F. William Engdahl
Red Voltaire, 06/09/2012
El surgimiento de China como nueva potencia económica mundial con intereses propios ha llevado a la administración Obama a adoptar, en 2011, una nueva estrategia “de defensa” en la región del Pacífico. Desde ese momento, el Pentágono viene posicionando sus fuerzas alrededor de la nueva potencia asiática, complementando esto con la importante cooperación de Australia, un despliegue de instalaciones y medios de combate que le permitiría cortar las rutas comerciales por las que fluye hacia China el petróleo proveniente de África y del Medio Oriente. William Engdahl explica a fondo los detalles del viraje geopolítico estadounidense en el Pacífico, que puede dar lugar a un nuevo conflicto militar de gran envergadura en un futuro no muy lejano.
El presidente Obama y la primera ministro de
Australia, Julia Gillard, en un encuentro
con las tropas australianas y estadounidenses
acantonadas en la base militar de Darwin,
Australia, el 17 de noviembre de 2011.
Desde el colapso de la Unión Soviética y el fin nominal de la Guerra Fría hace unos 20 años, lejos de reducir el gigantesco gasto militar estadounidense, el Congreso de Estados Unidos y todos sus presidentes han expandido enormemente el gasto para nuevos sistemas de armamento. Han incrementado el número de bases militares permanentes en todo el mundo y ampliado la OTAN no solamente hacia países del antiguo Pacto de Varsovia en la periferia inmediata de Rusia, sino que también han expandido la presencia militar de la OTAN y Estados Unidos al interior de Asia, en los límites de China a través de su guerra en Afganistán y campañas relacionadas.
Parte I: el Pentágono apunta a China
Sobre la base de simples desembolsos de dólares para gasto militar, el presupuesto combinado del Pentágono, y dejando de lado los enormes presupuestos para agencias relacionadas con la defensa y seguridad nacional del gobierno de Estados Unidos, como el Departamento de Energía y el Tesoro y otras agencias, el Departamento de Defensa estadounidense gastó alrededor de US $739 mil millones en 2011 para sus requisitos militares. El resto del gasto vinculado a la defensa y seguridad nacional de incluyó, de acuerdo con cálculos del Instituto Internacional para Estudios Estratégicos con sede en Londres, un gasto militar anual de más de US $1 billón. Es una cantidad mayor que el gasto total destinado para defensa de los siguientes 42 países juntos, y más del Producto Interno Bruto de la mayoría de países.
China oficialmente gastó apenas 10% en la inversión de EEUU en defensa, unos US $90 mil millones, o, si se incluyen algunas importaciones de armas relacionadas con defensa y otros costos, quizá US $111 mil millones al año. Incluso si las autoridades chinas no publican datos completos sobre tales áreas sensibles, es evidente que China gasta apenas una fracción de lo que gasta Estados Unidos y parte de una base tecnológica-militar bastante atrasada respecto a la estadounidense.
Hoy en día, debido a su dinámico crecimiento económico y a su determinación para proteger sus intereses nacionales, China se ha convertido con su mera existencia en la nueva “imagen del enemigo” del Pentágono, reemplazando ahora a la anterior “imagen del enemigo” del Islam utilizada después de septiembre de 2001 por la administración Bush-Cheney para justificar la búsqueda de poder mundial del Pentágono, o a la del comunismo soviético durante la Guerra Fría. La nueva postura militar de Estados Unidos contra China no tiene nada que ver con ninguna amenaza agresiva por parte del gran país asiático. El Pentágono ha decidido intensificar su agresiva postura militar hacia China solamente porque ésta se ha vuelto un sonoro polo independiente en la economía y geopolítica mundial. En el mundo globalizado de Washington sólo hay cabida para estados vasallos.
En la Doctrina Obama: China es la nueva «imagen del enemigo»
Después de casi dos décadas de descuidar sus intereses en Asia Oriental, en 2011, la administración Obama anunció que Estados Unidos realizaría “un giro estratégico” en su política exterior a fin de enfocar su atención política y militar a la región Asia-Pacífico, particularmente al sureste asiático, es decir, a China. El término “giro estratégico” es una página del libro de texto clásico del padre de la geopolítica británica, Sir Halford Mackinder, que habló varias veces de Rusia y posteriormente de China como “potencias pivote” cuya posición geográfica y geopolítica implicaba retos extraordinarios para los anglosajones, y después de 1945, para la hegemonía estadounidense.
Durante los meses finales de 2011, la administración Obama definió claramente una nueva doctrina pública de amenaza militar para la disponibilidad militar de Estados Unidos tras sus fracasos militares en Iraq y Afganistán. Durante un viaje presidencial a Lejano Oriente, mientras se encontraba en Australia, el presidente de Estados Unidos reveló lo que se define como la Doctrina Obama [1].
Obama dijo entonces a los australianos:
Con la mayoría del poder nuclear mundial y casi la mitad de la humanidad, Asia definirá en buena parte si el siglo venidero quedará marcado por el conflicto o la cooperación (…) Por lo tanto, como presidente he tomado una decisión deliberada y estratégica — como nación del Pacífico, Estados Unidos desempeñará un papel más amplio y a largo plazo en la conformación de esta región y su futuro (…) He instruido a mi equipo de seguridad nacional para hacer de nuestra presencia y misión en la región Asia-Pacífico una prioridad de alto nivel (…) Como planeamos y presupuestamos para el futuro, asignaremos los recursos necesarios para mantener nuestra fuerte presencia militar en esta región. Conservaremos nuestra capacidad extraordinaria para proyectar poder y disuadir amenazas a la paz. (…) Nuestros intereses duraderos en la región demandan nuestra presencia duradera en la región.
