Hackers sirios revelan mensajes de correo electrónico donde los periodistas de Al Jazeera se quejan de la cobertura «sesgada y poco profesional» que la cadena de televisión da a la situación en Siria.
Parece ser que el miércoles, la totalidad del personal incluido en la red de "Al Jazeera" recibió un correo electrónico donde se le indicaba que cambiaran las contraseñas de los ordenadores y el correo electrónico.
Al principio de la semana, el servidor de la red había recibido un ataque del autodenominado «Ejército Electrónico Sirio» y se difundió entre los medios de comunicación algunos de los secretos de la cadena.
El principal hallazgo que se hizo público fue un intercambio de correos electrónicos entre la presentadora Rula Ibrahim y Ali Hashem, el reportero desplazado a Beirut. Al parecer, los correos traslucen descontento generalizado en el seno de la cadena, sobre todo por la cobertura ofrecida sobre la crisis de Siria.
Ibrahim escribió a su colega diciéndole que ella se había «vuelto contra la revolución» de Siria tras haber descubierto que las protestas «arruinarían al país y desembocarían en una guerra civil». Luego pasaba a desacreditar al Ejército de Liberación Sirio, de oposición, al que calificó como «una rama de Al Qaeda».
Ibrahim también se quejaba de la actitud de algunos colegas de la sede central del canal en Doha diciendo que unos cuantos «se han negado a saludarme desde el estallido de los acontecimientos de Siria porque guardan rencor a mi secta».
El personal de "Al Jazeera" sintió alivio con la filtración del intercambio de correos electrónicos «porque dejaba al descubierto la cobertura sesgada y poco profesional que la cadena ha dado a Siria». Hashem respondió sin acritud diciendo que había decidido no definirse después de enviar a la cadena imágenes de hombres armados enfrentándose al ejército, actos de los que había sido testigo mientras informaba desde el nordeste de Líbano. Dijo que una vez que remitió el vídeo, le dijeron que regresara a Beirut aduciendo que estaba demasiado cansado.
En su respuesta, Ibrahim volvió a quejarse de que «la habían humillado descaradamente. Han fregado el suelo conmigo porque abochorné a Zuheir Salem, portavoz de los Hermanos Musulmanes de Siria. En consecuencia, me impidieron realizar entrevistas sobre Siria y me amenazaron con trasladarme al horario nocturno con el pretexto de que estaba alterando el equilibrio de la cadena».
Ibrahim también habló de que los activistas sirios invitados a "Al Jazeera" utilizan términos de incitación al sectarismo en antena, «algo que los sirios comprenden muy bien».
Hashem se preguntaba en la respuesta dónde estaba el jefe de informativos de la cadena, Ibrahim Hilal, en medio de todo esto. Ibrahim respondió que estaba «entre la espada y la pared: entre la agenda política y la profesionalidad...».
Esta conversación fue retransmitida íntegramente en el canal oficial "Syrian News Channel", que también entrevistó a los hackers que irrumpieron en la red de información de "Al Jazeera".
Sin embargo, la primicia no despertó la atención esperada. Al igual que otros medios de comunicación oficiales sirios, la cadena no tiene muchísima audiencia. Por tanto, apenas se reparó en el reportaje y la propia "Al Jazeera" lo ignoró por completo.
Fuentes de la cadena han confirmado que la dirección no ha tomado ninguna medida en relación con el incidente, ni siquiera dirigirse a Hashem o Ibrahim. Las fuentes señalaron que "se daba por supuesto de forma generalizada" que los hackers partidarios del gobierno contaban con cómplices en el interior de la cadena, pues de lo contrario no habrían sido capaces de sortear las "sofisticadas medidas de seguridad" de su red.
También confirmaron una imputación supuestamente hecha por Ibrahim en uno de sus correos electrónicos: que Ahmad Ibrahim, responsable de la cobertura informativa sobre Siria en la cadena, es hermano de Anas al-Abdeh, un destacado miembro de la oposición del Consejo Nacional Sirio. Al parecer, dejó de utilizar su apellido para evitar llamar la atención sobre este vínculo.
Las fuentes afirmaron que entre los asuntos relacionados con los periodistas de "Al Jazeera" estaba el de la presión para empezar a utilizar el término «mártir» cada vez que se refirieran a los partidarios de la oposición Siria, pero no a los leales al gobierno, ni a los miembros de las fuerzas de seguridad.
Dijeron que en las salas de redacción se han perfilado dos bandos: uno, encabezado por Hilal, que aspira a ofrecer una cobertura informativa profesional, y otro «que cree que son parte de esta guerra y no vacila en dar muestras de ello en antena».
Los criterios éticos y la violación de la intimidad de los periodistas parecen quedar muy lejos de las reflexiones que cualquiera hace. Las fuentes afirmaron que, en el marco de esta rivalidad, han nacido grupos de Facebook que se se han dedicado a fijarse como blanco a los periodistas de "Al Jazeera" «culpables de intentar ser objetivos».
Sin ir más lejos, en las páginas de las redes sociales se ha desatado una campaña feroz exigiendo el despido del presentador libanés Hasan Jammoul. Había cuestionado a un activista de la oposición pidiéndole que explicara por qué el bombardeo de la ciudad de Homs se había concentrado en Baba Amr y no en otros barrios.
Ni Ibrahim, ni Hashem, ni Hilal pudieron atender a Al-Akhbar cuando nos pusimos en contacto con ellos para pedirles su opinión.
Sin embargo, la guerra electrónica y mediática parece a punto de subir de temperatura. El propio presidente sirio Bashar Assad ha elogiado al Ejército Electrónico Sirio, tanto en un discurso reciente pronunciado en la Universidad de Damasco como en reuniones con delegaciones populares.
Además de la irrupción en los correos electrónicos de "Al Jazeera", el grupo se metió en el servicio de última hora de la cadena... y difundió entre los suscriptores la noticia falsa de que el Emir de Qatar había muerto a causa de un infarto. Según parece, era una respuesta a un ataque anterior contra el servicio de mensajería instantánea del canal "al-Dunya", favorable al gobierno sirio.
Tras esta última «victoria» del Ejército, los criterios éticos y la violación de la intimidad de los periodistas parecen no ser preocupaciones de nadie. Parece que no se va a librar nadie de la guerra.
Fuente: La Haine/alakhbarenglish