miércoles, 14 de julio de 2021

AL DESCUBIERTO LOS VÍNCULOS DEL CABECILLA DEL MOVIMIENTO SAN ISIDRO, INSTIGADOR DE LAS MANIFESTACIONES EN CUBA, CON EEUU

Sergio Sánchez

El Común, 14/07/2021



Tras décadas y décadas de experiencia revolucionaria en Cuba se sabe que nada es casual, ni mucho menos espontáneo.

Pensar que las manifestaciones del pasado domingo son una excepción a tantos intentos de desestabilización en el país socialista es una de las ingenuidades que puede cometer cualquier persona interesada en la situación del país, aunque en muchas ocasiones más bien nos encontremos ante una deliberada mala intención contra la soberanía de Cuba.

El Movimiento San Isidro, encargado de que nada sea espontáneo ni casual – verán pronto por qué – ha sido uno de los principales alentadores de las protestas en Cuba. La tapadera del movimiento, o su carta de presentación, es absolutamente enternecedora, tanto la nomenclatura como su descripción engañarían hasta un bienintencionado progresista, ya que se definen como un grupo de artistas y personas del mundo de la cultura hartas de la situación represiva del país que luchan, dicen, por la libertad.

Si alguien se decide a buscar toda la verdad, se encontrará con lo más importante del grupúsculo en cuestión: ¿Quién encabeza el Movimiento San Isidro?

En la cabeza de la organización encontramos a Luis Manuel Otero Alcántara, al que se define como “artista visual y activista”, lo cierto es que más allá de actividad contrarrevolucionaria no encontramos referencias artísticas del señor Otero.

Sobre lo que sí arroja resultados la web es sobre su actividad “disidente”, y es que Luis Manuel Otero protagonizó a mediados de este año una supuesta huelga de hambre. El 3 de mayo de este mismo año, aparece una noticia en el periódico El País en la que se informa de que el señor Otero Alcántara lleva una semana sin ingerir ningún tipo de alimento ni beber agua.

El mismo 3 de mayo, Otero ingresa en el Hospital Universitario <General Calixto García>, en donde se le realizan análisis en el momento de su ingreso; los resultados reflejan que no hay una correspondencia entre lo que acusa el paciente (inanición voluntaria) y los mismos, que muestran unos índices dentro del rango médico estipulado.

Pero, ¿qué llevó a Otero a la huelga de hambre?

Lo cierto es que, al poco tiempo de iniciar la huelga de hambre, medios cubanos acreditaron los vínculos de Otero con Karla Velázquez, venezolana afincada en Méjico.

Si quizá su lugar de residencia no nos arroje información que nos haga sospechar de la vinculación entre Velázquez y Otero, más allá de una bonita amistad, pero si mencionamos que trabaja para el Instituto Nacional Demócrata, una agencia no gubernamental de EEUU, en el llamado Programa Cuba, dedicado a – desde el extranjero – planear acciones de desestabilización y subversión en la isla, tal vez constatemos negro sobre blanco lo mencionado al principio de la noticia: ninguna acción contra el Gobierno de Cuba es casual ni, mucho menos patriótica. La tutela estadounidense sobre las acciones de huelga de Otero queda de manifiesto ante la filtración de unos audios que Karla Velázquez dirige al contrarrevolucionario, indicándole que “ella le dirige” en sus acciones.

Más audios salieron a la luz. En ellos se escuchaba a Velázquez indicándole a una contrarrevolucionaria cubana residente en España las peticiones a las que Otero debía dejar sujeta su huelga de hambre. Tres premisas fueron las indicadas por Karla Velázquez y tres las premisas publicadas por Otero en sus redes sociales.

Cabe mencionar que en 2020 el NDI (siglas en inglés del Instituto Nacional para la Democracia) para el que trabaja Karla Velázquez recibió medio millón de dólares de la NED, una fundación creada por el Congreso estadounidense en 1983 dedicada a “promover la democracia liberal en el mundo”.

Estos son los antecedentes del líder del grupo disidente «Movimiento San Isidro», al que hoy dan crédito las grandes corporaciones de comunicación y toman como principal referencia a la hora de reportar datos sobre la represión policial e, incluso, las cifras de desaparecidos.