Estados Unidos es una potencia del Pacífico, y estamos aquí para quedarnos. De hecho, ya estamos modernizando la postura de defensa de Estados Unidos en la región Asia-Pacífico. Se desplegará más ampliamente — manteniendo nuestra fuerte presencia en Japón y la península de Corea, reforzando simultáneamente nuestra presencia en el sureste asiático. Nuestra postura será más flexible — con nuevas capacidades para garantizar que nuestras fuerzas puedan operar libremente. Creo que podemos abordar retos compartidos, tales como la proliferación y la seguridad marítima, incluyendo la cooperación en el mar del Sur de China. [2]
El eje de la visita de Obama fue el anuncio de que al menos 2,500 marines estadounidenses serán emplazados en Darwin, en el Territorio del Norte de Australia. Además, en una serie de significativos acuerdos paralelos, hubo pláticas con Washington para usar aviones estadounidenses no tripulados de vigilancia de largo alcance provenientes de las remotas Islas Cocos — un territorio australiano en el Océano Índico. Estados Unidos tendrá también acceso a un mayor uso de las bases de la Fuerza Aérea Australiana y más visitas de embarcaciones y submarinos al Océano Índico a través de una base naval a las afueras de Perth, en la costa occidental de Australia.
La base estadounidense de Cocos Island
(en el círculo rojo) debe garantizar el
control del Océano Índico.
El blanco del Pentágono es China
Para dejarles claras las cosas a los miembros europeos de la OTAN, en comentarios realizados en Washington en julio de 2012, Phillip Hammond, Secretario de Estado para la Defensa del Reino Unido declaró explícitamente que el nuevo rumbo de la defensa estadounidense hacia la región Asia-Pacífico apuntaba de lleno a China. Hammond dijo que, “la creciente importancia estratégica de la región Asia-Pacífico demanda que todos los países, pero sobre todo Estados Unidos, reflejen en su postura estratégica la emergencia de China como una potencia global. Lejos de preocuparse por la acometida hacia la región Asia-Pacífico, las potencias europeas de la OTAN deben darle la bienvenida al hecho de que Estados Unidos desea embarcarse en este nuevo reto estratégico en representación de la alianza.” [3]
Como con muchas de sus operaciones, el despliegue del Pentágono es mucho más profundo de lo que pudiese sugerir el número relativamente pequeño de 2,500 nuevos soldados estadounidenses.
En agosto de 2011 el Pentágono presentó su informe anual sobre el ejército chino. Se establece que China había cerrado brechas tecnológicas fundamentales. El Secretario Adjunto de Defensa para Asia Oriental, Michael Schiffer, dijo que el ritmo y alcance de las inversiones militares le habían “permitido a China luchar por capacidades que consideramos son potencialmente desestabilizadoras para los equilibrios militares regionales, incrementar el riesgo de malentendidos y errores de cálculo y puede contribuir a tensiones y preocupaciones “regionales” [4]. Citó la restauración por parte de China de un portaaviones de la era soviética y el desarrollo del avión furtivo chino de combate J20, como indicios de la nueva capacidad que demanda una respuesta militar más activa de Estados Unidos. Schiffer citó también las operaciones espaciales y cibernéticas de China, diciendo que estaba “desarrollando un programa multidimensional para mejorar sus capacidades para limitar o impedir el uso de activos espaciales por adversarios durante momentos de crisis o conflictos.” [5]
El avión de guerra chino J20, según The Jamestown
Foundation, uno de los tanques pensantes de
Washington, puede dejar obsoleto todo el sistema
de defensa aérea instalado en la región.
Parte II: la «Batalla Aire-Mar» del Pentágono
La estrategia del Pentágono para derrotar a China en una guerra venidera, estraegia cuyos detalles se han filtrado a la prensa estadounidense, es llamada la “Batalla Aire-Mar.” Esto hace un llamado a un agresivo ataque coordinado de Estados Unidos. Los submarinos y bombarderos furtivos estadounidenses destruirían los radares de vigilancia de largo alcance y sistemas de misiles de precisión de China en el interior del país. Esta “campaña cegadora” inicial sería seguida por un asalto aéreo y naval más amplio sobre China misma [6]. Crucial para la estrategia avanzada del Pentágono, cuyo despliegue ya ha comenzado discretamente, es la presencia naval y aérea del ejército de Estados Unidos en Japón, Taiwán, Filipinas, Vietnam y en todo el Mar del Sur de China y el Océano Índico. El despliegue naval y de tropas australianas tiene como objetivo acceder al estratégico Mar del Sur de China así como también al Océano Índico. El motivo estipulado es “proteger la libertad de navegación” en el estrecho de Malaca y en el Mar del Sur de China. En realidad se pretende cortar las rutas petroleras estratégicas de China en caso de un conflicto total.
