quien se atreva a hacer el más mínimo cuestionamiento no solo es machista sino que es cómplice de la violencia de género. Hay que ver qué poco, ya no sentido autocrítico, sino sentido del humor tiene el feminismo. Irónicamente, al final el anuncio de jamón cocido va a tener razón: que se sepa la monarquía no se ha quejado por el chiste pero el feminismo sí, luego hacer un chiste sobre el feminismo sale, en efecto, más caro que hacer un chiste sobre el rey. De todas formas, habría que corregir a la autora del artículo; en 2018 el número de mujeres que ha sido víctima de la violencia de género no se ha incrementado, de hecho se ha reducido: 47 muertes, el número más bajo en 15 años [12]. Por eso, ciertos sectores del colectivo feminista están preocupados y ya están intentando ampliar el concepto de violencia de género para que las estadísticas no dejen de crecer [13]. Todo vale si hay subvenciones por medio.

Una última anécdota sobre el tema, esta vez llena de humor no intencionado: algunas grandes superficies han retirado los disfraces de “enfermeras sexy” para el Carnaval de 2019 porque los ha denunciado un sindicato de enfermería (SATSE) [14]. Resulta que son ofensivos por ser machistas. Vale. ¿Y los de enfermeras asesinas? Esos se los puede poner la gente. Otro ejemplo de puritanismo. Al parecer uno puede llevar un irrespetuoso disfraz de cura o de monja y gastar una broma nada menos que a la Iglesia Católica pero de enfermera sexy no. Ni Franco ni la Iglesia pudieron acabar con el Carnaval pero quizá el feminismo sí lo consiga.

4. El feminismo ha servido de herramienta de injerencia imperialista 

Por si fuera poco el feminismo ha sido usado en múltiples ocasiones para justificar la agresión imperialista. El gobierno y el ejército de los EE.UU. son expertos en usar los informes de supuestas violaciones masivas para poner a la población occidental a favor de las guerras imperialistas. El vehículo con el que el imperialismo manipula y posiciona al pueblo llano son a menudo ONGs feministas. 

Aquí habría que recordar que durante las guerras de Yugoslavia de los años 90 oímos relatos atroces de violaciones masivas de mujeres musulmanas a manos de soldados serbios que con el tiempo se desvanecieron por ser propaganda de guerra. Estos bulos fueron difundidos por una serie de organizaciones pagadas por el magnate norteamericano ligado al Partido Demócrata George Soros y la NED (pantalla de la CIA), en especial las Mujeres de Negro, una ONG de supuestas madres y esposas de soldados serbios movilizados en las guerras de Yugoslavia de los años 90. Estas mismas feministas y antimilitaristas fueron las que callaron los crímenes de la UCK albanesa contra los civiles de Kosovo tras la intervención de la OTAN, especialmente contra un buen número de mujeres prostituidas a la fuerza por la mafia albanesa, aliada del gobierno americano en la zona. Más tarde las Mujeres de Negro reaparecieron en Venezuela a pesar de que allí no había guerra sino una oposición golpista financiada por Washington. Por aquel entonces entre las feministas españolas que apoyaban a este tipo de organizaciones circulaba el bulo de que en la Segunda Guerra Mundial el ejército soviético había violado nada menos que a dos millones de mujeres alemanas en su camino imparable hasta Berlín. Lo cierto es que esto era propaganda de guerra nazi elaborada antes de la caída del Reich por Goebbels vuelta a poner en circulación por el gobierno norteamericano que a finales de los años 90 estaba intentando cercar a Rusia con fuerzas de la OTAN.

El bulo de los 2.000.000 de mujeres alemanas violadas 
por el ejército soviético difundido por el feminismo 
occidental viene de la propaganda de guerra nazi
recuperada muy hábilmente en los 90 por la OTAN.

Poco después, oímos los mismos relatos durante la agresión imperialista en Libia que acabó con el mismo resultado catastrófico que Kosovo, un país destrozado y regido por clanes mafiosos e integristas religiosos que silenciaban e incluso prostituían a las mujeres. Y otra vez las ONGs feministas fueron las encargadas de difundir el bulo de violaciones masivas a manos del ejército de Gadafi, las mismas que callan o por lo menos no se manifiestan con la misma intensidad contra los regímenes opresores de la mujer de Qatar o Arabia Saudí, los amigos del civilizado occidente.