El objetivo de la Batalla Aire-Mar es ayudar a las fuerzas estadounidenses a resistir un asalto inicial chino y a contraatacar para destruir los sofisticados sistemas de radar y misiles chinos construidos para mantener a las embarcaciones estadounidenses alejadas de la costa china. [7]
La “China Blinding” Air Sea Attack Strategy
concebida por el Pentágono para eliminar los
radares chinos.
Además del destacamento de marines estadounidenses en el norte de Australia, Washington planea utilizar sus aviones no tripulados de vigilancia de largo alcance, provenientes de las remotas Islas Cocos —un territorio australiano en el estratégicamente vital Océano Indico. También tendrá acceso a las bases de la Fuerza Aérea Australiana y habrá más visitas de embarcaciones y submarinos al Océano Índico a través de la base naval a las afueras de Perth, en la costa occidental de Australia. [8]
El arquitecto de la estrategia anti-China del Pentágono de la batalla Aire-Mar es Andrew Marshall, el hombre que ha delineado la estrategia de guerra avanzada del Pentágono por más de 40 años y entre cuyos pupilos se cuentan Dick Cheney y Donald Rumsfeld [9]. Desde los años 1980, Marshall ha sido un promotor de una idea postulada primeramente, en 1982, por el mariscal Nikolai Ogarkov, el entonces jefe de los generales soviéticos, estrategia denominada RMA (por sus siglas en inglés ‘Revolution in Military Affairs’ – ‘Revolución en Asuntos Militares’). Marshall, actualmente con 91 años de edad, aún atiende su escritorio y evidentemente tiene mucha influencia dentro del Pentágono.
La mejor definición de la RMA fue la que proporcionó el propio Marshall: “Una Revolución en Asuntos Militares es un reto de envergadura en la naturaleza de la guerra provocada por la aplicación innovadora de nuevas tecnologías que, combinadas con cambios dramáticos en la doctrina militar y con conceptos operacionales y organizacionales, fundamentalmente altera el carácter y conducta de las operaciones militares.” [10]
También fue Andrew Marshall quien convenció al Secretario de Defensa Donald Rumsfeld y a su sucesor Robert Gates para desplegar el Escudo de “defensa” antimisiles en Polonia, la República Checa, Turquía y Japón como estrategia para reducir cualquier amenaza nuclear potencial proveniente de Rusia y, en el caso de la defensa de misiles balísticos, cualquier amenaza nuclear potencial proveniente de China.
Parte III: la estrategia del «collar de perlas» del Pentágono
La “String of Pearls” Strategy, concebida por el
Pentágono para bloquear el suministro de petróleo
a China.
En enero de 2005, Andrew Marshall envió al Secretario de Defensa Donald Rumsfeld un informe interno clasificado titulado “Futuros de la energía en Asia.” El informe Marshall, que se filtró totalmente a un periódico de Washington, acuñó el término de la estrategia del “collar de perlas” para describir lo que llamó la creciente amenaza militar china a los “intereses estratégicos de EUA” (es decir Estados Unidos de América) en el espacio asiático. [11]
El informe interno del Pentágono afirmaba que “China está construyendo relaciones estratégicas a lo largo de las rutas marítimas desde Medio Oriente hasta el Mar del Sur de China de manera que sugieren un posicionamiento defensivo y ofensivo para proteger los intereses energéticos de China, pero también para atender vastos objetivos de seguridad.”
Andrew Marshall (1921- ). Nombrado
director del Office of Net Assessment
desde la creación misma, bajo
la administración Nixon, en 1973,
de esa dependencia del Departamento
de Defensa, Andrew Marshall sigue
hoy en ese puesto, a los 91 años.
En aquel informe de Andrew Marshall se utilizó por vez primera el término estrategia del “collar de perlas” de China. Es un término del Pentágono y no un término chino.
El informe afirmaba que China estaba adoptando una estrategia del “collar de perlas” de bases y vínculos diplomáticos desde el Medio Oriente hasta el sur de China, estrategia que incluye una nueva base naval en construcción en el puerto paquistaní de Gwadar. Aseguraba que “Pekín ha establecido puestos de escuchas electrónicas ilegales en Gwadar, en el extremo suroccidental del país, la parte más cercana al Golfo Pérsico. El puesto monitorea el tráfico de embarcaciones a través del estrecho de Ormuz y el Mar Arábigo.” [12]
El informe interno Marshall continuaba advirtiendo sobre otras “perlas” en la estrategia de rutas marítimas de China:
• Bangladesh: China está fortaleciendo sus vínculos con el gobierno y construyendo instalaciones portuarias para contenedores en Chittagong. Los chinos están “buscando un acceso naval y comercial mucho más extenso” en Bangladesh.
• Birmania: China ha desarrollado vínculos estrechos con el régimen militar en Rangún y ha convertido una nación que no se fiaba de China en un “satélite” de Pekín cercana al estrecho de Malaca, a través del cual pasa el 80% petróleo importado de China. China está construyendo bases navales en Birmania y tiene instalaciones de recolección de inteligencia electrónica en islas en la Bahía de Bengala y cerca del Estrecho de Malaca. Pekín también le suministra a Birmania “miles de millones de dólares en ayuda militar para apoyar una alianza militar de facto”, afirma el informe.
• Camboya: China firmó un acuerdo militar en noviembre de 2003 para proporcionar entrenamiento y equipo. Camboya está ayudando a Pekín a construir vías férreas desde el sur de China hacia el mar.
• Mar del Sur de China: Las actividades chinas en la región tienen que ver menos con reivindicaciones territoriales que con “la protección o denegación del tránsito de buques cisternas a través del Mar del Sur de China”, afirmaba el informe. China está construyendo sus fuerzas militares en la región para poder “proyectar poder aéreo y marino” desde el continente y la isla Hainan. China mejoró recientemente una pista de aterrizaje militar en la isla Woody incrementó su presencia mediante plataformas de perforación petrolera y buques oceanográficos.
El proyecto chino para la
construcción de un canal
marítimo a través del
istmo de Kra, en Tailandia.
• Tailandia: China está considerando financiar la construcción de un canal de US $20 mil millones a través del istmo de Kra, lo cual permitiría a los barcos desviarse del Estrecho de Malaca. El proyecto del canal otorgaría a China instalaciones portuarias, almacenes y otra infraestructura en Tailandia con el objetivo de reforzar la influencia china en la región, afirmaba el informe. El Comando Sur del ejército de Estados Unidos produjo, a finales de los años 1990, un informe clasificado similar que advertía que China pretendía utilizar instalaciones portuarias comerciales en todo el mundo para controlar “cuellos de botella” estratégicos. [13]
Romper el Collar de perlas
Desde ese informe de 2005, las acciones del Pentágono y de Estados Unidos han tenido como objetivo contrarrestar los intentos de China o defender su seguridad energética mediante ese “Collar de perlas”. Las intervenciones de Estados Unidos, desde 2007, en Birmania/Myanmar ha tenido dos fases.
La primera fue la llamada “Revolución azafrán”, una desestabilización apoyada en 2007 por el Departamento de Estado y la CIA para llamar la atención internacional sobre las prácticas de derechos humanos de la dictadura militar de Myanmar. El objetivo era reforzar el aislamiento internacional de ese país, estratégicamente ubicado, de todas las relaciones económicas, además de China. Los antecedentes de las acciones de Estados Unidos eran la construcción por China de oleoductos y gasoductos provenientes de Kunming, en la suroccidental provincia china de Yunnan, a través de la vieja Carretera de Birmania a través de Myanmar hacia la Bahía de Bengala desde la India y Bangladesh, al norte del Océano Índico.
Forzar a los líderes militares de Birmania a una mayor dependencia respecto a China fue uno de los factores que provocaron la decisión de los militares de Myanmar de abrirse económicamente a Occidente. Declararon que el recrudecimiento de las sanciones económicas de Estados Unidos había dañado enormemente al país y el presidente Thein Sein realizó su mayor apertura de liberalización, así como también le otorgó la libertad a la disidente Aung San Suu Kyi, apoyada por Estados Unidos, para que pueda contender por un cargo de elección popular por su partido; a cambio, recibió promesas de la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, de inversiones estadounidenses en el país y el posible levantamiento de las sanciones económicas. [14]
Las empresas estadounidenses que se relacionan Birmania son seleccionadas cuidadosamente en Washington para introducir las más destructivas reformas de “libre mercado” que llevarán la inestabilidad a Myanmar. Estados Unidos no permitirá inversiones en entidades que sean propiedad de las Fuerzas Armadas de Myanmar o de su Ministerio de Defensa. También podrá imponer sanciones a “aquellos que socaven el proceso de reforma, involucrados en abusos a los derechos humanos que hayan contribuido a conflictos étnicos o participado en intercambios militares con Corea del Norte.” Estados Unidos impedirá que empresas o personas establezcan transacciones con todo “ciudadano o empresa designado(s) especialmente” que controlen — permitiéndole a Washington, por ejemplo, detener la canalización de recursos económicos a grupos que “interrumpan el proceso de reforma”. Es el clásico planteamiento de “la zanahoria y el garrote”, donde la zanahoria está representada por fabulosas riquezas si Birmania abre su economía a las empresas estadounidenses y castiga a quienes intentan resistirse a la absorción de los principales activos del país. El petróleo y el gas, vitales para China, serán un objetivo especial de la intervención estadounidense. Las empresas y ciudadanos estadounidenses podrán invertir en empresas de petróleo y gas propiedad del estado (Myanma Oil and Gas Enterprise). [15]
Obama también creó una nueva fuerza para que el gobierno imponga “sanciones de bloqueo” a cualquier persona que amenace la paz en Myanmar. Las empresas con más de US $500,000 inversión en el país deberán presentar un informe anual al Departamento de Estado, con detalles sobre derechos laborales, adquisición de tierras, y pagos superiores a US $10,000 a entidades gubernamentales, incluyendo empresas estatales de Myanmar. Las empresas y ciudadanos estadounidenses podrán invertir en la empresa Myanma Oil and Gas Enterprise, de propiedad estatal, pero los inversores deberán informarle al Departamento de Estado en el término de 60 días.