También vimos como el feminismo apoyó la estúpida provocación contra Rusia de las Pussy Riot, un pseudogrupo punk feminista (en realidad, eran unas opositoras transformadas en punks por la NED) que invocaron a la Virgen María contra Putin. Y por primera vez asistimos a un sorprendente milagro, sin duda obrado por la madre de Cristo: el mainstream de los “revolucionarios” Madonna o Sting hacía causa común con grupúsculos radicales de la izquierda del mundo occidental y se disfrazaban con pasamontañas como las Pussy Riot en solidaridad con las heroínas de la fallida revolución de colorines promovida por Washington en Rusia. Lo dicho, un milagro de Nuestra Señora.

El punk feminista de las Pussy Riot alabado en la
 web de la N.E.D. (nuevo disfraz de la CIA).


5. El  feminismo es revisionista y manipulador.

El último aspecto de la ideología feminista que se podría comentar es su gran capacidad para rescribir la historia para que así encaje en su teoría. Esto no es nuevo, ya lo hemos visto en el nacionalismo. Un ejemplo de esto es el uso absolutamente desvergonzado que hacen de la figura de Rosa Luxemburg. Como era mujer y era de izquierda entonces por fuerza hay que hacerla feminista. Pues resulta que, todo lo contrario, Rosa Luxemburg se dio cuenta de que el feminismo era una ideología desarrollada por las mujeres de la clase burguesa y que por tanto usaba la supuesta hermandad de las mujeres para hacer tabula rasa con las clases sociales. Sin embargo, el feminismo moderno se ha atrevido a poner en la boca de esta intelectual marxista palabras que nunca dijo. Por ejemplo, se ha difundido hasta la saciedad que Rosa Luxemburg dijo: “quien es feminista y no es de izquierdas, carece de estrategia. Quien es de izquierdas y no es feminista, carece de profundidad”. Esto es una falsedad y una manipulación. En realidad la cita pertenece a una feminista norteamericana llamada Louise W. Kneeland y no a Rosa Luxemburg [15].

Imagen de Rosa Luxemburg manipulada por el 
feminismo y explotada como mercadería barata.

Otro ejemplo de manipulación es lo que se ha hecho con la figura de Frida Kahlo. Resulta que el feminismo actual la ha recuperado para sus filas cuando fue el propio feminismo el que la había repudiado por ser una figura femenina que se sometió al (en palabras de las propias feministas) “maltratador” Diego Rivera [16]. Sin embargo, el sector más oportunista del feminismo la ha usado en su provecho por ser un icono gracias a la popular superproducción de Hollywood interpretada por Salma Hayek. Lo penoso es que cuando se pregunta a estudiantes de  secundaria quién era Frida Kahlo contestan que era “una feminista” ya que a muchos ni siquiera les han dicho que era pintora, una pintora comunista que jamás se calificó a sí misma como feminista. Todo sea por el marketing.

Frida Kahlo, convertida a la fuerza 
en "símbolo del feminismo".


En conclusión, el feminismo se basa en el mismo principio que el nacionalismo, es decir, en la identidad. “Todas somos mujeres, todas somos hermanas, no importa la clase social; el enemigo está ahí fuera y es el hombre”. Éste es el mensaje del feminismo. Pero las clases sociales sí que importan. Si las mujeres de clase trabajadora confían en lo que dicen las líderes burguesas del movimiento feminista les pasará lo que le pasó al incipiente proletariado durante la Revolución Francesa, que ayudó a tomar al poder político a la burguesía para acabar siendo traicionado y explotado por dicha clase social. Estamos esencialmente de acuerdo con lo que se opina en este artículo de Corriente Marxista Internacional:

“No estamos a favor de la ‘discriminación positiva’, sea de mujeres, negros o de cualquier otro sector. Es una reivindicación pequeño burguesa que sirve para desviar la atención de las verdaderas raíces de la desigualdad. Por su propia naturaleza, la imposición de cuotas arbitrarias para mujeres, negros, etcétera, sirve como vehículo para el avance de una minoría de arribistas y da la impresión de que se está haciendo algo, mientras los problemas fundamentales siguen inalterables. Este método no responde al problema de la discriminación, desvía la atención de lo verdaderamente importante y es un ejercicio de simbolismo. Es el método utilizado con frecuencia por la burocracia para bloquear el avance de la izquierda en los órganos de dirección de los partidos y sindicatos obreros, en ayuntamientos y parlamentos. El caso más evidente ocurre en Estados Unidos, allí la burguesía utiliza hábilmente este método para calmar el tema racial creando una pequeña capa de arribistas negros. Los negros de clase media han utilizado la lucha contra el racismo para acceder a los mejores empleos, con buenos salarios y después deciden que lo mejor para ellos es ser más ‘moderados’ y ‘razonables’”.

Por eso también estamos de acuerdo con la viñeta de El Roto que encabeza este escrito: la lucha de género se ha convertido en un mecanismo en manos de la clase rectora para torpedear la lucha de clases. Hace muy mal ese partido que salió del 15 M en dejar de hablar de los de arriba y los de abajo y de la casta y centrarse en el discurso identitario (el país de países, la perspectiva de género, etc.). Que recuerden que cuando la izquierda abandona el discurso obrerista lo acaba cogiendo la extrema derecha para hacer que se repita una historia que no debería repetirse.


Cartel de la huelga feminista del 8 de marzo de 2018 donde
 alguien con sentido común escribió: “¿Esto es igualdad?”

REFERENCIAS:

[1] https://www.nytimes.com/2019/02/02/opinion/sunday/women-voting-19th-amendment-white-supremacy.html
[2] https://www.lavanguardia.com/gente/20181206/453391532787/morgan-freeman-montaje-acoso-sexual-fnpi-chloe-melas.html
[3] https://www.publico.es/culturas/metoo-carmen-maura-ataca-mujeres-industria-cine-dicen-han-violado-me-creo-mitad.html
[4] https://es.wikipedia.org/wiki/Carla_Lonzi
[5] https://www.wsws.org/en/articles/2018/10/19/year-o19.html
[6] https://www.elespanol.com/reportajes/20180626/libertad-provisional-manada-barcelona-violo-salida-discoteca/317968525_0.html
[7]https://www.europapress.es/madrid/noticia-carmena-destaca-violencia-incardinada-adn-masculinidad-defiende-cultura-mujeres-20180305145614.html
[8] https://www.elmundo.es/cronica/2018/03/18/5aad7a67e2704e7f7d8b45b7.html
[9] https://es.wikipedia.org/wiki/Prostituci%C3%B3n_en_Espa%C3%B1a
[10] https://diario16.com/ada-colau-ha-dado-via-libre-puteros-proxenetas-ha-dejado-tiradas-las-mujeres-explotadas/
[11] https://www.hispanidad.com/confidencial/consejo-de-ministros-un-periodista-holandes-pide-al-gobierno-que-legalice-la-prostitucion_12004136_102.html
[12] https://www.elmundo.es/espana/2018/12/31/5c2a03f021efa0c25a8b45f4.html]
[13] https://www.elmundo.es/espana/2018/02/01/5a7365b5268e3e695d8b4583.html
[14] https://www.abc.es/familia/mujeres/abci-carnaval-2019-grandes-superficies-retiran-disfraz-enfermera-sexy-tras-peticion-sindicato-201903011919_noticia.html
[15] https://nuevocurso.org/basta-de-citas-falsificadas-de-rosa-luxemburgo/
[16] https://www.elespanol.com/cultura/20170706/frida-kahlo-feminista-diego-rivera/229227629_0.html
[17] Léase el siguiente post de la Plaza Podemos para comprobar lo decepcionado que está parte de los simpatizantes del partido de Pablo Iglesias con el repentino viraje hacia lo identitario  que dio la formación a raíz del 8 de marzo de 2018:
https://www.reddit.com/r/podemos/comments/armdf8/es_el_feminismo_el_pilar_principal_de_podemos/

Tommaso della Macchina