También, las ONGs estadounidenses de “derechos humanos”, muchas de ellas asociadas estrechamente con los planteamientos geopolíticos del Departamento de Estado, incluyendo a Freedom House, Human Rights Watch, Institute for Asian Democracy (Instituto para la Democracia en Asia), la Open Society Foundation, Physicians for Human Rights (Médicos por los derechos humanos), U.S. Campaign for Burma (Campaña de EEUU por Birmania), United to End Genocide (Unidos para terminar el genocidio )— podrán operar en Myanmar de acuerdo con una decisión de la Secretaria de Estado en abril de 2012. [16]
Tailandia, otra clave en la estrategia defensiva del Collar de perlas de China, también ha sido sometida a una intense desestabilización en estos años. Ahora con la hermana de un corrupto ex primer ministro en el poder, las relaciones EEUU-Tailandia ha mejorado significativamente.
Después de choques sangrientos, el multimillonario apoyado por Estados Unidos, el ex primer ministro tailandés Thaksin Shinawatra, consiguió imponer a su hermana, Yingluck Shinawatra como primera ministra, y según se informa, sigue moviendo los hilos desde el extranjero. El propio Thaksin disfruta de una cómoda estadía en Estados Unidos al momento de este escrito, en el verano de 2012.
Las relaciones de Estados Unidos con la hermana de Thaksin, Yingluck Shinawatra, están encaminadas a satisfacer plenamente el “giro estratégico” de Obama para enfocarse en la “amenaza china”. En junio de 2012, el General Martin E. Dempsey, Jefe del Estado Mayor Conjunto de Estaods Unidos, declaró a su regresp de una visita a Tailandia, Filipinas y Singapur: “Queremos asociarnos con naciones y tener una presencia alternada que nos permita construir capacidades comunes para intereses comunes.” Éstas son precisamente las cuentas principales en lo que el Pentágono define como el Collar de Perlas.
El Pentágono está negociando discretamente regresar a las bases abandonadas después de la guerra de Vietnam. Está negociando con el gobierno tailandés para crear un nuevo centro de “ayuda para desastres” en el campo de aviación de la Armada Real Tailandesa en U-Tapao, a 144 km al sur de Bangkok.
El ejército etadounidense construyó la pista de 3 km de largo, una de las más largas de Asia, en los años 1960 para servir de base principal de escala y reabastecimiento de combustible durante la guerra de Vietnam.
El Pentágono también está trabajando para garantizar más derechos a las visitas de la marina de guerra estadounidense a puertos tailandeses a fin de coordinar vuelos de vigilancia para monitorear rutas comerciales y desplazamientos militares. Y pronto tendrá a Singapur como base para cuatro de sus más recientes buques de guerra — buques de combate litoral — y los alternará periódicamente a Tailandia y a otros países del sureste asiático. La Armada de EEUU pretende opciones para realizar misiones de vuelos de vigilancia ordenados desde Tailandia. [17]
Además, el subsecretario de Defensa Ashton Carter visitó Tailandia en julio de 2012 y el gobierno tailandés invitó al secretario de Defensa Leon Panetta, quien se reunió con el ministro tailandés de Defensa en una conferencia en Singapur en junio [18]. En 2014, la marina de guerra estadounidense tiene agendado comenzar el despliegue de una nueva aeronave antisubmarinos y de reconocimiento P-8A Poseidon en el Pacífico, reemplazando a los aviones de vigilancia P-3C Orion. También está preparando el despliegue de nuevos aviones no tripulados de vigilancia de gran altura en la región Asia-Pacífico en esos tiempos. [19]
Parte IV: Defensa India-EEUU «Política de mirar hacia el este»
El secretario estadounidense
de Defensa, Leon Panetta,
con su interlocutor indio
A. K. Antony, en Nueva Delhi,
el 6 de junio de 2012.
El Secretario de Defensa, Leon Panetta, estuvo en la India en junio de 2012. Allí proclamó que la cooperación en materia de defensa con la India es el eje de la estrategia estadounidense de seguridad en Asia. Se comprometió a ayudar a desarrollar las capacidades militares de la India y a colaborar en la producción conjunta de “artículos” de defensa de alta tecnología. Panetta fue el quinto secretario del gabinete de Obama en visitar la India este año. El mensaje que todos llevaron es que, para Estados Unidos, la India será la relación más importante del siglo XXI. La razón es el surgimiento de China. [20]
Hace varios años, durante la administración Bush, Washington realizó un paso de envergadura al asegurar a la India como aliado militar de Estados Unidos frente a la creciente presencia china en Asia. La India lo define como la “Política de mirar hacia el este”. En realidad, a pesar de todas las afirmaciones sobre lo contrario, es una política militar de “mirar hacia China”.
En comentarios realizados en agosto de 2012, el subsecretario de Defensa Ashton Carter declaró, “la India es también una parte fundamental de nuestro reequilibrio en la región Asia-Pacífico, y, creemos, para más seguridad y prosperidad en el siglo XXI. Las relaciones EEUU-India tienen un alcance mundial, como al alcance influencia de ambos países.” [21]. En 2011, el ejército estadounidense realizó más de 50 actividades militares significativas con la India.
Carter continuó haciendo observaciones después de un viaje a Nueva Delhi, “Nuestros intereses de seguridad convergen: en seguridad marítima, en toda la región del Océano Índico; en Afganistán, donde la India ha realizado muchísimo por el desarrollo económico y las fuerzas de seguridad afganas; y en temas regionales más amplios, donde compartimos intereses a largo plazo. Estuve en la India a solicitud del secretario Panetta y con una delegación de alto nivel de expertos técnicos y de política de Estados Unidos.” [22]
Océano Índico
La estrategia del “Collar de perlas” del Pentágono contra China no tiene hermosas perlas, sino una soga de verdugo alrededor de China, diseñada para aislar completamente a China de su acceso a materias primas vitales, muy particularmente del petróleo proveniente del Golfo Pérsico y de África.
El ex consejero del Pentágono, Robert D. Kaplan, que ahora trabaja con Stratfor, ha observado que el Océano Índico se ha vuelto un “centro de gravedad estratégico” mundial y que quien controle ese centro, controla Eurasia, incluyendo a China. Ese océano es un corredor marítimo vital para flujos de energía y comercio entre los países de Medio y Lejano Oriente. Más estratégicamente, es el corazón de un eje económico sur-sur en desarrollo entre China, África y América Latina.
Desde 1997, el comercio entre China y África se ha incrementado en más de 20 veces y el comercio con América Latina, incluyendo a Brasil, se ha incrementado en 14 veces en apenas 10 años. De continuar esa dinámica, puede acabar eclipsando en menos de una década la importancia económica de la Unión Europea, así como también la decreciente economía industrial de Norteamérica, algo que los grupos de poder de Washington y Wall Street están determinados a impedir a toda costa.
Tratando de eludir el arco islámico, que se extiende desde Somalia hasta Indonesia pasando por los países del Golfo y de Asia Central, la región que rodea el Océano Índico se ha vuelto definitivamente el centro de gravedad estratégico del mundo. [23]
Ningún bloque económico rival puede permitirse desafiar la hegemonía estadounidense. El ex consejero geopolítico de Obama, Zbigniew Brzezinski, un estudiante de la geopolítica de Mackinder y aún hoy junto con Alfred Heinz (alias Henry Kissinger) una de las personas más influyentes de la élite política de Estados Unidos, sintetizó la posición vista desde Washington en su libro de 1997, El gran tablero de ajedrez: La superioridad estadounidense y sus imperativos geoestratégicos (The Grand Chessboard: American Primacy and It’s Geostrategic Imperatives):
Es imperativo que no surja ningún contendiente euroasiático capaz de dominar Eurasia y, por lo tanto, de desafiar también a Estados Unidos. La formulación de una geoestrategia euroasiática global e integral es, por lo tanto, el propósito de este libro. [24]
Para Estados Unidos, el premio geopolítico más importante es Eurasia… La superioridad mundial de Estados Unidos depende directamente de cuánto y cómo se mantenga efectivamente su preponderancia sobre el continente euroasiático. [25]
En ese contexto, resulta esencial cómo ‘administra’ Estados Unidos a Eurasia. Se trata del más grande del mundo y es axial geopolíticamente. La potencia que domine a Eurasia controlará dos terceras partes de las regiones más avanzadas y económicamente más productivas del mundo. Un vistazo al mapa sugiere también que el control sobre Eurasia casi supondría también la subordinación automática de África, volviendo al hemisferio occidental y a Oceanía geopolíticamente periféricos con respecto al continente central del mundo. Aproximadamente el 75% de la población mundial vive en Eurasia, la mayor parte de la riqueza física mundial también se encuentra allí y, tanto en sus empresas como debajo de su suelo. Eurasia representa el 60% del PIB mundial y aproximadamente tres cuartas partes de los recursos energéticos conocidos a nivel mundial. [26]
El Océano Índico está coronado por lo que algunos llaman un arco islámico de países que van de África Oriental a Indonesia incluyendo a los países del Golfo Pérsico y del Asia Central . El surgimiento de China y de otras potencias asiáticas más pequeñas en las pasadas dos décadas ha desafiado la hegemonía de Estados Unidos en el Océano Índico, por vez primera desde el inicio de la Guerra Fría. Especialmente en los años recientes, a medida que la influencia estadounidense ha declinado vertiginosamente y que la de China ha aumentado espectacularmente, el Pentágono ha comenzado a rediseñar su presencia estratégica en el Océano Índico. El “viraje asiático” de Obama se centra en asumir un control decisivo del Pentágono sobre las rutas marítimas del Océano Índico y las aguas del Mar del Sur de China. La base militar de Estados Unidos en Okinawa, Japón, se está remozando como un centro esencial para proyectar al ejército estadounidense hacia China. Para 2010 había más de 35,000 militares del ejército estadounidense destacados en Japón, además de 5,500 civiles estadounidenses empleados allí por el Departamento de Defensa de Estados Unidos. La Séptima Flota de Estados Unidos tiene base en Yokosuka. La 3ª Fuerza Expedicionaria Marina en Okinawa. 130 aviones de combate de la US Air Force están destacados en la base aérea de Misawa y en la base aérea de Kadena.
El gobierno japonés comenzó en 2011 un programa de armamento diseñado para contrarrestar lo que se interpreta como la creciente amenaza china. El comando japonés ha instado a sus líderes a solicitar a Estados Unidos la venta de jets de combate F-22A Raptor, cuya venta se prohibe actualmente por la legislación estadounidense. Los ejércitos surcoreano y estadounidense han ampliado su alianza estratégica y más de 45,000 soldados estadounidenses han sido destacados ahora en Corea del Sur. Los surcoreanos y estadounidenses afirman que ello se debe a la modernización del ejército de Corea del Norte. China y Corea del Norte denuncian que se trata de una medida innecesariamente provocativa. [27]
Pretextando su guerra contra el terrorismo, Estados Unidos ha desarrollado acuerdos militares de envergadura con Filipinas y con el ejército de Indonesia.
Situación estratégica de la base
militar de Diego Garcia.
La base militar de la isla Diego García es el eje de control estadounidense en el Océano Índico. En 1971 el ejército de Estados Unidos expulsó a los pobladores de Diego García para construir una vasta instalación militar y lanzar posteriormente misiones contra Iraq y Afganistán.
China tiene dos talones de Aquiles — el estrecho de Ormuz en la entrada de Golfo Pérsico y el estrecho de Malaca cerca de Singapur. Aproximadamente un 20% del petróleo de China pasa por el estrecho de Ormuz. Y alrededor del 80% del petróleo chino pasa por el estrecho de Malaca, al igual que un comercio de carga relevante.
Para impedir que China emerja exitosamente como un competidor económico de peso a nivel mundial para Estados Unidos, Washington lanzó la llamada Primavera Árabe a finales de 2010. Aunque las aspiraciones democráticas y libertarias de millones de ciudadanos árabes en Túnez, Libia, Egipto y algunos países más es auténtica, estos fueron utilizados en realidad como carne de cañón involuntaria para desatar una estrategia estadounidense de caos, guerras y conflictos intra-islámicos en todo el mundo islámico, rico en petróleo, desde Libia, en el norte de África, hasta Siria y, en último término, Irán, en el Medio Oriente. [28]
La estrategia estadounidense en los países del arco islámico asentados en el Océano Índico es, como lo definió el analista estratégico Mohamed Hassan:
Estados Unidos pretende controlar estos recursos para evitar que lleguen a China. Esta guerra era un objetivo principal de las guerras en Iraq y Afganistán, pero estas se han convertido en fracasos. Estados Unidos destruyó estos países para imponer gobiernos dóciles, pero ha fracasado. ¡La cereza sobre el pastel son los nuevos vínculos entre los gobiernos iraquí y afgano con China! Por lo tanto, Pekín no ha necesitado gastar miles de millones de dólares en una guerra ilegal para influir en el oro negro de Iraq: las empresas chinas simplemente compraron concesiones petroleras en subasta con total legalidad.
La estrategia de Estados Unidos ha fracasado de cabo a rabo. Sin embargo, aún hay una opción abierta para EEUU: mantener el caos para evitar que estos países logren estabilidad en beneficio de China. Esto implica continuar la guerra en Iraq y Afganistán y extenderla a países como Irán, Yemen o Somalia. [29]
Parte V: Mar del Sur de China
La República Popular China, así como Taipei,
Vietnam, Filipinas, Malasia y Brunei, reclaman
la posesión total o parcial de las aguas de la
región, potencialmente ricas en petróleo y
minerales y de gran valor estratégico como
vías marítimas comerciales.
La culminación de la soga de verdugo del llamado “Collar de perlas” del Pentágono alrededor de China como medio de aislarla de la energía vital y de otras importaciones en caso de guerra, se centraba en 2012 en la creciente manipulación de los acontecimientos en el Mar del Sur de China. El Ministerio de Recursos Geológicos y Minería de la República Popular China calculaba que el Mar del Sur de China puede contener 18 mil millones de toneladas de petróleo crudo (en comparación con los 13 mil millones de toneladas de Kuwait). El cálculo más optimista sugería que los recursos petroleros potenciales (reservas no probadas) de las islas Spratly y Paracelso, en el Mar del Sur de China, podrían elevarse a 105 mil millones de barriles de petróleo, y que el total del Mar del Sur de China podría llegar a los 213 mil millones de barriles. [30]
Sorprendentemente, la existencia en la zona de tan vastas reservas de energía no se ha vuelto un tema de seguridad energética fundamental para China. Washington ha implementado una intervención calculada en los años recientes para sabotear los intereses chinos, utilizando especialmente a Vietnam como cuña contra la exploración petrolera china. En julio de 2012, la Asamblea Nacional de Vietnam aprobó una ley que demarcaba los límites marinos vietnamitas incluyendo a las islas Spratly y Paracelso. La influencia estadounidense en Vietnam se ha vuelto decisiva desde que el país se abrió a la liberalización económica. En 2011 el ejército de Estados Unidos comenzó la cooperación con Vietnam, incluyendo ejercicios militares “pacíficos” conjuntos. Washington ha apoyado tanto a Filipinas como a Vietnam en sus reivindicaciones territoriales sobre territorios reivindicados por China en el Mar del Sur de China, fomentando que los mencionados países pequeños no busquen una solución diplomática. [31]
En 2010, las grandes empresas petroleras de Estados Unidos y del Reino Unido ingresaron a la oferta para la exploración en el Mar del Sur de China. La oferta de Chevron y BP se sumó a la presencia en la región de la Anadarko Petroleum Corporation, con sede en Estados Unidos. Esa transacción es esencial para proporcionar a Washington el pretexto de la “defensa de los intereses petroleros estadounidenses” en el área. [32]
En abril de 2012, el buque de guerra filipino Gregorio del Pilar estuvo involucrado en un altercado con dos barcos de vigilancia chinos en el Arrecife de Scarborough, un área reivindicada por ambas naciones. La marina de guerra de Filipinas incluso prentendió arrestar a pescadores chinos que supuestamente estaban capturando especies marinas en el área protegida por el gobierno, pero embarcaciones patrulleras lo impidieron. El 14 de abril de 2012, Estados Unidos y Filipinas realizaron sus ejercicios anuales en Palawan, Filipinas. El 7 de mayo de 2012, el viceministro chino de Relaciones Exteriores Fu Ying convocó a una reunión con Alex Chua, encargado de negocios de la embajada filipina en China, para hacerle un grave reclamo sobre el incidente en el Arrecife de Scarborough.
Desde Corea del Sur hasta Filipinas y Vietnam, el Pentágono y el Departamento de Estado impulsan la lucha por los derechos sobre el Mar del Sur de China para introducir furtivamente la presencia militar estadounidense en la zona a fin de “defender” los intereses vietnamitas, japoneses, coreanos o filipinos. La soga de verdugo militar alrededor de China se va tensando poco a poco.
Aunque el acceso de China a vastos recursos petroleros y gasíferos marítimos está siendo restringido, Washington estaba tentando activamente a estimulando a China para que esta explote masivamente las vetas de gas dentro de su territorio. No por buena voluntad de Estados Unidos hacia China. De hecho, se trata de otra arma principal en la destrucción de China: la guerra ambiental.
Fuente: Global Research / Red Voltaire, 23 de agosto de 2012.
Traducido por: Yaotl Àltan.
Notas:
[1] President Barack Obama, Remarks By President Obama to the Australian Parliament, 17 de noviembre de 2011. Ver en http://www.whitehouse.gov/the-press....
[2] Ibid.
[3] Otto Kreisher, UK Defense Chief to NATO: Pull Your Weight in Europe While US Handles China, 22 de julio de 2012 Ver http://defense.aol.com/2012/07/19/u... .
[4] BBC, China military ‘closing key gaps’, says Pentagon, 25 de gostos de 2011. Ver en http://www.bbc.co.uk/news/world-asi... .
[5] Ibid.
[6] Greg Jaffe , “US Model for a Future War Fans Tensions with China and inside Pentagon”, Washington Post, 2 de agosto de 2012. Ver en http://www.turkishweekly.net/news/1....
[7] Ibid.
[8] Matt Siegel, “As Part of Pact, U.S. Marines Arrive in Australia, in China’s Strategic Backyard”, The New York Times, 4 de abril de 2012. Ver en http://www.nytimes.com/2012/04/05/w....
[9] Greg Jaffe, op. cit.
[10] F. William Engdahl, Full Spectrum Dominance: Totallitarian democracy in the New World Order, Wiesbaden, 2009, edition.engdahl, p. 190.
[11] The Washington Times, “China Builds up Strategic Sea Lanes”, 17 de enero de 2005. Ver en http://www.washingtontimes.com/news...
[12] Ibid.
[13] Ibid.
[14] “An Opening in Burma: The regime’s tentative liberalization is worth testing for sincerity”, Wall Street Journal, 22 de noviembre de 2011. Ver en http://online.wsj.com/article/SB100...
[15] Radio Free Asia, “US to Invest in Burma’s Oil”, 7 de noviembre de 2011. Ver en http://www.rfa.org/english/news/bur...
[16] Shaun Tandon, “US eases Myanmar restrictions for NGOs”, AFP, 17 de abril de 2012. Ver en http://www.google.com/hostednews/af...
[17] Craig Whitlock, “U.S. eyes return to some Southeast Asia military bases”, Washington Post, 23 de junio de 2012. Ver en http://www.washingtontimes.com/world...
[18] Ibid.
[19] Ibid.
[20] Premvir Das, “Taking US-India defence links to the next level”, 18 de junio de 2012. Ver en http://www.rediff.com/news/slide-sh...
[21] Zeenews, “US-India ties are global in scope: Pentagon”, Au2 de agosto de 2012. Ver en http://zeenews.india.com/news/world...
[22] Ibid.
[23] Gregoire Lalieu, Michael Collon, “Is the Fate of the World Being Decided Today in the Indian Ocean?”, 3 de noviembre de 2010. Ver en http://www.michelcollon.info/Is-the...
[24] Zbigniew Brzezinski, The Grand Chessboard: American Primacy And It’s Geostrategic Imperatives, 1997, Basic Books, p. xiv.
[25] Ibid., p. 30.
[26] Ibid., p. 31.
[27] Cas Group, “Background on the South China Sea Crisis”. Ver en http://casgroup.fiu.edu/pages/docs/...
[28] Gregoire Lalieu,, et al, op. cit.
[29] Ibid.
[30] GlobalSecurity.org, “South China Sea Oil and Natural Gas”. Ver en http://www.globalsecurity.org/milit...
[31] AFP, “US, Vietnam Start Military Relationship”, 1º de agosto de 2011. Ver en http://www.defensenews.com/article...
[32] Zacks Equity Research, “Oil Majors Eye South China Sea”, 24 de junio de 2010. Ver en www.zacks.com/stock/news/360...